La supervivencia de la Escritura en
el tiempo
La Palabra de Dios ha permanecido
hasta hoy a pesar de las diferentes “luchas que ha tenido que librar” en el
tiempo, la persecución y la crítica.
La Biblia ha librado una gran
batalla para llegar hasta nuestras manos. Primeramente, su transmisión fue oral
hasta la aparición de la escritura; en ese entonces la transmisión se hacía de
generación a generación. Cuando la escritura aparece en las regiones de
Mesopotamia, Egipto, y Asia Menor entonces se inicia una nueva fase: la
transmisión escrita.
Esta transmisión escrita tenía que
librar otra serie de obstáculos, pues los materiales en lo que se podía
escribir eran poco duraderos; miremos algunos ejemplos:
- Papiro: usado hasta el tercer
siglo d.C. Se tiene registro de papiros con una antigüedad que data del 2400
a.C. Este material se sacaba de una planta que se denominaba de esta manera.
- Pergamino: nombre que se le daba a
las pieles de ovejas, cabras, entre otros animales, una vez que había sido
rasqueteado todo el pelaje; era un material más duradero.
- Vitela: era el nombre que se le
daba al cuero de ternero.
El material escrito se multiplica
por medio de copias sucesivas que, como son hechas a mano por distintas
personas, en distintos lugares y en diversas épocas, no están libres de errores
y de alteraciones (sean accidentales o intencionales).
Con esto se da paso a una tercera
fase, la de fijar y proteger de nuevas alteraciones al texto que se considera
más autentico, estableciéndose de esta manera un texto oficial, autorizado y
celosamente salvaguardado.
Supervivencia de la Biblia a través
de la persecución
Otra lucha que ha tenido la Biblia
es en el campo de la persecución. No hay libro que haya sido más atacado por
sus detractores que la Biblia misma; han quemado muchos ejemplares de la
Biblia, han tratado de destruirla, han prohibido su venta y su lectura, han
vaticinado su exterminio y sus seguidores han sido sentenciados a
persecución, cárcel y muerte por parte
de emperadores romanos, sectas religiosas, gobiernos, reyes, dictadores,
comunistas, radicales, grupos terroristas, entre otros.
Por ejemplo, Diocleciano, emperador
romano que promulgó un edicto para quemar todas las Escrituras de los
cristianos, y privarles de libertad si persistían en su fe; 25 años después,
Constantino, sucesor de Diocleciano, comisionó a Eusebio la preparación de 50
copias de la Escritura a expensas del imperio. Otro caso es el de Voltaire que
afirmó en su tiempo que en 100 años tanto el cristianismo como la Biblia
desaparecerían pero 50 años después de su muerte, la Sociedad Bíblica de Génova
usó su imprenta y su casa para imprimir miles de ejemplares de la Biblia.
La arqueología
Contrario a lo que algunos piensan,
la Biblia no es una recolección de mitos inventados acerca de personas que
nunca existieron. La evidencia arqueológica ha desmentido repetidamente la idea
de que las personas, lugares y sucesos en la Biblia fueron algo inventado.
La arqueología ha sido una fuente de
gran reivindicación para la Biblia. En este campo, las investigaciones
arqueológicas del Medio Oriente han demostrado que la Biblia es verdadera y
precisa indefectiblemente en sus descripciones históricas.
La influencia de la arqueología en
los estudios bíblicos ha sido profunda: “En su totalidad, tal evidencia como la
arqueología, ha proporcionado tanto, especialmente en proveer manuscritos
antiguos y lo relacionado a los libros de la Biblia, lo cual fortalece nuestra
confianza en la exactitud sobre la cual el texto ha sido transmitido a través
de los siglos… No solamente la sustancia principal de lo que se ha escrito,
sino aún de las palabras; aparte de las variaciones menores que han sido
transmitidas con notable fidelidad, de tal modo que no hay necesidad para dudar
con respecto de cualquier enseñanza de las personalidades de la Biblia” (Millar
Burrows, What Meaneth These Stones, pag.42).
En el ensayo clásico de Josh
McDowell sobre evidencias históricas que apoyan la veracidad de la Biblia, el
renombrado arqueólogo Nelson Glueck es citado diciendo: “Se puede establecer
categóricamente que ningún descubrimiento arqueológico nunca ha disputado una
referencia bíblica” (McDowell, Evidencia que Exige un Veredicto, Editorial
Vida, 1982, Miami, Florida, p. 65 del original en inglés).
El Dr. William Albright, quien fuera
probablemente la máxima autoridad en la arqueología del Medio Oriente de su
tiempo (y una persona escéptica al Cristianismo), dijo esto acerca de la
Biblia: “No puede haber ninguna duda que la arqueología ha confirmado la
historicidad sustancial del AT”.
Posteriormente, en este libro se
presentarán muchísimos ejemplos de cómo la arqueología autentica la
confiabilidad de la Biblia. No hay ningún libro que sea tan antiguo y, a la
vez, sea preciso en sus descripciones de lugares, personajes y hechos como lo es
la Biblia.
