e. ¿Qué propósitos debe tener el ayuno?
Ya hemos revisado en la Biblia qué tipo de ayunos se realizaron y los
motivos que llevaron a los creyentes a orar en la presencia de Dios; asimismo,
cuando tenemos el deseo de ayunar para Dios, debemos establecer propósitos que
guíen nuestra oración; por ejemplo:
- Buscar una comunicación más directa
con Dios y una vida de oración, devoción, consagración, entrega y humillación
sincera.
- Procurar una relación personal más
significativa con el Señor, en la cual él nos hable al corazón.
- Recibir de Dios instrucciones y mandamientos precisos a través de su
Palabra, conforme a nuestra necesidad.
- Tener un tiempo de reflexión y examinar nuestro corazón y nuestra vida
en comunión con Dios.
- Buscar dirección, respuesta y palabra de parte del Señor.
- Reconciliarse con Dios con un corazón arrepentido para cambiar el
rumbo de nuestra vida.
- Aprender a desarrollar más el dominio propio y alcanzar mayor
sensibilidad espiritual.
- Obtener una visión más clara y
profunda de la perfecta voluntad de Dios.
- Someter nuestra naturaleza humana (la carne) a la naturaleza divina
(el Espíritu), rindiendo nuestra voluntad y nuestro ego a los pies de Cristo,
en oración y dominio propio.
- Afrontar una crisis personal, familiar o en un lugar (sector, ciudad o
país).
- Interceder a favor de una nación o un pueblo, suplicando a Dios su
perdón y su misericordia.
- Recibir poder espiritual para enfrentar las tinieblas y echar fuera
demonios en el nombre de Jesús.
- Recibir gracia, poder y sabiduría para ser testigos de Cristo y hacer
discípulos en donde Dios nos abra puertas para llevar el evangelio.
- Recibir poder de Dios para orar por las personas que necesitan de su
favor (los afligidos, los desanimados, los enfermos, etc.)
Para que todos estos propósitos se
cumplan, el ayuno debe de ir acompañando de oración, adoración, lectura,
meditación y estudio de la Biblia, ya que todo esto promueve un proceso
integral de comunión con Dios. Por tanto, cuando tomemos un tiempo para orar, ayunar y buscar el rostro de Dios, siempre
su guía estará en armonía con la Biblia; de lo contrario, no debemos dejarnos
llevar por visiones, sueños, supuestas revelaciones, suposiciones, ilusiones o deducciones
personales que puedan parecer como de parte de Dios porque el Señor no se contradice
sino que es un Dios de orden.
f. ¿Cuáles son las claves para hacer un ayuno eficaz?
Ya hemos leído diversas referencias de la Biblia sobre el ayuno y hemos analizado
cómo debe realizarse y cómo no debe realizarse; sin embargo, a continuación se establecerán
cuáles son las condiciones bíblicas para un ayuno que realmente nos permita ver
respuestas y resultados de parte de Dios:
- Sea consciente del precio que debemos pagar
Cuando usted ayuna, está afligiendo su cuerpo; puede sentirse lento o
con falta de energía, su estómago le puede doler y siente sed. Si usted es un
bebedor regular de café o gaseosa, a veces podría experimentar dolor de cabeza
a causa de la cafeína. Incluso podría sentir como que se va a morir, pero no esto
no sucederá. Es más, su cuerpo estará aún “comiendo”, incluso si usted no lo
está haciendo porque éste usará sus reservas. Usted puede sobrevivir sin comida
y sin agua por unas horas (o por un 1 día) y nuestro Creador conoce mejor que
cualquiera cómo funciona su cuerpo; él no le diría a usted que haga algo que es
imposible.
- Separe bien el tiempo
En pocas ocasiones, el ayuno es conveniente, placentero o agradable
(humanamente hablando); por tanto, no es una cuestión de hacerlo
espontáneamente o cuando nos sintamos a gusto ayunando porque siempre habrá una
excusa para no hacerlo o para postergar el ayuno. Usted debe sacar el tiempo
para hacerlo; revise su agenda y programe un día que tenga la disponibilidad y
no permita que nada ni nadie estorbe su propósito con Dios. Por ejemplo, un día
en el cual puede hacer un retiro personal con Dios o en la iglesia local, es un
día festivo, un domingo o un día en semana que no tenga tantos compromisos en
el hogar o en el trabajo. Obviamente, hay casos en los cuales, debido al trabajo
o las ocupaciones, se hace difícil sacar un día de oración y ayuno en el
secreto porque es necesario llevar a cabo tareas diarias (cada uno debe evaluar
si estaría en condiciones de ayunar en su trabajo, en el hogar o en otras
actividades). Definitivamente, el ayuno es mejor que se produzca en un tiempo
libre pero Dios te guiará a hacer todo con orden y para agradarle a él. Por
otra parte, debemos tomar tiempo para estar en familia, descansar, salir a
pasear, recrearnos sanamente, hacer deporte, etc. El Señor nos de entendimiento
en todo (2 Tim. 2:7) para que seamos sabios y equilibrados en cada área de
nuestra vida.
- Tenga una actitud correcta
Las personas en el mundo ayunan por muchas razones, pero la mayoría no lo
hace con la actitud correcta. Muchos ayunan para obtener beneficios personales
solamente o para imponer su voluntad sobre Dios, pero durante un ayuno debemos
buscar la voluntad de Dios (no la nuestra).
- Ayune con frecuencia
Mientras más ayune, más fácil será desarrollar una vida de oración fructífera
y eficaz; además, su cuerpo se irá acostumbrando a esta disciplina espiritual,
pero tenga presente que es la actitud (y no la frecuencia) lo que
verdaderamente cuenta ante Dios.
- Ayune un día a la vez
El ayuno efectivo debe comenzar al menos por un día, haciendo que usted
pierda dos comidas (desayuno y almuerzo) o tres comidas (desayuno, almuerzo y
comida). Sería ideal empezar el ayuno con oración y estudio bíblico desde
temprano en la mañana (7 a 8am) y terminar en la tarde o en la noche, a la hora
que estime conveniente (dependiendo de la situación personal y el tiempo
disponible). En otro caso, no deberíamos hacer un ayuno tan corto que solo
perdamos el desayuno porque el tiempo destinado a la oración y al estudio
bíblico sería demasiado corto.
Nota: posteriormente, se explicará cómo debería hacerse un ayuno de
varios días en caso de que el Señor nos guíe a realizarlo.
- Tenga en cuenta para antes del ayuno
Prepárese adecuadamente. Un día o dos antes de comenzar el ayuno,
reduzca la cantidad de alimentos que come. Hartarse antes del ayuno no es
prudente. También podrá experimentar mareos y mal aliento; tenga en cuenta que
su cuerpo va a estar eliminando toxinas; por eso, es recomendable beber mucha
agua un día antes del ayuno.
- Tenga en cuenta para después del ayuno
Al reanudar la comida, comience con alimentos ligeros; no coma pesado de
inmediato.
- Use herramientas espirituales para enriquecer el ayuno
Como tenemos propósitos claros para ayunar, el tiempo del ayuno debe ser
bien empleado en la búsqueda de Dios (especialmente en la oración); sin
embargo, podemos complementar la oración con lectura y estudio bíblico,
adoración espontánea, cánticos espirituales… en fin, todo lo que sea edificante
y útil para el alma. Todo esto debe hacerse en su justa medida (sin restar
valor a la oración personal o como iglesia). Pidamos al Espíritu Santo que nos
guíe a toda verdad y según su voluntad.
- Tenga una apariencia física adecuada
Recuerde lo que Cristo dijo en Mt. 6:16-18. Báñese como usted lo haría
normalmente; peine su cabello y utilice loción para tener un olor agradable; vístase
y actúe con naturalidad; lávese los dientes bien. Que nadie note que estamos
ayunando debido a una apariencia desaliñada y desordenada.
- Ayune en secreto y con humildad
El ayuno no debe ser una muestra de piedad ante los demás porque no es
una prueba de espiritualidad. Determine no decir a nadie cuánto tiempo y con
qué frecuencia usted ayuna; sin embargo, en ciertas ocasiones puede ser
necesario comunicarlo para no recibir comida en la casa o para unirse varios
creyentes en ayuno sobre el mismo asunto; en estos casos, no mantener el ayuno
en secreto es comprensible.
- Procure andar rectamente para con Dios
y en armonía con el prójimo
El ayuno requiere respeto y seriedad
ante Dios y debe estar acompañado de una vida piadosa delante de él. Con esto
no se quiere decir que el creyente sea perfecto, pero antes de ofrecer un ayuno
a Dios debemos examinarnos, considerar nuestra conducta ante Dios y ante los
hombres, reconciliarnos con el prójimo, estar libres de rencillas, pleitos,
amargura, iras y enojos en el corazón. Además, nuestra vida cristiana debe estar a la altura de las demandas de
Dios, dando frutos dignos de Cristo: amor, paz, bondad, fe, esperanza,
santidad, obediencia, paciencia, humildad, excelencia, etc.
“Airaos,
pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al
diablo”
(Ef. 4:26, 27).
- Ayune con ruegos y súplicas ante Dios
La oración y el ayuno deberían estar acompañados de llanto, clamor
profundo y súplicas ante el Señor (2 Sam. 12:16; Neh. 1:4).
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