d. La reciente extinción de los dinosaurios
Revise la considerable evidencia de
esta teoría de la reciente extinción de los dinosaurios. Los hechos apuntan
abrumadoramente hacia su veracidad.
La Extinción de los Dinosaurios es
un tópico candente de debate y nuevas teorías sobre la catástrofe que exterminó
a los dinosaurios son presentadas con frecuencia; por consiguiente, en este
estudio quiero plantear varios argumentos para analizar la evidencia
encontrada.
La mayoría de los científicos creen
que los dinosaurios se extinguieron hace cerca de 50 a 65 millones de años y
ellos mismos concuerdan en que el concepto del hombre acerca de los dinosaurios
se limita a más o menos los últimos 180 años (y la palabra misma no fue creada
hasta 1841). Por lo tanto, si descubrimos evidencia del conocimiento del hombre
(o su coexistencia con) dinosaurios durante el último par de siglos, la
"ciencia" (como la conocemos) se pondría de cabeza. En este sentido,
miremos alguna evidencia:
- Huesos humanos y utensilios
coexisten en las mismas capas de fósiles así con huesos de dinosaurios en Texas
y las Dakotas.
- Huellas de dinosaurios, humanas y
de otros mamíferos coexisten en las mismas capas de fósiles en Texas y Nuevo
México.
- Dibujos en cuevas y acantilados en
Utah y Colorado describen crudamente ciertas especies de dinosaurios (datan del
400 d.C. al 1300 d.C.).
- Piedras de ceremonias funerarias
descubiertas en Ica, Perú representan numerosas especies de dinosaurios,
algunas en actividades con hombres (datan desde el 500 d.C. al 1500 d.C.).
- Figuras de cerámica y piedra
descubiertas en Acambaro, México, representan muchas especies de dinosaurios
(datan desde el 800 a.C al 200 d.C).
- China, Europa y el Medio Oriente
comparten relatos similares de "dragones" y otras bestias. Algunas
culturas reverenciaron estas criaturas. Por ejemplo: Registros de Marco Polo en
China muestran que la casa real mantenía dragones para ceremonias. En otras
culturas, era un gran honor matar a estas bestias. Existen numerosos relatos de
guerreros matando grandes bestias a fin de establecer credibilidad en una
aldea.
- En la Biblia, el libro de Job
describe acerca de grandes criaturas, Behemot y Leviatán, hace cerca de 4000
años. Aunque las más recientes traducciones de la Biblia usan sustitutos como
elefante, hipopótamo o cocodrilo, el hebreo original no permite estas
interpretaciones. La palabra "dragón" (Hebreo: tannin) es usada
numerosas veces en el Antiguo Testamento, y se traduce correctamente como
"monstruo de mar o tierra".
- Muchas leyendas famosas,
incluyendo la mitología de Egipto, Grecia y Roma, incluyen descripciones
específicas de dragones y otras criaturas similares a los dinosaurios.
- Criaturas como dinosaurios
aparecen en monumentos históricos de Babilonia, mosaicos romanos, sudarios
egipcios, y muchas otras piezas de arte a través del mundo antiguo.
- Aún hoy en día existe un inmenso y
creíble legado de "monstruos" de mar, de lagos y pantanos.
Ante estas evidencias históricas y
objetivas, la extinción de los dinosaurios es un fenómeno reciente. Muchos de
los grandes monstruos marinos y terrestres se extinguieron en un diluvio global
hace cerca de 4.400 años. Algunas de estas criaturas sobrevivieron y habitaron
la tierra con el hombre, hasta que también se extinguieron, a medida que el
hombre las mató por deporte, seguridad, y expansión (como los osos negros de la
Florida y el bisonte en el occidente de Norteamérica). Sabemos que esta idea es
revolucionaria para muchos pero está basada en hechos y evidencias ya
presentadas anteriormente; además, tiene el respaldo de la verdad divina
establecida en el relato bíblico (un relato que no depende de la cambiante
opinión de la humanidad sobre la ciencia y la razón).
Dinosaurios Fósiles
El término "Dinosaurios
Fósiles" viene de tres palabras en latín: Deinos, que significa
"grande;" Sauros, que significa "lagartijo;" y Fossilis,
que significa "desenterrado". Por lo tanto, dinosaurio fósil
literalmente quiere decir "gran lagartijo que fue desenterrado". El
anatomista británico Sir Richard Owen (1804-1892) acuñó la palabra
"dinosaurio" en 1841.
