viernes, 29 de enero de 2016

El ayuno bíblico Parte II


- Realizarse algún examen médico o un análisis de sangre más confiable
Cierto tipo de pruebas médicas se realizan en ayunas; esto se debe a motivos fisiológicos, ya que se pretende obtener una muestra en condiciones normales y algunos parámetros cambian después de ingerir alimentos (como es el caso del colesterol). También se debe a que los valores de referencia están estandarizados a partir de análisis de población sana y en ayunas.

- Hacer una huelga de hambre en forma de protesta
Hay gente que busca una reacción favorable ante alguna petición a una persona, un grupo de personas o una institución organizada; por tal razón, se abstienen de comer y/o beber para ejercer presión. A veces logran su objetivo; otras veces no.

- Lograr resultados en el ámbito espiritual:
* El ayuno favorece el desarrollo del dominio propio y el autocontrol porque se domina mejor la fuerza de la voluntad.
* Hay mayor sensibilidad espiritual porque se consigue una visión interior más clara y profunda que nos dispone para ser sensibles al Espíritu. Entonces, se puede establecer una comunicación más directa con Dios puesto que se despiertan más los sentidos. Así pues, se promueve la devoción personal, la fe, la entrega y la humillación del alma y el cuerpo ante la presencia de Dios. En este tiempo de ayuno, el alma es más propicia para enfocarse más en la meditación y la oración en comunión con Dios.
* En el ayuno, el corazón se puede abrir mejor al perdón porque favorece la sanación de rencores y resentimientos.
* En momentos de especial necesidad, el ayuno puede ayudarnos a enfocar toda nuestra energía y nuestra atención para buscar a Dios y entender su voluntad, al mismo tiempo que da más fuerza a nuestras oraciones.

-  Presentar oraciones, ruegos y adoración ante Dios
En muchas culturas y religiones se asocia el ayuno a la espiritualidad como una forma de sacrificio, de fortaleza ante las tentaciones, de limpieza de impurezas y se busca un estado de disposición a la oración. Miremos algunos ejemplos:

* Los judíos ayunan actualmente una vez al año (entre septiembre y octubre) en la fiesta del Yom Kippur (significa día del perdón); éste es el día de la expiación, el arrepentimiento y la reconciliación, y es considerado el día más santo y más solemne del año judío (posteriormente, se ampliará esta información).
* Los musulmanes ayunan todos los días durante el mes del Ramadán (el noveno mes del calendario musulmán-entre agosto y septiembre).
* Los mormones ayunan 24 horas el primer domingo de cada mes.
* Hay cristianos que suelen ayunar un día o varios días de forma regular o esporádica (sea individualmente o en grupos).

c. El ayuno fue practicado en el A.T.

El ayuno no es nada nuevo en la sociedad humana porque desde hace miles de años, culturas tanto de oriente como de occidente han practicado diferentes periodos y tipos de ayuno. Asimismo, en el A.T. de la Biblia encontramos múltiples referencias al ayuno. Por ejemplo, la Escritura describe diversas situaciones y ocasiones cuando Israel como nación buscaba a Dios con oración y ayuno pero también lo hicieron personajes del A.T.; miremos lo siguiente:

- Moisés ayunó 40 días 2 veces en el monte Sinaí.

* Después del primer ayuno, Moisés recibe los Mandamientos del Señor escritos en dos tablas de piedra con el dedo de Dios para el pueblo de Israel.

“Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua; y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea. Sucedió al fin de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto” (Dt. 9:9-11).

* El segundo ayuno de Moisés fue después que pasara el juicio de Dios sobre Israel por la adoración al becerro de oro. En esta ocasión, Moisés subió al monte Sinaí por orden directa de Dios ya que él había quebrado las primeras tablas que contenían los mandamientos del Señor (Éx. 34:1-3); una vez allí en el monte, Moisés estuvo 40 días y 40 noches sin comer pan ni beber agua y escribió por sí mismo los 10 mandamientos que estaban en las dos tablas anteriores (Éx. 34:28). Este episodio lo narra también Dt. 10:10 señalando que fueron 40 días y noches, al igual que el primer ayuno.

En estos dos periodos de ayuno Moisés intercede por su pueblo y el Señor le concede no castigarlos por causa de sus rebeliones (Dt. 10:10).

