EXISTENCIA DE DIOS
a. Ateismo y agnosticismo
Muchos ateos
dicen que creer en Dios es un signo de ignorancia, debilidad, incapacidad
mental, y otros calificativos similares porque para ellos no existe
absolutamente ninguna evidencia de la existencia de Dios. Lamentablemente,
también hay muchos ateos que hacen libros, blogs, publicaciones en redes
sociales, películas, documentales y un sin número de esfuerzos para desvirtuar
la fe en un Ser Supremo. La pregunta es: ¿por qué invertir tanto tiempo y
energías en hablar de algo en lo cual no se cree? Si alguien no cree en Dios,
es asunto suyo ¿pero cuál es el interés que mueve a estas personas?
No obstante,
la Biblia tiene una posición diferente cuando dice: “Dice el necio en su corazón:
No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el
bien” (Sal. 14:1).
Por otra
parte, hay personas agnósticas. El término "agnóstico" se deriva de
la palabra griega "agnostos," que significa "no saber". Un
agnóstico es aquel que afirma no saber si Dios existe porque no tiene la
seguridad o la capacidad de confirmarlo; en otras palabras, para esta persona
la existencia de Dios es desconocida y está más allá de la habilidad humana de
descubrirla. Entonces, un agnóstico no está comprometido a creer o no creer en
la existencia de Dios, por lo cual tampoco considera o busca evidencia
observable.
En repetidas
ocasiones, el ateo y el agnóstico tienden a defender el relativismo moral y
orientan sus vidas sin ninguna preocupación por la responsabilidad final de sus
actos.
Ellos pueden
ignorar la evidencia de la existencia de Dios; sin embargo, a la luz de los
avances científicos en el mundo microscópico solamente, es difícil afirmar que
tal evidencia no existe. El hombre se ha tropezado con evidencias innumerables
a favor de la existencia de un Diseñador Inteligente (Dios Creador) y en este
estudio, el propósito es examinar unas cuantas de ellas.
La
existencia de Dios tiene enormes implicaciones para cada uno de nosotros, y la prudencia
nos recomendaría hacer una investigación completa de todos los datos
disponibles antes de elegir cualquier sistema de creencias para orientar
nuestra vida. Entonces, debemos preguntarnos: "¿Cómo sé que lo que creo o
lo que pienso es cierto? ¿Cuál es la fuente de mi información? ¿Es mi fuente
absolutamente confiable? ¿Qué pasa si estoy equivocado?"
b. Deísmo
El deísmo es
la creencia en un ser supremo que permanece desconocido e intocable. Dios es
visto simplemente como la "primera causa" y el principio subyacente
de racionalidad en el universo. Los deístas creen en un dios de la naturaleza
(un creador no interactivo) que permite que el universo se gobierne a sí mismo
de acuerdo con las leyes naturales. Como un "dios relojero" que inicia
los procesos cósmicos, el universo avanza, sin necesitar la supervisión de
Dios. El deísmo cree que leyes precisas y fijas definen el universo como
auto-operante y auto-explicativo. Estas leyes se revelan a sí mismas a través
de "la luz de la razón y de la naturaleza". En este caso, la
confianza en el poder del razonamiento intercambia la fe por la lógica humana.
Miremos
algunos ejemplos de razonamiento deísta:
- Dios es
identificado a través de la naturaleza y de la razón, no de la revelación o de
algún libro sagrado. Los deístas que creen en Dios, o al menos en una esencia
divina, siguen unos pocos (si acaso) de los principios y prácticas del
Cristianismo, Judaísmo, o de cualquier religión creyente en un Dios personal.
- Algunos
deístas creen en Jesucristo, mientras que otros no, pero la mayoría de los
deístas estiman las enseñanzas de Jesús como valiosas.
- La Biblia
no es aceptada como la infalible Palabra de Dios. Los deístas refutan
evidencias de Jesús como la encarnación de Dios en la tierra. Ellos niegan la
credibilidad de los escritos de los apóstoles o de cualquier escrito
"inspirado por el Espíritu Santo".
