jueves, 10 de agosto de 2017

La veracidad de la Biblia Parte I

Resultado de imagen para La veracidad de la Biblia


¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios o es simplemente una recolección de mitos antiguos? ¿Cómo podemos saber realmente si la Biblia es verdad?

La Biblia es uno de los libros que ha ejercido mayor influencia en la historia. Millones de personas creen que es la Palabra de Dios y muchos la usan como el fundamento de su vida. Sin embargo, muchos críticos de la Biblia cuestionan la certeza de los hechos históricos narrados en la Biblia, así como su validez científica y el valor de las profecías. Por otro lado, muchos basan su escepticismo en aparentes discrepancias y contradicciones bíblicas.

¿Cómo responde la Biblia a estas críticas? ¿Acaso la única manera de entender la Biblia es por medio de la fe?

Es cierto que las Escrituras destacan la importancia de la fe al comprobar nuestras creencias con solidez (Heb. 11:1), pero la Biblia también proporciona evidencia de su veracidad para quienes aún no creen. De hecho, en 1 Ts. 5:21, el apóstol Pablo nos dice: “Examinadlo todo; retened lo bueno”.

¿Cómo podemos comprobar la certeza de la Biblia? Existen varias maneras:

- Analice los datos arqueológicos que aparecen en las Escrituras.
- Compare lo que dicen la Biblia y la ciencia con la mente abierta.
- Estudie las profecías que ya se han cumplido.
- Analice con cuidado aparentes contradicciones.
- Aplique sus principios. Aplicar las enseñanzas bíblicas en su vida cotidiana es una manera fundamental de verificar la certeza de las Sagradas Escrituras. Dios desea que comprobemos la eficacia de su camino al andar por él (Mal. 3:10). Quiere que le pidamos su ayuda, según su voluntad, y que nuestra fe sea fortalecida cuando veamos que él responde nuestras oraciones. Y así, a medida que le obedezcamos, nuestro entendimiento aumentará (Sal. 111:10).
- Si desea conocer pruebas de la veracidad de la Biblia, podrá encontrarlas en este libro.

¿Por qué es la Biblia diferente de otros libros? ¿Por qué debemos confiar en este libro más que en cualquier otro tratado espiritual, religioso o filosófico? ¿Cómo podemos estar seguros de que la Biblia que leemos hoy es la misma colección de libros que fueron escritos en épocas antiguas?

Para validar o verificar la veracidad de cualquier tema (discusión, texto o razonamiento), es indispensable buscar evidencias que sustenten y demuestren los planteamientos, los argumentos y los hechos que dicho tema presenta. En este libro, el objetivo es exponer la evidencia interna y la evidencia externa que existe en relación con la Biblia:
- La EVIDENCIA INTERNA se refiere al testimonio que se encuentra dentro de la Biblia misma.
- La EVIDENCIA EXTERNA se refiere a las demostraciones que se encuentren fuera de la Biblia (la historia, la arqueología, los manuscritos antiguos, la ciencia, la filosofía, etc).

a. Evidencia interna
Los escépticos dirán que no podemos utilizar la misma Biblia para probar su propia legitimidad, pero el hecho de que la Biblia (una colección de varios documentos antiguos), sea totalmente consistente en su mensaje, nos da una prueba más de que las Escrituras son ciertas.

La Biblia declara ser la Palabra de Dios
- Cuando examinamos el origen de la Biblia, muchos estudiosos buscan en todas partes, menos en la Biblia; sin embargo, ella misma afirma que su origen es Dios. Si la Biblia es en realidad lo que afirma ser, entonces debemos tomar con seriedad todo lo que ella nos enseña. La Biblia afirma directamente ser inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia de Dios (2 Tim. 3:16). La palabra griega usada por inspiración es theopneustos que significa “Dios respiró”. En 2 Ped. 1:21 entendemos que cada escritor fue inspirado por Dios. Por lo tanto, Dios usó a cada uno de los escritores de la Biblia, incluyendo su cultura diversa, su personalidad y sus posiciones para llevar su palabra divina a toda la humanidad.
- Por supuesto, la Biblia no es el único libro que afirma ser de inspiración divina, pero es el único que ofrece evidencia sustancial para apoyar sus afirmaciones. Incluso va tan lejos como para desafiar a sus lectores a comprobarla, exhortándonos a someterlo todo a prueba (1 Ts. 5:21).
- En muchas ocasiones y de forma reiterativa, los escritores, los mensajeros y los profetas de la Biblia testifican que lo que afirman proviene directamente de Dios.
- Jesucristo mismo autentificó las escrituras del AT como Palabra de Dios y promete la inspiración del NT mediante la obra del Espíritu Santo en los escritores bíblicos (Jn. 16: 13) y en los creyentes, trayendo convicción de pecado, justicia y juicio (Jn. 16:8) y dando un testimonio interno de ser hijos de Dios por medio de Cristo (Rom. 8:16).
- La pregunta acerca del origen de la Biblia nos lleva a la verdad de su inspiración divina. En Lc. 24:27, 44; Jn. 5:39 y Heb. 10:7 Jesús habla de lo que se escribió acerca de él en el AT. Rom. 3:2 y Heb. 5:12 se refieren al AT como la Palabra de Dios. Leemos en 1 Cor. 2:13: “lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu”. En 1 Ts. 2:13 Pablo se refiere a lo que él ha escrito diciendo: “la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios”. Pedro habla acerca de la inspiración en los escritos de Pablo en 2 Ped. 3:15, 16, y afirma lo siguiente: “como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada os ha escrito casi en todas sus epístolas”. En Ap. 22:18, 19, Juan, refiriéndose al libro de Apocalipsis, declara: “si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida”.
- Jesucristo mismo declaró que la Palabra de Dios es verdad (Jn. 17:17). De hecho, toda la Palabra de Dios es verdad (Sal. 119:160), porque Dios no miente (Tito 1:2). Esto implica que si la Escritura contuviera errores originados en Dios, no podríamos confiar en la Biblia como una base para nuestras creencias y nuestra conducta.
- Al fin y al cabo, si la Biblia afirma falsamente que es verdad en su totalidad, entonces ¿cómo podrían ser verdad todas las otras cosas que afirma ser? ¿Cómo podríamos creer aquellos pasajes en los que Dios declara que es un ser todopoderoso que nos quiere dar vida eterna, si hay otras secciones de la Biblia que contienen falsedades? Gracias a Dios que “la Escritura no puede ser quebrantada” (Jn. 10:35) y podemos confiar en la validez del mensaje de la Biblia.