Nota: es imposible para el cuerpo humano sobrevivir a un ayuno sin agua por más de 4 días pero aquí vemos la mano de Dios sobre Moisés porque solo la intervención divina en este caso sería la explicación para que Moisés aguantara tanto tiempo sin agua. Así pues, lo más sensato sería pensar que Dios hidrató de forma sobrenatural el cuerpo de Moisés para poder resistir a este periodo de ayuno. Ahora bien, según la ciencia, una persona puede estar 2 meses sin alimentarse como máximo; sin embargo, todo depende de las circunstancias y del clima.

- En la Ley de Moisés, Dios ordenó a los israelitas dedicar un día al año para la reconciliación con él y la idea era afligir el alma ante Dios en oración y arrepentimiento. Este tiempo de recogimiento y retiro espiritual daría lugar a la reflexión para que cada israelita examinara su corazón y su vida ante la presencia de Dios.

“Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis. Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados. Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas” (Lv. 23:26-29).

La abstinencia de comida era requisito de la Ley únicamente en el día de la expiación (Lv. 16:29-34). En este día, todo el pueblo de Israel se afligía delante del Señor y traían ofrenda grata delante de Jehová (Lv. 16); éste era el día en que el sumo sacerdote entraba al lugar santísimo para ofrecer sacrificios por sus pecados y por los pecados de todo el pueblo y era solo una vez al año. En este día nadie trabajaba y era completo día de reposo, dedicado para Dios y para reconciliación con él. El horario era desde las 6 de la tarde del día noveno (día anterior) hasta las 6 de la tarde del día decimo (día siguiente).

Aparte de este día nacional de ayuno, cada israelita tenía la libertad de optar por esta práctica en otros momentos (2 Sam. 12:16-23). Por otro lado, al regreso del exilio de Babilonia se establecieron cuatro ayunos al año (mes cuarto, quinto, séptimo y décimo) para recordar los días de la cautividad (Zac. 7:1-6; 8:19). Sin embargo, Dios no aprobó la actitud de estos ayunos porque no se hicieron con un corazón recto y anunció que estos ayunos se convertirían en gozo, alegría y fiesta por la restauración del Señor en su pueblo, es decir, que el dolor y la desesperación de su pueblo en estos días de ayuno sería superados por la bendición de Dios.

domingo, 24 de enero de 2016

El ayuno bíblico Parte I


a. ¿Qué es el ayuno?
Antes de estudiar el ayuno a la luz de la Palabra de Dios, debemos saber que la palabra ayuno viene del latin ieiunare que significa abstenerse de comer; la palabra desayuno representa lo contrario del ayuno y se aplica comúnmente a la alimentación que se realiza al comienzo del día y que acaba con el periodo de ayuno que se tuvo durante las horas de sueño (en las vigilias de la noche). Así pues, se llama ayuno al acto de abstenerse total o parcialmente de comer y/o beber por un período de tiempo.

Desafortunadamente, los valores universales del sacrificio voluntario, la negación del yo y el autocontrol son raros y se han ido perdiendo en nuestra sociedad, la cual está más inclinada al entretenimiento, la gratificación y el placer rápido sin mucho esfuerzo. La mayoría de las personas están en constante búsqueda de agradar su apetito de entretenimiento porque viven en constante “aburrimiento”. Hay una actitud de conformismo donde prima el bienestar del yo y la libertad para hacer todo lo que queramos y pensemos, por encima de la idea de negarnos a nosotros mismos y tener dominio propio de nuestros deseos y pasiones; sin embargo, la mayoría de la gente desconoce todos los resultados positivos que puede traer el ayuno.

b. ¿Qué beneficios se pueden obtener del ayuno?