Un buscador de fósiles británico y
eclesiástico, William Buckland (1784-1856), descubrió los primeros restos de
dinosaurio fósil en nuestros tiempos modernos. En 1819, Buckland descubrió el
Megalosaurus Bucklandii (el lagartijo gigante de Buckland) en Inglaterra. Se le
dio ese nombre en 1824. Anterior a esto, el Reverendo Plot encontró un inmenso
hueso fémur en Inglaterra ya en 1676 y se pensó que pertenecía a un gigante. R.
Brookes publicó un reporte del hallazgo de Plot en 1763. Las autoridades
sugieren que pudo haber pertenecido a un dinosaurio; sin embargo, con el
descubrimiento de restos gigantes de esqueletos humanos, alrededor del mundo en
los últimos cien años, que van desde los 16 a los 24 centímetros de altura,
muchos creen que el fémur de Plot pudo haber pertenecido a un humano muy alto.
En 1838, William Parker Foulke encontró los primeros restos de dinosaurio fósil
(casi) completos, en Nueva Jersey, EUA. Desde el descubrimiento original de
Buckland en 1819, aproximadamente 330 clases diferentes de dinosaurios han sido
descubiertos hasta ahora.
Dinosaurios fósiles, como cualquier
otro fósil, se encuentran a lo largo de las capas sedimentarias de la tierra.
Hasta ahora, aproximadamente el 95.0% de todos los restos fósiles de la tierra
son marinos invertebrados, 4.74% son plantas, el 0.25% son invertebrados
terrestres (incluyendo insectos), y el 0.0125% son vertebrados. De los
vertebrados, la mayoría son peces. Más aún, el 95% de todos los vertebrados
terrestres encontrados, consiste de menos de un hueso. Sin embargo, billones de
fósiles han sido encontrados. Más de 1.200 esqueletos de dinosaurios han sido
encontrados hasta ahora.
Roca sedimentaria (arenisca, cieno,
esquisto, piedra caliza, etc.) es principalmente depositada por el agua en
movimiento, en un proceso conocido como clasificación hidrológica. Restos
fósiles de animales encontrados deben haber sido atrapados por esta agua
corriente, y deben haber sido sepultados y preservados. Los restos fueron
clasificados por su densidad, tal como lo fueron las rocas. De no estar
enterrados, los cuerpos se hubieran podrido o hubieran sido consumidos en parte
por animales. Por otra parte, los restos fosilizados de almejas (encontradas
cerradas, indicando que fueron sepultadas vivas) han sido encontrados en la
cima del Monte Everest. Además, capas sedimentarias y restos de fósiles parecen
ser un testimonio de un pasado cataclismo marino. Existen cerca de 300 leyendas
de diluvio que han sobrevivido y han sido pasadas a través de civilizaciones antiguas
y algunas de ellas sugieren el diluvio de Noé.
Se pensó una vez que los dinosaurios
fósiles tenían millones de años. Esta edad estaba basada en la columna
geológica, la cual fecha los fósiles por las rocas en las que se encontraron, y
fecha las rocas por los fósiles que contienen. Los críticos insisten que esto
es razonamiento en círculo. "El hombre común inteligente ha sospechado
desde hace tiempo el razonamiento en círculo en el uso de rocas para fechar
fósiles y fósiles para fechar rocas" (J.E. O'Rourke, "American
Journal of Science," 1976, 276:51). Además, la columna geológica supone
uniformidad, lo cual ha sido refutado por elementos geológicos tales como
fósiles poli-estrato, fósiles extraviados, capas faltantes o extraviadas (tales
como capas en orden inverso o capas "antiguas," encontradas a varias
capas sobre capas "modernas"). Más recientemente, defensores de una
"Tierra Vieja" recurrieron al Fechado Radiométrico para probar que
los dinosaurios son antiguos. Aunque ellos mismos no pueden fechar los restos
de dinosaurio, pueden fechar las rocas sepultadas cerca de los restos del
dinosaurio. Esto no es aceptado como válido por muchas autoridades en el medio
científico, ya que el Fechado Radiométrico está basado en suposiciones
controversiales consideradas como erróneas por muchos expertos, como lo indica
la investigación empírica. Se supone que los dinosaurios tienen millones de
años. Muchos ahora proponen que murieron recientemente y son responsables por
la miríada de mitos de dragones. Esto ha venido a ser una teoría popular con
tales descubrimientos como las Piedras de Ica, las huellas de Glenn Rose, etc.