Miremos varios ejemplos…
El éxodo de Israel
Revisemos el relato bíblico del
éxodo de Israel de Egipto. Faraón, el monarca de Egipto, persiguió a los
israelitas con un ejército de carruajes, arrinconando a Israel en el Golfo de
Aqaba (el Mar Rojo). Milagrosamente, Dios dividió el Mar Rojo, permitiendo que
Israel pasara por un puente de tierra. Los egipcios les siguieron en una
persecución cercana, pero luego de que el último israelita cruzó, Dios soltó el
agua dividida y ahogó al ejército egipcio. Los arqueólogos han descubierto
algunas evidencias, reivindicando el relato bíblico del Éxodo, incluyendo las
ruedas de los carruajes incrustadas en el coral, junto al puente de tierra al
fondo del Mar Rojo (Exodus Revealed [La Revelación del Éxodo], video documental
de Discovery Media Productions).
Lucas, el historiador
Analicemos la integridad de los
autores de la Biblia, hombres que afirman ser inspirados por Dios. Tomemos el
caso de Lucas, quien es el autor de un cuarto de todo el NT. Lucas es considerado
un historiador con autoridad, uno de los más grandes de la antigüedad. El Dr.
John McRay, profesor de Nuevo Testamento y Arqueología en la Universidad
Wheaton en Illinois, explica: “El consenso general de los eruditos, tanto
liberales como conservadores, es que Lucas es muy preciso como historiador. Él
es erudito, elocuente, su griego alcanza calidad clásica, escribe como un
hombre educado, y los descubrimientos arqueológicos están mostrando una y otra
vez que Lucas es exacto en lo que tiene que decir” (John McRay, citado por Lee
Strobel, El Caso de Cristo, Editorial Vida, 2003, Miami, Florida, p. 129 del
original en inglés).
Sir William Ramsey, uno de los
grandes arqueólogos de los tiempos modernos, declaró: “Lucas es un historiador
de primer orden” (Sir William Ramsey, The Bearing of Recent Discovery on the
Trustworthiness of the New Testament [Relevancia de los Descubrimientos
Recientes en la Credibilidad del Nuevo Testamento], 1915, p. 222).
Nota: Posteriormente, se darán más
ejemplos de arqueología y evidencias que pueden ser verificadas.
La geografía y la historia
- A través de los años, muchas han
sido las críticas dirigidas en contra de la Biblia para desvirtuar su
confiabilidad histórica. Algunas de esas críticas están basadas en la carencia
de evidencias, de fuentes externas, que confirmen todo lo que la Biblia
asevera. Al ser la Biblia un libro principalmente sobre asuntos religiosos,
muchos argumentan que no es completamente imparcial y que por lo tanto no es
confiable, a menos que se tengan evidencias extrabíblicas externas
verificables. En otras palabras, según los críticos, la Biblia es culpable
hasta que se pueda demostrar su inocencia, y la carencia de evidencias externas
la coloca en un estado de duda.
- La norma utilizada para determinar
la veracidad de los registros bíblicos es aplicada de manera muy diferente a la
utilizada generalmente con otros documentos antiguos, aún cuando éstos, casi
siempre, también contengan asuntos religiosos. Normalmente, todo documento se
considera verídico, a menos que las evidencias presentadas muestren claramente
lo contrario. Aún cuando no es posible verificar cada incidente de la Biblia,
los descubrimientos arqueológicos desde mediados del siglo XIX han demostrado
la confiabilidad y la autenticidad de la narrativa de la Biblia. Además, la
Biblia es un libro histórico que está respaldado por la geografía, ya que la
misma Biblia es sumamente precisa para describir lugares y nombres que cuadran
con los registros encontrados hasta el momento.
El siguiente material está basado en
una información de “Stones, Scripts and Scholars” Christianity Today, Vol.13,
No.10; Feb.14, 1969, Págs.432-437.
Las tradiciones no confirmadas de la
antigüedad no son automáticamente sospechosas; así pues, hay tres áreas de las
cuales se recoge la evidencia:
- Las tradiciones: ejemplo, Homero,
Herodoto, el Antiguo y el Nuevo Testamento.
- Las inscripciones: los monumentos
con inscripciones, archivos reales, teatros, acuerdos, etc.
- Las ruinas materiales: edificios,
obras artísticas, alfarería, armas, etc.
Lo que es reflejado en una fuente no
necesariamente es reflejado en cualquier otra; sin embargo, la coronación
máxima ocurre cuando las tradiciones son reflejadas en ambos lugares: en las
inscripciones y en las ruinas materiales.
La naturaleza fragmentaria de la
evidencia:
- Solamente una pequeña fracción de
lo que fue hecho o escrito sobrevive.
- Solamente una pequeña fracción de
sitios disponibles han sido estudiados.
- Solamente una pequeña fracción de
sitios examinados han sido excavados.
- Solamente una pequeña fracción de
un sitio de excavación es examinado.
- Solamente una pequeña fracción de
los materiales, especialmente, materiales escritos, producidos por excavaciones,
ha sido publicado.
En el caso de la Biblia, hay miles
de fragmentos arqueológicos disponibles, materiales escritos, registros,
inscripciones, objetos, excavaciones, estudios realizados y publicaciones
serias por parte de profesionales reconocidos de diversas ramas, en relación
con lugares, personajes e historia confirmados por fuentes extrabiblicas.
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