sábado, 11 de febrero de 2017

Otras reflexiones sobre Creación y Evolución Parte II

Resultado de imagen para los dinosaurios

d. La reciente extinción de los dinosaurios

Revise la considerable evidencia de esta teoría de la reciente extinción de los dinosaurios. Los hechos apuntan abrumadoramente hacia su veracidad.

La Extinción de los Dinosaurios es un tópico candente de debate y nuevas teorías sobre la catástrofe que exterminó a los dinosaurios son presentadas con frecuencia; por consiguiente, en este estudio quiero plantear varios argumentos para analizar la evidencia encontrada.

La mayoría de los científicos creen que los dinosaurios se extinguieron hace cerca de 50 a 65 millones de años y ellos mismos concuerdan en que el concepto del hombre acerca de los dinosaurios se limita a más o menos los últimos 180 años (y la palabra misma no fue creada hasta 1841). Por lo tanto, si descubrimos evidencia del conocimiento del hombre (o su coexistencia con) dinosaurios durante el último par de siglos, la "ciencia" (como la conocemos) se pondría de cabeza. En este sentido, miremos alguna evidencia:

- Huesos humanos y utensilios coexisten en las mismas capas de fósiles así con huesos de dinosaurios en Texas y las Dakotas.
- Huellas de dinosaurios, humanas y de otros mamíferos coexisten en las mismas capas de fósiles en Texas y Nuevo México.
- Dibujos en cuevas y acantilados en Utah y Colorado describen crudamente ciertas especies de dinosaurios (datan del 400 d.C. al 1300 d.C.).
- Piedras de ceremonias funerarias descubiertas en Ica, Perú representan numerosas especies de dinosaurios, algunas en actividades con hombres (datan desde el 500 d.C. al 1500 d.C.).
- Figuras de cerámica y piedra descubiertas en Acambaro, México, representan muchas especies de dinosaurios (datan desde el 800 a.C al 200 d.C).
- China, Europa y el Medio Oriente comparten relatos similares de "dragones" y otras bestias. Algunas culturas reverenciaron estas criaturas. Por ejemplo: Registros de Marco Polo en China muestran que la casa real mantenía dragones para ceremonias. En otras culturas, era un gran honor matar a estas bestias. Existen numerosos relatos de guerreros matando grandes bestias a fin de establecer credibilidad en una aldea.
- En la Biblia, el libro de Job describe acerca de grandes criaturas, Behemot y Leviatán, hace cerca de 4000 años. Aunque las más recientes traducciones de la Biblia usan sustitutos como elefante, hipopótamo o cocodrilo, el hebreo original no permite estas interpretaciones. La palabra "dragón" (Hebreo: tannin) es usada numerosas veces en el Antiguo Testamento, y se traduce correctamente como "monstruo de mar o tierra".
- Muchas leyendas famosas, incluyendo la mitología de Egipto, Grecia y Roma, incluyen descripciones específicas de dragones y otras criaturas similares a los dinosaurios.
- Criaturas como dinosaurios aparecen en monumentos históricos de Babilonia, mosaicos romanos, sudarios egipcios, y muchas otras piezas de arte a través del mundo antiguo.
- Aún hoy en día existe un inmenso y creíble legado de "monstruos" de mar, de lagos y pantanos.

Ante estas evidencias históricas y objetivas, la extinción de los dinosaurios es un fenómeno reciente. Muchos de los grandes monstruos marinos y terrestres se extinguieron en un diluvio global hace cerca de 4.400 años. Algunas de estas criaturas sobrevivieron y habitaron la tierra con el hombre, hasta que también se extinguieron, a medida que el hombre las mató por deporte, seguridad, y expansión (como los osos negros de la Florida y el bisonte en el occidente de Norteamérica). Sabemos que esta idea es revolucionaria para muchos pero está basada en hechos y evidencias ya presentadas anteriormente; además, tiene el respaldo de la verdad divina establecida en el relato bíblico (un relato que no depende de la cambiante opinión de la humanidad sobre la ciencia y la razón).

Dinosaurios Fósiles
El término "Dinosaurios Fósiles" viene de tres palabras en latín: Deinos, que significa "grande;" Sauros, que significa "lagartijo;" y Fossilis, que significa "desenterrado". Por lo tanto, dinosaurio fósil literalmente quiere decir "gran lagartijo que fue desenterrado". El anatomista británico Sir Richard Owen (1804-1892) acuñó la palabra "dinosaurio" en 1841.

Un buscador de fósiles británico y eclesiástico, William Buckland (1784-1856), descubrió los primeros restos de dinosaurio fósil en nuestros tiempos modernos. En 1819, Buckland descubrió el Megalosaurus Bucklandii (el lagartijo gigante de Buckland) en Inglaterra. Se le dio ese nombre en 1824. Anterior a esto, el Reverendo Plot encontró un inmenso hueso fémur en Inglaterra ya en 1676 y se pensó que pertenecía a un gigante. R. Brookes publicó un reporte del hallazgo de Plot en 1763. Las autoridades sugieren que pudo haber pertenecido a un dinosaurio; sin embargo, con el descubrimiento de restos gigantes de esqueletos humanos, alrededor del mundo en los últimos cien años, que van desde los 16 a los 24 centímetros de altura, muchos creen que el fémur de Plot pudo haber pertenecido a un humano muy alto. En 1838, William Parker Foulke encontró los primeros restos de dinosaurio fósil (casi) completos, en Nueva Jersey, EUA. Desde el descubrimiento original de Buckland en 1819, aproximadamente 330 clases diferentes de dinosaurios han sido descubiertos hasta ahora.

Dinosaurios fósiles, como cualquier otro fósil, se encuentran a lo largo de las capas sedimentarias de la tierra. Hasta ahora, aproximadamente el 95.0% de todos los restos fósiles de la tierra son marinos invertebrados, 4.74% son plantas, el 0.25% son invertebrados terrestres (incluyendo insectos), y el 0.0125% son vertebrados. De los vertebrados, la mayoría son peces. Más aún, el 95% de todos los vertebrados terrestres encontrados, consiste de menos de un hueso. Sin embargo, billones de fósiles han sido encontrados. Más de 1.200 esqueletos de dinosaurios han sido encontrados hasta ahora.

Roca sedimentaria (arenisca, cieno, esquisto, piedra caliza, etc.) es principalmente depositada por el agua en movimiento, en un proceso conocido como clasificación hidrológica. Restos fósiles de animales encontrados deben haber sido atrapados por esta agua corriente, y deben haber sido sepultados y preservados. Los restos fueron clasificados por su densidad, tal como lo fueron las rocas. De no estar enterrados, los cuerpos se hubieran podrido o hubieran sido consumidos en parte por animales. Por otra parte, los restos fosilizados de almejas (encontradas cerradas, indicando que fueron sepultadas vivas) han sido encontrados en la cima del Monte Everest. Además, capas sedimentarias y restos de fósiles parecen ser un testimonio de un pasado cataclismo marino. Existen cerca de 300 leyendas de diluvio que han sobrevivido y han sido pasadas a través de civilizaciones antiguas y algunas de ellas sugieren el diluvio de Noé.

Se pensó una vez que los dinosaurios fósiles tenían millones de años. Esta edad estaba basada en la columna geológica, la cual fecha los fósiles por las rocas en las que se encontraron, y fecha las rocas por los fósiles que contienen. Los críticos insisten que esto es razonamiento en círculo. "El hombre común inteligente ha sospechado desde hace tiempo el razonamiento en círculo en el uso de rocas para fechar fósiles y fósiles para fechar rocas" (J.E. O'Rourke, "American Journal of Science," 1976, 276:51). Además, la columna geológica supone uniformidad, lo cual ha sido refutado por elementos geológicos tales como fósiles poli-estrato, fósiles extraviados, capas faltantes o extraviadas (tales como capas en orden inverso o capas "antiguas," encontradas a varias capas sobre capas "modernas"). Más recientemente, defensores de una "Tierra Vieja" recurrieron al Fechado Radiométrico para probar que los dinosaurios son antiguos. Aunque ellos mismos no pueden fechar los restos de dinosaurio, pueden fechar las rocas sepultadas cerca de los restos del dinosaurio. Esto no es aceptado como válido por muchas autoridades en el medio científico, ya que el Fechado Radiométrico está basado en suposiciones controversiales consideradas como erróneas por muchos expertos, como lo indica la investigación empírica. Se supone que los dinosaurios tienen millones de años. Muchos ahora proponen que murieron recientemente y son responsables por la miríada de mitos de dragones. Esto ha venido a ser una teoría popular con tales descubrimientos como las Piedras de Ica, las huellas de Glenn Rose, etc. Adicionalmente, restos humanos han sido encontrados sepultados con restos de dinosaurios en más de una ocasión. Pudiera ser que el hombre cazó los dinosaurios hasta extinguirlos.