- Mejorar la salud integral del ser humano
* Como el ayuno es un acto que se realiza voluntariamente para abstenerse de probar alimentos por un determinado lapso de tiempo (especialmente de alimentos sólidos), esto permite que el organismo descanse de la función digestiva y actúe en las funciones de eliminación y desintoxicación, activando las capacidades de regeneración y renovación de todo el organismo; es el método de purificación más natural y efectivo que se conoce; por ejemplo, los animales lo realizan cuando se sienten enfermos porque se abstienen de comer hasta que se mejoren y recuperan con mayor facilidad la salud; el organismo indica que no es momento de introducir comida sino de eliminar las sustancias de desecho y los residuos tóxicos acumulados con el tiempo. Es un periodo de eliminación y “limpieza” interna. Este método ayuda a restablecer la armonía y el equilibrio orgánico. Por el ayuno, todo el cuerpo humano, es decir, sus millones y millones de células no gastan energía en la digestión y asimilación de los nutrientes ingeridos, y esa energía que ahorran la invierten en el proceso de limpieza, regeneración y autocuración. De hecho, en el ayuno, variaciones en el nivel de acetona actúan sobre el cerebro, produciendo sustancias que estimulan la capacidad curativa del cuerpo. Así pues, el ayuno restablece la bioquímica y la fisiología normal y sana; la salud no es una situación rígida y estable, sino, más bien, un proceso dinámico, un equilibrio que se renueva constantemente.
* El ayuno incrementa la capacidad digestiva y de asimilación de nutrientes, tanto en el aparato digestivo como en cada una de las células del organismo. El descanso digestivo que ofrece el ayuno favorece la recuperación del aparato digestivo, tanto en su conducto como en las glándulas adyacentes: el hígado, el páncreas y el bazo. Estos órganos son los encargados de transformar las corrientes nutritivas que le llegan desde el tubo digestivo, cambiando las sustancias según las necesidades de todo el organismo. Al permitir este descanso, se aumentará la capacidad digestiva y de asimilación de los nutrientes ingeridos.
* El ayuno da a los órganos de eliminación una oportunidad para ponerse al día en su trabajo. La sobrecarga del organismo ocasionada por muchos años de una alimentación y una forma de vida insanas, dificulta la correcta eliminación de sustancias tóxicas. El organismo se va saturando poco a poco de sustancias de desecho ya que los órganos de eliminación se ven sobresaturados y no cumplen adecuadamente su función. Además, cuando nos mantenemos en un estado continuo de estrés llegamos al agotamiento orgánico, los órganos de eliminación no pueden cumplir su labor por falta de energía y las toxinas se van acumulando en su interior, dando lugar a una profunda intoxicación.  Así pues, en el ayuno se experimentan modificaciones hormonales que estimulan los mecanismos de desintoxicación hepática (en el hígado).
* Mediante el proceso de ayuno, el cuerpo elimina todo lo que no sea vital para su correcto funcionamiento. Produce verdaderamente una autodigestión o autolisis de todas aquellas sustancias perjudiciales que se almacenan y reproducen en su interior. Así pues, el ayuno detiene la ingesta de alimentos que se descomponen en el intestino e intoxican al cuerpo. La ausencia de comida durante el ayuno facilita la desaparición de alimentos descompuestos en el intestino. Cuando los alimentos no se descomponen en el conducto digestivo, no intoxican al organismo y el cuerpo se va sanando.
* El ayuno vacía el tubo digestivo y se deshace de las bacterias de putrefacción. Cuando el conducto digestivo se llena de restos de alimentos que sufren fermentación y putrefacción, aparecen una gran cantidad de bacterias (muchas de ellas perjudiciales para el organismo). El ayuno limpia al tubo digestivo de los restos alimenticios y también de los gérmenes posibles que pueden perjudicar al aparato digestivo y a todo el organismo. Al desaparecer la fermentación y la putrefacción, desaparecen las bacterias que se nutren de los alimentos descompuestos. Las bacterias, habitualmente, son unos organismos oportunistas que se alimentan de la descomposición y muerte celular. Si eliminamos la fermentación y putrefacción intestinal, se quedarán sin comida y desaparecerán. Por ende, el ayuno evita cualquier infección bacteriana en el intestino; al eliminar los restos de nutrientes mal digeridos y fermentados, deja sin “alimento” a millones de bacterias que podrían perjudicar al organismo.
* El cuerpo se alimenta de las reservas menos esenciales y sacrifica lo menos vivo y mantiene con mucho mimo los órganos más vitales. Debido a esto, se produce una lisis o destrucción de los tejidos malsanos y ocurre con frecuencia una desintegración de quistes, abscesos, bultos, tejidos con pus, flemas, fístulas, abscesos, tumores benignos, etc. debido a que no son vitales y necesarios. Incluso, tiene un gran efecto sobre los tumores malignos. Entonces, durante el ayuno, el organismo primero degrada y quema las sustancias no esenciales para obtener energía. Cuando el organismo físico no tiene comida, los tejidos se utilizan en orden inverso a la importancia que tienen para el organismo. Primero, se utilizan los menos vitales; por ejemplo, la grasa es el primer tejido en desaparecer. Para suministrar nutrientes a los tejidos más vitales, como el cerebro, los nervios, el corazón y los pulmones, las reservas almacenadas se utilizan antes de emplear cualquier tejido funcional del organismo.
