miércoles, 31 de agosto de 2016

¿Cuál es la Verdad? Parte IV

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c. ¿Qué cosmovisión es la correcta?

«Cosmovisión» es lo que una persona cree acerca de cómo funciona el mundo y de cómo se debe vivir en él. En otras palabras, son los pensamientos fundamentales que guían a la gente cuando hacen elecciones significativas para su vida. Para algunas personas, determinar una cosmovisión se parece mucho a ir a comprar ropa. Salen a buscar la mejor ropa que pueden comprar pero que también cause una buena impresión en sus amigos. Parecen creer que como el gusto en la ropa difiere de persona a persona, así también difiere el gusto en cosmovisiones (lo importante es si te gusta o no). Sin embargo, las cosmovisiones son como lentes a través de los cuales se ve la realidad de una forma específica. Si yo tengo una cosmovisión definida actuaré siempre con base en cómo veo y entiendo las cosas. Toda explicación fuera de mi cosmovisión la trataré de ajustar a mi modo de ver el mundo.

Imagínese ahora que usted posee unos lentes defectuosos (una cosmovisión incorrecta e incongruente con la realidad); esto traerá como consecuencia que usted vea la realidad y el mundo de forma errada o no podrá tan siquiera ver la realidad. Esta es la condición en la que se encuentra el individuo que posee una cosmovisión errada y obviamente, el resultado de esta visión que ha adoptado será una conducta incorrecta y defectuosa.

Ahora bien, no es posible que todas las personas tengan una cosmovisión correcta porque existen un sinnúmero de creencias y prácticas incompatibles. En este sentido, se ha probado claramente que existen verdades absolutas en cuanto a la fe y la moral; solo la Biblia provee una cosmovisión coherente con la realidad y puede responder a las preguntas fundamentales de la vida, la existencia de Dios, el origen del universo, la forma y las leyes que lo rigen, la superioridad intrínseca del ser humano con respecto a otras criaturas, el fracaso del hombre para ser bueno, su depravación, su inclinación al mal y el problema del sufrimiento. Si una cosmovisión no puede responder coherentemente estos cuestionamientos, entonces no es una cosmovisión correcta.

La mejor cosmovisión, la correcta y la que da la mayor satisfacción, surge de una vida que está alineada con la verdad y que describe de forma auténtica y objetiva la realidad. El hecho es que si tu cosmovisión no cuadra con la verdad, tu vida va camino al desastre (aunque no lo veas o lo reconozcas así).

El mundo está lleno de personas cuya vida ha quedado decepcionada debido a que mantienen una cosmovisión errada. Por otra parte, es posible tener una cosmovisión correcta pero llevar una vida contraria a la verdad. Por ejemplo, muchos cristianos dicen creer en la verdad que es la Biblia pero su vida es un desastre porque no siguen a Jesús y no reflejan su carácter. Debido a esto, mucha gente no le presta atención al cristianismo porque ven a pocos cristianos viviendo de acuerdo a lo que dice la Biblia. Al final, una vida frustrante y vacía será el resultado, ya sea por elegir una cosmovisión errada, o por elegir la cosmovisión correcta y no querer vivir de acuerdo a ella.

LA BIBLIA Y EL CRISTIANISMO

Como se ha planteado antes, la cosmovisión cristiana (con base en la Biblia) es la cosmovisión más acertada (más acorde con la realidad) y no posee evidencia en contra a la hora de ser evaluada. Esta cosmovisión tiene la capacidad de explicar el origen del universo y posee la mejor definición de la moral, pues somos creados a la imagen de Dios y él nos dio la facultad para diferenciar el bien y el mal. De igual forma, la cosmovisión cristiana posee la mejor explicación para la razón y la lógica, las cuales el ser humano ha recibido de parte de Dios para cumplir su propósito aquí en la tierra, ya que no somos el producto del azar o la suerte (como lo sugiere la evolución y el ateísmo).

En resumen, la cosmovisión cristiana son los mejores lentes que alguien puede tener para ver de forma correcta la realidad, el mundo y la vida humana.

Para muchos, la cosmovisión cristiana es “una opción más” entre tantas otras formas de ver la realidad pero en este material se están presentando evidencias objetivas y lógicas para comprender por qué el cristianismo bíblico es la cosmovisión correcta; solo tómate tu tiempo para leer y evaluar la información completa, leyendo todos los temas aquí tratados. Tal vez ya estás en desacuerdo con muchos argumentos ya mencionados pero te invito a que sigas leyendo y encontrarás un material más amplio para sacar conclusiones objetivas.

A continuación, revisemos algunas corrientes de pensamiento que han tenido gran influencia en la sociedad moderna pero que han partido de una cosmovisión incorrecta y absurda porque no han tenido la facultad de explicar las realidades de la vida, causando estragos en la mente y en la conducta de la gente.

Recordemos las sabias palabras de Jesús: “Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:20). Definitivamente, son los resultados los que valen…

MATERIALISMO

Esta corriente de pensamiento parece estar prevaleciendo en la sociedad de hoy y puede definirse en dos aspectos:

- La mentalidad de que que el éxito material y el progreso son los valores más altos en la vida (en contraposición a conceptos espirituales, intelectuales o de conciencia).
- La teoría que plantea que todo lo que existe en el universo es la materia física, sin ninguna verdadera existencia espiritual o intelectual.

Los individuos que sostienen esta creencia ven al universo como un dispositivo inmenso, unido por pedazos de materia y funcionando en sujeción a leyes naturales. Ya que el materialismo niega todo concepto de Creación Especial o Diseño Inteligente, se apoya en la Teoría de la Evolución para dar una explicación de todo.

La primera pregunta que deberíamos hacernos es: Si todo lo que existe es materia, ¿de dónde vinieron las leyes naturales que la gobiernan? Nuevos descubrimientos científicos en las áreas de complejidad biológica, diseño cosmológico, física cuántica, y la teoría de la información, ponen en duda estos planteamientos materialistas. Una cantidad masiva de evidencia demuestra que el universo y sus aspectos materiales están conectados por una red de energía, diseño e información. Con estas evidencias, ahora vemos mucho más que materia… vemos el resultado de un Diseño Inteligente.

El materialismo, en su nivel más simple, involucra el enfocarse en "cosas" materiales, opuestamente a aquello de naturaleza espiritual o intelectual. Vivimos en un mundo rodeado y compuesto de materia. Es natural, por lo tanto, que las posesiones materiales puedan ser tomadas como una distracción de la búsqueda espiritual o intelectual, pero es aquí donde frecuentemente ocurren dos problemas: 1) podemos obsesionarnos por el deseo de obtenerlas, o 2) simplemente podemos frustrarnos por la necesidad de mantenerlas.

El materialismo nos lleva a preguntarnos: ¿son las cosas materiales más importantes que todo lo demás? ¿Es el éxito material la meta final? Si lo material es todo lo que hay, ¿de qué trata la vida? ¿Por qué estoy aquí? Si la vida solo consiste en materialismo, ¿por qué debo siquiera tratar de llevar una vida recta? ¿Qué importa cómo trato a los demás, o cómo vivo, mientras tenga lo que quiero? ¿Por qué es importante lo que crea acerca del origen de la vida?

HUMANISMO

El humanismo fue "codificado" en 1933 por 34 humanistas americanos (entre ellos el filósofo John Dewey). Aunque anteriormente y desde entonces han aparecido muchas otras versiones de humanismo, he aquí algunos extractos del Manifiesto Humanista I original (http://www.filosofia.org/cod/c1933hum.htm):

PRIMERO: Los humanistas religiosos entienden el universo como auto-existente y no creado.
SEGUNDO: El humanismo cree que el hombre es una parte de la naturaleza y que ha surgido como resultado de un proceso continuo.
TERCERO: Al adoptar una visión orgánica de la vida, los humanistas encuentran que el dualismo tradicional entre mente y cuerpo debe ser desestimado.
CUARTO: El humanismo reconoce que la cultura religiosa y la civilización del hombre, tan claramente descrita por la antropología y la historia, son el producto de un desarrollo gradual debido a su interacción con el entorno natural y con su herencia social. El individuo nacido en una cultura particular en gran medida es moldeado por esa cultura.
QUINTO: El humanismo afirma que la naturaleza del universo representada por la ciencia moderna hace inaceptable cualquier garantía sobrenatural o cósmica de los valores humanos. Obviamente el humanismo no niega la posibilidad de realidades aún por descubrir, pero insiste en que la manera de determinar la existencia y el valor de cualquiera y de todas las realidades es a través de la investigación inteligente y la evaluación de sus relaciones con las necesidades humanas. La religión debe formular sus esperanzas y planes a la luz del método y del espíritu científico.
OCTAVO: El Humanismo religioso considera que la realización completa de la personalidad humana es el fin de la vida del hombre y busca su desarrollo y cumplimiento aquí y ahora. Esta es la explicación de la pasión social del humanista.
NOVENO: En el lugar de las viejas actitudes que intervienen en la adoración y la oración, el humanismo encuentra sus emociones religiosas expresadas en un mayor sentido de la vida personal y en un esfuerzo de cooperación para promover el bienestar social.
DÉCIMO: De ello se sigue que no habrá únicamente emociones y actitudes religiosas del tipo de las asociadas hasta ahora con la creencia en lo sobrenatural.
PÁRRAFO FINAL: Estas son las tesis del humanismo religioso. Aunque consideramos que las formas y las ideas religiosas de nuestros padres ya no son adecuadas, la búsqueda de una vida buena sigue siendo la tarea central de la humanidad. El hombre ha tomado conciencia por fin de que es el único responsable de la realización del mundo de sus sueños, que tiene dentro de sí el poder para lograrlo. Debe disponer su inteligencia y voluntad para la tarea.

Según esta posición del humanismo, la existencia del universo no tiene ningún propósito en sí mismo sino que somos el resultado de un proceso aleatorio que no necesita de ningún tipo de significado; más bien, la vida puede tener un significado “si nosotros le adjudicamos un significado”. La vida solo vale la pena vivirla si nosotros mismos hacemos que valga la pena, y que sea agradable. De igual forma, el humanismo sostiene que no existen valores objetivos ni universales. Una persona puede ser moral si crea un sistema de valores y vive de acuerdo con ellos. Un humanista sostendría que nadie está obligado a ser moral. Por lo tanto, el humanismo no consigue proveer objeciones morales para comportamientos inmorales. Obviamente, si no existen absolutos morales, usted no puede demostrar que algo es malo o equivocado. De esta manera, en una sociedad humanística, nadie puede en realidad juzgar moralmente las decisiones o acciones de otros.

El humanismo es promovido a través de la enseñanza de la ciencia evolucionista, del materialismo, y del relativismo moral en nuestros medios de comunicación populares y en el sistema público escolar.

Lamentablemente, se ha tratado de eliminar a Dios del sistema social pero sin Dios, perdemos cualquier propósito trascendente del universo en el cual vivimos… sin Dios, perdemos cualquier propósito trascendente para dar significado a nuestras vidas… solo somos seres luchando por sobrevivir hasta que muramos. Todos los logros, los sacrificios, los buenos y bellos actos de algunas personas, los feos y oscuros actos de otras, son en última instancia, esfuerzos intrascendentes de la vida. Sin Dios, perdemos cualquier posibilidad de vida después de la muerte.

Cuando usted elimina la esperanza del cielo, elimina el propósito y valor final de la vida. ¿Qué diferencia habría realmente si vivimos como personas respetuosas de la vida, de la libertad de otros y de los valores como el amor, el servicio y la educación o si somos asesinos, ladrones, destructores y perversos? De todas formas, el destino de todo el mundo sería el mismo: la muerte (dejar de existir). Esta es la perspectiva final de aquellos que basan su sistema de creencias en el humanismo.

El humanismo secular es un intento de funcionar como una sociedad civilizada con la exclusión de Dios y de Sus principios morales. Durante las últimas décadas, humanistas han tenido mucho éxito en propagar sus creencias. Su principal enfoque es concentrarse en la juventud a través del sistema escolar público.

John J. Dunphy, en su galardonado ensayo The Humanist (1983), ilustra este enfoque estratégico: “La batalla por el futuro de la humanidad debe ser peleada y ganada en los salones de clases de las escuelas públicas, por maestros que perciban su rol correctamente como proselitistas de una nueva fe. Una religión de la humanidad -- utilizando un salón de clases en lugar de un púlpito para llevar los valores humanistas a donde sea que enseñen. El salón de clases debe, y se convertirá, en un campo de batalla entre lo viejo y lo nuevo -- el cadáver descompuesto del cristianismo, junto con sus males y miserias adyacentes, y la nueva fe del humanismo”.

John Dewey, recordado por sus esfuerzos en establecer los actuales sistemas educacionales de América, fue uno de los principales firmantes del Manifiesto Humanista de 1933. Al parecer los humanistas han estado interesados en el sistema educacional americano por casi un siglo. Ellos han sido completamente exitosos al enseñar a muchos niños que Dios es imaginario y contrario a la "ciencia".

El humanismo secular está manifestado en la Teoría Evolucionista. Para contestar la pregunta fundamental de: "¿De dónde venimos?" a los niños se les enseña la doctrina de la Evolución. La primera sección del Manifiesto Humanista establece: "Los humanistas religiosos entienden el universo como auto-existente y no creado". La segunda sección afirma: "Los humanistas creen que el hombre es una parte de la naturaleza y que ha surgido como resultado de un proceso continuo". Ciertamente, el sistema público escolar propaga la doctrina humanista (claramente una "religión" atea), y de esta manera, condena el concepto de Dios. Esta es una ironía sorprendente. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Ciencia de la Creación ha sido excluida exitosamente de muchas escuelas públicas por organizaciones tales como la Unión de Libertades Civiles Americana (A.C.L.U) sobre la base de que la Creación es religiosa, y el gobierno no debe apoyar la religión de ninguna forma". De hecho, la evolución se convirtió en cierto sentido en una religión científica; casi todos los científicos la han aceptado, y muchos están dispuestos a torcer sus observaciones para que concuerden con ella" (H. S. Lipson, FRS, Profesor de Física, Universidad de Manchester, Reino Unido, "A Physicist Looks at Evolution", Physics Bulletin, vol. 31, Mayo 1980, pg. 138).

Aún así la Evolución no ha sido comprobada. De hecho, la Teoría de la Evolución es contraria a la ciencia establecida. George Wald, otro prominente evolucionista (un bioquímico de la Universidad de Harvard y ganador del Premio Nobel), escribió: "En lo referente al origen de la vida existen solo dos posibilidades: Creación o generación espontánea. No hay un tercer camino. La generación espontánea fue refutada cien años atrás, pero ello nos lleva a solo otra conclusión, la de la creación sobrenatural. No podemos aceptar eso en terrenos filosóficos, por lo tanto, escogemos creer lo imposible: ¡Que la vida surgió espontáneamente al azar!" ("The Origin of Life", Scientific American, 191:48, Mayo 1954).

El objetivo principal del humanismo secular es el excluir a Dios de las respuestas potenciales de la vida. ¿Es esta doctrina una buena idea para una sociedad libre? Los Fundadores de los Estados Unidos de América parece que no lo creen así, y nos advertieron en contra de este tipo de filosofía.

En su discurso de despedida a la inexperta nación de los Estados Unidos de América (el 19 de septiembre de 1796), George Washington declaró: "De todas las disposiciones y hábitos que conllevan a la prosperidad política, nuestra religión y moralidad son los soportes indispensables... Y permitámonos con cautela la suposición de que la moralidad puede ser mantenida sin la religión... Ambas, la razón y la experiencia nos prohíben esperar que la moralidad nacional pueda prevalecer con la exclusión de los principios religiosos”.

Noah Webster, uno de los fundadores de la nación y educador, escribió: "Todas las miserias y males que los hombres sufren a consecuencia del vicio, crimen, ambición, injusticia, opresión, esclavitud, y guerra, provienen del menosprecio o negligencia de los preceptos contenidos en la Biblia".

Daniel Webster escribió: "Si nos regimos por los principios enseñados en la Biblia, nuestro país seguirá prosperando, pero si descuidamos sus enseñanzas y autoridad, ningún hombre puede decir cuando una catástrofe nos vencerá, y sepultará toda nuestra gloria en una oscuridad profunda".

Patrick Henry escribió: "No puede enfatizarse suficientemente, o demasiado, que esta gran nación fue fundada no por religiosos, sino por cristianos -- no sobre religiones, sino sobre el evangelio de Jesucristo".

COSMOVISIÓN POSTMODERNISTA

Aunque hay desacuerdos significativos entre las variadas expresiones de la cosmovisión postmodernista, existe una creencia clave que las caracteriza a todas: una aguda conciencia de nuestra "contextualización" como humanos. Los postmodernistas afirman que los seres humanos somos el resultado de una perspectiva, o predisposición, que es moldeada por la cultura en que vivimos. Debido a esta "contextualización" nadie puede afirmar tener objetividad en sus opiniones; el enfoque del postmodernismo es cómo percibimos y cómo describimos lo que es el mundo. Esta es la más clara diferencia entre el postmodernismo y la mayoría de las otras cosmovisiones, ya que la preocupación central de otras cosmovisiones es definir qué es el mundo real, mientras que en la cosmovisión postmodernista todo está condicionado y nada es seguro.

Hay varias implicaciones al confrontar la realidad de esta manera:

- PRIMERO, en última instancia, la realidad es incognoscible. Nuestra "contextualización" nos impide tener acceso directo al mundo real o tener un verdadero conocimiento de él. Esto no quiere decir que el mundo real no esté allí (aunque algunos sugerirían esto, por ejemplo, en el hinduismo), solo que nosotros nunca podemos deshacernos de nuestras perspectivas para tener acceso objetivo a él.

Stanley Fish describe este dilema de esta manera: “Además, no solamente no existe nadie que pueda detectar una verdad trascendente si llegara a pasar por el vecindario, sino que es difícil hasta decir cómo sería una. Por supuesto, sabríamos lo que no sería: no se dirigiría a ninguna condición en particular, no se identificaría con ninguna producción histórica, ni estaría formulada en los términos de alguna tradición nacional, étnica, racial, económica, ni de clases" (Stanley Fish, There’s No Such Thing as Free Speech: And It’s a Good Thing, Too -New York: Oxford, 1994-, p. 8).

Estamos atrapados en nuestra contextualización. No existen fundamentos que no estén condicionados también con los cuales construir un concertado cúmulo de conocimientos. El conocimiento realmente se reduce a la perspectiva de uno: en realidad nosotros nunca tenemos los hechos; solo existe interpretación.

- SEGUNDO, la verdad y el conocimiento son construcciones del lenguaje y reflejan la perspectiva del que afirma tenerlos, pero no deberían ser confundidos con una declaración de los hechos acerca de la verdadera realidad. Por supuesto, si la verdad solamente refleja la perspectiva de uno y no representa realmente nada acerca de la realidad objetiva, no puede ser absoluta. Esta es una conclusión ineludible de la cosmovisión postmodernista: la verdad absoluta no existe; solo hay "verdades".

Es importante anotar que el postmodernismo no alega necesariamente que cada persona tiene su propia verdad, sino que nuestras perspectivas de lo que es la verdad son moldeadas, mayormente, por las comunidades, o por las culturas en que nos encontramos. Cada comunidad construye, a través del lenguaje, su propia historia del mundo. Ninguna historia es más verdadera que otra (ya que todas las historias son válidas); entonces, la verdad es producida por la narrativa de una comunidad. Las "verdades," entonces, no son declaraciones hipotéticas acerca de la realidad, sino más bien realidades narrativas de un grupo en particular; y cada grupo se distingue por su uso particular del lenguaje. En otras palabras, ya que simplemente no podemos excluir el lenguaje de nuestras tentativas para describir la realidad, toda objetividad es desechada.

Esta visión del lenguaje está enraizada en la práctica de la "deconstrucción" en la literatura, que fue adoptada primeramente por Jacque Derrida. Él sugirió que no existe un significado fijo para ningún texto, ya que es solo la perspectiva del autor. Pero, cada lector también tiene su perspectiva. Por lo tanto, el lector impone significado en el texto. Este significado no es fijo, sino que cada texto puede tener una multitud de significados, a pesar de la intención original del autor.

- TERCERO, otra implicación del postmodernismo es que el progreso es una ilusión. El optimismo del proyecto modernista, el cual estaba basado en una falsa confianza en la objetividad y la certeza humana, ha sido castigado. El "adelanto" y los "logros" son conceptos construidos socialmente; por ende, sin el concepto del progreso, entonces, ¿qué significa avanzar para una sociedad?

Considerando estas implicaciones, surge la pregunta: ¿es acertada la cosmovisión postmodernista? Evaluemos estas ideas a la luz de CUATRO pruebas y veamos si puede resistir el escrutinio.

* La Prueba de la Razón.
El postmodernismo está lleno de auto-contradicciones. Niega que alguna metanarrativa pueda ofrecer una historia que abarque todo y que aplique a todas las personas y a todos los tiempos. La sugerencia básica aquí es que la única historia que aplica a todas las personas y a todos los tiempos es que “ninguna historia puede aplicarse a todas las personas y a todos los tiempos”. Es otras palabras, el postmodernismo ofrece la metanarrativa que no existen metanarrativas y esto lo plantea como una “verdad absoluta”.

Más aún, los postmodernistas sugieren que deberíamos rechazar las metanarrativas, porque estamos atrapados dentro de nuestras perspectivas culturales, y por lo tanto, solo somos capaces de expresar nuestras interpretaciones. Para el postmodernista, no existe nada sino la interpretación. Pero, ¿no sería la afirmación "hay solo interpretación" también una interpretación?

En la negación de las metanarrativas, el postmodernismo también niega la existencia de la verdad absoluta, y en su lugar, abraza la existencia de muchas verdades sostenidas por diferentes personas. Sin embargo, la afirmación de que "no existe la verdad absoluta, solo existen verdades" es una afirmación absoluta y objetiva.

Si toda verdad está socialmente condicionada, ¿no estaría esta “afirmación de la verdad” socialmente condicionada también? ¿Quién fue capaz de tener acceso a esta verdad acerca de la realidad?

Obviamente, a los postmodernistas no les preocupan estas contradicciones porque pretenden estar por encima de sus propias suposiciones y que nadie los ponga en entredicho; ellos evitan tener una opinión acerca de emitir opiniones. En la realidad, esto equivale a presentar un argumento que prueba que ningún argumento es sensato y una prueba de que no existen pruebas, lo cual es un absurdo" (C.S. Lewis, Miracles (London: Geoffrey Bles, 1959), p. 100).

Para este momento el lector perceptivo puede haberse dado cuenta que el postmodernismo es culpable a veces de cobardía intelectual, otras veces, de intimidación intelectual, y otras veces, de pereza intelectual.

* La Prueba del Mundo Exterior.
Aunque los prejuicios de una comunidad ciertamente moldean las perspectivas de los miembros de esa comunidad, no significa que la realidad misma esté socialmente construida y que nunca podemos tener acceso a la realidad objetiva, como afirman los postmodernistas. De hecho, nuestra perspectiva de la realidad es constantemente impuesta, desafiada, y hasta alterada por la realidad misma. Por ejemplo, grupos trascendentales cuya construcción social de la realidad es que el mundo físico es una ilusión, continúan encontrándose restringidos por la realidad física del tiempo y del espacio; en otras palabras, el mundo exterior desafía tal interpretación de los hechos y les obliga a vivir la realidad que no pueden negar.

* La Prueba del Mundo Interior.
Mientras que el modernismo colocó la presunción de autoridad en el yo autónomo, el postmodernismo intenta colocarla en la comunidad. Sin embargo, el postmodernismo tiende irónicamente a incrementar nuestro aislamiento de otros. Una razón para esto es que la mayoría de nosotros pertenecemos a muchas comunidades diferentes: crecemos en una, nos establecemos para vivir en otra, trabajamos en otra, rendimos culto en otra, y nos jubilamos en otra. Con tantas perspectivas de comunidad compitiendo por nuestra lealtad, finalmente, la tendencia es no pertenecer a ninguna. Es irónico que la generación actual, que se jacta de tener la mejor tecnología de comunicación que cualquier otra generación en la historia del mundo, es a menudo la más aislada.

Si la única realidad a la que podemos tener acceso es la que nosotros esencialmente construimos, eso significaría necesariamente que la vida está desprovista de cualquier moral o significado mayor. El postmodernismo es, en su forma más desesperanzada, una repetición del nihilismo clásico. En su forma más positiva, no puede elevarse más allá de un existencialismo más corporativo. En cualquier caso, todos los valores supremos son eliminados.

* La Prueba del Mundo Real.
Y la prueba final de que el postmodernismo no puede explicar adecuadamente la realidad es que, en última instancia, sus postulados no pueden ser aplicados a la vida diaria. El moralista postmodernista esencialmente afirma: "No existe nada bueno ni malo," y luego hace una pausa y agrega: "y eso es bueno". Sin embargo, hay un lugar intuitivo e implacable dentro de nosotros que insiste en que existe lo bueno y lo malo, aún cuando no coincidimos entre nosotros en lo que colocamos dentro de esas categorías.

Según la Biblia, las personas están hechas a la imagen de Dios, y ser conscientes de la moralidad y del significado es parte de lo que somos. En relación a esto, podríamos resumir el trabajo de un teólogo así: “pasar mucho tiempo pensando en razones muy complicadas y sofisticadas por las que hacemos cosas que todos sabemos perfectamente que son malas”.

Es importante observar que el posmodernismo solo existe como una cosmovisión viable en ciertos contextos. La cosmovisión que afirma que todas las cosmovisiones están histórica y culturalmente condicionadas resulta estar también histórica y culturalmente condicionada. De hecho, en toda su rebelión contra los males del modernismo y de las civilizaciones occidentales, irónicamente, el postmodernismo existe solo en el contexto del modernismo y de la civilización occidental y esto no es accidental porque la productividad de la civilización occidental ha creado una cultura que está definida mayormente por su consumismo. Nuestra cultura, es una cultura de elecciones ilimitadas, desde los cereales hasta las filosofías, y el único valor absoluto es valorar el derecho de todos de escoger su propia existencia, hasta de su propio significado.

En vez de subordinarse ante la cosmovisión postmodernista, el cristiano bíblico es sabio al reconocerla por lo que fundamentalmente es: un contexto cultural en el que el cristianismo existe, puede sobrevivir y hasta prosperar. La verdad no se rinde a la opinión general. A diferencia del postmodernismo, la cosmovisión bíblica puede soportar todos los desafíos y todavía hablarle a la cultura dominante porque la Biblia plantea las verdades absolutas más importantes para explicar el universo, la vida del hombre y su lugar en el mundo.

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