Historia de los Dragones
La historia de los dragones es casi universal a través de las culturas antiguas del mundo. ¿En dónde se originó este concepto global? ¿Cómo describieron, registraron, dibujaron, grabaron, cosieron y tallaron las sociedades a través del mundo tales criaturas, con tanta uniformidad, si no vieron esas criaturas durante sus vidas?

La historia de los dragones puede resumirse de la siguiente manera: "Los dragones de las leyendas son extrañamente parecidos a criaturas reales que vivieron en el pasado. Se parecen mucho a los grandes reptiles (dinosaurios) que habitaron la tierra mucho antes del tiempo en que se supone que el hombre apareció en la tierra" (Knox Wilson, "Dragón", The World Book Encyclopedia, Vol. 5, 1973, pg. 265).

A la luz de esta afirmación de The World Book Encyclopedia, mucha gente no se da cuenta que la paleontología (el estudio de eras geológicas pasadas, basada principalmente en el estudio de fósiles) es relativamente una ciencia nueva. De hecho, el concepto de dinosaurios (lagartijos gigantes) solo emergió en su presente forma hace menos de 180 años. Antes de eso, cualquiera que encontraba un hueso grande fosilizado suponía que venía de un elefante, de un dragón o de un gigante. No había ninguna idea de "ciencia" anexada a estos hallazgos.

No fue sino hasta 1841 que el científico inglés, Richard Owens, sugirió que el grupo de animales "recién descubiertos" se llamara "dinosaurios". A lo largo de las siguientes décadas, las primeras representaciones de dinosaurios por artistas eran realmente cómicas, cuando las comparamos con lo que podemos discernir hoy científicamente. ¿Cómo entonces, alfarería, linos, pinturas en cuevas, y descripciones escritas de "dragones" de 2.000 a 4.000 años atrás, representan a los dinosaurios mejor que lo que la ciencia pudo mostrar a mitad del 1800 d.C.?

¿Dónde están todos esos relatos de historias de dragones? En efecto, comencemos con la Biblia, el libro de mayor publicación mundial en la historia. Una búsqueda de la palabra "dragón" en la versión King James de la Biblia produce 34 resultados a través de 10 libros diferentes escritos aproximadamente entre el 2000 a.C. y el 90 d.C. La palabra "dragón" (Hebreo: tannin) es usada a través del Antiguo Testamento, y se traduce correctamente como "monstruo de mar o tierra". En el libro de Job, el autor describe las grandes criaturas, Behemot (Job 40) y Leviatán (Job 41). Aunque las más recientes traducciones de la Biblia usan sustitutos como elefante, hipopótamo o cocodrilo, en vez de Behemot y Leviatán, el hebreo original y el contexto de las descripciones no permite estas interpretaciones.

Por supuesto, la historia del dragón no se limita de ninguna manera a la Biblia. Historias de dragones de China, Europa, el Medio Oriente, y la antigua Latinoamérica, comparten relatos similares de "dragones" y otras bestias. Algunas culturas reverenciaron estas criaturas. Por ejemplo: Historias de Marco Polo en China señalan que la casa real mantenía dragones para ceremonias, y que dragones eran cazados por su carne y para medicinas en la Provincia de Karazan. Registros del historiador griego Heródoto y del historiador judío Josefo, describen reptiles voladores en el antiguo Egipto y Arabia. En otras culturas, era un gran honor matar a estas criaturas. Existen numerosos relatos de guerreros matando grandes bestias a fin de establecer credibilidad en una aldea. Gilgamesh, Fafnir, Beowulf y otras leyendas famosas, incluyendo la mitología de Egipto, Grecia y Roma, incluyen descripciones específicas de dragones y otras criaturas como dinosaurios.