* El ayuno permite un descenso (o pérdida) de peso, lo que de por sí es de gran ayuda en muchas enfermedades. El descenso de peso puede ser necesario y totalmente recomendable en enfermedades tan diferentes como son: obesidad, diabetes, artrosis, artritis, hipertensión, problemas de la columna vertebral, trastornos cardiacos y respiratorios, etc. Por otra parte, el ayuno aumenta la cantidad de orina eliminada; esto explica la gran cantidad de peso perdida por algunas personas durante los primeros días de ayuno. Ahora bien, existe la creencia de que para adelgazar se debe ayunar como si fuera una fórmula mágica; sin embargo, cuando el ayuno se hace de forma inadecuada puede provocar graves problemas de salud y está asociado a trastornos alimenticios como la anorexia. Por tanto, la mejor recomendación para el control de peso y la salud en general es hacer ejercicio, comer sanamente, evitar el consumo de alcohol y de tabaco porque el ayuno, por sí mismo, no garantiza la pérdida de peso ni el bienestar del organismo (debe ir acompañado de hábitos saludables).
* El descanso fisiológico favorecido por el ayuno permite la conservación y recanalización de la energía vital (la energía que mantiene la vida). Una de las causas que obstaculizan la libre circulación de la energía por el cuerpo son los bloqueos y barreras musculares originadas por tensiones emocionales y psicológicas. Durante el ayuno, el cuerpo elimina estas barreras. De hecho, una de las características propias del ayuno es que disminuye o prácticamente elimina las tensiones musculares. De esa manera, la energía fluye sin trabas y la persona recupera su energía vital. Así pues, el ayuno revitaliza el cuerpo por el ahorro de energía que se hace y permite la conservación de la energía y la canaliza de una forma más adecuada.
* El ayuno ayuda a rejuvenecer células, tejidos y órganos del cuerpo. Con el descanso fisiológico del ayuno, el cuerpo se recupera y se cura a sí mismo. Durante el ayuno, las células, los tejidos y los órganos viven un verdadero rejuvenecimiento que incluso se traslada a un rejuvenecimiento exterior y la persona da la imagen de ser más joven.
* El ayuno no solo reduce el riesgo de enfermedades del corazón y diabetes, sino que también provoca cambios positivos importantes en los niveles de colesterol de una persona. Además, hay estudios científicos que muestran que quienes ayunan al menos 1 vez al mes durante 24 horas tienen 39% menos riesgo de sufrir enfermedad de las arterias coronarias que quienes no ayunan (y ésta es una de las principales causas de muerte tanto de hombres como mujeres). “El ayuno provoca hambre y estrés; en respuesta, el organismo libera más colesterol lo cual le permite utilizar grasa como fuente de energía, en lugar de glucosa”, explica Benjamin Horne, coautor de la investigación. A su vez, esto disminuye el número de adipocitos (células de la grasa) en el organismo. “Esto es importante porque cuanto menos células grasas tenga el organismo, menos probabilidad de sufrir hipercolesterolemia, resistencia a la insulina, o diabetes”, agrega el investigador.
* Durante el ayuno, la capacidad del organismo para disolver los coágulos aumenta considerablemente. Este proceso, denominado fibrinolisis, no permite que se produzcan problemas tales como trombosis o embolias.
* El ayuno aumenta la capacidad inmunológica del organismo, con el cual se activan más las defensas para contrarrestar enfermedades de forma más efectiva. Esto ayuda al organismo a vencer las infecciones de forma más adecuada.
* El ayuno ayuda a cambiar el estado mental, favoreciendo una expansión de la consciencia. Todas las antiguas culturas de la humanidad, tanto de occidente como de oriente, han utilizado el ayuno como uno de los mejores métodos para la expansión de la consciencia. El ayuno nos da un tiempo para interiorizar (un momento para mirar hacia dentro). Muchos de los místicos de la humanidad eran partidarios y conocedores de los grandes beneficios del ayuno a nivel de la consciencia. Por el contrario, una comilona pesada o un banquete con alcohol y licores embota la consciencia y da sueño, y te lleva a la inconsciencia.
* El ayuno ayuda a aumentar la fuerza de voluntad, la estabilidad psicológica y la autoconfianza. Además, favorece la claridad de la mente y el autoconocimiento.
* El ayuno ayuda a mejorar la percepción por los sentidos. Durante el ayuno, hay una amplia renovación de los órganos de los sentidos. Muchos ayunantes señalan la mejoría de su capacidad de ver, escuchar, oler y gustar. El ayuno despierta la sensibilidad, los sentidos, la percepción del mundo y favorece el despertar de la consciencia. Además, con el ayuno aumenta la capacidad de captar el gusto natural a los alimentos sanos.
* Definitivamente, el ayuno es una disciplina física y mental poderosa porque nos enseña la necesidad de autorregular la forma como nos alimentamos y esto es beneficioso para mejorar nuestros hábitos alimenticios.

