miércoles, 25 de octubre de 2017

Objeciones en contra de la Biblia Parte II

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La victoria de Abraham sobre reyes antiguos
En Gn. 14, la Biblia habla de la victoria de Abraham sobre Quedorlaomer y cinco reyes mesopotámicos. Durante años, los críticos dijeron que estos relatos eran ficticios y muchas personas desacreditaron a la Biblia; sin embargo, la tabla de Ebla también confirmó este relato. El reino de Ebla fue un reino poderoso en el siglo XX a.C. y las tablas de Ebla son registros de su historia (y se han descubierto miles de tablas). Lo que es importante es que muchas de estas tablas hacen referencia a cada una de las cinco ciudades de la llanura, y así se demuestra la exactitud del relato de Gn. 14.

Sodoma y Gomorra
Dos de las ciudades mencionadas en la Biblia, Sodoma y Gomorra, fueron consideradas como mitológicas durante muchos años. No obstante, excavaciones recientes en Tell Mardikh, que se sabe ahora que fue el sitio de Ebla, dejaron al descubierto 15,000 tablas escritas. Algunas de ellas han sido traducidas, y en ellas se menciona a Sodoma y Gomorra.

Ahora a Sodoma y Gomorra se le llama Bab edh-Dhra. Está en la localización que la Biblia dice. Los arqueólogos encontraron que las casas fueron destruidas por fuego que comenzó de arriba.

Moisés y el Éxodo
Entre los detalles del relato bíblico de Moisés y el Éxodo que se señalan como posibles contradicciones en la Biblia, están los detalles del mandato de Dios: “deja ir a mi pueblo” (Èx. 5:1)… como le fuera declarado a Faraón por Moisés y Aarón.

¿Era ésta una pequeña excursión de fin de semana, unas vacaciones prolongadas o una partida definitiva? ¿Era para ofrecer sacrificios a Dios, para "servirle" o para dejar Egipto de un todo? Y luego, ¿estaban prometiendo irse solo por tres días y regresar, abandonar del todo la tierra o estaba el Monte Sinaí a solo tres días de donde vivían en Egipto? Y además, ¿qué era eso de los panes sin levadura, la observancia de siete días (no de tres días) que fue agregada a mitad del Éxodo?

Algunos críticos han utilizado todos estos detalles aparentemente contradictorios para cuestionar la confiabilidad de Moisés y del Éxodo en la Biblia. Pero ¿existe una manera de reconciliarlos en un relato unificado, confiable e histórico?

Revisemos algunas de las afirmaciones acerca de Moisés y el Éxodo. Primero, cuando Dios habló inicialmente con Moisés, en la zarza ardiendo del Monte Sinaí, en Madián, él le dijo a Moisés que su objetivo final era que los hebreos regresaran a ese Monte y le "sirvieran". La palabra "servir" aquí es la misma palabra utilizada en relación al papel de los hebreos como esclavos de Faraón. En otras palabras, para el momento en que los hebreos regresaran al Monte Sinaí, en Madián, estarían en condición de "servir" a Dios de la misma manera en que habían estado sirviendo a Faraón por 400 años, como absoluta propiedad y posesión. Pero más tarde, cuando Moisés y Aarón se enfrentaron por primera vez a Faraón acerca del estatus del pueblo escogido de Dios, la demanda de Dios era que dejara ir al pueblo de Dios para que pudieran celebrar una fiesta para él en el desierto. Eso no suena como una salida de un todo de la tierra. Es obvio, por la actitud posesiva de Faraón, que él sabía que los hebreos no podían servir a dos amos -- o dioses -- al mismo tiempo. Y Dios hizo todo lo necesario para asegurarse de que Faraón supiera el objetivo de sus planes para los hebreos. A través de todo el relato del Éxodo, dos palabras hebreas distintas fueron utilizadas para indicar las intenciones de Dios (así como las de Faraón) para los hijos de Israel. La primera palabra es "shalach", la cual indica una partida o salida de un todo. La segunda palabra es "yalak", la cual significa "caminar" o "viaje breve". De acuerdo con el relato, el Faraón sabía claramente la diferencia, ya que trató de aferrarse a los hebreos en lugar de cedérselos a su Dios.