La historia de dragones es revelada en numerosos objetos de arte antiguo a través del mundo. Criaturas parecidas a dinosaurios están representadas en monumentos históricos de Babilonia, en mosaicos romanos, cerámicas y trajes reales de Asia, sudarios y sellos reales de Egipto, piedras funerarias y tapicerías del Perú, esculturas Maya, petroglifos (tallados y dibujos en roca) de aborígenes de América, y muchas otras piezas de arte ceremonial a través de culturas antiguas. ¿Qué significa realmente toda esta evidencia?

Casi todos nuestros antepasados creían que la tierra estuvo habitada, especialmente en regiones desconocidas, por dragones. ¿De dónde sacaron esa idea? ¿Fue producto de una imaginación universal humana? ¿Un instinto o necesidad heredada? ¿Un heredado recuerdo subconsciente de dinosaurios? Todas estas sugerencias han sido hechas, y tomadas seriamente por grupos de personas. Por tanto, es muy factible que los dragones sean un reflejo, algunas veces embellecido a través de repeticiones, pero mayormente histórico, de reales encuentros físicos de seres humanos con dinosaurios.

Francis Schaffer, un filósofo-teólogo, escribió: “No estoy convencido de ninguna manera, de que se haya probado que los dinosaurios se extinguieron antes del advenimiento del hombre. Creo que existe mucha evidencia, antigua y moderna, que indica que los dinosaurios y la humanidad existieron en la tierra contemporáneamente. Y que los seres humanos en su mayoría, aunque probablemente vivían en diferentes regiones que los dinosaurios, se encontraron de hecho en muchas ocasiones con las a veces inmensas y terribles criaturas. Los recuerdos de estos encuentros fueron tan vívidos y profundos que los pasaron a una multitud de culturas como leyendas, pintados en las paredes de cuevas, representados en cerámica, y escritos en literatura”.

La palabra "dragón," de acuerdo al Diccionario Inglés de Oxford (1966), se deriva del francés antiguo, el cual a su vez se deriva del latín dracon (serpiente), el cual a su vez se deriva del griego Spakov (serpiente), del verbo aorista griego, Spakelv (ver claramente). Guarda relación con muchas otras palabras antiguas relacionadas con la vista, tales como: darc en sanscrito (ver), darstis en avéstico (vista), derc en irlandés antiguo (ojo), torht en inglés y en sajón antiguos (claro o brilante) y zoraht en alemán antiguo (claro o brilante). Las raíces de la palabra pueden ser encontradas, entonces, hasta en la mayoría de las lenguas indo-europeas. Esto podría indicar que es posible que el ancestro inmediato de la palabra formara parte de la hipotética lengua original indo-europea, la cual pudo haber formado parte del vocabulario de los descendientes de Jafet, luego del Diluvio y de la dispersión de Babel.

El Diccionario Inglés de Oxford indica que Spakelv es derivado de la raíz griega Spak que significa fuerte. La conexión con dragones es obvia. De acuerdo al diccionario, la palabra fue usada en inglés por primera vez cerca del 1220 a.C. Además, fue usada en versiones en inglés de la Biblia desde 1340 en adelante.

Un libro moderno, The Greatest Monsters in the World (1975), contiene un capítulo llamado "Dragones en todas partes". Este título es acertado, porque la creencia antigua en dragones parece haber sido casi universal, hasta donde podemos determinar por el arte prehistórico, leyendas, y los escritos más antiguos del mundo.

En arte, los dragones son un motivo usado en cerámicas antiguas. El motivo aparece como decoración en cuencos de China incluso hasta el 202 d.C.

En el libro de Anne Ross “Pagan Celtic Britain”, hay una fotografía de un motivo en una olla perteneciente a la cultura antigua Urnfield, la cual floreció en Europa antes del 500 a.C.