Resumen:
* Hemos visto de forma resumida las más importantes ventajas de hacer un ayuno, como principal herramienta para mantener y recuperar la salud. No obstante, siempre se recomienda el control y los consejos de un médico especialista para la atención de situaciones que requieran orientación al respecto.
* El ayuno no es en sí una terapia pero es la mejor manera de poner en descanso fisiológico al organismo. El ayuno realmente no cura; es el cuerpo el que se cura mientras ayunamos. Siempre el poder de curación es algo inherente al organismo vivo y ningún medicamento o médico puede atribuirse los méritos de la curación completa del cuerpo. La curación es una cualidad del ser vivo que mantiene en sí mismo una parte de la capacidad curativa de la naturaleza.
* La curación es un proceso biológico y el ayuno posibilita que el cuerpo ponga en marcha todos los mecanismos de desintoxicación (limpieza) y regeneración. Cuando una persona ayuna, no gasta energía en el proceso de digestión y asimilación de nutrientes y esa energía que ahorra la invierte en los procesos de eliminación y autocuración. Todo ello lo hace guiado por la inteligencia somática, esa misma inteligencia que hace que nuestro corazón lata, de día y noche, que nuestros riñones filtren la sangre de desechos o que el hígado tome las sustancias necesarias para reconstruir el cuerpo y sus funciones y neutraliza las sustancias tóxicas ingeridas, y todo ello, sin que mentalmente o conscientemente tengamos que decirle cómo hacerlo. Esos mismos órganos, al no tener que trabajar en la digestión y asimilación de alimentos, recanalizan su energía hacia los procesos de curación. 

