jueves, 4 de febrero de 2016

El ayuno bíblico Parte IV


- El ayuno de la ciudad de Nínive. Dios había decretado juicio sobre la ciudad de Nínive a través del profeta Jonás debido a la maldad de sus habitantes y mandó Dios a Jonás a decir a la ciudad que se arrepintiera. Los habitantes de Nínive ayunaron y se arrepintieron ante el anuncio del profeta Jonás del juicio de Dios y él se arrepintió del juicio que había decretado, otorgándoles la vida.

“Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua” (Jon. 3:4-7).

“Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (Jon. 3:10).

- El ayuno de Daniel. En el libro de Daniel vemos cómo él buscó a Dios en oración y ayuno en 2 ocasiones: un primer ayuno que no sabemos cuánto tiempo duró durante el reinado de Darío (Dn. 9:1-19) y un segundo ayuno de 3 semanas o 21 días durante el reinado de Ciro (Dn. 10:1-3). Tengamos en cuenta que Daniel era un hombre de oración porque oraba 3 veces al día y tenía este hábito establecido en sus actividades diarias (Dn. 6:10).

Este segundo ayuno fue parcial porque la Biblia dice que Daniel no ingirió manjar delicado ni carne ni vino, lo cual muestra que sí tomó otros alimentos y bebidas que le permitieron hacer este ayuno tan prolongado. Lo más seguro es que haya tomado frutas, verduras y otro tipo de alimentos. Recordemos que cuando la Biblia habla de un ayuno completo claramente se dice que no se toma alimento (Lc. 4:1, 2; Hch. 9:8, 9) pero en este caso, el mismo Daniel especifica qué tipo de alimentos y bebidas no toma.

Ante tal iniciativa de Daniel, en el primer ayuno y mientras todavía Daniel oraba, Dios le respondió enviando al arcángel Gabriel para darle entendimiento, sabiduría y luz en los misterios de Dios (Dn. 9:20-23) y luego del segundo ayuno vino un varón (que claramente es una manifestación de Cristo preencarnado) para dar a Daniel más visiones y entendimiento de las revelaciones de Dios y del mundo espiritual (Dn. 10:4-21). Aquí podemos darnos cuenta que cuando buscamos a Dios en oración y ayuno él trae claridad, respuestas, visión, sabiduría y entendimiento para orientarnos, consolarnos y enseñar a otros las verdades divinas.

Para las personas que tienen dificultad de poder ayunar completamente, ya sea por razones de trabajo o por salud, con este tipo de ayuno parcial tienen la capacidad para clamar a Dios y estar en su presencia con este propósito. Cabe aclarar que este tipo de ayuno no debe convertirse en una excusa para substituir el ayuno completo, en el cual el creyente se abstiene de comida y/o bebida (en tanto que tengamos la capacidad física y el tiempo para realizarlo). Pidamos a Dios su dirección y él nos guiará a hacer lo que es más conveniente.

- Esdras hizo 2 ayunos registrados en la Biblia:

* El primer ayuno lo hizo él con el pueblo que fue convocado; en este ayuno, el propósito era pedir a Dios dirección, protección y ayuda.

“Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes. Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan. Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio” (Esd. 8:21-23).

* El segundo ayuno, Esdras lo hizo para interceder por su pueblo que se había desviado de los mandamientos del Señor y luego les instruyó para que se volviesen a Dios y se convirtieran de sus malos caminos (Esd. 10:1-19).

“Se levantó luego Esdras de delante de la casa de Dios, y se fue a la cámara de Johanán hijo de Eliasib; e ido allá, no comió pan ni bebió agua, porque se entristeció a causa del pecado de los del cautiverio” (Esd. 10:6).

- El ayuno de Nehemías. Cuando Nehemías escucha en Babilonia que los muros de Jerusalén están en ruinas, se lamenta, ayuna y ora.

“Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos” (Neh. 1:3, 4).

Si usted lee el libro de Nehemías se dará cuenta que Dios lo bendijo y restauró las puertas y los muros de Jerusalén, y también instituyó de nuevo el servicio en el templo del Señor. Estas son las respuestas de Dios para quienes buscan su favor en oración y ayuno.
  
- Mardoqueo y muchos judíos del tiempo de Ester hicieron ayuno debido a la inminente masacre que se había anunciado contra el pueblo hebreo de parte de los enemigos de Israel en el reino de Asuero y bajo su edicto.

“Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la ciudad clamando con grande y amargo clamor. Y vino hasta delante de la puerta del rey; pues no era lícito pasar adentro de la puerta del rey con vestido de cilicio. Y en cada provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba, tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio y ceniza era la cama de muchos” (Est. 4:1-3).

La Reina Ester se dio cuenta que Amán había conspirado en contra del pueblo judío porque los odiaba. Amán había tramado sacar un edicto irrevocable para matar a todos los judíos mediante la acción del rey Asuero. Entonces la Reina Ester convocó a tres días de ayuno para los judíos y pidió a todos los judíos que estaban con ella en Susa que se unieran en este propósito y ella misma ayunó para buscar el favor de Dios. 

“Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Vé y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester” (Est. 4:15-17).

Dios les dio la victoria porque trajo una liberación completa para el pueblo judío; Amán fue colgado y todos los enemigos de Israel destruidos.

Conclusiones
- En todas estas referencias bíblicas se vincula el ayuno con el fuerte deseo de ver a Dios intervenir, dirigir, proteger y restaurar a Israel, y cómo él mueve su mano para bendecir a su pueblo. El ayuno enfatiza la gran importancia de la situación asociada a su realización porque su necesidad y su dificultad estaban por encima de la comida o la comodidad; la vida no podía continuar igual y era urgente buscar el favor de Dios. Aún las necesidades básicas de comer y beber se dejaban de lado como señal ante Dios de que Israel (o algún personaje bíblico) estaba en un gran peligro y solo podía ser salvado si Dios actuaba a su favor. 

- En el A.T., el ayuno era para humillarse ante Dios, pidiéndole ayuda, protección y perdón cuando se cometía pecado delante de él (en beneficio propio o intercediendo por otros); con esta actitud de arrepentimiento y ayuno, el juicio y la ira de Dios eran aplacados cuando su paciencia llegaba al límite. No importaba el pecado cuán grande fuera… Dios lo perdonaba cuando se humillaban y se arrepentían de corazón, y el ayuno lo acompañaban rasgando sus vestidos, rapándose la cabeza, postrados en tierra y echándose cenizas y polvo sobre su cuerpo; sin embargo, cuando Dios perdonaba, simplemente les perdonaba la vida pero las consecuencias del pecado venían sobre ellos.

“Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno” (Sal. 35:13).

“Lloré afligiendo con ayuno mi alma, y esto me ha sido por afrenta. Puse además cilicio por mi vestido, y vine a serles por proverbio” (Sal. 69:10, 11).

- Otro propósito que vemos en el ayuno del A.T. estaba asociado con la pérdida de seres queridos o con momentos de crisis familiares o personales (1 Sam. 31:11-13; 2 Sam. 1:11, 12; ); cuando enterraban a un pariente o amigo que ellos amaran, como una muestra de dolor, tristeza, y respeto por aquel ser que se iba, se ayunaba por un periodo de tiempo (lo contrario a ciertas costumbres donde se sirve comida, se ingieren bebidas o se hace una fiesta).

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