miércoles, 27 de diciembre de 2017

Aparentes contradicciones de la Biblia Parte III

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PARA REFLEXIONAR
- Es sorprendente ver cómo mucha gente rechaza la Palabra de Dios enfocándose en una lista de supuestas contradicciones bíblicas. Aún así, cuando se enfrentan al milagro de la estructura, sobrevivencia, integración, veracidad histórica, evidencia arqueológica, perspicacia científica, registros externos corroborantes, y cientos de profecías cumplidas de la Biblia (todos los cuales sobrepasan por mucho a cualquier otro libro considerado sagrado), la gente prefiere ignorarlos. Recuerde: “Dios no es Dios de confusión” (1 Cor. 14:33). Si alguien le presenta una supuesta contradicción de la Biblia, tómese un momento para investigarla seriamente usted mismo.
- Existen algunos nombres y números en las traducciones de la Biblia que presentan errores de copiado los cuales han surgido a lo largo de miles de años, pero estos errores no afectan las verdades esenciales de la Biblia y su coherencia interna.
- Hay relatos bíblicos que aparentan contradicción; miremos el caso de los evangelios en el tema de la crucifixión de Cristo: a) Jn. 19:14 dice: “...como la hora sexta… [Pilato] dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!”, antes de que Cristo fuera crucificado; b) los otros relatos del evangelio establecen que “desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena” (Mt. 27:45; Mr. 15:33; Lc. 23:44), después de que Cristo hubiera sido crucificado. ¿Está en conflicto el relato de Juan con los demás relatos? No. Juan utilizó el método romano de contar el tiempo, en el que la primera hora comenzaba a medianoche, y entonces el fin de su “hora sexta” era a las 6 a.m. En contraste, los otros tres escritores de los evangelios utilizaron el método judío para contar el tiempo, en el que la primera hora comenzaba a las 6 a.m. y entonces la “sexta hora” terminaba a mediodía. No existe ningún conflicto.
- Otro caso de una supuesta contradicción y su explicación se encuentra en el relato de la creación de Génesis 1 y 2. Según los críticos, mientras Gn. 1:24-27 dice que el hombre fue creado después de los animales, en Gn. 2:18-19 parece haber sido creado antes. Sin embargo, entre los dos relatos hay armonía y no existe ninguna contradicción. Es cierto que el capítulo 1 y los primeros cuatro versículos del capítulo 2 de Génesis describen el orden de la creación, pero la mayor parte del capítulo 2 en realidad detalla los eventos ocurridos en el sexto día. En otras palabras, el capítulo 2 no dice que el hombre haya sido creado antes que los animales; solo está relatando cómo los animales fueron nombrados. Esto no tiene nada que ver con el orden de la creación.

Génesis 1 menciona la creación del hombre como el último de una serie de eventos sin dar muchos detalles, pero Génesis 2 se enfoca principalmente en el hombre y los detalles de su creación. Podríamos decir que, mientras el capítulo 1 es el resumen o “esqueleto” del relato, el capítulo 2 da los detalles o la “carne” de ese esqueleto. No hay ninguna contradicción.
- ¿Qué hay de la triple negación de Pedro? Otra aparente contradicción se encuentra en el relato de la triple negación de Pedro y el canto del gallo. Según los escépticos, Marcos contradice el resto de los evangelios en su registro de este evento. En este caso, debemos leer el texto cuidadosamente para ver lo que dice realmente y lo que no dice. También debemos tener en mente la posibilidad de que estos textos sean complementarios antes de suponer que son contradictorios.
- Los pasajes a estudiar se encuentran en Mt. 26, Mr. 14, Lc. 22 y Jn. 13 (es interesante que, a pesar de haber sido escritos en momentos diferentes, todos los evangelios relatan el mismo evento). Mateo, Lucas y Juan citan a Cristo diciendo que Pedro lo negaría tres veces antes de que el gallo cantase (Mt. 26:34; Lc. 22:34; Jn. 13:38), pero en el libro de Marcos leemos: “Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces” (Mr. 14:30).
- El número de negaciones de Pedro es el mismo en todos los Evangelios: tres. Pero en el relato de Marcos, la última negación ocurre antes del segundo canto del gallo. Entonces ¿cantaría el gallo una o dos veces? Más adelante Marcos explica que el primer canto del gallo sonó después de la primera negación de Pedro y el último, después de la última negación ― que es exactamente lo que Mateo, Lucas y Juan dijeron.
- No podemos suponer que hay una contradicción solo porque tres de los Evangelios mencionan un canto y Marcos dos. A fin de cuentas, Pedro negó a Cristo tres veces antes del canto de un gallo en todos los relatos. Mateo, Lucas y Juan no especifican el número de veces que el gallo cantó, pero el hecho es que la tercera negación de Pedro ocurrió antes de que un gallo cantara. Por ende, no hay contradicción entre los cuatro relatos.
- La mujer de Caín. Escépticos señalan que Caín no tenía mujer con quien casarse; por ello, según su opinión, la Biblia está llena de mentiras; no obstante, la misma Biblia invita a sus lectores a “poner el sentido para entender la lectura” (Neh. 8:8) y no solo a leer sino a “escudriñar las Escrituras” (Jn. 5:39)… y por último, “el que lee, entienda” (Mr. 13:14). Caín se casó con una de sus hermanas porque Adán y Eva engendraron muchos hijos e hijas y no solo a ellos dos (Gn. 5:4).

CONCLUSIONES
- Toda supuesta contradicción en la Biblia tiene una explicación razonable. Los críticos argumentan que estas explicaciones son “formas convenientes” de ignorar los errores bíblicos, y sin embargo, cuando son confrontados con el cumplimiento profético, ellos presentan un argumento “conveniente”: las profecías fueron escritas después de que sucedieran las cosas.
- Irónicamente, de acuerdo con esta crítica, los escritores bíblicos supuestamente tuvieron éxito en crear un fraude elaborado con el fin de lograr que la profecía apareciera legítima y a la vez fallaron en un tarea sencilla como es la de lograr que los diferentes relatos bíblicos concordaran entre sí. Cuando consideramos la alternativa, que la Biblia realmente procede de Dios, y que él inspiró a diferentes autores con personalidades y perspectivas diferentes para que escribieran sus palabras, entonces las aparentes discrepancias en la Biblia tienen sentido y pueden resolverse si se investiga apropiadamente.
- A pesar de las realidades que hacen parte de la historia en las traducciones y versiones de la Biblia, no debemos ignorar o tener en poco el carácter extraordinario de las Escrituras en su estructura, cómo han sobrevivido durante varios milenios, su veracidad histórica, las evidencias arqueológicas, la perspicacia científica, los registros corroborables externos, y cientos de profecías cumplidas de la Biblia.
- La Biblia es verdadera y transformadora porque es la Palabra de Dios. Además, es cierto que la Biblia plantea ciertos desafíos en su texto y es por eso que algunos piensan que se contradice. Pero, cuando la estudiamos más detenidamente, su belleza, complejidad y coherencia interna nos demuestran lo contrario: que la Biblia es un libro sencillamente maravilloso.
- Cuando tome la Biblia, léala por lo que realmente dice, no por lo que la gente dice que dice. Solo así descubrirá la verdad que hay en ella, y en esa verdad descubrirá el camino de la vida eterna en Cristo.
- Ser cristiano es mucho más que conocer las Escrituras; es vivir las Escrituras. La Biblia es muy cierta, pero el solo hecho de saberlo no lo hará una mejor persona. Lo único que cambiará su vida es vivir según los preceptos bíblicos que Dios estableció. 

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Aparentes contradicciones de la Biblia Parte II


Comparación con otras obras clásicas
A pesar de su gran número de autores y volumen, la Biblia excede lo que se puede esperar de otros documentos antiguos en términos de coherencia interna.

Veamos por ejemplo el caso de la Iliada, escrita por un solo autor, Homero, alrededor del año 900 a.C.; existen 643 copias conocidas, de las cuales la más antigua data del 400 a.C. Ninguna de ellas es 100 por ciento igual a las demás. En su sitio web, Christian Apologetics and Research Ministry (Ministerio de investigación y apologética cristiana) estima que la coherencia entre una copia y otra es de 95 por ciento.

El Nuevo Testamento, por otro lado, ha sido preservado en casi 6.000 manuscritos griegos conocidos, y se estima que la coherencia ente ellos es de 99,5 por ciento. La diferencia entre uno y otro es minúscula. Por tanto, el grado de diferencia en las copias de estos clásicos antiguos es mayor que el de los manuscritos que componen la Biblia.

“Si los críticos de la Biblia descartan el Nuevo Testamento como fuente confiable de información, también deben negar la confiabilidad de los escritos de Platón, Aristóteles, César y Homero” (CARM).

Formas de resolver aparentes contradicciones
En realidad, la mayoría de las aparentes contradicciones de la Biblia son fáciles de resolver o tienen más de una explicación lógica.

Las soluciones y explicaciones generalmente caben en una de las siguientes categorías:
- Errores de los copistas.
- Errores de traducción (diferentes traductores utilizan palabras diferentes).
- Discrepancias numéricas que a menudo se resuelven tomando en cuenta el contexto de cada entrada.
- El contexto del versículo.
- El uso de figuras literarias en contraposición a un evento real.

A continuación, miremos algunos elementos de análisis:
- PRIMERO, los escépticos razonables deben concordar en la definición de una contradicción. La Ley de la No-Contradicción, la cual es la base de todo razonamiento lógico, mantiene que algo no puede ser "A" y "no-A" al mismo tiempo. Por ejemplo: No puede ser día y noche al mismo tiempo, en el mismo lugar. Por lo tanto, si una escritura bíblica viola esta Ley, se ha establecido una contradicción. Sin embargo, basado en la misma ley, dos afirmaciones pueden diferir sin ser una contradicción. Por ejemplo: Un testigo en un caso de la corte puede testificar que vio a dos personas en la escena del crimen, Jake y Sam, mientras que otro testigo puede testificar que solo vio a Sam. Estas afirmaciones no son contradictorias. De hecho, en una corte, estas afirmaciones podrían ser consideradas como complementarias. Esta es la naturaleza de muchas de las supuestas contradicciones de la Biblia.

EJEMPLO: al leer los cuatro Evangelios, se evidencia que existen diferencias entre ellos, tanto en la forma como en el fondo. El Evangelio de Juan no cuenta los hechos de la misma manera que los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Juan omite muchos de los relatos que incluyen los evangelistas sinópticos, a la vez que refiere detalles y palabras de Jesús que los escritores sinópticos no mencionan. Por otra parte, si bien los evangelios sinópticos tienen muchas similitudes, también hay diferencias entre ellos en cuanto a los hechos narrados, el orden en que se disponen, las palabras y acciones de Jesús, y la forma de encuadrar la presentación de cada uno de los autores. De todos modos, a pesar de esas diferencias, el mensaje general de los cuatro evangelios es el mismo: Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías al que se referían los textos del AT, enviado por su Padre para que, mediante su muerte expiatoria y su resurrección, redimiera a la humanidad y la condujera a una renovada relación con Dios.

Si bien lo que escribieron los evangelistas fue por inspiración del Espíritu Santo, cada uno tenía su propia personalidad, experiencia, contexto cultural, fuentes, estilo y público, todo lo cual se refleja en los evangelios. Se basaron en lo que ellos mismos recordaban o en lo que les contaron testigos presenciales (Mateo y Juan probablemente en lo que recordaban, y Lucas y Marcos en lo que les dijeron testigos oculares). Con la guía del Espíritu Santo, elaboraron su presentación de la vida y las enseñanzas de Jesús de una manera que cuadrara con su propio estilo literario y con el público al que se dirigían. Por consiguiente, es lógico que haya algunas diferencias entre un evangelio y otro.

Aunque haya diferencias en algunos pasajes de los evangelios, debe entenderse que, como los evangelistas transmitieron testimonios personales (el suyo propio o el de otras personas), es normal que haya diferencias en algunos detalles, ya que eso es lo que ocurre con los testimonios personales. En un juicio, los testigos casi nunca concuerdan en cada detalle; cuando lo hacen, se suele considerar que están contaminados o incluso que se han confabulado para engañar al tribunal. Por lo general, las declaraciones de los testigos presenciales difieren en cierta medida unas de otras, e incluyen u omiten aspectos que otros testigos mencionan. Tales disparidades no vuelven poco fiables las declaraciones; antes bien, complementan el proceso de indagación.

Algunos pasajes de los evangelios refieren un suceso de forma “incompleta” o abreviada; tales descripciones no dejan de ser ciertas por el hecho de que no incluyan todos los detalles. Al comparar distintos pasajes de los evangelios conviene recordar que una información incompleta no es necesariamente falsa.

¿Deberían preocuparnos las diferencias que hay en la presentación de la vida de Jesús por parte de cada uno de los evangelistas? ¿Significa esto que los evangelios son inexactos o falsos? De ninguna manera. Cada evangelista contó la vida de Jesús con el objetivo de dar a conocer la buena nueva de quién era él y qué había enseñado, de modo que sus lectores entendieran la maravilla que Dios había hecho y creyeran. Aunque los cuatro evangelistas narraron la misma vida de Jesús, cada uno quiso hacer hincapié o centrarse en distintos aspectos y preparó su libro en consecuencia. Por ejemplo, Mateo enfatiza que la venida de Jesús fue planeada y predicha por Dios a lo largo de las escrituras judías (AT) siglos antes de su advenimiento; así pues, su nacimiento, vida, enseñanzas, milagros y muerte cumplieron profecías específicas del AT. Once veces en su evangelio Mateo incluye profecías y su cumplimiento. Eso indica que probablemente escribió su evangelio pensando en un público judío o judeocristiano, y presentó el material de una manera que ayudara a esa clase de público a abrazar la fe. En síntesis, bajo las reglas legales de evidencia y de la Ley de la No-Contradicción, éstas no son escrituras contradictorias, y aún así forman parte de todas las listas de algunos críticos de la Biblia.

- SEGUNDO, Algunas citas de la Biblia parecen contradictorias solo por las complejidades de la traducción bíblica. El análisis de los lenguajes originales de la Biblia (hebreo para el AT y griego para el NT) puede solucionar muchos problemas aparentes. No se diferencia de cualquier otra revisión textual de material traducido. Todos los lenguajes (incluyendo especialmente el hebreo y el griego) tienen limitaciones especiales y matices que causan dificultades en la traducción. El contexto histórico de la traducción puede también causar algún malentendido.

EJEMPLO: El libro de los Hechos tiene dos relatos de la conversión de Pablo en el Camino a Damasco. En Hch. 9:7 dice: “los hombres que iban con Pablo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, más sin ver a nadie”. En Hch. 22:9 dice: “los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no oyeron la voz del que me habló” (versión King James). A primera vista, estos relatos parecen contradictorios; uno dice que los compañeros de Pablo oyeron la voz, mientras que el otro dice que ninguna voz se escuchó. Sin embargo, el texto griego resuelve el problema porque la construcción del verbo “escuchar” (akouo) no es la misma en los dos relatos. En Hch. 9:7 es usada en el genitivo y en Hch. 22:9 es usada en el acusativo. La construcción con el genitivo simplemente expresa que algo está siendo escuchado o que ciertos sonidos alcanzan el oído; nada se indica acerca de si la persona entiende lo que escucha o no. La construcción con el acusativo, sin embargo, describe el escuchar, lo cual incluye la aprehensión mental del mensaje hablado. De esto se hace evidente que los dos pasajes no son contradictorios (W.F. Arndt: Does the Bible Contradict Itself?, p. 13,14.) Por lo tanto, Hch. 22:9 no niega que los compañeros de Pablo oyeran ciertos sonidos (simplemente dice que ellos no entendieron los sonidos que escucharon).

martes, 28 de noviembre de 2017

Aparentes contradicciones de la Biblia Parte I



¿Tiene la Biblia contradicciones e inexactitudes textuales? ¿Hay errores en las traducciones de la Biblia?

Muchos críticos y escépticos afirman que la Biblia tiene contradicciones, pasajes en conflicto entre sí, inexactitudes y errores, y esto se convierte en una gran barrera intelectual para muchas personas. Sin embargo, debemos tener en cuenta varios factores:

- Muchos críticos y escépticos hablan de contradicciones cuando rechazan la Biblia, pero nunca han leído la Biblia misma o no la leen lo suficiente para conocerla más de cerca o no la leen de forma objetiva y honesta. Es más, muchos tienen una lista de "contradicciones de la Biblia" para ayudar a corroborar el por qué la rechazan totalmente.
- Es muy fácil acusar a la Biblia de errores y de contradicciones, pero comprobarlos es un asunto muy diferente.
- Las aparentes “contradicciones” de la Biblia deben ser analizadas bajo reglas de lógica y razonamiento. A primera vista, ciertas escrituras pueden parecer contradictorias con otras escrituras, pero una mayor investigación demostrará algo diferente.

El autor de 1001biblecontradictions.com asegura que su sitio bien podría haberse llamado ‘contra el fundamentalismo’. Mi propósito es exponer varias aparentes contradicciones y discrepancias presentes en la Biblia cristiana con el fin de desmentir los argumentos fundamentalistas de que cada palabra de la Biblia es cierta.

Pero, ¿está la Biblia realmente llena de contradicciones? ¿O podemos comprobar con una cuidadosa investigación que es extraordinariamente coherente a pesar de todas las probabilidades en su contra?

Coherencia a pesar de las probabilidades en contra
J. Philip Hyatt, profesor del AT en la Universidad de Vanderbilt en los años 1944 a 1972, identificó algunos de los factores que podrían haber afectado la coherencia de la Biblia a través de los años: “A partir de esta historia del texto, debería ser obvio que pasaron mil años o más desde que se terminaron la mayoría de los [manuscritos] en los que se basan los estudios modernos y el último libro del [Antiguo Testamento]. Durante ese lapso, el texto se copió y se reprodujo a mano una y otra vez. Y, si pensamos en los errores que pueden surgir, aún con el uso de máquinas de escribir modernas, no es difícil entender por qué surgieron errores en estas repetidas copias a mano. Los errores pudieron darse por dificultades para leer, dificultades para oír (cuando los manuscritos se copiaron por dictado), cansancio, mala comprensión e incluso simple descuido” (Encyclopedia Americana [Enciclopedia Americana], Vol. 3, 1984, p. 658).

Como se ha explicado antes, la Biblia moderna está compuesta de 66 libros (39 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo) y fue escrita en un lapso de más de 1.500 años por más de 40 autores diferentes, de todos los oficios (pastores, agricultores, constructores, médicos, pescadores, sacerdotes, profetas y reyes). Fue escrita en tres lenguas diferentes (hebreo, arameo y griego) pero éstas no siempre eran las lenguas de sus protagonistas. Jesús y sus discípulos, por ejemplo, probablemente hablaban arameo la mayor parte del tiempo, pero los evangelios fueron preservados en griego.

A pesar de todos los obstáculos (errores de los copistas, problemas de traducción, diferencias entre el lenguaje hablado y el escrito, etcétera), el grado de coherencia interna de la Biblia es impresionante, lo cual sin duda respalda las palabras de Cristo en Jn. 10:35: “la Escritura no puede ser quebrantada”

Además, el mismo apóstol Pablo cita pasajes del AT en muchas ocasiones, como en Rom. 4:3: “Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia”

jueves, 9 de noviembre de 2017

Objeciones en contra de la Biblia Parte III


La historia de Jericó
Este relato está registrado en el libro de Josué cap. 6. Durante años, los escépticos pensaron que la historia de los muros de Jericó que habían caído era un mito. Sin embargo, en la década de 1930, el Dr. John Garstang hizo un descubrimiento asombroso y dijo: “En cuanto al hecho principal, entonces, no queda ninguna duda: los muros cayeron hacia afuera de forma tal que los atacantes pudieron treparse por sobre las ruinas de la ciudad”. Esto es asombroso porque los muros de las ciudades caen hacia adentro, no hacia afuera”. La edición del 5 de marzo de 1990 de la revista Time tiene un artículo llamado “Score One For the Bible – Punto Uno Para la Biblia”. En este artículo, la arqueóloga Kathleen Kenyon decía que los muros de Jericó habían caído de forma súbita. Muchos eruditos consideran que esto fue provocado por un terremoto que podría explicar el hecho; además, hay registros arqueológicos que demuestran que la ciudad fue conquistada rápidamente. Estos hallazgos agregan credibilidad al relato bíblico. Es más, un estudio posterior hecho por Brian Wood encontró que la fecha de la caída de Jericó coincide con la fecha de la Biblia.

La fortuna de Salomón
Muchos pensaron que las referencias a la fortuna de Salomón eran extremadamente exageradas. Sin embargo, algunos documentos rescatados del pasado demuestran que la prosperidad de la antigüedad estaba concentrada en el rey Salomón, y que es completamente posible.

El dilema de Ezequías
La Biblia nos cuenta la historia de Ezequías, un rey de Judá, y su conflicto con Senaquerib, un rey asirio famoso. Esta historia es confirmada además en minúsculos detalles por la arqueología y la historia.

Ezequías fue un rey usado por Dios como un instrumento fundamental para remover la idolatría de Judá (2 Rey. 18:1-4). A comienzos de su reinado, él fue testigo de la cautividad de Israel (las 10 tribus del norte) a manos del rey asirio Sargón II (v. 9-12). Después de su victoria sobre Israel, los asirios obligaron a las ciudades de Judá a pagar tributo con el fin de evitar que corrieran con la misma suerte.

La decisión de Ezequías, de dejar de pagar tributo a los asirios, hizo que el rey Senaquerib los atacara con furia (v. 7, 13). Esto hizo que Ezequías cambiara de opinión. Él decidió pagar el tributo a los asirios tomando el oro y la plata de su palacio y del templo. Para satisfacer las exigencias de Senaquerib, quitó el oro de las puertas del templo (v. 15, 16). Pero esto todavía era insuficiente, y Senaquerib había enviado a sus ejércitos para que rodearan Jerusalén exigiendo la rendición de la ciudad.

En medio de esta crisis, Ezequías oró a Dios con todo su corazón (2 Rey. 19), y el profeta Isaías le dijo que Senaquerib no tendría éxito y que Jerusalén no caería en esta ocasión (v. 32-34).

Al prepararse para la invasión de Senaquerib, Ezequías también fortificó la ciudad y construyó un segundo muro alrededor de la porción nororiental de Jerusalén (también llamado el muro ancho), bastante grande. Tenía 6.1 metros de ancho y más de 3.05 metros de altura en algunos lugares. Este muro tenía el propósito de proteger el suministro de agua potable de la ciudad, así como a los judíos que, con el tiempo, se habían trasladado fuera del muro principal de la ciudad (2 Crón. 32:1-5).

Durante muchos años los mapas modernos de la antigua Jerusalén no mostraban este segundo muro. No fue sino hasta que comenzó la excavación de Jerusalén después de la Guerra de los Seis Días en 1967, que se descubrió de una forma sorprendente el segundo muro (exactamente como la Biblia lo registra).

Is. 22:9-11 dice: “Visteis las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de abajo. Y contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro. Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró”

La arqueología verifica estos hechos: Ezequías construyó una reserva y un túnel en la única fuente de agua fresca de Jerusalén: el arroyo de Gihón. También construyó un segundo muro para proteger esta fuente, y derrumbó las casas que estaban en el camino y realmente construyó el muro a través de una casa. El arroyo y la reserva estaban localizados “entre los dos muros”.

Ezequías construyó un túnel para llevar el agua fresca a Jerusalén, preparándose para una invasión de los asirios (2 Rey. 20:20; 2 Crón. 32:30)

La Biblia dice que Ezequías desvió el agua para que pudiera correr de oriente a occidente. La arqueología confirma que el agua en el túnel de Ezequías corría de oriente a occidente. De hecho, usted puede caminar por el túnel en la actualidad y ver en qué dirección corre el agua.

El rey Senaquerib
El sitio de Jerusalén y la campaña de Senaquerib en Judea están registrados en tres artefactos de arcilla —conocidos actualmente como el Prisma de Taylor (nombrado así en honor de su descubridor, Colonel R. Taylor), el Prisma del Instituto Oriental y el Prisma de Jerusalén.

En los seis lados inscritos del prisma, el rey Senaquerib registró ocho campañas militares llevadas a cabo contra varios pueblos que se rehusaron a someterse al gobierno asirio. El texto registra el relato de Senaquerib acerca de lo que había pasado en su campaña militar contra Judá. Registra victorias contra 46 ciudades fortificadas, pero no menciona a Jerusalén entre ellas.

Ezequías es identificado como el rey de Judá y se refieren a él como un prisionero en su propia ciudad. El texto dice: “Él se hizo a sí mismo prisionero en Jerusalén, su residencia real, como un pájaro en una jaula. Yo lo rodee con terraplén para molestar a aquellos que estaban saliendo de la ciudad por la puerta”.

En 2 Crónicas 32:9 encontramos el registro de Senaquerib conquistando la ciudad de Laquis, cerca de Jerusalén. Esta victoria está confirmada en un relieve mural gigante que fue descubierto en las ruinas del antiguo Nínive. De allí, Senaquerib envió su ejército para rodear a Jerusalén, pero los registros históricos y arqueológicos son muy parcos en cuanto a lo que sucedió a Jerusalén. Parece que hay una buena razón para la ausencia de información. Veamos el relato bíblico de lo que sucedió en 2 Crón. 32:21: “Y Jehová envió un ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Este se volvió, por tanto, avergonzado a su tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo mataron a espada sus propios hijos”

Esta derrota no fue registrada por los asirios y no puede ser confirmada por la arqueología, pero la muerte de Senaquerib está registrada; y sucedió tal cual lo dice la Biblia. El registro asirio nos dice que Senaquerib fue atacado y muerto por dos de sus hijos mientras estaba en el templo de Nisroc en 681 a.C.

Esto sucedió casi 20 años después del sitio de Jerusalén, y la Biblia lo registra en 2 Rey. 19:37, dando los nombres de los dos hijos que mataron a Senaquerib y contando que un tercer hijo, Esarhadón, fue rey en su reemplazo. Todo esto está confirmado por los anales del rey asirio Esarhadón.

Uno de los más grandes arqueólogos judíos del siglo XX fue Nelson Glueck (1900-1971), que incluso apareció en la portada de la revista Time en 1963. Él escribió lo siguiente acerca de la autenticidad de la Biblia cuando se compara con la arqueología: “Puede decirse categóricamente que no hay ningún descubrimiento arqueológico que vaya en contra de la referencia bíblica. Miles de hallazgos arqueológicos se han hecho, que confirman un esquema claro o unas afirmaciones históricas detalladas en la Biblia. Y por la misma razón, la adecuada evaluación de las descripciones bíblicas ha llevado con frecuencia a hacer descubrimientos sorprendentes” (Rivers in the Desert [Ríos en el desierto], 1960, p. 31).

El rey Sargón de Asiria
Hubo un tiempo en que se rechazó la existencia del rey Sargón de Asiria, tal y como se narra de él en Is. 20:1, porque el nombre no era mencionado en ningún otro documento. Sin embargo, en el año 1843, el agente Consular Francés, Paul Emile Botta, comenzó a excavar en Khorsabad (Irak), cerca de Nínive y descubrió el palacio de Sargon.

El evento narrado en Is. 20, la captura de Asdod, fue registrado para la posteridad sobre los muros del palacio. De hecho, el fragmento de una estela (señal o rastro) donde se registra la victoria fue encontrado allí mismo, en Asdod.

Más extensas excavaciones han sido hechas en Khorsabad por el Instituto Oriental de la Universidad de Chicago. Previamente, Sargon II había construido palacios sucesivamente en Assur, Calah y Nínive. Los documentos oficiales registran la siega de Sargon y la captura de Samaria durante el primer año de su reinado (722-721 a.C.). Además, muchas esculturas de relieve del rey Sargon fueron encontradas. En 1963, se encontró una victoria sobre estela erigida por Sargon II (en Asdod). Estos descubrimientos arqueológicos demuestran cómo el registro antiguo bíblico es ahora apoyado por ambos: los documentos escritos y los restos materiales descubiertos en Asiria y Palestina.

El rey Belsasar
Según el libro de Daniel, el último gobernante de Babilonia antes de su caída en manos de los persas se llamó Belsasar (Dn. 5:1-30). Puesto que fuera de la Biblia no había ninguna mención de Belsasar, se levantó la acusación de que la Biblia estaba equivocada y que aquel hombre nunca había existido (porque se decía que el último rey de Babilonia fue Nabonidus), pero durante el siglo XIX se descubrieron en unas ruinas del sur de Irak varios cilindros pequeños con inscripciones en grafía cuneiforme. Se halló que contenían una oración por la salud del hijo mayor de Nabonido, el rey de Babilonia. ¿Cómo se llamaba este hijo? Belsasar. Así que, Belsasar tenía la autoridad suficiente para convertir a Daniel en el tercer gobernante del reino (Dn. 5:16), otorgándole el privilegio más alto disponible por haber leído la escritura en la pared.

El Estanque de Siloé
En el evangelio de Juan, después de curar a un ciego de nacimiento, Jesús lava los ojos de éste con agua del Estanque de Siloé (Jn. 9). La comunidad académica creía que Juan no estaba haciendo referencia a un lugar en específico, sino recurriendo a un concepto religioso para ilustrar el pasaje, pero existe la Inscripción de Siloé, descubierta en el año 1880 por un muchacho campesino en Jerusalén. Data del tiempo de Ezequías rey de Juda (año 701 a.C.) y describe el rescate del túnel que proveyó agua para la ciudad de Jerusalén. Por otro lado, en 2005 un grupo de fontaneros descubrió la reserva de agua en la Ciudad Vieja de Jerusalén. “Descubrimos el Estanque de Siloé exactamente donde Juan dijo que estaba”, afirma James Charlesworth, un especialista del NT.

CONCLUSIONES
- Una vez más, nos damos cuenta de la naturaleza de “testigo ocular” que los registros de la Biblia tienen, tal y como lo hacen resaltar los recientes descubrimientos de la arqueología.
- Estos registros son solo unos cuantos de los cientos de relatos bíblicos que han sido confirmados por la arqueología. A pesar de esto, hay arqueólogos que han rechazado la autenticidad de la Biblia pero el registro arqueológico respalda el texto bíblico.
- Más de 30 años atrás, James Mann escribió lo siguiente en un artículo para U.S. News and World Report: “Una ola de descubrimientos arqueológicos está alterando los antiguos conceptos acerca del cristianismo y el judaísmo —afirmando que la Biblia es históricamente más acertada de lo que muchos eruditos piensan” (“Nuevos descubrimientos pueden arrojar una luz renovada acerca de la Biblia”, 24 de agosto de 1981).
- Entonces, si la Biblia tiene un registro histórico acertado, ¿podría también estar correcta en sus respuestas a las grandes preguntas acerca de la vida? Hay mucha evidencia objetiva que respalda la creencia de que la Biblia es precisa y contiene las respuestas a las preguntas más inquietantes del hombre: ¿Quién es Dios? ¿Cómo se originó el universo? ¿De dónde venimos? ¿Quién soy yo? ¿Qué propósito tiene mi vida en la tierra? ¿Qué hay más allá de la muerte?

miércoles, 25 de octubre de 2017

Objeciones en contra de la Biblia Parte II

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La victoria de Abraham sobre reyes antiguos
En Gn. 14, la Biblia habla de la victoria de Abraham sobre Quedorlaomer y cinco reyes mesopotámicos. Durante años, los críticos dijeron que estos relatos eran ficticios y muchas personas desacreditaron a la Biblia; sin embargo, la tabla de Ebla también confirmó este relato. El reino de Ebla fue un reino poderoso en el siglo XX a.C. y las tablas de Ebla son registros de su historia (y se han descubierto miles de tablas). Lo que es importante es que muchas de estas tablas hacen referencia a cada una de las cinco ciudades de la llanura, y así se demuestra la exactitud del relato de Gn. 14.

Sodoma y Gomorra
Dos de las ciudades mencionadas en la Biblia, Sodoma y Gomorra, fueron consideradas como mitológicas durante muchos años. No obstante, excavaciones recientes en Tell Mardikh, que se sabe ahora que fue el sitio de Ebla, dejaron al descubierto 15,000 tablas escritas. Algunas de ellas han sido traducidas, y en ellas se menciona a Sodoma y Gomorra.

Ahora a Sodoma y Gomorra se le llama Bab edh-Dhra. Está en la localización que la Biblia dice. Los arqueólogos encontraron que las casas fueron destruidas por fuego que comenzó de arriba.

Moisés y el Éxodo
Entre los detalles del relato bíblico de Moisés y el Éxodo que se señalan como posibles contradicciones en la Biblia, están los detalles del mandato de Dios: “deja ir a mi pueblo” (Èx. 5:1)… como le fuera declarado a Faraón por Moisés y Aarón.

¿Era ésta una pequeña excursión de fin de semana, unas vacaciones prolongadas o una partida definitiva? ¿Era para ofrecer sacrificios a Dios, para "servirle" o para dejar Egipto de un todo? Y luego, ¿estaban prometiendo irse solo por tres días y regresar, abandonar del todo la tierra o estaba el Monte Sinaí a solo tres días de donde vivían en Egipto? Y además, ¿qué era eso de los panes sin levadura, la observancia de siete días (no de tres días) que fue agregada a mitad del Éxodo?

Algunos críticos han utilizado todos estos detalles aparentemente contradictorios para cuestionar la confiabilidad de Moisés y del Éxodo en la Biblia. Pero ¿existe una manera de reconciliarlos en un relato unificado, confiable e histórico?

Revisemos algunas de las afirmaciones acerca de Moisés y el Éxodo. Primero, cuando Dios habló inicialmente con Moisés, en la zarza ardiendo del Monte Sinaí, en Madián, él le dijo a Moisés que su objetivo final era que los hebreos regresaran a ese Monte y le "sirvieran". La palabra "servir" aquí es la misma palabra utilizada en relación al papel de los hebreos como esclavos de Faraón. En otras palabras, para el momento en que los hebreos regresaran al Monte Sinaí, en Madián, estarían en condición de "servir" a Dios de la misma manera en que habían estado sirviendo a Faraón por 400 años, como absoluta propiedad y posesión. Pero más tarde, cuando Moisés y Aarón se enfrentaron por primera vez a Faraón acerca del estatus del pueblo escogido de Dios, la demanda de Dios era que dejara ir al pueblo de Dios para que pudieran celebrar una fiesta para él en el desierto. Eso no suena como una salida de un todo de la tierra. Es obvio, por la actitud posesiva de Faraón, que él sabía que los hebreos no podían servir a dos amos -- o dioses -- al mismo tiempo. Y Dios hizo todo lo necesario para asegurarse de que Faraón supiera el objetivo de sus planes para los hebreos. A través de todo el relato del Éxodo, dos palabras hebreas distintas fueron utilizadas para indicar las intenciones de Dios (así como las de Faraón) para los hijos de Israel. La primera palabra es "shalach", la cual indica una partida o salida de un todo. La segunda palabra es "yalak", la cual significa "caminar" o "viaje breve". De acuerdo con el relato, el Faraón sabía claramente la diferencia, ya que trató de aferrarse a los hebreos en lugar de cedérselos a su Dios.

En la petición inicial de Moisés se utilizó la palabra para una completa partida, "shalach" ya que la celebración de una fiesta en honor al Dios verdadero sería una total ofensa para Faraón, el supuesto dios encarnado. Por supuesto, Faraón se negó. Más tarde, se le ofreció la opción de permitirle a los hebreos "yalak" (o viajar) por tres días y ofrecer "sacrificios" a su Dios. De nuevo, Faraón se negó. Quizás fue porque no esperaba que los hebreos regresaran, o quizás en realidad temía que el Dios de los hebreos fuese real y que respondiera a sus sacrificios con una liberación sobrenatural.

Así continúa el relato bíblico, con Faraón haciendo juegos de palabras en contra del plan de Dios, y el prospecto de una partida definitiva siempre presente en la mente de Faraón y en el propósito de Dios. Como sabemos, finalmente Dios "motivó" a la fuerza a Faraón a ordenar la partida de los hebreos completamente fuera de la tierra (shalach), después de que Dios mostrara su poder mediante la celebración por la Pascua de todos los primogénitos, incluyendo a todo Israel, el primogénito de Dios. De manera que el objetivo final de Dios fue cumplido mediante Faraón, no por su voluntad, sino en contra de ella.

Al examinar la narración de Moisés y el Éxodo, quizás todavía nos preguntemos: ¿Qué tenía que ver eso de la caminata de tres días, y el sacrificio, y la fiesta, si de todos modos Dios iba a sacarlos del todo? ¿Dios solo estaba intentando hacerle una treta a Faraón? Y ¿por qué añadió Dios la observancia de siete días de panes sin levadura, la cual leemos a la mitad de sus instrucciones sobre la Pascua?

Si confiamos en las palabras de Dios en el Éxodo, tenemos que creer que realmente le ofreció a Faraón la opción de permitir la salida de los hebreos ("shalach") a tres días de camino fuera de Egipto propiamente dicho, a un área del desierto controlado por Egipto, para celebrar una fiesta a Dios por liberarlos de ser propiedad de Faraón. De allí habrían seguido a dondequiera que Dios los hubiera llevado como su nuevo Amo y Señor. A lo cual, por supuesto, Faraón dijo: ni lo sueñen (o el equivalente en egipcio).

También se le ofreció a Faraón permitir que los hebreos recorrieran esa misma distancia en una peregrinación ("yalak") para ofrecer un sacrificio a Dios. ¿Qué sacrificio? Indudablemente, habría sido el mismo sacrificio que fue ofrecido en la Pascua, a fin de comprar su libertad y dejar de ser propiedad de Faraón mediante la sangre de un substituto y se puede asumir que el resultado final habría sido el mismo: la salida por completo de Egipto.

En ambos escenarios (a los que Faraón se negó), el acontecimiento central que ocurriría durante esos tres días en el desierto era encontrarse con su Dios en ese lugar. Quizá eso era a lo que Faraón más temía (o simplemente no creía), pero de cualquier manera, la posibilidad de que los hebreos se encontraran con su Dios, a tres días de camino en el desierto era real, porque Dios le hizo genuinas ofertas a Faraón, a las que se negó. Lo mismo aplica para la posibilidad de una fiesta y un sacrificio.

Entonces, ¿cuánto tiempo les llevó en realidad a los israelitas para salir completamente de Egipto, para escapar, no solo de ser propiedad de Faraón, sino también de su jurisdicción y poder militar? Ahí es donde encaja el período de panes sin levadura. La manera más fácil de entender la relación de la fiesta de los panes sin levadura con el Éxodo es leyendo Dt. 16:3: “…siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto”.

Según Éx. 12, este período (o fiesta) de los panes sin levadura comienza con una "santa convocación" el primer día, la cual es la Pascua, y termina con una "santa convocación" el séptimo día. Durante todo este tiempo, los judíos deben comer solo pan sin levadura, el que es llamado "pan de aflicción", debido a lo que sucedió cuando salieron de Egipto con extrema prisa, no por la aflicción de la esclavitud en Egipto, la cual es conmemorada en la Pascua, sino debido a las dificultades que experimentaron cuando salieron.

La fiesta de los panes sin levadura en realidad comienza el día después de la Pascua, lo cual no es la creencia más popular hoy, pero era el calendario observado por algunos líderes judíos por lo menos ya para el primer siglo. La Pascua, por supuesto, incluye panes sin levadura; pero la diferencia entre las dos observancias es que la Pascua generó el Éxodo, mientras que la fiesta de los panes sin levadura repite y conmemora el Éxodo.

De cualquier manera, el día siguiente comenzó con los hebreos reuniéndose y organizando una "santa convocatoria" para partir de Egipto, habiendo recibido de los egipcios toda clase de posesiones, que sin duda habría incluido animales de carga, carros, y otros utensilios que habrían sido de utilidad en el viaje. Y así partieron el "Primer Día" de su viaje, por el "Camino del Mar Rojo", o Golfo de Suez.

Al final del PRIMER DÍA, según Éx. 12, esa noche acamparon en Sucot y cocieron toda la masa sin levadura que habían preparado aprisa. Al día siguiente viajaron de Sucot a Etam al borde del desierto egipcio (SEGUNDO DÍA). De nuevo, acamparon allí, ya que la oscuridad les habría impedido seguir. Pero entonces sucedió algo muy interesante. En el TERCER DÍA (porque eran tres días de camino en el desierto para encontrarse con su Dios) el ángel de Dios iba delante de ellos en una columna de nube de día, y una columna de fuego de noche. Así como él lo había indicado todo el tiempo: tres días de camino, un sacrificio, y una "fiesta" en desarrollo, por así decirlo, y Dios está allí, justo a tiempo, tres días de camino, fuera de Egipto propiamente dicho, al borde del desierto egipcio.

Lo interesante realmente acerca de este relato de Moisés y el Éxodo es la razón por la que Dios los condujo con nube y con fuego. De acuerdo con la Biblia, fue para que pudieran viajar "día y noche", aparentemente sin detenerse para acampar de nuevo, hasta el séptimo día de los panes sin levadura. Ahora, en varios lugares a través de la Biblia se nos dan indicios acerca de la manera sobrenatural en que Dios ayudó a los hebreos a viajar extremadamente aprisa en ese entorno natural tan hostil. Dios fortaleció sobrenaturalmente a toda la nación, para que no puso su Espíritu sobre ellos para proporcionarles esa fuerza. Otras provisiones, según los Salmos y 1 Cor. 10, fueron que los cubrió con una nube de humedad fresca, e hizo llover abundantemente para sustentarlos. Y, por supuesto, tuvieron la luz sobrenatural de la columna de fuego para alumbrarles el camino en la oscuridad de las noches del desierto. Aún así, la fatiga, el miedo, y el terror al ejército egipcio que seguía a los hebreos debieron haber sido intensos; esa dieta continua de panes sin levadura probablemente no ayudaba.

Finalmente, al cabo de seis días, los hebreos llegaron a la costa de yam suph -- el Golfo de Aqaba según 1 Rey. 9 -- cercado por las montañas y el mar, con un contingente mortal de carros egipcios acercándose rápidamente. Al otro lado del mar estaba Madián (la Arabia de hoy), y la seguridad, pero en su lado del mar, la muerte era inminente. Allí fue cuando Dios acampó entre los hebreos todo un día, otra santa convocatoria, y encima Shabbat (el día de reposo, el sábado). Dios “descansó” y los hebreos descansaron;  incluso los egipcios descansaron, lo cual le dio suficiente tiempo a Faraón para reconsiderar y regresar a Egipto.

Esa noche Dios separó las aguas del Mar Rojo, los hebreos atravesaron más allá de toda jurisdicción egipcia hasta Madián, los egipcios los siguieron, Dios cerró las aguas, y el capítulo de la esclavitud egipcia en la historia de Israel finalmente terminó, justo como Dios lo había prometido. Y comenzó un nuevo capítulo en su relación con Dios.

Los arqueólogos han descubierto algunas evidencias, reivindicando el relato bíblico del Éxodo, incluyendo las ruedas de los carruajes incrustadas en el coral, junto al puente de tierra al fondo del Mar Rojo (Exodus Revealed [La Revelación del Éxodo], video documental de Discovery Media Productions).

viernes, 13 de octubre de 2017

Objeciones en contra de la Biblia Parte I

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Muchos han presentado objeciones para aceptar la Biblia como un libro confiable; sin embargo, a continuación veremos cómo estas refutaciones han sido desvirtuadas mediantes múltiples evidencias:

La Tabla de Barro de Ebla
En la década de 1960, se descubrieron las tablas de Ebla, en el norte de Siria y en este registro se ha confirmado que lo narrado en las escrituras bíblicas referente a los patriarcas es completamente posible. Algunos documentos escritos sobre tablas de barro alrededor del año 2300 a.C. demuestran que los nombres y los lugares mencionados en la época de los patriarcas son reales. El nombre “Canaan,” nombre que algunos críticos, alguna vez, dijeron que no había sido utilizado en esa época, y que era usado incorrectamente en los primeros capítulos de la Biblia, está mencionado en la tabla de Ebla. Las costumbres antiguas mencionadas en las historias de los Patriarcas también han sido encontradas en tablas encontradas en Nuzi (o Nuzu) y Mari.

La palabra tehon “tehon” (“el abismo”) en Gn. 1:2, se decía que era una palabra de acuñado posterior, lo cual, según los críticos, demostraba que la historia de la creación fue escrita en una época posterior a la comúnmente aceptada. Sin embargo, la palabra “Tehom” ya formaba parte del vocabulario común en Ebla, el cual era usado unos 800 años antes de Moisés.

La tribu de los Hititas
La arqueología bíblica incluye las ciudades capitales de los más grandes imperios antiguos. Por ejemplo: La civilización hitita es mencionada en todo el AT, gobernando el área de lo que hoy es Turquía, Siria y Líbano, aunque nada se conocía acerca de estos pueblos fuera de la Biblia. Hace cerca de 100 años, la antigua Boghazkoy fue descubierta al este de Ankara, Turquía, la cual se reveló como la ciudad capital del imperio Hitita. Desde entonces, arqueólogos han descubierto un tesoro de información acerca de la historia, lenguaje y cultura de un pueblo que era, antes de esto, considerado imaginario por muchos expertos. En un tiempo se creyó que la tribu de los Hititas había sido tan solo una leyenda de la Biblia, hasta que su capital, sus registros y archivos fueron encontrados.

La palabra hitita(s) aparece con frecuencia en el AT bajo la forma heteo(s). El Het de Gn. 10:15, hijo de Canaán y nieto de Cam (v. 6), debió haber sido el antepasado de los proto-hititas que se habían establecido en el Asia Menor y fueron absorbidos por los hititas indoeuropeos cuando penetraron en Anatolia desde el noreste. Algunos de esos proto-hititas habrían vivido en Palestina en el tiempo de Abraham (Gn. 15:18-20; 23:3-20). Probablemente fue éste el pueblo al que pertenecieron 2 esposas de Esaú (Gn. 26:34) y los "heteos" en las listas de naciones que habitaban en Canaán cuando los israelitas entraron en el país (Éx. 3:8; Dt. 7:1; 20:17; Jos. 3:10; 11:3; 24:11); aunque es posible que en tiempos de la invasión israelita hubiera colonizadores de los hititas indoeuropeos en Canaán. Los restos de los proto-hititas habrían estado también entre los que se casaron con los israelitas en tiempos de los jueces (Jue. 3:5, 6).

Dirigiéndose a los habitantes de Jerusalén, Ezequiel les dice con tono sarcástico, en relación con la población preisraelita de Jerusalén: “Tu padre fue amorreo, y tu madre hetea” (Ez. 16:3, 45).

Se conocen nombres amorreos de reyes de Jerusalén por textos de execración egipcios (textos donde se listaban los enemigos del faraón, los enemigos del estado egipcio o vecinos extranjeros problemáticos) del siglo XIX a.C., pero el rey de Jerusalén que escribió cartas al faraón egipcio en el período de Amarna tenía un nombre hitita: Abdu-Khepa, "siervo de Khepa" (diosa hitita), lo que pareciera indicar que era hitita.

Los heteos todavía formaban parte de la población de Palestina en tiempos de David y de Salomón, como lo demuestran los registros bíblicos:
- David tenía valientes soldados hititas en su ejército, como Ahimelec (1 Sam. 26:6) y Urías, el esposo de Betsabé (2 Sam. 11:3-12:10).
- Los hititas a quienes Salomón incorporó a sus campamentos de trabajos forzados (1 Rey. 9:20-22; 2 Crón. 8:7-9), probablemente fueron también descendientes de los primeros heteos del período del imperio. Sin embargo, las esposas heteas de Salomón fueron muy probablemente princesas de las ciudades-estados del norte de Siria que florecieron en su tiempo (1 Rey. 11:1), y entre cuyos gobernantes estuvieron evidentemente los "reyes de los heteos" con quienes Salomón tuvo un activo comercio (1 Rey. 10:29; 2 Crón. 1:17).

También se mencionan los reyes de las ciudades-estados hititas en 2 Rey. 7:6, donde el informe bíblico habla de un ejército de sirios que tenía cercada a Samaria, pero que huyó en gran desorden cuando les pareció oír que un ejército hitita se aproximaba a aliviar a los israelitas.

En Tebas y Saqara se encontraron textos de la 12ª dinastía de Egipto que contienen maldiciones contra países y ciudades extranjeras, contra sus gobernantes, ciudadanos y posesiones. Los textos fueron escritos en vasijas planas de cerámica o sobre estatuillas de arcilla que representaban extranjeros, que luego eran quebradas ceremonialmente para que las maldiciones surtieran efecto.

Los textos son de gran valor para el historiador de la Biblia, porque contienen numerosos nombres de ciudades y gobernantes de Canaán durante el tiempo de los patriarcas, un período del cual existe muy poco material extrabíblico histórico sobre Palestina y Siria.

Por estos textos sabemos, por ejemplo, que los nombres de 2 reyes de Jerusalén en las postrimerías del siglo XIX a.C. fueron Yaquir-ammu y Saz-anu, lo que confirma el hecho de que Jerusalén era una ciudad real durante el período patriarcal. Este se puede deducir de Gn. 14:18, donde se menciona al rey Melquisedec de Jeru-Salem.

domingo, 24 de septiembre de 2017

La veracidad de la Biblia Parte VII

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Personajes de la Biblia
La Biblia no ha sido escrita como un libro de historia, sino como un libro que contiene mucha historia. Muchas figuras históricas son identificadas en sus páginas. Entre las listas más conservadoras, hay más de 100 personajes bíblicos que pueden ser identificados claramente en la historia secular.

Entre estos 100 personajes, miremos dos casos del AT que pueden ser fácilmente identificados en las fuentes seculares de la historia:
- Sisac, faraón de Egipto, mencionado en 1 Rey. 11:40 y 14:25. Hay numerosas inscripciones y registros históricos de este faraón. El registro de su campaña contra Palestina (que data del 924 a.C.) está escrito en la pared exterior sur del templo de Amón en Karnak, Tebas, de acuerdo con el relato bíblico. No hay duda de su autenticidad.
- Hofra, otro faraón de Egipto, es mencionado en Jer. 44:30. La historia confirma que él era, de hecho, el faraón de Egipto durante la época del profeta Jeremías y el rey Nabucodonosor de Babilonia. Hofra fue derrotado por Nabucodonosor en el año 572 a.C., y fue reemplazado por un general llamado Ahmose, como se confirma en los registros babilónicos.

El NT tiene su propia lista de personajes históricos entre los cuales tenemos a: Tiberio César, Poncio Pilato, Herodes, su hermano Felipe, Anás y Caifás, todos mencionados en Lc. 3:1, 2, en conexión con el comienzo de la predicación de Juan el bautista, quien introdujo a Jesucristo. Tiberio se encuentra en numerosas monedas romanas y vivió del año 42 a.C. hasta el año 37 d.C. Herodes el tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe, tetrarca de Iturea, son mencionados por Josefo, el famoso historiador judío del primer siglo.

Hay una inscripción en la piedra dedicada a Poncio Pilato que dice así: “Poncio Pilato, prefecto de Judea”. En arqueología se conoce como la piedra de Pilato, y está en el museo de Israel en Jerusalén.

Anás y Caifás son mencionados por Josefo como unos de los sumos sacerdotes judíos del primer siglo.

Poder confirmar más de 100 personajes bíblicos en la historia secular es algo impresionante y nos ofrece una prueba importante de la validez de las Escrituras. Pero, ¿qué podemos decir de la figura central de la Biblia: Jesucristo? ¿Confirma la historia que este hombre sí vivió, hizo milagros, murió crucificado y fue resucitado de la muerte?

Entre aquellos que mencionan a Cristo hay dos famosos historiadores romanos. Ambos escribieron en el siglo II y nacieron 50 años después de la muerte de Cristo:

* Tácito confirma a Cristo como el fundador del cristianismo
Publio Cornelio Tácito era un prominente senador romano que nació en el año 56 d.C. Su obra histórica más famosa, Anales, fue publicada en 115 d.C. Tácito confirma la conexión entre Cristo y Pilato y está de acuerdo con el registro bíblico de que esto ocurrió durante el reinado de Tiberio.

Veamos una cita de Tácito, tomado de Anales 15:44: “Consecuentemente, para deshacerse del informe, Nerón inculpó e infligió las torturas más exquisitas a una clase odiada por sus abominaciones, llamados cristianos por el populacho. Cristo, de quien se origina su nombre, sufrió la penalidad más extrema durante el reinado de Tiberio, a manos de uno de sus procuradores, Poncio Pilato, y una superstición más maliciosa, aunque comprobada en el momento, nuevamente surgió no solo en Judea, la primera fuente del mal, sino aún en Roma, en donde todas las cosas horribles y vergonzosas de todas partes del mundo encontraban su centro y se volvían populares”.

Tácito no era fanático de Cristo o del cristianismo. Muchos eruditos creen que ésta es una versión acertada de lo que Tácito escribió. Note que él confirma la existencia de Jesucristo como el fundador del movimiento cristiano y ratifica que Poncio Pilato era el gobernador (o procurador) que acusó a Cristo y lo condenó a la crucifixión (Mt. 27:2-22). Él también corrobora que todo esto sucedió durante el reinado de Tiberio César (Lc. 3:1). Todos los personajes y las fechas coinciden con la Biblia.

* Plinio confirma la existencia de Cristo
Plinio el Joven, cuyo nombre completo era Cayo Plinio Cecilio Segundo, era un senador romano que fue nombrado gobernador de Bitinia y Ponto en el año 110 d.C. En su posición como gobernador, él escribió numerosas cartas al emperador Trajano pidiéndole consejo. Una carta importante para este artículo se encuentra en su último libro, el 10, de cartas, y contiene referencias a los cristianos y a Jesucristo.

Durante este tiempo muchos acusaban a los cristianos de ser caníbales. Plinio decidió hacer una cuidadosa investigación. Para su sorpresa, él descubrió que la acusación era falsa.

“Ellos declararon que la suma total de su culpa o error, no llegaba a ser sino esto: ellos se reunían regularmente antes del atardecer en un día determinado para cantar versículos alternadamente entre ellos en honor a Cristo como si fuera dios y también estaban obligados por un voto, no con un propósito criminal, de abstenerse del robo, hurto y adulterio, comprometerse a no defraudar la confianza y no negarse a un depósito cuando fueran llamados a hacerlo para que lo restauraran” (Cartas 10.96.7-8).

Plinio tampoco era un fanático de los cristianos, pero en sus escritos él los menciona como si hubieran sido interrogados, condenados y aún muertos por ser seguidores de Cristo.

Estos dos famosos historiadores romanos no dejan dudas del origen del cristianismo y su primer mártir: Jesucristo.

Por otra parte, se puede decir que el historiador judío más famoso de esta época fue Flavio Josefo. Es bien conocido por dos obras: La guerra de los judíos y Antigüedades de los judíos. Él escribió ambos libros en griego para aparentemente llegar a las personas más educadas.

La guerra de los judíos no menciona a Jesús, excepto en unas versiones muy discutidas, pero el libro Antigüedades de los judíos menciona a Jesús en dos ocasiones. Si bien hay alguna controversia acerca de estos pasajes, pocos eruditos los rechazan totalmente. Hay dos frases en el relato más largo, llamado Testimonium Flavianum [Testimonio de Flavio], que suscitan más controversia: “…si es que alguien osara llamarlo un hombre” y “Él era el Mesías”. La pregunta es si Josefo, un judío, podría escribir estas frases o son insertos hechos por los cristianos en una fecha posterior.

En esta parte, el Testimonium Flavianum parece virtualmente ser una copia de todos los escritos de Josefo: “Alrededor de esta época vivió Jesús, un hombre sabio, si es que alguien osara llamarlo un hombre. Porque el hizo obras sorprendentes, y fue un profesor para ellos porque aceptaron la verdad con alegría. Él se impuso a muchos judíos y muchos de los griegos. Él era el Mesías. Cuando Pilato, después de oír que lo acusaban hombres prominentes entre nosotros, lo condenó a morir crucificado, aquellos que en primer lugar lo amaron no dejaron de amarlo, porque al tercer día, él se les apareció, su vida había sido restaurada. Los profetas de Dios habían profetizado esto e incontables cosas más acerca de él. Y la tribu de los cristianos, llamada así por él, hasta este día no ha muerto” (Antigüedades de los judíos, 18.3.3&63).

Si bien algunos cuestionan la credibilidad de este relato, el hecho es que todos los manuscritos en griego que han sobrevivido contienen la misma versión de este pasaje, sin diferencias significativas.

No hay evidencia de algún antiguo escritor que haya argumentado seriamente que Jesús no existió. Robert Van Voorst, un erudito moderno y teólogo, en su libro Jesus Outside the New Testament [Jesús fuera del Nuevo Testamento], escribió: “Ningún pagano o judío que se opongan al cristianismo han negado la historicidad de Jesús o ni siquiera la cuestionan” (2000, p. 15).

Otro hecho que no debe ser ignorado es que literalmente miles de cristianos en el primer siglo, incluyendo la mayoría de los 12 apóstoles, dieron su vida como mártires. Ellos no darían su vida por algo que supieran que era una mentira porque estos cristianos estaban en la mejor posición para saber si Jesucristo era una persona real porque fueron testigos oculares de su vida y obra.

Las profecías cumplidas
El cumplimiento de las profecías nos ayuda a comprobar que la Biblia es verdad porque no existe una evidencia más contundente que ésta. Este aspecto extraordinario nos conduce a reconocer la autenticidad de las afirmaciones de la Biblia de ser inspiración divina. Poderosamente, la Biblia valida su divina autoría mediante las profecías cumplidas. Por tanto, un estudio honesto de las profecías bíblicas mostrará convincentemente el origen sobrenatural de la Biblia.

Cuando usted piensa en lo difícil que es predecir lo que va a pasar mañana, y lo que implica predecir lo que va a pasar varios siglos después, es indudable que, de todo el contenido bíblico, la profecía sería la categoría en la que más fácilmente se harían aseveraciones falsas. Sin embargo, a pesar de que un gran porcentaje de la Biblia es profecía, ninguna de sus afirmaciones se ha comprobado que es falsa (si bien muchas afirmaciones tienen un cumplimiento que aún está en el futuro, varias profecías detalladas ya se han cumplido y en este libro se expondrán muchas de ellas). La Biblia es un libro profético que ha cumplido todas sus afirmaciones hasta ahora.

La Biblia relata el pasado distante con gran exactitud (y esto se puede certificar mediante las evidencias de la arquelogía) pero también narra el futuro (validando a través del cumplimiento de la profecía bíblica).

Algunos estudiosos afirman que la Biblia contiene más de 1000 profecías. La vasta mayoría de estas profecías ya ha sucedido y puede ser verificada por la historia secular. Actualmente, se habla de un promedio de 668 profecías que han sido cumplidas y ninguna ha sido jamás hallada falsa.

Los escépticos deben preguntarse: ¿Existiría la billonaria industria del juego y las apuestas si la gente pudiera realmente predecir el futuro clara y consistentemente? Estemos seguros que no sería así. Dado que el hombre por sí mismo es incapaz de predecir los eventos futuros, la profecía es un indicativo razonable de la inspiración sobrenatural.

Miremos dos ejemplos de profecías cumplidas (más adelante se expondrán otros casos concretos y argumentados de profecías cumpidas y evidencias que pueden ser verificadas).

Las profecías de Ezequiel
En el 589 a.C. Ezequiel anunció el juicio de Dios sobre la antigua capital fenicia de Tiro (Ez. 26 y 27). La profecía establece que Tiro sería arrasada en primer lugar por el rey babilonio Nabucodonosor. Más adelante, sería completamente destruida por una colisión de naciones, demolida como una roca, sus ruinas (e incluso su polvo) serían borrados y tirados al océano, convirtiéndose en un lugar para que los pescadores tiendan sus redes. Las naciones circundantes serían testigos del destino de Tiro y se rendirían sin luchar. Es una profecía muy detallada. Sorprendentemente, las condiciones de la profecía de Ezequiel se cumplieron hasta en el más mínimo detalle:
- Entre los años 586-573 a.C.  Nabucodonosor rey de Babilonia estableció asedio contra la ciudad de Tiro y la saqueó.
- En el año 370 a.C. un rey de Chipre conquista a la ciudad.
- En el 332 a.C.: Alejandro el Grande conquista a la ciudad. Primero, lideró una coalición de naciones en contra de Tiro, la demolió, la borró hasta dejarla en piedras y arrojó sus ruinas al océano. El antiguo emplazamiento se convirtió (y permanece hasta la fecha) en un lugar para que los pescadores locales coloquen sus redes a secar (General History for Colleges and High Schools [Historia General para Universidades y Colegios] Boston, Ginn & Co., p. 55).
- En el 1124 d.C. la ciudad cae en manos de los cruzados.
- En el 1291 d.C. la ciudad cae en manos de los ejércitos musulmanes de los mamelucos.

La nación de Israel
La profecía no es únicamente un fenómeno de la antigüedad sino que también se está cumpliendo en la actualidad ante nuestros ojos. Piensa en la nación de Israel. Los judíos eran el más insignificante de todos los pueblos en la época en que Dios los llamó a servirle (Dt. 7:7), sin un territorio y sin libertad, sirviendo como esclavos en Egipto. En ese tiempo, Egipto era la potencia mundial dominante; sin embargo, debido a una promesa que Dios hizo a un hombre llamado Abraham, a su hijo Isaac y a su nieto Jacob siglos antes, Dios rescató a los israelitas de su esclavitud con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, con señales y con milagros (Dt. 26:8). Dios les dio a los israelitas un territorio, hizo un pacto con ellos y les confió la Biblia. Israel era una nación apartada para Dios como testimonio para un mundo que le dio la espalda a aquel que los creó. Tristemente, la historia de Israel, así como la del mundo, era una historia de constante rebeldía en contra de Dios. Una y otra vez, el pueblo judío se rebeló, sufriendo la ira de Dios, humillándose, arrepintiéndose de su rebelión y regresando a Dios, y recibiendo su bendición una vez más, pero este proceso se repitió durante muchos años. Finalmente, Dios envió a naciones en contra de ellos (como lo hizo con la antigua ciudad de Tiro) y se llevó a los judíos de su territorio. En el año 70 de la era cristiana, las legiones romanas diseminaron a Israel, dispersando a los judíos alrededor del mundo, prohibiéndoles volver a entrar en su territorio. Los judíos estuvieron sin tierra por 1900 años. Sin embargo, Dios prometió a los judíos que, aunque él les sacaría de su territorio, ellos permanecerían como un pueblo con identidad y que regresarían a su tierra una vez más (Lv. 26:13-16; Neh. 1:8, 9; Dt. 30:1-5). En sí mismo, es un milagro que los judíos hayan sobrevivido y permanecido como un pueblo con identidad y sin territorio por 1900 años. Todas las otras naciones que alguna vez han perdido su tierra, son asimiladas por las naciones circundantes y pierden su identidad en unos pocos cientos de años, pero los judíos han permanecido y milagrosamente regresaron a Israel como su territorio oficial en 1948 cuando hicieron su declaración de independencia.

Otra referencia bíblica de esta profecía está en el libro de Amós en el año 760 a.C (Am. 9:15) quien predice que Israel sería restaurada como nación y nunca volverían a ser retirados de su tierra.

PARA REFLEXIONAR
- Como se ha planteado, sí es posible comprobar la veracidad de la Biblia y éste es el manual de instrucciones de Dios; por ende, debemos investigar su contenido con diligencia. Acepte el reto y sopese la evidencia usted mismo.
- Ningún otro libro nos proporciona más entendimiento de nuestras vidas, más esperanza para nuestro futuro, y un verdadero camino hacia una relación con Dios. Escudriñe la Biblia abiertamente y con honestidad y vea por sí mismo lo que el Creador del universo quiere decirle.
- Ningún otro libro se acerca siquiera a la Biblia, en cuanto a la cantidad de evidencias que soportan su credibilidad, autenticidad y autoría divina. Ciertamente, la Biblia es un libro extraordinario y nadie ha sido capaz de cuestionar su autenticidad con argumentos objetivos y pruebas reales.
- El origen de la Biblia es Dios. La afirmación de la inspiración divina puede parecer fantasiosa o irreal para algunos, pero un estudio cuidadoso y honesto de las escrituras bíblicas mostrará la veracidad de ellas.
- Para aquellos que no creen que Dios inspiró la Biblia, ¿cómo podemos explicar todos los argumentos, evidencias y pruebas presentadas anteriormente? ¿Qué razón convincente tenemos para rechazar la Biblia como revelación de Dios para el hombre? Debemos deponer nuestra disposición filosófica, examinar objetivamente la evidencia y pesar los hechos por nosotros mismos.
- Pruebe la Biblia obedeciéndola. En el fondo de la resistencia de muchas personas a creer en la verdad de la Biblia está su rechazo a obedecer lo que ésta dice. Desafortunamente, nuestra sociedad moderna describe la Biblia como un texto restrictivo, anticuado, con muy poca aplicación en nuestro mundo actual, pero Is. 40:8 afirma que “la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.
- ¿Cómo saber entonces que la Biblia es cierta? ¡Pruébela! Si es realmente la Palabra de Dios, entonces seguir sus instrucciones traerá bendiciones (Dt. 5:32, 33), con la dicha final de recibir vida eterna en la gloria de Dios. Este es el propósito de Dios para cada ser humano: él solo quiere lo que es mejor para nosotros, y por esto la Biblia debiera ser más que una curiosidad académica (debiera gobernar todo lo que hacemos). En síntesis, reciba la verdad de la Biblia y permita que Dios cambie su vida.
- La absoluta precisión de la Biblia sin duda revela cuán involucrado ha estado Dios en la preservación del libro que inspiró para que fuera nuestra guía.