La cultura de Bali representa al dragón en su máscara animal de Barong, un espíritu bueno que es central en sus dramáticas presentaciones rituales.

Sin embargo, tal vez la evidencia más antigua se encuentra en la cueva prehistórica en La Baume, Latrone, Francia. Descubierta en 1940 por Siegfried Giedion. Peter Costello escribe: "Dominando la escena entera aparece una serpiente de más de tres metros de largo". Como Costello nota, esta pintura de una criatura parecida a un dragón "aparece en la aurora misma del arte", cualquiera sea la fecha exacta.

En Lydney Park en las riberas de Severn, en Gloucestershire, Inglaterra, un piso de mosaicos de origen romano-celta ha sido excavado. Parece ser un templo asociado con el culto del río a Nodens, "el hacedor de nubes". Prominentes en el mosaico se encuentran monstruos marinos que bien pueden ser considerados dragones.

En la literatura, los dragones son ciertamente y virtualmente un antiguo motivo universal. Los dragones se encuentran en las primitivas literaturas de los ingleses, irlandeses, daneses, noruegos, escandinavos, alemanes, griegos, romanos, egipcios y babilonios. Entre los indígenas americanos, leyendas de dragones florecieron entre los Crees, Algonquins, Onondagas, Ojibways, Hurones, Chinooks, Shoshones, y Esquimales de Alaska.

Uno de los más famosos cuentos daneses de dragones se encuentra en "Sigurd de los Volsungs" y se refiere a "La Muerte de Fafnir". Sigurd, el héroe de la épica, tiene miedo de Fafnir el dragón, porque sus huellas son enormes. Esto seguramente debió ser cierto en el caso de los grandes dinosaurios, ya sea que estuvieran considerando las huellas mismas o el ruido que hacían al acercarse. Sigurd se escondió en un hoyo, y cuando el dragón se acercó al agua le atravesó el corazón. De nuevo, si un hombre quisiera matar a un dinosaurio esta sería una manera inteligente de hacerlo, ya que estaría fuera del alcance de la poderosa cola y de los afilados y desgarradores dientes de la criatura. Probablemente la cabeza, el cuello y el corazón eran verdaderamente las únicas áreas vulnerables del inmenso cuerpo. La mayoría de los dinosaurios eran básicamente criaturas de agua. Por lo tanto, todo en esta escena es totalmente realista y describe una buena estrategia de caza de dinosaurios.

Sigurd tenía miedo de ahogarse en la sangre del dragón, lo cual podría ser otra indicación del tamaño de la criatura. Si el dragón hubiera caído sobre la boca del hoyo, la posibilidad de que Sigurd se ahogara en su sangre hubiera sido muy real.

A medida que el dragón se acercaba, soplaba veneno delante de él. El dragón le habla a Sigurd. En el hecho de hablar indudablemente encontramos embellecimiento, pero esto no sorprende en un cuento folklórico primitivo que fue relatado a través de incontables generaciones. El amigo de Sigurd, Regin, extrae el corazón del dragón y le pregunta a Sigurd si se lo asa y se lo sirve. Cuando Regin prueba la sangre del dragón inmediatamente entiende el lenguaje de los pájaros. Aquí de nuevo encontramos embellecimiento de la historia, tal vez asociando a los dragones, de una manera simbólica con la sabiduría, una asociación frecuente en literatura primitiva.

Tanto el dragón de este primitivo cuento épico danés y el dragón de la antigua épica inglesa, Beowulf, resguardaban un tesoro. Solo podemos especular acerca del origen de esta idea. Es posible que un dinosaurio haya robado algún botín, o es posible que la morada de los dinosaurios haya sido tan inaccesible que los antiguos imaginaban sus cuevas llenas de tesoros. ¿Pertenecen los dos dragones a la misma leyenda primitiva? No sabemos.

El dragón sin nombre en Beowulf también escupe llamas. Tiene 50 pies de largo, medidos después de su muerte. Como con Fafnir, "los moradores de la tierra le tenían pavor". Es una criatura de la noche, asociada con el mal, y descrita como "lisa" y "odiosa".