El diseño de la Biblia
Una pregunta vital que merece una seria investigación y un examen de los textos bíblicos y de evidencias convincentes para comprobar la inspiración divina es la siguiente: ¿quién escribió la Biblia?

La Biblia proporciona guías para nuestro viaje de la vida a la eternidad, y también nos conduce a una relación con el Dios del universo. La Biblia es una carta de Dios para la humanidad, recolectada en 66 libros escritos por un promedio de 40 autores inspirados divinamente. Estos autores proceden de todos los sectores de la vida y de toda clase social (reyes, profetas, sacerdotes, agricultores, pescadores y otras profesiones); ellos  provienen de diferentes zonas geográficas (tres continentes diferentes) y épocas (abarca un periodo de 1.600 años aproximadamente); ellos usaron tres idiomas distintos; asimismo, emplearon diferentes estilos literarios: historia, leyes, poesía religiosa, poesía lírica, parábolas, alegorías, biografías, correspondencia personal, memorias, diarios personales, profecías, y más. A pesar de esta variedad de personalidades, trasfondos sociales y culturales, no hay contradicciones ni errores en su contenido esencial (más adelante se ampliará este punto). Es importante anotar que la Biblia no es una compilación de información llevada a cabo por alguna persona sino que tiene un proceso de 1600 años para su composición.

La pregunta sobre quién escribió la Biblia puede ser respondida definitivamente al examinar los textos bíblicos a la luz de las evidencias externas que soportan sus afirmaciones. Dios no nos deja solo con afirmaciones de su trabajo divino en la Biblia, sino que también lo respalda con evidencias convincentes. El diseño de la Biblia misma es un milagro. Escrita durante más de 1.500 años por autores totalmente diferentes, y aún así cada libro de la Biblia es consistente en su mensaje. Estos 66 libros hablan acerca de historia, profecías, poesía, y teología. A pesar de su complejidad, de sus diferencias en estilo de escritura y enormes periodos de tiempo, los libros de la Biblia concuerdan milagrosamente en cuanto a temas, hechos, y referencias cruzadas. Ningún ser humano pudo haber planeado tan intrincada combinación de libros a lo largo de un periodo de 1.500 años.

Los 66 libros de la Biblia están divididos básicamente en dos partes: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El AT contiene 39 libros escritos aproximadamente entre los años 1500 a 400 a.C, y el NT contiene 27 libros escritos aproximadamente entre el 40 y el 90 d.C. La Biblia Judía (Tenac) es igual al Antiguo Testamento Cristiano excepto por el orden de los libros. El Antiguo Testamento Original fue escrito en hebreo, con partes en arameo, mientras que el NT fue escrito en griego.

Los manuscritos de la Biblia (recuerde que no existieron imprentas sino hasta 1455 d.C.) han sobrevivido a pesar de guerras, invasiones, destrucción, persecución, diversidad de climas y a pesar del largo tiempo que ha pasado. La mayoría de los manuscritos antiguos escritos en materiales débiles, como el papiro, se han desvanecido de un todo. Aún así, muchas copias de las escrituras del AT sobrevivieron. Por ejemplo, los Rollos del Mar Muerto contienen todos los libros del AT, excepto Ester, y han sido fechados como pertenecientes a un tiempo anterior al de Cristo. Considere la Guerra de las Galias de Julio César. Solo existen 10 copias, escritas alrededor de 1.000 años después del evento. En comparación, existen más de 24.000 manuscritos del NT. El más antiguo data de un periodo alrededor de 24 años después de Cristo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario