g. ¿Qué beneficios espirituales trae la práctica del ayuno bíblico?
Durante este estudio se han expuesto ya muchísimos
beneficios espirituales que se obtienen al ayunar correctamente para Dios; no
obstante, vamos a considerar algunos de ellos:
- Usted y yo necesitamos a Dios, aunque la mayoría de
las personas no ven ni entienden la necesidad de Dios en sus vidas porque ellos
ignoran al Señor y no reconocen su poder, su gracia y su favor. Es más, ellos
mismos se dan crédito por todo lo que tienen y por todo lo que hacen (Dn. 4:29-37).
Debido a que son orgullosos y vanidosos no entienden que Dios es quien les da
vida y aliento (Job 12:9, 10).
Incluso aquellos que creen en Dios, que admiten que
son débiles y necesitan la fuerza y orientación de Dios, pueden no entender
completamente esto. Decir algo y comprenderlo bien son dos cosas diferentes.
Job se dio cuenta de su insuficiente personal después
de un largo período de pruebas y aflicciones, cuando dijo: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me
aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:5, 6).
Su mente y su corazón pueden engañarle a pensar que usted
está bien, que no necesita a Dios, o que está cerca de él, cuando la realidad
es todo lo contrario. Dios lo resume en Jer. 17:9: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá?”
¡Es fácil engañarnos a nosotros mismos!
Un cristiano tratando de obedecer a Dios pelea una
batalla constante. El apóstol Pablo explica: “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el
querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Rom. 7:18).
Existe una parte en usted que simplemente no quiere
obedecer: “Por cuanto los designios de la
carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni
tampoco pueden” (Rom. 8:7).
Si usted se humilla ante Dios a través del ayuno, él
está listo y puede ayudarle (Sal. 34:15). Cuanto usted siente el hambre y la
sed a nivel físico (en el ayuno), la magnitud de su dependencia de Dios se hace
evidente. Entonces se da cuenta de cuánto necesita lo que él ha creado: la
tierra, la lluvia, y la comida física para sostener su vida temporal. Incluso
el aire que respiramos proviene de Dios. ¿Cuánto tiempo podríamos vivir sin estos
elementos?
Cuán débiles e insuficientes nos sentimos cuando
ayunamos (con mareos, falta de energía, con mal aliento y sintiendo bastante
sed después de varias horas de ayuno). Nos damos cuenta de lo mucho que
necesitamos a Dios para mantener nuestra vida en todos los sentidos y el ayuno
nos ayuda a recordarlo.
Usted podría estar dispuesto a admitir esto sin ayuno,
pero afligirse a sí mismo trae entendimiento porque usted lo siente y lo
experimenta (no es algo meramente intelectual o teórico); además, es una
práctica que la Biblia aprueba y estimula en el creyente que tiene hambre y sed
de Dios.
- El ayuno le ayudará a acercarse más a Dios y a
humillarse de forma más completa. El rey David dijo: “Afligí con ayuno mi alma” (Sal. 35:13) y David fue hombre guiado
por Dios, sabio, con tantas virtudes, que el Señor lo reconoció como su siervo
y lo respaldó en lo que emprendió (aunque también tuvo muchos defectos). A
menos que usted esté dispuesto a humillarse, no podrá estar cerca de su Creador
ni verá la gloria de Dios en su vida (1 Ped. 5:6, 7).
Esto es importante. Fíjese en Stg. 4:6: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a
los humildes”. Si usted es soberbio (orgulloso, altivo, arrogante,
autosuficiente, dependiente de sí mismo), tendrá muchos problemas para seguir a
Cristo. Él no puede y no va a trabajar de forma efectiva con una mente
orgullosa, pero cuando ayuna, usted se humilla, se acerca a Dios, y él se
acerca a usted. Si confía en él para recibir su fuerza, él lo exaltará.
Entonces, someterse a Dios (obedecerle y rendirse ante él) le dará la fuerza
para resistir al diablo. El ayuno (acompañado de una vida de obediencia a Dios)
es un arma poderosa contra Satanás; no tendrá más remedio que huir de usted; él
no puede llegar a usted cuando está cerca de Dios.
Las batallas espirituales se ganan con oración y ayuno,
como dice Pablo: “porque las armas de
nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a
Cristo” (2 Cor. 10:4, 5).
Qué tan importante es esto para un verdadero seguidor
de Cristo.
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y
vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y
lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en
tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará” (Stg. 4:7-10).
Observe cómo habla de humillarse a sí mismo, con
llanto y lamento. Todo esto es parte del ayuno. Haga esto, y en la medida en
que usted se rinde a Dios, él se manifestará en usted.
- El ayuno es un principio de entrega y devoción
establecido por Dios. Jesús lo enseñó y nosotros debemos ayunar de forma
periódica para alcanzar mayor madurez espiritual porque el ayuno trae
recompensa de acuerdo al propósito por el que se ayune (Mt. 6:17, 18).
-
A medida que nosotros menguamos y morimos a nosotros mismos, sometiendo nuestra
naturaleza en oración y ayuno en la presencia de Dios, la vida espiritual crece
y el Señor es glorificado en nosotros. Somos fortalecidos y renovados como
creyentes, como dice Pablo: “aunque este
nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva
de día en día” (2 Cor. 4:16).
Este
versículo aplica a nuestra travesía temporal diaria en esta tierra; a medida
que privamos al cuerpo con el ayuno (con humildad y motivos correctos), nuestro
hombre espiritual es fortalecido, renovado y nuestros sentidos se agudizan.
-
El ayuno bíblico nos lleva a una unión más íntima con Dios porque nuestros
cuerpos están siendo privados de alimento y/o bebida con el propósito de
acercarnos a Dios en oración, adoración, meditación y estudio de la Biblia.
- La vida de un cristiano es una carrera de maratón
(Sal. 25:9; Ecl. 9:11; Hch. 20:24; 2 Tim. 4:7), no una carrera de velocidad
porque muchos corren al principio pero después se cansan y se retiran del
evangelio. Seguir a Cristo representa pruebas, tentaciones, desprecios y
tribulaciones. La voluntad humana no puede ayudarlo a lograr esto. Usted
necesita la ayuda, la sabiduría y la fuerza de Dios, las cuales el ayuno y la
oración favorecen.
El ayuno le muestra a Dios que usted está dispuesto a
confiar en su fuerza para liberarle (no en la suya propia), pero también le
enseña a usted a depender de él para todo (ayuda para vencer el pecado,
liberación en tiempos de angustia y oraciones respondidas).
- El ayuno sirve para crecer espiritualmente pero
también es útil cuando haya una necesidad apremiante, cuando sintamos frialdad
espiritual, cuando nuestra vida esté en peligro, cuando haya que ministrar a
otros de parte de Dios, cuando necesitemos un milagro de Dios, cuando oremos
por un endemoniado, cuando alguna atadura no nos deje avanzar, etc.
Una sincera actitud de arrepentimiento, humillarse
ante Dios y ayunar, dan resultado. Si Dios tuvo piedad del malvado Acab y de la
ciudad de Nínive cuando ayunaron y se arrepintieron, ¿cuánto más escuchará las
oraciones de sus hijos y les va a ayudar cuando ayunen en tiempo de necesidad?
Los cristianos que oran y ayunan correctamente por
cualquier problema o necesidad salen victoriosos porque ven la poderosa mano
del Señor obrando.
- Dios escucha todas nuestras oraciones si le
obedecemos, pero cuando la necesidad de una respuesta es grande, el ayuno,
junto con la oración, es muy eficaz. Dios se da cuenta y responde cuando ve lo
serio que es y qué tan importante es su Palabra para usted.
- Los ministerios y las iglesias que ayunan conforme a
las Escrituras se convierten en canales de bendición a favor de los que
necesitan de Dios porque estos creyentes tienen mayor potencial para ser más
espirituales y más consagrados al servicio del Señor.
- Ayune para buscar la voluntad de Dios ¿Quiere saber
cuál es la voluntad de Dios para usted en cualquier asunto? Entonces siga el ejemplo
de Pablo. Cuando Cristo se manifestó a Pablo en el camino a Damasco, Pablo
ayunó mientras esperaba para saber lo que Cristo quería que él hiciera, es
decir, quería conocer su voluntad (Hch. 9:6-9). Asimismo, cuando enfrente
decisiones importantes en su vida y necesite saber cuál es la voluntad de Dios
sobre un tema en particular, ayune y acérquese a Dios, estudie su Palabra, lea
y medite en todas las Escrituras que sean pertinentes a su asunto. Presente su
petición a Dios mediante la oración; busque su orientación y su ayuda. Indague
su voluntad y él le mostrará lo que debe hacer.
Conclusiones
- El ayuno bíblico y eficaz cosechará grandes frutos.
Utilizado adecuadamente, el ayuno le llevará más cerca de Dios para conocer su
voluntad, su guía, su dirección, su ayuda, su fuerza y su favor.
- El ayuno es un arma poderosa que Satanás no desea
que usted conozca y la ponga en práctica.
Ahora usted puede ver por qué el ayuno es una
herramienta tan esencial y tan especial en la vida cristiana.