Los héroes griegos que se supone mataron dragones son: Hércules, Apolo y Perseo. En efecto, la Enciclopedia Mundial (1973) dice que "cada país los tiene en su mitología". En la mitología noruega, un gran árbol de Fresno, Yggdrasil, que se pensaba soportaba el universo entero, tenía tres raíces inmensas. Una se extendía a la región de la muerte. Niflheim y el dragón Nidhogg desgastaban perpetuamente la raíz del árbol. Esta situación precaria, que parece poner al universo entero a merced de Nidhogg, tal vez demuestra el profundo y enraizado miedo consciente o inconsciente de los proto-nórdicos hacia los dinosaurios, esos terribles lagartijos. Si estas temibles criaturas amenazaban los ancestros de los nórdicos, se puede entender fácilmente cómo tal mito pudo haberse desarrollado.

Los egipcios escribieron del dragón Apophis, enemigo del dios del sol, Ra. Los babilonios registraron su creencia en el monstruo Tiamat. Los noruegos escribieron acerca de Lindwurm, guardián del tesoro de Rheingold, quien fue muerto por el héroe Siegfried. Los chinos escribieron acerca de dragones en su antiguo libro, I Ching, asociando a estas criaturas con poder, fertilidad, y buena salud. También usaron dragones como motivo en su arte primitivo, cerámicas antiguas, desfiles, y danzas. La serpiente emplumada de los aztecas puede haber representado un híbrido a su manera de ver, entre un dragón y otra criatura. La cerámica de la antigua cultura de Nazca, Perú, muestra un monstruo caníbal muy parecido a un dragón.

En British Columbia, se cree que el lago Sashwap es el hogar del dragón Ta Zam-a, y el lago Cowichan el de Tshingquaw. En Ontario, el lago Meminisha es considerado el hogar de una serpiente en forma de pez temida por los indios Cree. Angoub es el legendario dragón de los Hurones y Hiachuckaluck es el dragón en que creían los Chinooks de British Columbia.

Los dragones son tan ampliamente aceptados como parte del folklore irlandés que Robert Lloyd Praeger, el naturalista, dice que son "una parte aceptada de la zoología irlandesa". El historiador, Dr. P.W. Joyce, en su libro sobre nombres de lugares irlandeses, dice: "leyendas de monstruos acuáticos son muy antiguas entre la gente de Irlanda".

Muchas teorías han sido formuladas tratando de explicar la creencia virtualmente universal en dragones entre la gente de la antigüedad. Algunos han visto a los dragones como un producto de la imaginación humana y como resultado del miedo a lo desconocido. Se ha señalado que incluso hasta 1600 d.C., mapas eran decorados alrededor de los bordes de regiones desconocidas con pinturas de monstruos parecidos a dragones. Aún así es difícil imaginar cómo tales grupos de gentes, ampliamente separados, imaginaron todos virtualmente la misma cosa, si esta entidad imaginaria no tenía ninguna base en la realidad o en sus experiencias.

Existe una interpretación frecuente de arquetipos en literatura y es que la gente tenía una necesidad universal de creer en estas cosas, que el subconsciente humano entendía a un nivel profundo los mismos grupos de símbolos, tal vez ganados a través de su (supuestamente) común ancestro evolucionista. La más frecuente interpretación moderna dada a mitos y arquetipos es que son subconscientemente simbólicos. Las preguntas son: ¿por qué es solo la humanidad la que ha dejado este antiguo registro constante de sus encuentros con dragones? y ¿cómo tales recuerdos han podido sobrevivir a lo largo de millones de años de evolución y cambios a clases de animales totalmente diferentes?

Por estas razones, hasta muchos autores han llegado casi, pero no de un todo, a la conclusión de que las gentes primitivas se encontraron con dinosaurios, y pasaron los recuerdos de estos encuentros a través de cuentos de dragones. Peter Costello, quien investigó leyendas de monstruos de lagos y presuntos encuentros en considerable profundidad, escribió: "a medida que revisamos los primeros relatos irlandeses de monstruos de lago, encontramos que a menudo hay solo una cubierta superficial de fantasía. Animales reales existen claramente detrás de estas historias".