Adicionalmente, restos humanos han sido encontrados sepultados con restos de
dinosaurios en más de una ocasión. Pudiera ser que el hombre cazó los
dinosaurios hasta extinguirlos.
Historia de los Dragones
La historia de los dragones es casi
universal a través de las culturas antiguas del mundo. ¿En dónde se originó
este concepto global? ¿Cómo describieron, registraron, dibujaron, grabaron,
cosieron y tallaron las sociedades a través del mundo tales criaturas, con
tanta uniformidad, si no vieron esas criaturas durante sus vidas?
La historia de los dragones puede
resumirse de la siguiente manera: "Los dragones de las leyendas son
extrañamente parecidos a criaturas reales que vivieron en el pasado. Se parecen
mucho a los grandes reptiles (dinosaurios) que habitaron la tierra mucho antes
del tiempo en que se supone que el hombre apareció en la tierra" (Knox
Wilson, "Dragón", The World Book Encyclopedia, Vol. 5, 1973, pg.
265).
A la luz de esta afirmación de The
World Book Encyclopedia, mucha gente no se da cuenta que la paleontología (el
estudio de eras geológicas pasadas, basada principalmente en el estudio de
fósiles) es relativamente una ciencia nueva. De hecho, el concepto de
dinosaurios (lagartijos gigantes) solo emergió en su presente forma hace menos
de 180 años. Antes de eso, cualquiera que encontraba un hueso grande fosilizado
suponía que venía de un elefante, de un dragón o de un gigante. No había
ninguna idea de "ciencia" anexada a estos hallazgos.
No fue sino hasta 1841 que el
científico inglés, Richard Owens, sugirió que el grupo de animales "recién
descubiertos" se llamara "dinosaurios". A lo largo de las
siguientes décadas, las primeras representaciones de dinosaurios por artistas
eran realmente cómicas, cuando las comparamos con lo que podemos discernir hoy
científicamente. ¿Cómo entonces, alfarería, linos, pinturas en cuevas, y
descripciones escritas de "dragones" de 2.000 a 4.000 años atrás,
representan a los dinosaurios mejor que lo que la ciencia pudo mostrar a mitad
del 1800 d.C.?
¿Dónde están todos esos relatos de
historias de dragones? En efecto, comencemos con la Biblia, el libro de mayor
publicación mundial en la historia. Una búsqueda de la palabra
"dragón" en la versión King James de la Biblia produce 34 resultados
a través de 10 libros diferentes escritos aproximadamente entre el 2000 a.C. y
el 90 d.C. La palabra "dragón" (Hebreo: tannin) es usada a través del
Antiguo Testamento, y se traduce correctamente como "monstruo de mar o
tierra". En el libro de Job, el autor describe las grandes criaturas,
Behemot (Job 40) y Leviatán (Job 41). Aunque las más recientes traducciones de
la Biblia usan sustitutos como elefante, hipopótamo o cocodrilo, en vez de
Behemot y Leviatán, el hebreo original y el contexto de las descripciones no
permite estas interpretaciones.
Por supuesto, la historia del dragón
no se limita de ninguna manera a la Biblia. Historias de dragones de China,
Europa, el Medio Oriente, y la antigua Latinoamérica, comparten relatos
similares de "dragones" y otras bestias. Algunas culturas
reverenciaron estas criaturas. Por ejemplo: Historias de Marco Polo en China
señalan que la casa real mantenía dragones para ceremonias, y que dragones eran
cazados por su carne y para medicinas en la Provincia de Karazan. Registros del
historiador griego Heródoto y del historiador judío Josefo, describen reptiles
voladores en el antiguo Egipto y Arabia. En otras culturas, era un gran honor
matar a estas criaturas. Existen numerosos relatos de guerreros matando grandes
bestias a fin de establecer credibilidad en una aldea. Gilgamesh, Fafnir,
Beowulf y otras leyendas famosas, incluyendo la mitología de Egipto, Grecia y
Roma, incluyen descripciones específicas de dragones y otras criaturas como
dinosaurios.