- El deísmo
no tiene credo, artículos de fe ni libro sagrado. Ni Satanás, ni el infierno
existen... éstos son solo símbolos del mal, los cuales pueden ser vencidos a
través del mismo razonamiento del hombre.
- El hombre
está calificado para decidir qué camino razonable seguir en lo referente a la
moralidad. Los deístas se auto proclaman "libres pensadores" (en
otras palabras, defienden el relativismo moral).
- Los
deístas rechazan revelaciones y visiones. En la vida iluminada de un deísta no
hay lugar para milagros o profecías.
- El deísmo
no necesita de ministros, sacerdotes ni rabinos. Todo lo que un individuo
necesita es su propio sentido común y la habilidad de considerar su condición
humana.
Desde la
segunda mitad del siglo XIII, el deísmo ha utilizado la ciencia para justificar
su postura. Científicos, como Sir Isaac Newton, fueron capaces de idear más y
más principios a fin de explicar cómo funciona el universo y todo a nuestro
alrededor. Muchos de los misterios que el hombre ha atribuido a Dios,
produjeron simples explicaciones mecánicas. El incremento en conocimiento
estimuló la disminución de la fe religiosa entre la élite intelectual. Como
filosofo y matemático, Descartes redujo a Dios a una "abstracción
matemática". La razón empujó a la fe al plano de la mitología y la
superstición, mientras que el deísmo rápidamente se deterioró en ateísmo. La
ciencia parecía haber entablado el viejo combate de los siglos con la religión
para ganar la mente del hombre. La vida se volvió un producto del cambio a
ciegas: un juego cósmico del azar desarrollado a través del tiempo (la teoría
de la evolución).
La humanidad
continúa gastando billones de dólares en investigaciones y en la búsqueda de su
origen, tratando de entender el diseño inteligente que hay claramente en la
naturaleza pero sin reconocer a un Diseñador divino.
Por otro
lado, los físicos están descubriendo un orden inexplicable del cosmos y los
psicólogos, que alguna vez consideraron el creer en Dios como una señal de
neurosis, están encontrando que la fe religiosa es un elemento poderoso para la
salud mental, el cambio de hábitos, la rehabilitación de la drogadicción y el
alcoholismo y otros males que han destruido a millones de personas durante
décadas. Como el amor, la espiritualidad no puede ser probada intelectualmente
ni matemáticamente, pero nuestras emociones nos dicen que existe una dimensión
de la vida que trasciende el plano físico y lógico. ¿Cuál es el ingrediente
faltante?
El
conocimiento y la razón no sirven de nada si no son utilizados sabiamente. La
sabiduría es el ingrediente clave que le hace falta al deísmo. Mientras que el
hombre trata de alcanzar la erudición, Dios provee una transformación (Rom.
12:2). Al rechazar la fe y la revelación divina de la Biblia, el deísmo desecha
la sabiduría (Pr. 2:1-6). Los deístas dudan de la verdadera fuente de todo
conocimiento y entendimiento que es Dios (Is. 11:2; Col. 2:2, 3). Al
desconectarse del Creador, los deístas "de libre pensamiento" limitan
el conocimiento y pierden la oportunidad de conocer de verdad al Dios vivo
(Jer. 10:12-14).
El Dr.
Gerald L. Schroeder ha publicado artículos en las revistas "Time",
"Newsweek", y "Scientific America". Él se maravilla de la
sabiduría codificada en nuestro ADN y del vasto consciente humano y afirma lo
siguiente: "Existe un brillante diseño en el cerebro, y para crearlo se
requiere de la naturaleza de nuestro universo, lo que significa que necesitamos
de una fuerza metafísica, un potencial que no está compuesto de tiempo,
espacio, ni de materia, que creó el tiempo, espacio, o la materia de nuestro universo.
Dios puede ser tocado y conocido" ("The Hidden Face of God–How
Science Reveals the Ultimate Truth" por Gerald L. Schroeder, Free Press,
2001 -autor de The Science of God; Genesis and the Big Bang).
Él nunca
está lejos de ninguno de nosotros, porque en él vivimos y nos movemos y
existimos (Hch. 17:22-27).
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