En la petición inicial de Moisés se utilizó la palabra para una completa partida, "shalach" ya que la celebración de una fiesta en honor al Dios verdadero sería una total ofensa para Faraón, el supuesto dios encarnado. Por supuesto, Faraón se negó. Más tarde, se le ofreció la opción de permitirle a los hebreos "yalak" (o viajar) por tres días y ofrecer "sacrificios" a su Dios. De nuevo, Faraón se negó. Quizás fue porque no esperaba que los hebreos regresaran, o quizás en realidad temía que el Dios de los hebreos fuese real y que respondiera a sus sacrificios con una liberación sobrenatural.

Así continúa el relato bíblico, con Faraón haciendo juegos de palabras en contra del plan de Dios, y el prospecto de una partida definitiva siempre presente en la mente de Faraón y en el propósito de Dios. Como sabemos, finalmente Dios "motivó" a la fuerza a Faraón a ordenar la partida de los hebreos completamente fuera de la tierra (shalach), después de que Dios mostrara su poder mediante la celebración por la Pascua de todos los primogénitos, incluyendo a todo Israel, el primogénito de Dios. De manera que el objetivo final de Dios fue cumplido mediante Faraón, no por su voluntad, sino en contra de ella.

Al examinar la narración de Moisés y el Éxodo, quizás todavía nos preguntemos: ¿Qué tenía que ver eso de la caminata de tres días, y el sacrificio, y la fiesta, si de todos modos Dios iba a sacarlos del todo? ¿Dios solo estaba intentando hacerle una treta a Faraón? Y ¿por qué añadió Dios la observancia de siete días de panes sin levadura, la cual leemos a la mitad de sus instrucciones sobre la Pascua?

Si confiamos en las palabras de Dios en el Éxodo, tenemos que creer que realmente le ofreció a Faraón la opción de permitir la salida de los hebreos ("shalach") a tres días de camino fuera de Egipto propiamente dicho, a un área del desierto controlado por Egipto, para celebrar una fiesta a Dios por liberarlos de ser propiedad de Faraón. De allí habrían seguido a dondequiera que Dios los hubiera llevado como su nuevo Amo y Señor. A lo cual, por supuesto, Faraón dijo: ni lo sueñen (o el equivalente en egipcio).

También se le ofreció a Faraón permitir que los hebreos recorrieran esa misma distancia en una peregrinación ("yalak") para ofrecer un sacrificio a Dios. ¿Qué sacrificio? Indudablemente, habría sido el mismo sacrificio que fue ofrecido en la Pascua, a fin de comprar su libertad y dejar de ser propiedad de Faraón mediante la sangre de un substituto y se puede asumir que el resultado final habría sido el mismo: la salida por completo de Egipto.

En ambos escenarios (a los que Faraón se negó), el acontecimiento central que ocurriría durante esos tres días en el desierto era encontrarse con su Dios en ese lugar. Quizá eso era a lo que Faraón más temía (o simplemente no creía), pero de cualquier manera, la posibilidad de que los hebreos se encontraran con su Dios, a tres días de camino en el desierto era real, porque Dios le hizo genuinas ofertas a Faraón, a las que se negó. Lo mismo aplica para la posibilidad de una fiesta y un sacrificio.

Entonces, ¿cuánto tiempo les llevó en realidad a los israelitas para salir completamente de Egipto, para escapar, no solo de ser propiedad de Faraón, sino también de su jurisdicción y poder militar? Ahí es donde encaja el período de panes sin levadura. La manera más fácil de entender la relación de la fiesta de los panes sin levadura con el Éxodo es leyendo Dt. 16:3: “…siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto”.

Según Éx. 12, este período (o fiesta) de los panes sin levadura comienza con una "santa convocación" el primer día, la cual es la Pascua, y termina con una "santa convocación" el séptimo día. Durante todo este tiempo, los judíos deben comer solo pan sin levadura, el que es llamado "pan de aflicción", debido a lo que sucedió cuando salieron de Egipto con extrema prisa, no por la aflicción de la esclavitud en Egipto, la cual es conmemorada en la Pascua, sino debido a las dificultades que experimentaron cuando salieron.

La fiesta de los panes sin levadura en realidad comienza el día después de la Pascua, lo cual no es la creencia más popular hoy, pero era el calendario observado por algunos líderes judíos por lo menos ya para el primer siglo. La Pascua, por supuesto, incluye panes sin levadura; pero la diferencia entre las dos observancias es que la Pascua generó el Éxodo, mientras que la fiesta de los panes sin levadura repite y conmemora el Éxodo.

De cualquier manera, el día siguiente comenzó con los hebreos reuniéndose y organizando una "santa convocatoria" para partir de Egipto, habiendo recibido de los egipcios toda clase de posesiones, que sin duda habría incluido animales de carga, carros, y otros utensilios que habrían sido de utilidad en el viaje. Y así partieron el "Primer Día" de su viaje, por el "Camino del Mar Rojo", o Golfo de Suez.

Al final del PRIMER DÍA, según Éx. 12, esa noche acamparon en Sucot y cocieron toda la masa sin levadura que habían preparado aprisa. Al día siguiente viajaron de Sucot a Etam al borde del desierto egipcio (SEGUNDO DÍA). De nuevo, acamparon allí, ya que la oscuridad les habría impedido seguir. Pero entonces sucedió algo muy interesante. En el TERCER DÍA (porque eran tres días de camino en el desierto para encontrarse con su Dios) el ángel de Dios iba delante de ellos en una columna de nube de día, y una columna de fuego de noche. Así como él lo había indicado todo el tiempo: tres días de camino, un sacrificio, y una "fiesta" en desarrollo, por así decirlo, y Dios está allí, justo a tiempo, tres días de camino, fuera de Egipto propiamente dicho, al borde del desierto egipcio.

Lo interesante realmente acerca de este relato de Moisés y el Éxodo es la razón por la que Dios los condujo con nube y con fuego. De acuerdo con la Biblia, fue para que pudieran viajar "día y noche", aparentemente sin detenerse para acampar de nuevo, hasta el séptimo día de los panes sin levadura. Ahora, en varios lugares a través de la Biblia se nos dan indicios acerca de la manera sobrenatural en que Dios ayudó a los hebreos a viajar extremadamente aprisa en ese entorno natural tan hostil. Dios fortaleció sobrenaturalmente a toda la nación, para que no puso su Espíritu sobre ellos para proporcionarles esa fuerza. Otras provisiones, según los Salmos y 1 Cor. 10, fueron que los cubrió con una nube de humedad fresca, e hizo llover abundantemente para sustentarlos. Y, por supuesto, tuvieron la luz sobrenatural de la columna de fuego para alumbrarles el camino en la oscuridad de las noches del desierto. Aún así, la fatiga, el miedo, y el terror al ejército egipcio que seguía a los hebreos debieron haber sido intensos; esa dieta continua de panes sin levadura probablemente no ayudaba.

Finalmente, al cabo de seis días, los hebreos llegaron a la costa de yam suph -- el Golfo de Aqaba según 1 Rey. 9 -- cercado por las montañas y el mar, con un contingente mortal de carros egipcios acercándose rápidamente. Al otro lado del mar estaba Madián (la Arabia de hoy), y la seguridad, pero en su lado del mar, la muerte era inminente. Allí fue cuando Dios acampó entre los hebreos todo un día, otra santa convocatoria, y encima Shabbat (el día de reposo, el sábado). Dios “descansó” y los hebreos descansaron;  incluso los egipcios descansaron, lo cual le dio suficiente tiempo a Faraón para reconsiderar y regresar a Egipto.

Esa noche Dios separó las aguas del Mar Rojo, los hebreos atravesaron más allá de toda jurisdicción egipcia hasta Madián, los egipcios los siguieron, Dios cerró las aguas, y el capítulo de la esclavitud egipcia en la historia de Israel finalmente terminó, justo como Dios lo había prometido. Y comenzó un nuevo capítulo en su relación con Dios.

Los arqueólogos han descubierto algunas evidencias, reivindicando el relato bíblico del Éxodo, incluyendo las ruedas de los carruajes incrustadas en el coral, junto al puente de tierra al fondo del Mar Rojo (Exodus Revealed [La Revelación del Éxodo], video documental de Discovery Media Productions).

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