La historia de dragones es revelada
en numerosos objetos de arte antiguo a través del mundo. Criaturas parecidas a
dinosaurios están representadas en monumentos históricos de Babilonia, en
mosaicos romanos, cerámicas y trajes reales de Asia, sudarios y sellos reales
de Egipto, piedras funerarias y tapicerías del Perú, esculturas Maya,
petroglifos (tallados y dibujos en roca) de aborígenes de América, y muchas
otras piezas de arte ceremonial a través de culturas antiguas. ¿Qué significa
realmente toda esta evidencia?
Casi todos nuestros antepasados
creían que la tierra estuvo habitada, especialmente en regiones desconocidas,
por dragones. ¿De dónde sacaron esa idea? ¿Fue producto de una imaginación
universal humana? ¿Un instinto o necesidad heredada? ¿Un heredado recuerdo
subconsciente de dinosaurios? Todas estas sugerencias han sido hechas, y
tomadas seriamente por grupos de personas. Por tanto, es muy factible que los
dragones sean un reflejo, algunas veces embellecido a través de repeticiones,
pero mayormente histórico, de reales encuentros físicos de seres humanos con
dinosaurios.
Francis Schaffer, un
filósofo-teólogo, escribió: “No estoy convencido de ninguna manera, de que se
haya probado que los dinosaurios se extinguieron antes del advenimiento del
hombre. Creo que existe mucha evidencia, antigua y moderna, que indica que los
dinosaurios y la humanidad existieron en la tierra contemporáneamente. Y que
los seres humanos en su mayoría, aunque probablemente vivían en diferentes
regiones que los dinosaurios, se encontraron de hecho en muchas ocasiones con
las a veces inmensas y terribles criaturas. Los recuerdos de estos encuentros
fueron tan vívidos y profundos que los pasaron a una multitud de culturas como
leyendas, pintados en las paredes de cuevas, representados en cerámica, y
escritos en literatura”.
La palabra "dragón," de
acuerdo al Diccionario Inglés de Oxford (1966), se deriva del francés antiguo,
el cual a su vez se deriva del latín dracon (serpiente), el cual a su vez se
deriva del griego Spakov (serpiente), del verbo aorista griego, Spakelv (ver
claramente). Guarda relación con muchas otras palabras antiguas relacionadas
con la vista, tales como: darc en sanscrito (ver), darstis en avéstico (vista),
derc en irlandés antiguo (ojo), torht en inglés y en sajón antiguos (claro o
brilante) y zoraht en alemán antiguo (claro o brilante). Las raíces de la
palabra pueden ser encontradas, entonces, hasta en la mayoría de las lenguas
indo-europeas. Esto podría indicar que es posible que el ancestro inmediato de
la palabra formara parte de la hipotética lengua original indo-europea, la cual
pudo haber formado parte del vocabulario de los descendientes de Jafet, luego
del Diluvio y de la dispersión de Babel.
El Diccionario Inglés de Oxford
indica que Spakelv es derivado de la raíz griega Spak que significa fuerte. La
conexión con dragones es obvia. De acuerdo al diccionario, la palabra fue usada
en inglés por primera vez cerca del 1220 a.C. Además, fue usada en versiones en
inglés de la Biblia desde 1340 en adelante.
Un libro moderno, The Greatest
Monsters in the World (1975), contiene un capítulo llamado "Dragones en
todas partes". Este título es acertado, porque la creencia antigua en
dragones parece haber sido casi universal, hasta donde podemos determinar por
el arte prehistórico, leyendas, y los escritos más antiguos del mundo.
En arte, los dragones son un motivo
usado en cerámicas antiguas. El motivo aparece como decoración en cuencos de
China incluso hasta el 202 d.C.
En el libro de Anne Ross “Pagan
Celtic Britain”, hay una fotografía de un motivo en una olla perteneciente a la
cultura antigua Urnfield, la cual floreció en Europa antes del 500 a.C.
La cultura de Bali representa al
dragón en su máscara animal de Barong, un espíritu bueno que es central en sus dramáticas
presentaciones rituales.
Sin embargo, tal vez la evidencia
más antigua se encuentra en la cueva prehistórica en La Baume, Latrone,
Francia. Descubierta en 1940 por Siegfried Giedion. Peter Costello escribe:
"Dominando la escena entera aparece una serpiente de más de tres metros de
largo". Como Costello nota, esta pintura de una criatura parecida a un
dragón "aparece en la aurora misma del arte", cualquiera sea la fecha
exacta.
En Lydney Park en las riberas de
Severn, en Gloucestershire, Inglaterra, un piso de mosaicos de origen
romano-celta ha sido excavado. Parece ser un templo asociado con el culto del
río a Nodens, "el hacedor de nubes". Prominentes en el mosaico se
encuentran monstruos marinos que bien pueden ser considerados dragones.
En la literatura, los dragones son
ciertamente y virtualmente un antiguo motivo universal. Los dragones se
encuentran en las primitivas literaturas de los ingleses, irlandeses, daneses,
noruegos, escandinavos, alemanes, griegos, romanos, egipcios y babilonios.
Entre los indígenas americanos, leyendas de dragones florecieron entre los
Crees, Algonquins, Onondagas, Ojibways, Hurones, Chinooks, Shoshones, y
Esquimales de Alaska.
Uno de los más famosos cuentos
daneses de dragones se encuentra en "Sigurd de los Volsungs" y se
refiere a "La Muerte de Fafnir". Sigurd, el héroe de la épica, tiene
miedo de Fafnir el dragón, porque sus huellas son enormes. Esto seguramente
debió ser cierto en el caso de los grandes dinosaurios, ya sea que estuvieran considerando
las huellas mismas o el ruido que hacían al acercarse. Sigurd se escondió en un
hoyo, y cuando el dragón se acercó al agua le atravesó el corazón. De nuevo, si
un hombre quisiera matar a un dinosaurio esta sería una manera inteligente de
hacerlo, ya que estaría fuera del alcance de la poderosa cola y de los afilados
y desgarradores dientes de la criatura. Probablemente la cabeza, el cuello y el
corazón eran verdaderamente las únicas áreas vulnerables del inmenso cuerpo. La
mayoría de los dinosaurios eran básicamente criaturas de agua. Por lo tanto,
todo en esta escena es totalmente realista y describe una buena estrategia de
caza de dinosaurios.
Sigurd tenía miedo de ahogarse en la
sangre del dragón, lo cual podría ser otra indicación del tamaño de la
criatura. Si el dragón hubiera caído sobre la boca del hoyo, la posibilidad de
que Sigurd se ahogara en su sangre hubiera sido muy real.
A medida que el dragón se acercaba,
soplaba veneno delante de él. El dragón le habla a Sigurd. En el hecho de
hablar indudablemente encontramos embellecimiento, pero esto no sorprende en un
cuento folklórico primitivo que fue relatado a través de incontables
generaciones. El amigo de Sigurd, Regin, extrae el corazón del dragón y le
pregunta a Sigurd si se lo asa y se lo sirve. Cuando Regin prueba la sangre del
dragón inmediatamente entiende el lenguaje de los pájaros. Aquí de nuevo
encontramos embellecimiento de la historia, tal vez asociando a los dragones,
de una manera simbólica con la sabiduría, una asociación frecuente en literatura
primitiva.
Tanto el dragón de este primitivo
cuento épico danés y el dragón de la antigua épica inglesa, Beowulf,
resguardaban un tesoro. Solo podemos especular acerca del origen de esta idea.
Es posible que un dinosaurio haya robado algún botín, o es posible que la morada
de los dinosaurios haya sido tan inaccesible que los antiguos imaginaban sus
cuevas llenas de tesoros. ¿Pertenecen los dos dragones a la misma leyenda
primitiva? No sabemos.
El dragón sin nombre en Beowulf
también escupe llamas. Tiene 50 pies de largo, medidos después de su muerte.
Como con Fafnir, "los moradores de la tierra le tenían pavor". Es una
criatura de la noche, asociada con el mal, y descrita como "lisa" y
"odiosa".
Los héroes griegos que se supone
mataron dragones son: Hércules, Apolo y Perseo. En efecto, la Enciclopedia
Mundial (1973) dice que "cada país los tiene en su mitología". En la
mitología noruega, un gran árbol de Fresno, Yggdrasil, que se pensaba soportaba
el universo entero, tenía tres raíces inmensas. Una se extendía a la región de
la muerte. Niflheim y el dragón Nidhogg desgastaban perpetuamente la raíz del
árbol. Esta situación precaria, que parece poner al universo entero a merced de
Nidhogg, tal vez demuestra el profundo y enraizado miedo consciente o
inconsciente de los proto-nórdicos hacia los dinosaurios, esos terribles
lagartijos. Si estas temibles criaturas amenazaban los ancestros de los
nórdicos, se puede entender fácilmente cómo tal mito pudo haberse desarrollado.
Los egipcios escribieron del dragón
Apophis, enemigo del dios del sol, Ra. Los babilonios registraron su creencia
en el monstruo Tiamat. Los noruegos escribieron acerca de Lindwurm, guardián
del tesoro de Rheingold, quien fue muerto por el héroe Siegfried. Los chinos
escribieron acerca de dragones en su antiguo libro, I Ching, asociando a estas
criaturas con poder, fertilidad, y buena salud. También usaron dragones como
motivo en su arte primitivo, cerámicas antiguas, desfiles, y danzas. La
serpiente emplumada de los aztecas puede haber representado un híbrido a su
manera de ver, entre un dragón y otra criatura. La cerámica de la antigua
cultura de Nazca, Perú, muestra un monstruo caníbal muy parecido a un dragón.
En British Columbia, se cree que el
lago Sashwap es el hogar del dragón Ta Zam-a, y el lago Cowichan el de
Tshingquaw. En Ontario, el lago Meminisha es considerado el hogar de una
serpiente en forma de pez temida por los indios Cree. Angoub es el legendario
dragón de los Hurones y Hiachuckaluck es el dragón en que creían los Chinooks
de British Columbia.
Los dragones son tan ampliamente
aceptados como parte del folklore irlandés que Robert Lloyd Praeger, el
naturalista, dice que son "una parte aceptada de la zoología
irlandesa". El historiador, Dr. P.W. Joyce, en su libro sobre nombres de
lugares irlandeses, dice: "leyendas de monstruos acuáticos son muy
antiguas entre la gente de Irlanda".
Muchas teorías han sido formuladas
tratando de explicar la creencia virtualmente universal en dragones entre la
gente de la antigüedad. Algunos han visto a los dragones como un producto de la
imaginación humana y como resultado del miedo a lo desconocido. Se ha señalado
que incluso hasta 1600 d.C., mapas eran decorados alrededor de los bordes de
regiones desconocidas con pinturas de monstruos parecidos a dragones. Aún así
es difícil imaginar cómo tales grupos de gentes, ampliamente separados,
imaginaron todos virtualmente la misma cosa, si esta entidad imaginaria no
tenía ninguna base en la realidad o en sus experiencias.
Existe una interpretación frecuente
de arquetipos en literatura y es que la gente tenía una necesidad universal de
creer en estas cosas, que el subconsciente humano entendía a un nivel profundo
los mismos grupos de símbolos, tal vez ganados a través de su (supuestamente)
común ancestro evolucionista. La más frecuente interpretación moderna dada a
mitos y arquetipos es que son subconscientemente simbólicos. Las preguntas son:
¿por qué es solo la humanidad la que ha dejado este antiguo registro constante
de sus encuentros con dragones? y ¿cómo tales recuerdos han podido sobrevivir a
lo largo de millones de años de evolución y cambios a clases de animales
totalmente diferentes?
Por estas razones, hasta muchos
autores han llegado casi, pero no de un todo, a la conclusión de que las gentes
primitivas se encontraron con dinosaurios, y pasaron los recuerdos de estos
encuentros a través de cuentos de dragones. Peter Costello, quien investigó
leyendas de monstruos de lagos y presuntos encuentros en considerable
profundidad, escribió: "a medida que revisamos los primeros relatos
irlandeses de monstruos de lago, encontramos que a menudo hay solo una cubierta
superficial de fantasía. Animales reales existen claramente detrás de estas
historias".
La Enciclopedia Mundial (1973)
anota: "Los dragones de las leyendas son extrañamente parecidos a
criaturas reales que vivieron en el pasado. Se parecen mucho a los grandes
reptiles que habitaron la tierra mucho antes del tiempo en que se supone que el
hombre apareció en la tierra".
Se supone que el hombre no apareció
sino hasta mucho más tarde, pero ciertamente hay mucha evidencia de que el
hombre se encontró con dinosaurios, dibujando pinturas y escribiendo acerca de
lo que vió. ¿Cómo pudo haber escrito acerca de algo que yacía sepultado
profundamente bajo la tierra, habiendo muerto millones de años con
anterioridad?
Peter Costello presenta el mismo
problema. El escribe: "La teoría del plesiosauro que apareció hace tiempo,
todavía tiene muchos partidarios, pero de nuevo, las dificultades de si pudo
haber sobrevivido por sesenta millones de años sin ser detectado, son muy
grandes"
Daniel Cohen, autor de The Greatest
Monsters in the World, también dice que hay una "posibilidad
sensacional" de que la leyenda del dragón se originó con los dinosaurios,
observando que ninguna criatura que haya vivido es más parecida a un dragón que
los dinosaurios.
Hay un problema con esta teoría y es
el tiempo. Según la teoría de la evolución, todos los dinosaurios murieron hace
más de 70 millones de años. Hace tanto tiempo no existía gente en la tierra.
Así que, ¿quién podría recordar a los dinosaurios?
Cohen dice que “algunos primitivos
descubridores de huesos de dinosaurios los llamaron huesos de dragón”. Pero
aparentemente, debido a que problemas de tiempo y de desarrollo de evolución
son tan grandes en las mentes de aquellos que han aceptado este modelo de orígenes,
Cohen audazmente afirma que “los científicos de hoy no identifican ya más a los
dinosaurios con los dragones”.
La conclusión obvia es que, excepto
por su devoción a la teoría evolucionista, la identificación de dinosaurios con
los dragones sería la interpretación lógica de la evidencia.
Por supuesto, para los creacionistas
creyentes de la Biblia no existen problemas de tiempo o evolución, y los hechos
de literatura antigua y arte prehistórico encajan muy bien con el relato
bíblico. De acuerdo con Gn. 1:21-23, los animales de agua fueron creados el
quinto día; de acuerdo con Gn. 1:24-25, los animales de la tierra, así como el
hombre y la mujer, fueron creados el sexto día. De esta manera, según la
Biblia, todos los animales fueron creados aproximadamente en el mismo tiempo.
No hubieron largas eras en que el hombre no estuvo presente y cuando los
dinosaurios controlaban la tierra. La Biblia en general utiliza la palabra
"dragón" 17 veces, todas en el Antiguo Testamento, traduciendo dos palabras
hebreas que significan "monstruo de tierra o de mar".
Pero tal vez aún más gráficas son
algunas referencias bíblicas en las cuales usan otros nombres para criaturas
enormes y se asemejan a los dinosaurios. En Job 40:15, por ejemplo, Behemot es
descrito: “Su fuerza está en sus lomos, y
su vigor en los músculos de su vientre” (40:16). Behemot fue una inmensa
criatura, y leyendo sobre él, quien conoce de literatura antigua, se le hace
difícil no pensar en Fafnir, el dragón de primitiva fama danesa. En cuanto a Behemot,
se dice que movía su cola como un cedro. ¿Una cola tan grande y poderosa como
un árbol de cedro? ¿Qué animal puede posiblemente describirse así? (podría ser
otro dinosaurio).
La Biblia también dice: “Sus huesos son fuertes como bronce, y sus
miembros como barras de hierro” (Job 40:18). Cuando el autor de Job
escribe: “el que lo hizo, puede hacer que su espada a él se acerque” ¿Quiso el
escritor decir que solo Dios es normalmente capaz de ocasionar la muerte a tan
poderosa criatura? De nuevo, mentalmente veo a Sigurd escondiéndose en el hoyo,
esperando por el momento oportuno para herir uno de los pocos lugares en que el
dragón es vulnerable.
Behemot es una criatura de agua,
porque “los árboles sombríos lo cubren
con su sombra; los sauces del arroyo lo rodean” (Job 40:22). Esta criatura
tiene una sed inmensa, porque “él se bebe un río” (Job 40:23). Todas estas
características apuntan a una criatura semejante a un dinosaurio.