viernes, 22 de enero de 2016

Palabras de vida


Texto base: Hch. 7:17-39

Introducción
Revisando la biografía de Moisés encontramos a un hombre que nació en un tiempo crucial para el cumplimiento de la promesa que Dios dio a Abraham para Israel (v. 17); él nació en medio del crecimiento y la multiplicación del pueblo del Señor (v. 17), nació en medio de cambios sociales y culturales en su época (v. 18), apareció en circunstancias adversas y desfavorables (v. 19), fue agradable a Dios (v. 20), fue criado 3 meses en casa de su padre hebreo (v. 20); fue expuesto a la muerte, es decir, estaba rodeado de peligros de muerte (v. 21); la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo suyo (v. 21). Por tanto, analicemos las capacidades humanas que había en él dentro de este contexto histórico.

1. Las capacidades humanas de Moisés

Moisés fue ubicado en lugares de oportunidad para vivir, crecer, aprender y fue enseñado en toda la sabiduría de los egipcios, quienes en este periodo fueron quizás la civilización más importante y más influyente de la tierra; además, la ciencia de Egipto ha gozado de gran prestigio desde tiempos remotos. La tradición refleja que los hombres sabios de la antigua Grecia habían ido a aprender a Egipto, en donde existía una ciencia respetada y un elevado nivel de conocimientos científicos, aunque mezclados algunas veces con prácticas mágicas:
- Entre todas las ramas de la ciencia que desarrollaron, en la que más avanzaron fue en las matemáticas. En el papiro Rhind hay evidencias de cómo llegaron a dominar suma, resta, multiplicación y división; sin necesidad de memorizar tablas de multiplicar, resolvían  ecuaciones con una incógnita y solucionaban problemas prácticos bastante complejos.
- La necesidad de volver a marcar los límites de los terrenos de cultivo al bajar el nivel del agua del Nilo, después de las inundaciones anuales, impulsó el desarrollo de la geometría y los instrumentos de medición para el cálculo de áreas, volúmenes e incluso del tiempo.
- Los arquitectos reales, con sus conocimientos de física y geometría, erigieron monumentales edificaciones y organizaron el trabajo de multitudinarios grupos de artistas, artesanos y trabajadores. El tallado, transporte desde las canteras de Asuán y colocación de pesados obeliscos monolíticos de granito o colosales estatuas, implica un alto nivel de conocimientos. La única de las llamadas “siete maravillas del mundo que aún perdura, la pirámide de Jufu (Keops o Giza), es buen ejemplo del grado de perfeccionamiento alcanzado en las ciencias aplicadas.
- Aunque el progreso de la civilización egipcia ha sido de cientos de años, podemos destacar que en el tiempo que vivió Moisés (Ex. 1:11), en estas circunstancias y con estas oportunidades, él tenía el respeto y la admiración de muchas personas por su posición con respecto a la hija de Faraón (v. 22). Probablemente, Moisés era un firme candidato para el trono de Egipto, la nación más poderosa de aquel entonces.

Todo lo que aprendió en Egipto no fue en vano, puesto que encontramos un plan divino en ello:

- Fue equipado para entender su entorno y servir a Dios en él.
- Fue entrenado para conocer la historia y la cultura de esta época con mayor profundidad.
- Fue facultado para acceder a más información y a más documentos escritos (genealogías, tradición oral de generaciones anteriores, idiomas).
- Fue preparado por Dios para que cuando viniese la revelación sobrenatural y la Ley (en el camino hacia la tierra prometida) pudiese escribir bajo su inspiración los 5 primeros libros de la Biblia (El Pentateuco), según lo afirma la tradición judía y según la versión auténtica de nuestro Señor Jesucristo (Lc. 24:44).

Dios se vale de todas estas situaciones para cumplir un plan en la vida de Moisés y por supuesto, en su pueblo escogido (Israel). Sin embargo, lo humano no es suficiente, se requiere el trato divino, el proceso de transformación espiritual y su gracia en el corazón para poder servir con eficacia en los programas de Dios.

2. Las capacidades que Dios da

En Egipto, Moisés calificaba como líder, como maestro, como alguien influyente, prometedor y exitoso; cuando cumplió 40 años de formación, experiencias, conocimientos y logros humanos, él mismo consideró que tenía un llamado como líder (Hch. 7:23-29) pero fracasó en ese momento porque aún no estaba preparado para asumir esta tarea ni era el tiempo de Dios para cumplir su misión: ser un instrumento en las manos del Señor para dar libertad a su pueblo Israel.

Dios tuvo que permitir otro proceso, donde moldeó su carácter y lo equipó para el ministerio durante 40 años más en tierra de Madián (Hch. 7:30). Madián significa lucha o esfuerzo. Es aquí donde Moisés aprende a madurar en medio del sufrimiento, del esfuerzo propio y de la lucha constante, mientras que en Egipto lo tuvo todo: comodidades, facilidades, comida en abundancia, vestido, reconocimiento, fama y popularidad. En Egipto estaba rodeado de personas nobles, ricas, intelectuales, ilustres, y tenía la estima del pueblo egipcio; en Madián estaba rodeado de personas trabajadoras, agricultores, pastores y animales, y quizás no tenía mucho reconocimiento humano, y su oficio fue ser pastor de ovejas, un trabajo abominable para los egipcios (Gn. 46:34).

3. Palabras de vida

Dios llama a Moisés en medio del desierto, cuando ejercía su oficio como pastor de ovejas y le revela un propósito para salvación de Israel (Hch. 7:30-35). El recibió palabras directas de Dios, escuchó la voz del Señor cuando hablaban como dos personas y todo lo que hizo fue bajo la dirección completa de Dios, contando con su respaldo sobrenatural: prodigios y señales (v. 36). Moisés anunció al Mesías y fue un profeta respetado, pues tenía credibilidad debido a la manifestación de Dios sobre él (Hch. 7:37: Dt. 34:10-12).

