viernes, 29 de enero de 2016

El ayuno bíblico Parte II


- Realizarse algún examen médico o un análisis de sangre más confiable
Cierto tipo de pruebas médicas se realizan en ayunas; esto se debe a motivos fisiológicos, ya que se pretende obtener una muestra en condiciones normales y algunos parámetros cambian después de ingerir alimentos (como es el caso del colesterol). También se debe a que los valores de referencia están estandarizados a partir de análisis de población sana y en ayunas.

- Hacer una huelga de hambre en forma de protesta
Hay gente que busca una reacción favorable ante alguna petición a una persona, un grupo de personas o una institución organizada; por tal razón, se abstienen de comer y/o beber para ejercer presión. A veces logran su objetivo; otras veces no.

- Lograr resultados en el ámbito espiritual:
* El ayuno favorece el desarrollo del dominio propio y el autocontrol porque se domina mejor la fuerza de la voluntad.
* Hay mayor sensibilidad espiritual porque se consigue una visión interior más clara y profunda que nos dispone para ser sensibles al Espíritu. Entonces, se puede establecer una comunicación más directa con Dios puesto que se despiertan más los sentidos. Así pues, se promueve la devoción personal, la fe, la entrega y la humillación del alma y el cuerpo ante la presencia de Dios. En este tiempo de ayuno, el alma es más propicia para enfocarse más en la meditación y la oración en comunión con Dios.
* En el ayuno, el corazón se puede abrir mejor al perdón porque favorece la sanación de rencores y resentimientos.
* En momentos de especial necesidad, el ayuno puede ayudarnos a enfocar toda nuestra energía y nuestra atención para buscar a Dios y entender su voluntad, al mismo tiempo que da más fuerza a nuestras oraciones.

-  Presentar oraciones, ruegos y adoración ante Dios
En muchas culturas y religiones se asocia el ayuno a la espiritualidad como una forma de sacrificio, de fortaleza ante las tentaciones, de limpieza de impurezas y se busca un estado de disposición a la oración. Miremos algunos ejemplos:

* Los judíos ayunan actualmente una vez al año (entre septiembre y octubre) en la fiesta del Yom Kippur (significa día del perdón); éste es el día de la expiación, el arrepentimiento y la reconciliación, y es considerado el día más santo y más solemne del año judío (posteriormente, se ampliará esta información).
* Los musulmanes ayunan todos los días durante el mes del Ramadán (el noveno mes del calendario musulmán-entre agosto y septiembre).
* Los mormones ayunan 24 horas el primer domingo de cada mes.
* Hay cristianos que suelen ayunar un día o varios días de forma regular o esporádica (sea individualmente o en grupos).

c. El ayuno fue practicado en el A.T.

El ayuno no es nada nuevo en la sociedad humana porque desde hace miles de años, culturas tanto de oriente como de occidente han practicado diferentes periodos y tipos de ayuno. Asimismo, en el A.T. de la Biblia encontramos múltiples referencias al ayuno. Por ejemplo, la Escritura describe diversas situaciones y ocasiones cuando Israel como nación buscaba a Dios con oración y ayuno pero también lo hicieron personajes del A.T.; miremos lo siguiente:

- Moisés ayunó 40 días 2 veces en el monte Sinaí.

* Después del primer ayuno, Moisés recibe los Mandamientos del Señor escritos en dos tablas de piedra con el dedo de Dios para el pueblo de Israel.

“Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua; y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea. Sucedió al fin de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto” (Dt. 9:9-11).

* El segundo ayuno de Moisés fue después que pasara el juicio de Dios sobre Israel por la adoración al becerro de oro. En esta ocasión, Moisés subió al monte Sinaí por orden directa de Dios ya que él había quebrado las primeras tablas que contenían los mandamientos del Señor (Éx. 34:1-3); una vez allí en el monte, Moisés estuvo 40 días y 40 noches sin comer pan ni beber agua y escribió por sí mismo los 10 mandamientos que estaban en las dos tablas anteriores (Éx. 34:28). Este episodio lo narra también Dt. 10:10 señalando que fueron 40 días y noches, al igual que el primer ayuno.

En estos dos periodos de ayuno Moisés intercede por su pueblo y el Señor le concede no castigarlos por causa de sus rebeliones (Dt. 10:10).

Nota: es imposible para el cuerpo humano sobrevivir a un ayuno sin agua por más de 4 días pero aquí vemos la mano de Dios sobre Moisés porque solo la intervención divina en este caso sería la explicación para que Moisés aguantara tanto tiempo sin agua. Así pues, lo más sensato sería pensar que Dios hidrató de forma sobrenatural el cuerpo de Moisés para poder resistir a este periodo de ayuno. Ahora bien, según la ciencia, una persona puede estar 2 meses sin alimentarse como máximo; sin embargo, todo depende de las circunstancias y del clima.

- En la Ley de Moisés, Dios ordenó a los israelitas dedicar un día al año para la reconciliación con él y la idea era afligir el alma ante Dios en oración y arrepentimiento. Este tiempo de recogimiento y retiro espiritual daría lugar a la reflexión para que cada israelita examinara su corazón y su vida ante la presencia de Dios.

“Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis. Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados. Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas” (Lv. 23:26-29).

La abstinencia de comida era requisito de la Ley únicamente en el día de la expiación (Lv. 16:29-34). En este día, todo el pueblo de Israel se afligía delante del Señor y traían ofrenda grata delante de Jehová (Lv. 16); éste era el día en que el sumo sacerdote entraba al lugar santísimo para ofrecer sacrificios por sus pecados y por los pecados de todo el pueblo y era solo una vez al año. En este día nadie trabajaba y era completo día de reposo, dedicado para Dios y para reconciliación con él. El horario era desde las 6 de la tarde del día noveno (día anterior) hasta las 6 de la tarde del día decimo (día siguiente).

Aparte de este día nacional de ayuno, cada israelita tenía la libertad de optar por esta práctica en otros momentos (2 Sam. 12:16-23). Por otro lado, al regreso del exilio de Babilonia se establecieron cuatro ayunos al año (mes cuarto, quinto, séptimo y décimo) para recordar los días de la cautividad (Zac. 7:1-6; 8:19). Sin embargo, Dios no aprobó la actitud de estos ayunos porque no se hicieron con un corazón recto y anunció que estos ayunos se convertirían en gozo, alegría y fiesta por la restauración del Señor en su pueblo, es decir, que el dolor y la desesperación de su pueblo en estos días de ayuno sería superados por la bendición de Dios.

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