lunes, 22 de febrero de 2016

El ayuno bíblico Parte VIII


g. ¿Qué beneficios espirituales trae la práctica del ayuno bíblico?

Durante este estudio se han expuesto ya muchísimos beneficios espirituales que se obtienen al ayunar correctamente para Dios; no obstante, vamos a considerar algunos de ellos:

- Usted y yo necesitamos a Dios, aunque la mayoría de las personas no ven ni entienden la necesidad de Dios en sus vidas porque ellos ignoran al Señor y no reconocen su poder, su gracia y su favor. Es más, ellos mismos se dan crédito por todo lo que tienen y por todo lo que hacen (Dn. 4:29-37). Debido a que son orgullosos y vanidosos no entienden que Dios es quien les da vida y aliento (Job 12:9, 10).

Incluso aquellos que creen en Dios, que admiten que son débiles y necesitan la fuerza y orientación de Dios, pueden no entender completamente esto. Decir algo y comprenderlo bien son dos cosas diferentes.

Job se dio cuenta de su insuficiente personal después de un largo período de pruebas y aflicciones, cuando dijo: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:5, 6).

Su mente y su corazón pueden engañarle a pensar que usted está bien, que no necesita a Dios, o que está cerca de él, cuando la realidad es todo lo contrario. Dios lo resume en Jer. 17:9: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”

¡Es fácil engañarnos a nosotros mismos!

Un cristiano tratando de obedecer a Dios pelea una batalla constante. El apóstol Pablo explica: “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Rom. 7:18).

Existe una parte en usted que simplemente no quiere obedecer: “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Rom. 8:7).
  
Si usted se humilla ante Dios a través del ayuno, él está listo y puede ayudarle (Sal. 34:15). Cuanto usted siente el hambre y la sed a nivel físico (en el ayuno), la magnitud de su dependencia de Dios se hace evidente. Entonces se da cuenta de cuánto necesita lo que él ha creado: la tierra, la lluvia, y la comida física para sostener su vida temporal. Incluso el aire que respiramos proviene de Dios. ¿Cuánto tiempo podríamos vivir sin estos elementos?

Cuán débiles e insuficientes nos sentimos cuando ayunamos (con mareos, falta de energía, con mal aliento y sintiendo bastante sed después de varias horas de ayuno). Nos damos cuenta de lo mucho que necesitamos a Dios para mantener nuestra vida en todos los sentidos y el ayuno nos ayuda a recordarlo.

Usted podría estar dispuesto a admitir esto sin ayuno, pero afligirse a sí mismo trae entendimiento porque usted lo siente y lo experimenta (no es algo meramente intelectual o teórico); además, es una práctica que la Biblia aprueba y estimula en el creyente que tiene hambre y sed de Dios.

- El ayuno le ayudará a acercarse más a Dios y a humillarse de forma más completa. El rey David dijo: “Afligí con ayuno mi alma” (Sal. 35:13) y David fue hombre guiado por Dios, sabio, con tantas virtudes, que el Señor lo reconoció como su siervo y lo respaldó en lo que emprendió (aunque también tuvo muchos defectos). A menos que usted esté dispuesto a humillarse, no podrá estar cerca de su Creador ni verá la gloria de Dios en su vida (1 Ped. 5:6, 7).

Esto es importante. Fíjese en Stg. 4:6: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. Si usted es soberbio (orgulloso, altivo, arrogante, autosuficiente, dependiente de sí mismo), tendrá muchos problemas para seguir a Cristo. Él no puede y no va a trabajar de forma efectiva con una mente orgullosa, pero cuando ayuna, usted se humilla, se acerca a Dios, y él se acerca a usted. Si confía en él para recibir su fuerza, él lo exaltará. Entonces, someterse a Dios (obedecerle y rendirse ante él) le dará la fuerza para resistir al diablo. El ayuno (acompañado de una vida de obediencia a Dios) es un arma poderosa contra Satanás; no tendrá más remedio que huir de usted; él no puede llegar a usted cuando está cerca de Dios.

Las batallas espirituales se ganan con oración y ayuno, como dice Pablo: “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Cor. 10:4, 5).

Qué tan importante es esto para un verdadero seguidor de Cristo.

“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará” (Stg. 4:7-10).

Observe cómo habla de humillarse a sí mismo, con llanto y lamento. Todo esto es parte del ayuno. Haga esto, y en la medida en que usted se rinde a Dios, él se manifestará en usted.

- El ayuno es un principio de entrega y devoción establecido por Dios. Jesús lo enseñó y nosotros debemos ayunar de forma periódica para alcanzar mayor madurez espiritual porque el ayuno trae recompensa de acuerdo al propósito por el que se ayune (Mt. 6:17, 18).

- A medida que nosotros menguamos y morimos a nosotros mismos, sometiendo nuestra naturaleza en oración y ayuno en la presencia de Dios, la vida espiritual crece y el Señor es glorificado en nosotros. Somos fortalecidos y renovados como creyentes, como dice Pablo: “aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” (2 Cor. 4:16).

Este versículo aplica a nuestra travesía temporal diaria en esta tierra; a medida que privamos al cuerpo con el ayuno (con humildad y motivos correctos), nuestro hombre espiritual es fortalecido, renovado y nuestros sentidos se agudizan.

- El ayuno bíblico nos lleva a una unión más íntima con Dios porque nuestros cuerpos están siendo privados de alimento y/o bebida con el propósito de acercarnos a Dios en oración, adoración, meditación y estudio de la Biblia.

- La vida de un cristiano es una carrera de maratón (Sal. 25:9; Ecl. 9:11; Hch. 20:24; 2 Tim. 4:7), no una carrera de velocidad porque muchos corren al principio pero después se cansan y se retiran del evangelio. Seguir a Cristo representa pruebas, tentaciones, desprecios y tribulaciones. La voluntad humana no puede ayudarlo a lograr esto. Usted necesita la ayuda, la sabiduría y la fuerza de Dios, las cuales el ayuno y la oración favorecen.

El ayuno le muestra a Dios que usted está dispuesto a confiar en su fuerza para liberarle (no en la suya propia), pero también le enseña a usted a depender de él para todo (ayuda para vencer el pecado, liberación en tiempos de angustia y oraciones respondidas).

- El ayuno sirve para crecer espiritualmente pero también es útil cuando haya una necesidad apremiante, cuando sintamos frialdad espiritual, cuando nuestra vida esté en peligro, cuando haya que ministrar a otros de parte de Dios, cuando necesitemos un milagro de Dios, cuando oremos por un endemoniado, cuando alguna atadura no nos deje avanzar, etc.

Una sincera actitud de arrepentimiento, humillarse ante Dios y ayunar, dan resultado. Si Dios tuvo piedad del malvado Acab y de la ciudad de Nínive cuando ayunaron y se arrepintieron, ¿cuánto más escuchará las oraciones de sus hijos y les va a ayudar cuando ayunen en tiempo de necesidad?

Los cristianos que oran y ayunan correctamente por cualquier problema o necesidad salen victoriosos porque ven la poderosa mano del Señor obrando.

- Dios escucha todas nuestras oraciones si le obedecemos, pero cuando la necesidad de una respuesta es grande, el ayuno, junto con la oración, es muy eficaz. Dios se da cuenta y responde cuando ve lo serio que es y qué tan importante es su Palabra para usted.

- Los ministerios y las iglesias que ayunan conforme a las Escrituras se convierten en canales de bendición a favor de los que necesitan de Dios porque estos creyentes tienen mayor potencial para ser más espirituales y más consagrados al servicio del Señor.
 
- Ayune para buscar la voluntad de Dios ¿Quiere saber cuál es la voluntad de Dios para usted en cualquier asunto? Entonces siga el ejemplo de Pablo. Cuando Cristo se manifestó a Pablo en el camino a Damasco, Pablo ayunó mientras esperaba para saber lo que Cristo quería que él hiciera, es decir, quería conocer su voluntad (Hch. 9:6-9). Asimismo, cuando enfrente decisiones importantes en su vida y necesite saber cuál es la voluntad de Dios sobre un tema en particular, ayune y acérquese a Dios, estudie su Palabra, lea y medite en todas las Escrituras que sean pertinentes a su asunto. Presente su petición a Dios mediante la oración; busque su orientación y su ayuda. Indague su voluntad y él le mostrará lo que debe hacer.

Conclusiones
- El ayuno bíblico y eficaz cosechará grandes frutos. Utilizado adecuadamente, el ayuno le llevará más cerca de Dios para conocer su voluntad, su guía, su dirección, su ayuda, su fuerza y su favor.

- El ayuno es un arma poderosa que Satanás no desea que usted conozca y la ponga en práctica.

Ahora usted puede ver por qué el ayuno es una herramienta tan esencial y tan especial en la vida cristiana.

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