¿Qué condiciones se dieron en la vida de Moisés para llegar a ser un hombre de este calibre? (Hch. 7)

- Se capacitó según las circunstancias y el contexto cultural en el que vivió (v. 21, 22).
- Entendió que había un llamado celestial (v. 23-25).
- Permitió el trato divino y el proceso de formación (v. 26-30)
- Escuchó la voz de Dios y a pesar de sus evasivas, obedeció el llamado (v. 31-34)
- Asumió la responsabilidad y el liderazgo que Dios le entregó (v. 35).
- Creyó, buscó y recibió el poder de Dios para ser un testigo eficaz en el plan (v. 36).
- Acogió la palabra profética de Dios y la impartió al pueblo (v. 37).
- Estuvo en la congregación (cerca de sus hermanos) y en el monte Sinaí (cerca de Dios) (v. 38).
- Recibió palabras de vida para comunicarlas a Israel (v. 38).

Conclusión
¿Qué capacidades estamos desarrollando en nuestro entorno, en nuestra cultura? ¿Hemos entendido el llamado celestial? ¿Permitimos el trato divino y el proceso de formación? ¿Escuchamos la voz de Dios para obedecer su voluntad? ¿Asumimos la responsabilidad y el liderazgo que nos ha otorgado? ¿Creemos verdaderamente, buscamos y recibimos el poder de Dios para ser testigos eficaces? ¿Acogemos la palabra de Dios para impartirla a otros? ¿Estamos cerca de nuestros hermanos para ayudarles y servirles? ¿Estamos cerca de Dios para conocerle, amarle y servirle de todo corazón? ¿Recibimos palabras de vida para compartirlas con otras personas?

Ciertamente Dios quiere que todos tengamos una experiencia tan cercana como Moisés la tuvo con él. Lastimosamente, somos nosotros los que no propiciamos que Dios nos hable cara a cara, nos muestre sus programas y nos capacite sobrenaturalmente para ser todo lo que él ha determinado.

Comencemos a buscar a Dios, al Dios de Moisés, en oración intensa, en fe, en esperanza y él se manifestará, nos hablará, nos santificará para ser mansos, obedientes, espirituales, visionarios, intercesores, guerreros, valientes y persistentes como este hombre de Dios.

domingo, 17 de enero de 2016

Una joya de valor para Dios


“Quita las escorias de la plata, y saldrá alhaja al fundidor” (Pr. 25:4). 

Introducción
Dios nos creó con propósitos definidos; somos joyas de valor incalculable para él, cumplimos una función particular en la tierra, somos vasos de honra para el Señor, somos hermosos para él, poseemos una belleza y un precio sin igual aunque a veces nos menospreciemos o nos comparemos con los demás; la estima y la valoración de Dios hacia nosotros por lo que somos y representamos es extraordinaria. Quizás otras personas nos desprecien, nos aíslen, nos rechacen, nos etiqueten como inútiles o nosotros mismos lo hagamos, pero Dios nos conoce, él nos hizo y ha trazado planes específicos con nosotros; no obstante, somos nosotros los que elegimos ser lo que Dios ha diseñado o escogemos ser lo que nosotros deseamos, perdiendo el verdadero sentido de la vida que hemos recibido por un pequeño periodo de tiempo en la tierra.

En las Escrituras se usan diferentes símbolos para representar el valor que Dios nos concede como personas y como instrumentos que él quiere usar para beneficio mutuo en la humanidad; uno de ellos son las joyas.

1. Una joya

Es un objeto precioso que posee cualidades particulares y excelentes. Además, es un artículo necesario para su dueño, quien lo guarda, lo cuida y lo emplea de acuerdo a su utilidad y belleza porque brinda complacencia y satisfacción a quien lo posee. De la misma forma, puede ser utilizada para adornar, embellecer y complementar otros objetos.

Una joya es fabricada por un artesano en diferentes formas, tamaños y materiales según su función; podría tener oro, plata, bronce, piedras preciosas, perlas, entre otros.

Leyendo Pr. 25:4 en otras versiones de la Biblia, se usan términos similares: vaso y copa. Sin embargo, la aplicación es la misma. Por tanto, vamos a enfocar la enseñanza en el concepto de las joyas.