En el capítulo 41 de Job leemos de
otra gran criatura, Leviatán. Como con Behemot, el relato habla de Dios
describiendo a estas criaturas, e implica que a Job le eran familiares. Dios le
recuerda a Job cuán difícil es atrapar a una criatura como el Leviatán. Dios
había creado al Leviatán, porque declara, “todo
lo que hay debajo del cielo es mío” (41:11). El Leviatán tiene dientes
terribles y escamas, o una cubierta protectora fuerte (que es también típica en
muchos dinosaurios).
Job es usualmente considerado uno de
los libros más antiguos de la Biblia, posiblemente escrito cuando el hielo
cubría grandes partes de Europa y Norteamérica, poco después del Gran Diluvio.
Muchos expertos de la Biblia creen que algunos dinosaurios pueden haber
sobrevivido el Diluvio, siendo criaturas de agua, pero que debido a severos
cambios climáticos, murieron a pocas generaciones después del Diluvio. Si estas
criaturas de pequeños cerebros estaban experimentando dificultades a las cuales
no estaban acostumbradas y mal adaptadas, se puede entender fácilmente por qué
una tradición de dragones monstruosos y temibles es registrada virtualmente en
todas las culturas antiguas occidentales, lo que pudo haberse desarrollado
durante, o poco tiempo después de Job.
La Biblia presenta este tiempo en la
historia como un tiempo de dispersión (Gn. 10:11). Grupos de gente estaban
mudándose, alejándose del Ararat, donde sus padres habían desembarcado después
del Diluvio, alejándose de Babel, donde se habían congregado. Se estaban
aventurando hacia las nuevas tierras que se convertirían en sus hogares. Toda
la tierra era desconocida para ellos. Al mismo tiempo, grandes cambios
climáticos deben haber causado que los dinosaurios fueran atípicamente
hostiles.
Es verdad que las tradiciones
orientales no han percibido al dragón como temible y malo, como lo han hecho
las culturas occidentales. Solo podemos especular acerca de la razón, pero es
posible que los grupos que emigraron hacia el oriente, simplemente no tuvieran
los encuentros horripilantes que sus contemporáneos del occidente deben haber
experimentado. De ser así, estas gentes orientales pudieron haber contado a sus
hijos historias de dinosaurios de la misma manera como las recibieron desde
antes del Diluvio, cuando la vida estaba idealmente adaptada a su existencia,
la comida era abundante, y tal vez los animales y los humanos no se mataban el
uno al otro para comer, lo cual se desarrolló mucho más en tanto la humanidad
se multiplicó en toda la tierra (Gn. 9:3).
CONCLUSION
A partir de las evidencias
planteadas, tenemos que concluir que la humanidad primitiva se encontró con
dragones y dinosaurios. Esto significa que la humanidad no evolucionó millones
de años después de que los dinosaurios se extinguieron, sino que los dos coexistieron.
Por otro lado, el modelo evolucionista de historia que separa a la humanidad y
los dinosaurios por millones de años deja demasiadas preguntas sin responder.
¿Cómo pudo una persona dibujar pinturas de dinosaurios en paredes de cuevas
antiguas, si no quedaba ninguno para servir de modelo? ¿Cómo es que tantas
culturas antiguas escribieron sobre dragones (o dinosaurios), si eran
desconocidos para la humanidad primitiva? ¿Cómo terminaron siendo tan realistas
los primeros relatos literarios, hasta en los más pequeños detalles?
La evidencia a favor de la
coexistencia de la humanidad con los dinosaurios es sorprendente. A menudo he
escuchado decir que si la evidencia puede ser aducida por un número de
disciplinas diferentes, es una indicación fuerte de la veracidad de una
hipótesis. Ahora bien, anteriormente he mostrado evidencia de arqueología, arte
prehistórico, literatura antigua, leyenda y mitología, y la Biblia. Esta
evidencia me lleva a la conclusión de que los seres humanos, poco después de la
dispersión de Babel, verdaderamente encontraron dinosaurios en la tierra
primitiva, y que ellos los dibujaron, escribieron acerca de ellos y contaron
historias y relatos diversos de ellos a sus niños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario