c. ¿Qué cosmovisión es la correcta?
«Cosmovisión»
es lo que una persona cree acerca de cómo funciona el mundo y de cómo se debe
vivir en él. En otras palabras, son los pensamientos fundamentales que guían a
la gente cuando hacen elecciones significativas para su vida. Para algunas
personas, determinar una cosmovisión se parece mucho a ir a comprar ropa. Salen
a buscar la mejor ropa que pueden comprar pero que también cause una buena
impresión en sus amigos. Parecen creer que como el gusto en la ropa difiere de
persona a persona, así también difiere el gusto en cosmovisiones (lo importante
es si te gusta o no). Sin embargo, las cosmovisiones son como lentes a través
de los cuales se ve la realidad de una forma específica. Si yo tengo una
cosmovisión definida actuaré siempre con base en cómo veo y entiendo las cosas.
Toda explicación fuera de mi cosmovisión la trataré de ajustar a mi modo de ver
el mundo.
Imagínese
ahora que usted posee unos lentes defectuosos (una cosmovisión incorrecta e
incongruente con la realidad); esto traerá como consecuencia que usted vea la
realidad y el mundo de forma errada o no podrá tan siquiera ver la realidad.
Esta es la condición en la que se encuentra el individuo que posee una
cosmovisión errada y obviamente, el resultado de esta visión que ha adoptado
será una conducta incorrecta y defectuosa.
Ahora bien,
no es posible que todas las personas tengan una cosmovisión correcta porque
existen un sinnúmero de creencias y prácticas incompatibles. En este sentido,
se ha probado claramente que existen verdades absolutas en cuanto a la fe y la
moral; solo la Biblia provee una cosmovisión coherente con la realidad y puede
responder a las preguntas fundamentales de la vida, la existencia de Dios, el
origen del universo, la forma y las leyes que lo rigen, la superioridad intrínseca
del ser humano con respecto a otras criaturas, el fracaso del hombre para ser
bueno, su depravación, su inclinación al mal y el problema del sufrimiento. Si
una cosmovisión no puede responder coherentemente estos cuestionamientos,
entonces no es una cosmovisión correcta.
La mejor
cosmovisión, la correcta y la que da la mayor satisfacción, surge de una vida
que está alineada con la verdad y que describe de forma auténtica y objetiva la
realidad. El hecho es que si tu cosmovisión no cuadra con la verdad, tu vida va
camino al desastre (aunque no lo veas o lo reconozcas así).
El mundo
está lleno de personas cuya vida ha quedado decepcionada debido a que mantienen
una cosmovisión errada. Por otra parte, es posible tener una cosmovisión
correcta pero llevar una vida contraria a la verdad. Por ejemplo, muchos
cristianos dicen creer en la verdad que es la Biblia pero su vida es un
desastre porque no siguen a Jesús y no reflejan su carácter. Debido a esto,
mucha gente no le presta atención al cristianismo porque ven a pocos cristianos
viviendo de acuerdo a lo que dice la Biblia. Al final, una vida frustrante y
vacía será el resultado, ya sea por elegir una cosmovisión errada, o por elegir
la cosmovisión correcta y no querer vivir de acuerdo a ella.
LA BIBLIA Y
EL CRISTIANISMO
Como se ha
planteado antes, la cosmovisión cristiana (con base en la Biblia) es la
cosmovisión más acertada (más acorde con la realidad) y no posee evidencia en
contra a la hora de ser evaluada. Esta cosmovisión tiene la capacidad de explicar
el origen del universo y posee la mejor definición de la moral, pues somos
creados a la imagen de Dios y él nos dio la facultad para diferenciar el bien y
el mal. De igual forma, la cosmovisión cristiana posee la mejor explicación
para la razón y la lógica, las cuales el ser humano ha recibido de parte de
Dios para cumplir su propósito aquí en la tierra, ya que no somos el producto
del azar o la suerte (como lo sugiere la evolución y el ateísmo).
En resumen,
la cosmovisión cristiana son los mejores lentes que alguien puede tener para
ver de forma correcta la realidad, el mundo y la vida humana.
Para muchos,
la cosmovisión cristiana es “una opción más” entre tantas otras formas de ver
la realidad pero en este material se están presentando evidencias objetivas y
lógicas para comprender por qué el cristianismo bíblico es la cosmovisión
correcta; solo tómate tu tiempo para leer y evaluar la información completa,
leyendo todos los temas aquí tratados. Tal vez ya estás en desacuerdo con
muchos argumentos ya mencionados pero te invito a que sigas leyendo y
encontrarás un material más amplio para sacar conclusiones objetivas.
A
continuación, revisemos algunas corrientes de pensamiento que han tenido gran
influencia en la sociedad moderna pero que han partido de una cosmovisión
incorrecta y absurda porque no han tenido la facultad de explicar las
realidades de la vida, causando estragos en la mente y en la conducta de la
gente.
Recordemos
las sabias palabras de Jesús: “Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mt.
7:20). Definitivamente, son los resultados los que valen…
MATERIALISMO
Esta
corriente de pensamiento parece estar prevaleciendo en la sociedad de hoy y
puede definirse en dos aspectos:
- La
mentalidad de que que el éxito material y el progreso son los valores más altos
en la vida (en contraposición a conceptos espirituales, intelectuales o de
conciencia).
- La teoría
que plantea que todo lo que existe en el universo es la materia física, sin
ninguna verdadera existencia espiritual o intelectual.
Los
individuos que sostienen esta creencia ven al universo como un dispositivo
inmenso, unido por pedazos de materia y funcionando en sujeción a leyes
naturales. Ya que el materialismo niega todo concepto de Creación Especial o
Diseño Inteligente, se apoya en la Teoría de la Evolución para dar una
explicación de todo.
La primera
pregunta que deberíamos hacernos es: Si todo lo que existe es materia, ¿de
dónde vinieron las leyes naturales que la gobiernan? Nuevos descubrimientos
científicos en las áreas de complejidad biológica, diseño cosmológico, física
cuántica, y la teoría de la información, ponen en duda estos planteamientos
materialistas. Una cantidad masiva de evidencia demuestra que el universo y sus
aspectos materiales están conectados por una red de energía, diseño e
información. Con estas evidencias, ahora vemos mucho más que materia… vemos el
resultado de un Diseño Inteligente.
El
materialismo, en su nivel más simple, involucra el enfocarse en
"cosas" materiales, opuestamente a aquello de naturaleza espiritual o
intelectual. Vivimos en un mundo rodeado y compuesto de materia. Es natural,
por lo tanto, que las posesiones materiales puedan ser tomadas como una
distracción de la búsqueda espiritual o intelectual, pero es aquí donde
frecuentemente ocurren dos problemas: 1) podemos obsesionarnos por el deseo de
obtenerlas, o 2) simplemente podemos frustrarnos por la necesidad de
mantenerlas.
El
materialismo nos lleva a preguntarnos: ¿son las cosas materiales más
importantes que todo lo demás? ¿Es el éxito material la meta final? Si lo
material es todo lo que hay, ¿de qué trata la vida? ¿Por qué estoy aquí? Si la
vida solo consiste en materialismo, ¿por qué debo siquiera tratar de llevar una
vida recta? ¿Qué importa cómo trato a los demás, o cómo vivo, mientras tenga lo
que quiero? ¿Por qué es importante lo que crea acerca del origen de la vida?
HUMANISMO
El humanismo
fue "codificado" en 1933 por 34 humanistas americanos (entre ellos el
filósofo John Dewey). Aunque anteriormente y desde entonces han aparecido
muchas otras versiones de humanismo, he aquí algunos extractos del Manifiesto
Humanista I original (http://www.filosofia.org/cod/c1933hum.htm):
PRIMERO: Los
humanistas religiosos entienden el universo como auto-existente y no creado.
SEGUNDO: El
humanismo cree que el hombre es una parte de la naturaleza y que ha surgido
como resultado de un proceso continuo.
TERCERO: Al
adoptar una visión orgánica de la vida, los humanistas encuentran que el
dualismo tradicional entre mente y cuerpo debe ser desestimado.
CUARTO: El
humanismo reconoce que la cultura religiosa y la civilización del hombre, tan
claramente descrita por la antropología y la historia, son el producto de un
desarrollo gradual debido a su interacción con el entorno natural y con su
herencia social. El individuo nacido en una cultura particular en gran medida
es moldeado por esa cultura.
QUINTO: El
humanismo afirma que la naturaleza del universo representada por la ciencia
moderna hace inaceptable cualquier garantía sobrenatural o cósmica de los
valores humanos. Obviamente el humanismo no niega la posibilidad de realidades
aún por descubrir, pero insiste en que la manera de determinar la existencia y
el valor de cualquiera y de todas las realidades es a través de la
investigación inteligente y la evaluación de sus relaciones con las necesidades
humanas. La religión debe formular sus esperanzas y planes a la luz del método
y del espíritu científico.
OCTAVO: El
Humanismo religioso considera que la realización completa de la personalidad
humana es el fin de la vida del hombre y busca su desarrollo y cumplimiento
aquí y ahora. Esta es la explicación de la pasión social del humanista.
NOVENO: En
el lugar de las viejas actitudes que intervienen en la adoración y la oración,
el humanismo encuentra sus emociones religiosas expresadas en un mayor sentido
de la vida personal y en un esfuerzo de cooperación para promover el bienestar
social.
DÉCIMO: De
ello se sigue que no habrá únicamente emociones y actitudes religiosas del tipo
de las asociadas hasta ahora con la creencia en lo sobrenatural.
PÁRRAFO
FINAL: Estas son las tesis del humanismo religioso. Aunque consideramos que las
formas y las ideas religiosas de nuestros padres ya no son adecuadas, la
búsqueda de una vida buena sigue siendo la tarea central de la humanidad. El
hombre ha tomado conciencia por fin de que es el único responsable de la
realización del mundo de sus sueños, que tiene dentro de sí el poder para
lograrlo. Debe disponer su inteligencia y voluntad para la tarea.
Según esta
posición del humanismo, la existencia del universo no tiene ningún propósito en
sí mismo sino que somos el resultado de un proceso aleatorio que no necesita de
ningún tipo de significado; más bien, la vida puede tener un significado “si
nosotros le adjudicamos un significado”. La vida solo vale la pena vivirla si
nosotros mismos hacemos que valga la pena, y que sea agradable. De igual forma,
el humanismo sostiene que no existen valores objetivos ni universales. Una
persona puede ser moral si crea un sistema de valores y vive de acuerdo con
ellos. Un humanista sostendría que nadie está obligado a ser moral. Por lo
tanto, el humanismo no consigue proveer objeciones morales para comportamientos
inmorales. Obviamente, si no existen absolutos morales, usted no puede demostrar
que algo es malo o equivocado. De esta manera, en una sociedad humanística,
nadie puede en realidad juzgar moralmente las decisiones o acciones de otros.
El humanismo
es promovido a través de la enseñanza de la ciencia evolucionista, del
materialismo, y del relativismo moral en nuestros medios de comunicación
populares y en el sistema público escolar.
Lamentablemente,
se ha tratado de eliminar a Dios del sistema social pero sin Dios, perdemos
cualquier propósito trascendente del universo en el cual vivimos… sin Dios,
perdemos cualquier propósito trascendente para dar significado a nuestras
vidas… solo somos seres luchando por sobrevivir hasta que muramos. Todos los
logros, los sacrificios, los buenos y bellos actos de algunas personas, los
feos y oscuros actos de otras, son en última instancia, esfuerzos
intrascendentes de la vida. Sin Dios, perdemos cualquier posibilidad de vida
después de la muerte.
Cuando usted
elimina la esperanza del cielo, elimina el propósito y valor final de la vida.
¿Qué diferencia habría realmente si vivimos como personas respetuosas de la
vida, de la libertad de otros y de los valores como el amor, el servicio y la
educación o si somos asesinos, ladrones, destructores y perversos? De todas
formas, el destino de todo el mundo sería el mismo: la muerte (dejar de
existir). Esta es la perspectiva final de aquellos que basan su sistema de
creencias en el humanismo.
El humanismo
secular es un intento de funcionar como una sociedad civilizada con la
exclusión de Dios y de Sus principios morales. Durante las últimas décadas,
humanistas han tenido mucho éxito en propagar sus creencias. Su principal
enfoque es concentrarse en la juventud a través del sistema escolar público.
John J.
Dunphy, en su galardonado ensayo The Humanist (1983), ilustra este enfoque
estratégico: “La batalla por el futuro de la humanidad debe ser peleada y
ganada en los salones de clases de las escuelas públicas, por maestros que
perciban su rol correctamente como proselitistas de una nueva fe. Una religión
de la humanidad -- utilizando un salón de clases en lugar de un púlpito para
llevar los valores humanistas a donde sea que enseñen. El salón de clases debe,
y se convertirá, en un campo de batalla entre lo viejo y lo nuevo -- el cadáver
descompuesto del cristianismo, junto con sus males y miserias adyacentes, y la
nueva fe del humanismo”.
John Dewey,
recordado por sus esfuerzos en establecer los actuales sistemas educacionales
de América, fue uno de los principales firmantes del Manifiesto Humanista de
1933. Al parecer los humanistas han estado interesados en el sistema
educacional americano por casi un siglo. Ellos han sido completamente exitosos
al enseñar a muchos niños que Dios es imaginario y contrario a la
"ciencia".
El humanismo
secular está manifestado en la Teoría Evolucionista. Para contestar la pregunta
fundamental de: "¿De dónde venimos?" a los niños se les enseña la
doctrina de la Evolución. La primera sección del Manifiesto Humanista
establece: "Los humanistas religiosos entienden el universo como
auto-existente y no creado". La segunda sección afirma: "Los
humanistas creen que el hombre es una parte de la naturaleza y que ha surgido
como resultado de un proceso continuo". Ciertamente, el sistema público
escolar propaga la doctrina humanista (claramente una "religión"
atea), y de esta manera, condena el concepto de Dios. Esta es una ironía
sorprendente. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Ciencia de la Creación ha sido
excluida exitosamente de muchas escuelas públicas por organizaciones tales como
la Unión de Libertades Civiles Americana (A.C.L.U) sobre la base de que la
Creación es religiosa, y el gobierno no debe apoyar la religión de ninguna
forma". De hecho, la evolución se convirtió en cierto sentido en una
religión científica; casi todos los científicos la han aceptado, y muchos están
dispuestos a torcer sus observaciones para que concuerden con ella" (H. S.
Lipson, FRS, Profesor de Física, Universidad de Manchester, Reino Unido,
"A Physicist Looks at Evolution", Physics Bulletin, vol. 31, Mayo
1980, pg. 138).
Aún así la
Evolución no ha sido comprobada. De hecho, la Teoría de la Evolución es
contraria a la ciencia establecida. George Wald, otro prominente evolucionista
(un bioquímico de la Universidad de Harvard y ganador del Premio Nobel),
escribió: "En lo referente al origen de la vida existen solo dos
posibilidades: Creación o generación espontánea. No hay un tercer camino. La generación
espontánea fue refutada cien años atrás, pero ello nos lleva a solo otra
conclusión, la de la creación sobrenatural. No podemos aceptar eso en terrenos
filosóficos, por lo tanto, escogemos creer lo imposible: ¡Que la vida surgió
espontáneamente al azar!" ("The Origin of Life", Scientific
American, 191:48, Mayo 1954).
El objetivo
principal del humanismo secular es el excluir a Dios de las respuestas
potenciales de la vida. ¿Es esta doctrina una buena idea para una sociedad
libre? Los Fundadores de los Estados Unidos de América parece que no lo creen
así, y nos advertieron en contra de este tipo de filosofía.
En su
discurso de despedida a la inexperta nación de los Estados Unidos de América
(el 19 de septiembre de 1796), George Washington declaró: "De todas las
disposiciones y hábitos que conllevan a la prosperidad política, nuestra
religión y moralidad son los soportes indispensables... Y permitámonos con
cautela la suposición de que la moralidad puede ser mantenida sin la
religión... Ambas, la razón y la experiencia nos prohíben esperar que la
moralidad nacional pueda prevalecer con la exclusión de los principios
religiosos”.
Noah
Webster, uno de los fundadores de la nación y educador, escribió: "Todas
las miserias y males que los hombres sufren a consecuencia del vicio, crimen,
ambición, injusticia, opresión, esclavitud, y guerra, provienen del menosprecio
o negligencia de los preceptos contenidos en la Biblia".
Daniel
Webster escribió: "Si nos regimos por los principios enseñados en la
Biblia, nuestro país seguirá prosperando, pero si descuidamos sus enseñanzas y
autoridad, ningún hombre puede decir cuando una catástrofe nos vencerá, y
sepultará toda nuestra gloria en una oscuridad profunda".
Patrick
Henry escribió: "No puede enfatizarse suficientemente, o demasiado, que
esta gran nación fue fundada no por religiosos, sino por cristianos -- no sobre
religiones, sino sobre el evangelio de Jesucristo".
COSMOVISIÓN
POSTMODERNISTA
Aunque hay
desacuerdos significativos entre las variadas expresiones de la cosmovisión
postmodernista, existe una creencia clave que las caracteriza a todas: una
aguda conciencia de nuestra "contextualización" como humanos. Los
postmodernistas afirman que los seres humanos somos el resultado de una perspectiva,
o predisposición, que es moldeada por la cultura en que vivimos. Debido a esta
"contextualización" nadie puede afirmar tener objetividad en sus
opiniones; el enfoque del postmodernismo es cómo percibimos y cómo describimos
lo que es el mundo. Esta es la más clara diferencia entre el postmodernismo y
la mayoría de las otras cosmovisiones, ya que la preocupación central de otras
cosmovisiones es definir qué es el mundo real, mientras que en la cosmovisión
postmodernista todo está condicionado y nada es seguro.
Hay varias
implicaciones al confrontar la realidad de esta manera:
- PRIMERO,
en última instancia, la realidad es incognoscible. Nuestra
"contextualización" nos impide tener acceso directo al mundo real o
tener un verdadero conocimiento de él. Esto no quiere decir que el mundo real
no esté allí (aunque algunos sugerirían esto, por ejemplo, en el hinduismo),
solo que nosotros nunca podemos deshacernos de nuestras perspectivas para tener
acceso objetivo a él.
Stanley Fish
describe este dilema de esta manera: “Además, no solamente no existe nadie que
pueda detectar una verdad trascendente si llegara a pasar por el vecindario,
sino que es difícil hasta decir cómo sería una. Por supuesto, sabríamos lo que
no sería: no se dirigiría a ninguna condición en particular, no se
identificaría con ninguna producción histórica, ni estaría formulada en los
términos de alguna tradición nacional, étnica, racial, económica, ni de
clases" (Stanley Fish, There’s No Such Thing as Free Speech: And It’s a
Good Thing, Too -New York: Oxford, 1994-, p. 8).
Estamos
atrapados en nuestra contextualización. No existen fundamentos que no estén
condicionados también con los cuales construir un concertado cúmulo de
conocimientos. El conocimiento realmente se reduce a la perspectiva de uno: en
realidad nosotros nunca tenemos los hechos; solo existe interpretación.
- SEGUNDO,
la verdad y el conocimiento son construcciones del lenguaje y reflejan la
perspectiva del que afirma tenerlos, pero no deberían ser confundidos con una
declaración de los hechos acerca de la verdadera realidad. Por supuesto, si la
verdad solamente refleja la perspectiva de uno y no representa realmente nada
acerca de la realidad objetiva, no puede ser absoluta. Esta es una conclusión
ineludible de la cosmovisión postmodernista: la verdad absoluta no existe; solo
hay "verdades".
Es
importante anotar que el postmodernismo no alega necesariamente que cada
persona tiene su propia verdad, sino que nuestras perspectivas de lo que es la
verdad son moldeadas, mayormente, por las comunidades, o por las culturas en
que nos encontramos. Cada comunidad construye, a través del lenguaje, su propia
historia del mundo. Ninguna historia es más verdadera que otra (ya que todas
las historias son válidas); entonces, la verdad es producida por la narrativa
de una comunidad. Las "verdades," entonces, no son declaraciones
hipotéticas acerca de la realidad, sino más bien realidades narrativas de un
grupo en particular; y cada grupo se distingue por su uso particular del
lenguaje. En otras palabras, ya que simplemente no podemos excluir el lenguaje
de nuestras tentativas para describir la realidad, toda objetividad es
desechada.
Esta visión
del lenguaje está enraizada en la práctica de la "deconstrucción" en
la literatura, que fue adoptada primeramente por Jacque Derrida. Él sugirió que
no existe un significado fijo para ningún texto, ya que es solo la perspectiva
del autor. Pero, cada lector también tiene su perspectiva. Por lo tanto, el lector
impone significado en el texto. Este significado no es fijo, sino que cada
texto puede tener una multitud de significados, a pesar de la intención
original del autor.
- TERCERO,
otra implicación del postmodernismo es que el progreso es una ilusión. El optimismo
del proyecto modernista, el cual estaba basado en una falsa confianza en la
objetividad y la certeza humana, ha sido castigado. El "adelanto" y
los "logros" son conceptos construidos socialmente; por ende, sin el
concepto del progreso, entonces, ¿qué significa avanzar para una sociedad?
Considerando
estas implicaciones, surge la pregunta: ¿es acertada la cosmovisión
postmodernista? Evaluemos estas ideas a la luz de CUATRO pruebas y veamos si
puede resistir el escrutinio.
* La Prueba
de la Razón.
El
postmodernismo está lleno de auto-contradicciones. Niega que alguna
metanarrativa pueda ofrecer una historia que abarque todo y que aplique a todas
las personas y a todos los tiempos. La sugerencia básica aquí es que la única
historia que aplica a todas las personas y a todos los tiempos es que “ninguna
historia puede aplicarse a todas las personas y a todos los tiempos”. Es otras
palabras, el postmodernismo ofrece la metanarrativa que no existen
metanarrativas y esto lo plantea como una “verdad absoluta”.
Más aún, los
postmodernistas sugieren que deberíamos rechazar las metanarrativas, porque
estamos atrapados dentro de nuestras perspectivas culturales, y por lo tanto,
solo somos capaces de expresar nuestras interpretaciones. Para el
postmodernista, no existe nada sino la interpretación. Pero, ¿no sería la
afirmación "hay solo interpretación" también una interpretación?
En la
negación de las metanarrativas, el postmodernismo también niega la existencia
de la verdad absoluta, y en su lugar, abraza la existencia de muchas verdades
sostenidas por diferentes personas. Sin embargo, la afirmación de que "no
existe la verdad absoluta, solo existen verdades" es una afirmación
absoluta y objetiva.
Si toda
verdad está socialmente condicionada, ¿no estaría esta “afirmación de la
verdad” socialmente condicionada también? ¿Quién fue capaz de tener acceso a
esta verdad acerca de la realidad?
Obviamente,
a los postmodernistas no les preocupan estas contradicciones porque pretenden
estar por encima de sus propias suposiciones y que nadie los ponga en
entredicho; ellos evitan tener una opinión acerca de emitir opiniones. En la
realidad, esto equivale a presentar un argumento que prueba que ningún
argumento es sensato y una prueba de que no existen pruebas, lo cual es un
absurdo" (C.S. Lewis, Miracles (London: Geoffrey Bles, 1959), p. 100).
Para este
momento el lector perceptivo puede haberse dado cuenta que el postmodernismo es
culpable a veces de cobardía intelectual, otras veces, de intimidación
intelectual, y otras veces, de pereza intelectual.
* La Prueba
del Mundo Exterior.
Aunque los
prejuicios de una comunidad ciertamente moldean las perspectivas de los
miembros de esa comunidad, no significa que la realidad misma esté socialmente
construida y que nunca podemos tener acceso a la realidad objetiva, como
afirman los postmodernistas. De hecho, nuestra perspectiva de la realidad es
constantemente impuesta, desafiada, y hasta alterada por la realidad misma. Por
ejemplo, grupos trascendentales cuya construcción social de la realidad es que
el mundo físico es una ilusión, continúan encontrándose restringidos por la
realidad física del tiempo y del espacio; en otras palabras, el mundo exterior
desafía tal interpretación de los hechos y les obliga a vivir la realidad que
no pueden negar.
* La Prueba
del Mundo Interior.
Mientras que
el modernismo colocó la presunción de autoridad en el yo autónomo, el
postmodernismo intenta colocarla en la comunidad. Sin embargo, el
postmodernismo tiende irónicamente a incrementar nuestro aislamiento de otros.
Una razón para esto es que la mayoría de nosotros pertenecemos a muchas
comunidades diferentes: crecemos en una, nos establecemos para vivir en otra,
trabajamos en otra, rendimos culto en otra, y nos jubilamos en otra. Con tantas
perspectivas de comunidad compitiendo por nuestra lealtad, finalmente, la
tendencia es no pertenecer a ninguna. Es irónico que la generación actual, que
se jacta de tener la mejor tecnología de comunicación que cualquier otra
generación en la historia del mundo, es a menudo la más aislada.
Si la única
realidad a la que podemos tener acceso es la que nosotros esencialmente
construimos, eso significaría necesariamente que la vida está desprovista de
cualquier moral o significado mayor. El postmodernismo es, en su forma más
desesperanzada, una repetición del nihilismo clásico. En su forma más positiva,
no puede elevarse más allá de un existencialismo más corporativo. En cualquier
caso, todos los valores supremos son eliminados.
* La Prueba
del Mundo Real.
Y la prueba
final de que el postmodernismo no puede explicar adecuadamente la realidad es
que, en última instancia, sus postulados no pueden ser aplicados a la vida
diaria. El moralista postmodernista esencialmente afirma: "No existe nada
bueno ni malo," y luego hace una pausa y agrega: "y eso es
bueno". Sin embargo, hay un lugar intuitivo e implacable dentro de
nosotros que insiste en que existe lo bueno y lo malo, aún cuando no
coincidimos entre nosotros en lo que colocamos dentro de esas categorías.
Según la
Biblia, las personas están hechas a la imagen de Dios, y ser conscientes de la
moralidad y del significado es parte de lo que somos. En relación a esto,
podríamos resumir el trabajo de un teólogo así: “pasar mucho tiempo pensando en
razones muy complicadas y sofisticadas por las que hacemos cosas que todos
sabemos perfectamente que son malas”.
Es
importante observar que el posmodernismo solo existe como una cosmovisión
viable en ciertos contextos. La cosmovisión que afirma que todas las
cosmovisiones están histórica y culturalmente condicionadas resulta estar
también histórica y culturalmente condicionada. De hecho, en toda su rebelión
contra los males del modernismo y de las civilizaciones occidentales,
irónicamente, el postmodernismo existe solo en el contexto del modernismo y de
la civilización occidental y esto no es accidental porque la productividad de
la civilización occidental ha creado una cultura que está definida mayormente
por su consumismo. Nuestra cultura, es una cultura de elecciones ilimitadas,
desde los cereales hasta las filosofías, y el único valor absoluto es valorar
el derecho de todos de escoger su propia existencia, hasta de su propio
significado.
En vez de
subordinarse ante la cosmovisión postmodernista, el cristiano bíblico es sabio
al reconocerla por lo que fundamentalmente es: un contexto cultural en el que
el cristianismo existe, puede sobrevivir y hasta prosperar. La verdad no se
rinde a la opinión general. A diferencia del postmodernismo, la cosmovisión
bíblica puede soportar todos los desafíos y todavía hablarle a la cultura
dominante porque la Biblia plantea las verdades absolutas más importantes para
explicar el universo, la vida del hombre y su lugar en el mundo.