En la época bíblica, como en la actualidad, se usaban diversos tipos de alhajas muy estimadas tanto por los hombres como por las mujeres (Ex. 11:2). Se daban como regalos (Gn. 24:53), y constituían un artículo importante del botín de guerra (2 Cr. 20:25). Constituían, además, una forma de riqueza, especialmente antes de que empezaran a usarse las monedas (2 Cr. 21:3), y su adquisición traía gran contentamiento para sus dueños (Pr. 3.15). Las piedras se valoraban por su rareza, belleza, y durabilidad; por consiguiente, se les redondeaba y pulía, y a menudo se grababan y labraban.

2. Quita las escorias de la plata

La plata es un mineral blanco brillante y es maleable, es decir, se puede moldear en diversas formas. Esta técnica se usa en la fabricación de utensilios y monedas, en joyería y en otros ámbitos.

La plata se extrae de diferentes lugares y se puede encontrar casi puro, pero frecuentemente se halla entre las rocas en un estado natural, bruto, informe o combinado con otros metales (Job. 28:1-11); de allí se lleva a la fundición para ser moldeada según se requiera. Para este proceso se mete al crisol para que se derrita; el crisol es un recipiente que se emplea para fundir alguna materia a temperatura muy elevada. Al efectuar este trabajo, aparece visible la escoria, una sustancia translúcida que flota en el crisol y procede de la parte menos pura de los metales. La escoria representa las cosas viles y de ningún valor; por este motivo, la plata cobra su valor y estima si es purificada completamente de toda escoria porque su finura y calidad eran probadas (Sal. 12:6; Zac. 13:8,9; Mal. 3:3). Muchas veces, la refinación de la plata se asocia al sufrimiento, las pruebas y las situaciones difíciles que atraviesan los creyentes (Sal. 66:10; Pr. 17:3).

Algunos utensilios y elementos relacionados con la plata que se mencionan en las Escrituras son:

- La copa de José (Gn. 44:22): usada para satisfacer la sed.
- Las trompetas de plata (Nm. 10:2); usada para llamamiento y dirección divina.
- La lengua del justo (Pr. 10:20): usada para expresar palabras valiosas y apreciadas.

La plata no se empaña en una atmósfera pura y se pule hasta ofrecer una imagen como la de un espejo. Así pues, cuando somos limpios de toda maldad debemos conservarnos puros y ser transparentes ante Dios y ante los hombres, como un espejo en donde ellos se vean reflejados y se sientan movidos a un cambio de vida.

Las joyas y utensilios de plata eran forjados, trabajados y luego llevados al lugar donde serían usados (Jer. 10:9). Muchos creyentes son fundidos por el Señor para cumplir su voluntad en ellos pero no permiten que Dios les purifique y muchas veces son excluidos de sus bendiciones (Jer. 6:27-30; Is. 1:22).

3. Y saldrá alhaja al fundidor

En el capítulo 25 de Proverbios se habla acerca de la enseñanza para un rey: se le invita a escudriñar los asuntos divinos (v.2); se señala una acción que implica  responsabilidad para quitar la escoria, para purificarse a sí mismo y purificar el reino. La purificación del orden social (v. 5) es comparada con la purificación del orden natural (v. 4). Así como hay que purificar el mineral de su escoria, también hay que purificar el trono de la maldad y establecerlo con sabiduría (16:12). Como la separación de las impurezas de la escoria deja pura la plata, así quitar los malos consejeros del rey garantiza un gobierno sabio y próspero.

La plata tiene valor solo después que le han quitado las impurezas. En forma similar, el rey necesita ser limpio de toda maldad para que su trono quede establecido con justicia.

Conclusión
Somos joyas de valor para Dios; somos plata que requiere ser purificada de toda escoria para poder brillar y ser útiles al Señor y a los hombres. Somos reyes y sacerdotes (Ap. 1:6) y el reino de Dios en la tierra debe establecerse en la justicia y en la santidad, siendo nosotros un ejemplo para multitudes de personas que nos miran como joyas de plata, como tesoros de Dios, como hombres y mujeres diferentes, con convicciones claras sobre la vida y el propósito por el cual existimos. Somos utensilios formados, moldeados y refinados por Cristo y por su palabra.