La victoria de Abraham sobre reyes
antiguos
En Gn. 14, la Biblia habla de la
victoria de Abraham sobre Quedorlaomer y cinco reyes mesopotámicos. Durante
años, los críticos dijeron que estos relatos eran ficticios y muchas personas
desacreditaron a la Biblia; sin embargo, la tabla de Ebla también confirmó este
relato. El reino de Ebla fue un reino poderoso en el siglo XX a.C. y las tablas
de Ebla son registros de su historia (y se han descubierto miles de tablas). Lo
que es importante es que muchas de estas tablas hacen referencia a cada una de
las cinco ciudades de la llanura, y así se demuestra la exactitud del relato de
Gn. 14.
Sodoma y Gomorra
Dos de las ciudades mencionadas en
la Biblia, Sodoma y Gomorra, fueron consideradas como mitológicas durante
muchos años. No obstante, excavaciones recientes en Tell Mardikh, que se sabe
ahora que fue el sitio de Ebla, dejaron al descubierto 15,000 tablas escritas.
Algunas de ellas han sido traducidas, y en ellas se menciona a Sodoma y
Gomorra.
Ahora a Sodoma y Gomorra se le llama
Bab edh-Dhra. Está en la localización que la Biblia dice. Los arqueólogos
encontraron que las casas fueron destruidas por fuego que comenzó de arriba.
Moisés y el Éxodo
Entre los detalles del relato
bíblico de Moisés y el Éxodo que se señalan como posibles contradicciones en la
Biblia, están los detalles del mandato de Dios: “deja ir a mi pueblo” (Èx.
5:1)… como le fuera declarado a Faraón por Moisés y Aarón.
¿Era ésta una pequeña excursión de
fin de semana, unas vacaciones prolongadas o una partida definitiva? ¿Era para
ofrecer sacrificios a Dios, para "servirle" o para dejar Egipto de un
todo? Y luego, ¿estaban prometiendo irse solo por tres días y regresar,
abandonar del todo la tierra o estaba el Monte Sinaí a solo tres días de donde
vivían en Egipto? Y además, ¿qué era eso de los panes sin levadura, la
observancia de siete días (no de tres días) que fue agregada a mitad del Éxodo?
Algunos críticos han utilizado todos
estos detalles aparentemente contradictorios para cuestionar la confiabilidad
de Moisés y del Éxodo en la Biblia. Pero ¿existe una manera de reconciliarlos
en un relato unificado, confiable e histórico?
Revisemos algunas de las
afirmaciones acerca de Moisés y el Éxodo. Primero, cuando Dios habló
inicialmente con Moisés, en la zarza ardiendo del Monte Sinaí, en Madián, él le
dijo a Moisés que su objetivo final era que los hebreos regresaran a ese Monte
y le "sirvieran". La palabra "servir" aquí es la misma
palabra utilizada en relación al papel de los hebreos como esclavos de Faraón.
En otras palabras, para el momento en que los hebreos regresaran al Monte
Sinaí, en Madián, estarían en condición de "servir" a Dios de la
misma manera en que habían estado sirviendo a Faraón por 400 años, como
absoluta propiedad y posesión. Pero más tarde, cuando Moisés y Aarón se enfrentaron
por primera vez a Faraón acerca del estatus del pueblo escogido de Dios, la
demanda de Dios era que dejara ir al pueblo de Dios para que pudieran celebrar
una fiesta para él en el desierto. Eso no suena como una salida de un todo de
la tierra. Es obvio, por la actitud posesiva de Faraón, que él sabía que los
hebreos no podían servir a dos amos -- o dioses -- al mismo tiempo. Y Dios hizo
todo lo necesario para asegurarse de que Faraón supiera el objetivo de sus
planes para los hebreos. A través de todo el relato del Éxodo, dos palabras
hebreas distintas fueron utilizadas para indicar las intenciones de Dios (así
como las de Faraón) para los hijos de Israel. La primera palabra es
"shalach", la cual indica una partida o salida de un todo. La segunda
palabra es "yalak", la cual significa "caminar" o
"viaje breve". De acuerdo con el relato, el Faraón sabía claramente
la diferencia, ya que trató de aferrarse a los hebreos en lugar de cedérselos a
su Dios.