La Enciclopedia Mundial (1973) anota: "Los dragones de las leyendas son extrañamente parecidos a criaturas reales que vivieron en el pasado. Se parecen mucho a los grandes reptiles que habitaron la tierra mucho antes del tiempo en que se supone que el hombre apareció en la tierra".

Se supone que el hombre no apareció sino hasta mucho más tarde, pero ciertamente hay mucha evidencia de que el hombre se encontró con dinosaurios, dibujando pinturas y escribiendo acerca de lo que vió. ¿Cómo pudo haber escrito acerca de algo que yacía sepultado profundamente bajo la tierra, habiendo muerto millones de años con anterioridad?

Peter Costello presenta el mismo problema. El escribe: "La teoría del plesiosauro que apareció hace tiempo, todavía tiene muchos partidarios, pero de nuevo, las dificultades de si pudo haber sobrevivido por sesenta millones de años sin ser detectado, son muy grandes"

Daniel Cohen, autor de The Greatest Monsters in the World, también dice que hay una "posibilidad sensacional" de que la leyenda del dragón se originó con los dinosaurios, observando que ninguna criatura que haya vivido es más parecida a un dragón que los dinosaurios.

Hay un problema con esta teoría y es el tiempo. Según la teoría de la evolución, todos los dinosaurios murieron hace más de 70 millones de años. Hace tanto tiempo no existía gente en la tierra. Así que, ¿quién podría recordar a los dinosaurios?

Cohen dice que “algunos primitivos descubridores de huesos de dinosaurios los llamaron huesos de dragón”. Pero aparentemente, debido a que problemas de tiempo y de desarrollo de evolución son tan grandes en las mentes de aquellos que han aceptado este modelo de orígenes, Cohen audazmente afirma que “los científicos de hoy no identifican ya más a los dinosaurios con los dragones”.

La conclusión obvia es que, excepto por su devoción a la teoría evolucionista, la identificación de dinosaurios con los dragones sería la interpretación lógica de la evidencia.

Por supuesto, para los creacionistas creyentes de la Biblia no existen problemas de tiempo o evolución, y los hechos de literatura antigua y arte prehistórico encajan muy bien con el relato bíblico. De acuerdo con Gn. 1:21-23, los animales de agua fueron creados el quinto día; de acuerdo con Gn. 1:24-25, los animales de la tierra, así como el hombre y la mujer, fueron creados el sexto día. De esta manera, según la Biblia, todos los animales fueron creados aproximadamente en el mismo tiempo. No hubieron largas eras en que el hombre no estuvo presente y cuando los dinosaurios controlaban la tierra. La Biblia en general utiliza la palabra "dragón" 17 veces, todas en el Antiguo Testamento, traduciendo dos palabras hebreas que significan "monstruo de tierra o de mar".

Pero tal vez aún más gráficas son algunas referencias bíblicas en las cuales usan otros nombres para criaturas enormes y se asemejan a los dinosaurios. En Job 40:15, por ejemplo, Behemot es descrito: “Su fuerza está en sus lomos, y su vigor en los músculos de su vientre” (40:16). Behemot fue una inmensa criatura, y leyendo sobre él, quien conoce de literatura antigua, se le hace difícil no pensar en Fafnir, el dragón de primitiva fama danesa. En cuanto a Behemot, se dice que movía su cola como un cedro. ¿Una cola tan grande y poderosa como un árbol de cedro? ¿Qué animal puede posiblemente describirse así? (podría ser otro dinosaurio).

La Biblia también dice: “Sus huesos son fuertes como bronce, y sus miembros como barras de hierro” (Job 40:18). Cuando el autor de Job escribe: “el que lo hizo, puede hacer que su espada a él se acerque” ¿Quiso el escritor decir que solo Dios es normalmente capaz de ocasionar la muerte a tan poderosa criatura? De nuevo, mentalmente veo a Sigurd escondiéndose en el hoyo, esperando por el momento oportuno para herir uno de los pocos lugares en que el dragón es vulnerable.

Behemot es una criatura de agua, porque “los árboles sombríos lo cubren con su sombra; los sauces del arroyo lo rodean” (Job 40:22). Esta criatura tiene una sed inmensa, porque “él se bebe un río” (Job 40:23). Todas estas características apuntan a una criatura semejante a un dinosaurio.

En el capítulo 41 de Job leemos de otra gran criatura, Leviatán. Como con Behemot, el relato habla de Dios describiendo a estas criaturas, e implica que a Job le eran familiares. Dios le recuerda a Job cuán difícil es atrapar a una criatura como el Leviatán. Dios había creado al Leviatán, porque declara, “todo lo que hay debajo del cielo es mío” (41:11). El Leviatán tiene dientes terribles y escamas, o una cubierta protectora fuerte (que es también típica en muchos dinosaurios).

Job es usualmente considerado uno de los libros más antiguos de la Biblia, posiblemente escrito cuando el hielo cubría grandes partes de Europa y Norteamérica, poco después del Gran Diluvio. Muchos expertos de la Biblia creen que algunos dinosaurios pueden haber sobrevivido el Diluvio, siendo criaturas de agua, pero que debido a severos cambios climáticos, murieron a pocas generaciones después del Diluvio. Si estas criaturas de pequeños cerebros estaban experimentando dificultades a las cuales no estaban acostumbradas y mal adaptadas, se puede entender fácilmente por qué una tradición de dragones monstruosos y temibles es registrada virtualmente en todas las culturas antiguas occidentales, lo que pudo haberse desarrollado durante, o poco tiempo después de Job.

La Biblia presenta este tiempo en la historia como un tiempo de dispersión (Gn. 10:11). Grupos de gente estaban mudándose, alejándose del Ararat, donde sus padres habían desembarcado después del Diluvio, alejándose de Babel, donde se habían congregado. Se estaban aventurando hacia las nuevas tierras que se convertirían en sus hogares. Toda la tierra era desconocida para ellos. Al mismo tiempo, grandes cambios climáticos deben haber causado que los dinosaurios fueran atípicamente hostiles.

Es verdad que las tradiciones orientales no han percibido al dragón como temible y malo, como lo han hecho las culturas occidentales. Solo podemos especular acerca de la razón, pero es posible que los grupos que emigraron hacia el oriente, simplemente no tuvieran los encuentros horripilantes que sus contemporáneos del occidente deben haber experimentado. De ser así, estas gentes orientales pudieron haber contado a sus hijos historias de dinosaurios de la misma manera como las recibieron desde antes del Diluvio, cuando la vida estaba idealmente adaptada a su existencia, la comida era abundante, y tal vez los animales y los humanos no se mataban el uno al otro para comer, lo cual se desarrolló mucho más en tanto la humanidad se multiplicó en toda la tierra (Gn. 9:3).

CONCLUSION
A partir de las evidencias planteadas, tenemos que concluir que la humanidad primitiva se encontró con dragones y dinosaurios. Esto significa que la humanidad no evolucionó millones de años después de que los dinosaurios se extinguieron, sino que los dos coexistieron. Por otro lado, el modelo evolucionista de historia que separa a la humanidad y los dinosaurios por millones de años deja demasiadas preguntas sin responder. ¿Cómo pudo una persona dibujar pinturas de dinosaurios en paredes de cuevas antiguas, si no quedaba ninguno para servir de modelo? ¿Cómo es que tantas culturas antiguas escribieron sobre dragones (o dinosaurios), si eran desconocidos para la humanidad primitiva? ¿Cómo terminaron siendo tan realistas los primeros relatos literarios, hasta en los más pequeños detalles?

La evidencia a favor de la coexistencia de la humanidad con los dinosaurios es sorprendente. A menudo he escuchado decir que si la evidencia puede ser aducida por un número de disciplinas diferentes, es una indicación fuerte de la veracidad de una hipótesis. Ahora bien, anteriormente he mostrado evidencia de arqueología, arte prehistórico, literatura antigua, leyenda y mitología, y la Biblia. Esta evidencia me lleva a la conclusión de que los seres humanos, poco después de la dispersión de Babel, verdaderamente encontraron dinosaurios en la tierra primitiva, y que ellos los dibujaron, escribieron acerca de ellos y contaron historias y relatos diversos de ellos a sus niños.

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