En la petición inicial de Moisés se
utilizó la palabra para una completa partida, "shalach" ya que la
celebración de una fiesta en honor al Dios verdadero sería una total ofensa
para Faraón, el supuesto dios encarnado. Por supuesto, Faraón se negó. Más
tarde, se le ofreció la opción de permitirle a los hebreos "yalak" (o
viajar) por tres días y ofrecer "sacrificios" a su Dios. De nuevo,
Faraón se negó. Quizás fue porque no esperaba que los hebreos regresaran, o
quizás en realidad temía que el Dios de los hebreos fuese real y que respondiera
a sus sacrificios con una liberación sobrenatural.
Así continúa el relato bíblico, con
Faraón haciendo juegos de palabras en contra del plan de Dios, y el prospecto
de una partida definitiva siempre presente en la mente de Faraón y en el
propósito de Dios. Como sabemos, finalmente Dios "motivó" a la fuerza
a Faraón a ordenar la partida de los hebreos completamente fuera de la tierra
(shalach), después de que Dios mostrara su poder mediante la celebración por la
Pascua de todos los primogénitos, incluyendo a todo Israel, el primogénito de
Dios. De manera que el objetivo final de Dios fue cumplido mediante Faraón, no
por su voluntad, sino en contra de ella.
Al examinar la narración de Moisés y
el Éxodo, quizás todavía nos preguntemos: ¿Qué tenía que ver eso de la caminata
de tres días, y el sacrificio, y la fiesta, si de todos modos Dios iba a
sacarlos del todo? ¿Dios solo estaba intentando hacerle una treta a Faraón? Y
¿por qué añadió Dios la observancia de siete días de panes sin levadura, la
cual leemos a la mitad de sus instrucciones sobre la Pascua?
Si confiamos en las palabras de Dios
en el Éxodo, tenemos que creer que realmente le ofreció a Faraón la opción de
permitir la salida de los hebreos ("shalach") a tres días de camino
fuera de Egipto propiamente dicho, a un área del desierto controlado por
Egipto, para celebrar una fiesta a Dios por liberarlos de ser propiedad de
Faraón. De allí habrían seguido a dondequiera que Dios los hubiera llevado como
su nuevo Amo y Señor. A lo cual, por supuesto, Faraón dijo: ni lo sueñen (o el
equivalente en egipcio).
También se le ofreció a Faraón
permitir que los hebreos recorrieran esa misma distancia en una peregrinación
("yalak") para ofrecer un sacrificio a Dios. ¿Qué sacrificio?
Indudablemente, habría sido el mismo sacrificio que fue ofrecido en la Pascua,
a fin de comprar su libertad y dejar de ser propiedad de Faraón mediante la
sangre de un substituto y se puede asumir que el resultado final habría sido el
mismo: la salida por completo de Egipto.
En ambos escenarios (a los que
Faraón se negó), el acontecimiento central que ocurriría durante esos tres días
en el desierto era encontrarse con su Dios en ese lugar. Quizá eso era a lo que
Faraón más temía (o simplemente no creía), pero de cualquier manera, la
posibilidad de que los hebreos se encontraran con su Dios, a tres días de
camino en el desierto era real, porque Dios le hizo genuinas ofertas a Faraón,
a las que se negó. Lo mismo aplica para la posibilidad de una fiesta y un
sacrificio.
Entonces, ¿cuánto tiempo les llevó
en realidad a los israelitas para salir completamente de Egipto, para escapar,
no solo de ser propiedad de Faraón, sino también de su jurisdicción y poder
militar? Ahí es donde encaja el período de panes sin levadura. La manera más
fácil de entender la relación de la fiesta de los panes sin levadura con el
Éxodo es leyendo Dt. 16:3: “…siete días comerás con ella pan sin levadura, pan
de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los
días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto”.
Según Éx. 12, este período (o
fiesta) de los panes sin levadura comienza con una "santa
convocación" el primer día, la cual es la Pascua, y termina con una
"santa convocación" el séptimo día. Durante todo este tiempo, los
judíos deben comer solo pan sin levadura, el que es llamado "pan de
aflicción", debido a lo que sucedió cuando salieron de Egipto con extrema
prisa, no por la aflicción de la esclavitud en Egipto, la cual es conmemorada
en la Pascua, sino debido a las dificultades que experimentaron cuando
salieron.
La fiesta de los panes sin levadura
en realidad comienza el día después de la Pascua, lo cual no es la creencia más
popular hoy, pero era el calendario observado por algunos líderes judíos por lo
menos ya para el primer siglo. La Pascua, por supuesto, incluye panes sin
levadura; pero la diferencia entre las dos observancias es que la Pascua generó
el Éxodo, mientras que la fiesta de los panes sin levadura repite y conmemora
el Éxodo.
De cualquier manera, el día
siguiente comenzó con los hebreos reuniéndose y organizando una "santa
convocatoria" para partir de Egipto, habiendo recibido de los egipcios
toda clase de posesiones, que sin duda habría incluido animales de carga,
carros, y otros utensilios que habrían sido de utilidad en el viaje. Y así
partieron el "Primer Día" de su viaje, por el "Camino del Mar
Rojo", o Golfo de Suez.
Al final del PRIMER DÍA, según Éx.
12, esa noche acamparon en Sucot y cocieron toda la masa sin levadura que
habían preparado aprisa. Al día siguiente viajaron de Sucot a Etam al borde del
desierto egipcio (SEGUNDO DÍA). De nuevo, acamparon allí, ya que la oscuridad
les habría impedido seguir. Pero entonces sucedió algo muy interesante. En el
TERCER DÍA (porque eran tres días de camino en el desierto para encontrarse con
su Dios) el ángel de Dios iba delante de ellos en una columna de nube de día, y
una columna de fuego de noche. Así como él lo había indicado todo el tiempo:
tres días de camino, un sacrificio, y una "fiesta" en desarrollo, por
así decirlo, y Dios está allí, justo a tiempo, tres días de camino, fuera de
Egipto propiamente dicho, al borde del desierto egipcio.
Lo interesante realmente acerca de
este relato de Moisés y el Éxodo es la razón por la que Dios los condujo con
nube y con fuego. De acuerdo con la Biblia, fue para que pudieran viajar
"día y noche", aparentemente sin detenerse para acampar de nuevo,
hasta el séptimo día de los panes sin levadura. Ahora, en varios lugares a
través de la Biblia se nos dan indicios acerca de la manera sobrenatural en que
Dios ayudó a los hebreos a viajar extremadamente aprisa en ese entorno natural
tan hostil. Dios fortaleció sobrenaturalmente a toda la nación, para que no
puso su Espíritu sobre ellos para proporcionarles esa fuerza. Otras
provisiones, según los Salmos y 1 Cor. 10, fueron que los cubrió con una nube
de humedad fresca, e hizo llover abundantemente para sustentarlos. Y, por
supuesto, tuvieron la luz sobrenatural de la columna de fuego para alumbrarles
el camino en la oscuridad de las noches del desierto. Aún así, la fatiga, el
miedo, y el terror al ejército egipcio que seguía a los hebreos debieron haber
sido intensos; esa dieta continua de panes sin levadura probablemente no
ayudaba.
Finalmente, al cabo de seis días,
los hebreos llegaron a la costa de yam suph -- el Golfo de Aqaba según 1 Rey. 9
-- cercado por las montañas y el mar, con un contingente mortal de carros
egipcios acercándose rápidamente. Al otro lado del mar estaba Madián (la Arabia
de hoy), y la seguridad, pero en su lado del mar, la muerte era inminente. Allí
fue cuando Dios acampó entre los hebreos todo un día, otra santa convocatoria,
y encima Shabbat (el día de reposo, el sábado). Dios “descansó” y los hebreos
descansaron; incluso los egipcios descansaron,
lo cual le dio suficiente tiempo a Faraón para reconsiderar y regresar a
Egipto.
Esa noche Dios separó las aguas del
Mar Rojo, los hebreos atravesaron más allá de toda jurisdicción egipcia hasta
Madián, los egipcios los siguieron, Dios cerró las aguas, y el capítulo de la
esclavitud egipcia en la historia de Israel finalmente terminó, justo como Dios
lo había prometido. Y comenzó un nuevo capítulo en su relación con Dios.
Los arqueólogos han descubierto
algunas evidencias, reivindicando el relato bíblico del Éxodo, incluyendo las ruedas
de los carruajes incrustadas en el coral, junto al puente de tierra al fondo
del Mar Rojo (Exodus Revealed [La Revelación del Éxodo], video documental de
Discovery Media Productions).