viernes, 9 de septiembre de 2016

¿Cuál es la Verdad? Parte V



EXISTENCIA DE DIOS

a. Ateismo y agnosticismo

Muchos ateos dicen que creer en Dios es un signo de ignorancia, debilidad, incapacidad mental, y otros calificativos similares porque para ellos no existe absolutamente ninguna evidencia de la existencia de Dios. Lamentablemente, también hay muchos ateos que hacen libros, blogs, publicaciones en redes sociales, películas, documentales y un sin número de esfuerzos para desvirtuar la fe en un Ser Supremo. La pregunta es: ¿por qué invertir tanto tiempo y energías en hablar de algo en lo cual no se cree? Si alguien no cree en Dios, es asunto suyo ¿pero cuál es el interés que mueve a estas personas?

No obstante, la Biblia tiene una posición diferente cuando dice: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien” (Sal. 14:1).

Por otra parte, hay personas agnósticas. El término "agnóstico" se deriva de la palabra griega "agnostos," que significa "no saber". Un agnóstico es aquel que afirma no saber si Dios existe porque no tiene la seguridad o la capacidad de confirmarlo; en otras palabras, para esta persona la existencia de Dios es desconocida y está más allá de la habilidad humana de descubrirla. Entonces, un agnóstico no está comprometido a creer o no creer en la existencia de Dios, por lo cual tampoco considera o busca evidencia observable.

En repetidas ocasiones, el ateo y el agnóstico tienden a defender el relativismo moral y orientan sus vidas sin ninguna preocupación por la responsabilidad final de sus actos.

Ellos pueden ignorar la evidencia de la existencia de Dios; sin embargo, a la luz de los avances científicos en el mundo microscópico solamente, es difícil afirmar que tal evidencia no existe. El hombre se ha tropezado con evidencias innumerables a favor de la existencia de un Diseñador Inteligente (Dios Creador) y en este estudio, el propósito es examinar unas cuantas de ellas.

La existencia de Dios tiene enormes implicaciones para cada uno de nosotros, y la prudencia nos recomendaría hacer una investigación completa de todos los datos disponibles antes de elegir cualquier sistema de creencias para orientar nuestra vida. Entonces, debemos preguntarnos: "¿Cómo sé que lo que creo o lo que pienso es cierto? ¿Cuál es la fuente de mi información? ¿Es mi fuente absolutamente confiable? ¿Qué pasa si estoy equivocado?"

b. Deísmo

El deísmo es la creencia en un ser supremo que permanece desconocido e intocable. Dios es visto simplemente como la "primera causa" y el principio subyacente de racionalidad en el universo. Los deístas creen en un dios de la naturaleza (un creador no interactivo) que permite que el universo se gobierne a sí mismo de acuerdo con las leyes naturales. Como un "dios relojero" que inicia los procesos cósmicos, el universo avanza, sin necesitar la supervisión de Dios. El deísmo cree que leyes precisas y fijas definen el universo como auto-operante y auto-explicativo. Estas leyes se revelan a sí mismas a través de "la luz de la razón y de la naturaleza". En este caso, la confianza en el poder del razonamiento intercambia la fe por la lógica humana.

Miremos algunos ejemplos de razonamiento deísta:

- Dios es identificado a través de la naturaleza y de la razón, no de la revelación o de algún libro sagrado. Los deístas que creen en Dios, o al menos en una esencia divina, siguen unos pocos (si acaso) de los principios y prácticas del Cristianismo, Judaísmo, o de cualquier religión creyente en un Dios personal.
- Algunos deístas creen en Jesucristo, mientras que otros no, pero la mayoría de los deístas estiman las enseñanzas de Jesús como valiosas.
- La Biblia no es aceptada como la infalible Palabra de Dios. Los deístas refutan evidencias de Jesús como la encarnación de Dios en la tierra. Ellos niegan la credibilidad de los escritos de los apóstoles o de cualquier escrito "inspirado por el Espíritu Santo".
- El deísmo no tiene credo, artículos de fe ni libro sagrado. Ni Satanás, ni el infierno existen... éstos son solo símbolos del mal, los cuales pueden ser vencidos a través del mismo razonamiento del hombre.
- El hombre está calificado para decidir qué camino razonable seguir en lo referente a la moralidad. Los deístas se auto proclaman "libres pensadores" (en otras palabras, defienden el relativismo moral).
- Los deístas rechazan revelaciones y visiones. En la vida iluminada de un deísta no hay lugar para milagros o profecías.
- El deísmo no necesita de ministros, sacerdotes ni rabinos. Todo lo que un individuo necesita es su propio sentido común y la habilidad de considerar su condición humana.

Desde la segunda mitad del siglo XIII, el deísmo ha utilizado la ciencia para justificar su postura. Científicos, como Sir Isaac Newton, fueron capaces de idear más y más principios a fin de explicar cómo funciona el universo y todo a nuestro alrededor. Muchos de los misterios que el hombre ha atribuido a Dios, produjeron simples explicaciones mecánicas. El incremento en conocimiento estimuló la disminución de la fe religiosa entre la élite intelectual. Como filosofo y matemático, Descartes redujo a Dios a una "abstracción matemática". La razón empujó a la fe al plano de la mitología y la superstición, mientras que el deísmo rápidamente se deterioró en ateísmo. La ciencia parecía haber entablado el viejo combate de los siglos con la religión para ganar la mente del hombre. La vida se volvió un producto del cambio a ciegas: un juego cósmico del azar desarrollado a través del tiempo (la teoría de la evolución).

La humanidad continúa gastando billones de dólares en investigaciones y en la búsqueda de su origen, tratando de entender el diseño inteligente que hay claramente en la naturaleza pero sin reconocer a un Diseñador divino.

Por otro lado, los físicos están descubriendo un orden inexplicable del cosmos y los psicólogos, que alguna vez consideraron el creer en Dios como una señal de neurosis, están encontrando que la fe religiosa es un elemento poderoso para la salud mental, el cambio de hábitos, la rehabilitación de la drogadicción y el alcoholismo y otros males que han destruido a millones de personas durante décadas. Como el amor, la espiritualidad no puede ser probada intelectualmente ni matemáticamente, pero nuestras emociones nos dicen que existe una dimensión de la vida que trasciende el plano físico y lógico. ¿Cuál es el ingrediente faltante?

El conocimiento y la razón no sirven de nada si no son utilizados sabiamente. La sabiduría es el ingrediente clave que le hace falta al deísmo. Mientras que el hombre trata de alcanzar la erudición, Dios provee una transformación (Rom. 12:2). Al rechazar la fe y la revelación divina de la Biblia, el deísmo desecha la sabiduría (Pr. 2:1-6). Los deístas dudan de la verdadera fuente de todo conocimiento y entendimiento que es Dios (Is. 11:2; Col. 2:2, 3). Al desconectarse del Creador, los deístas "de libre pensamiento" limitan el conocimiento y pierden la oportunidad de conocer de verdad al Dios vivo (Jer. 10:12-14).

El Dr. Gerald L. Schroeder ha publicado artículos en las revistas "Time", "Newsweek", y "Scientific America". Él se maravilla de la sabiduría codificada en nuestro ADN y del vasto consciente humano y afirma lo siguiente: "Existe un brillante diseño en el cerebro, y para crearlo se requiere de la naturaleza de nuestro universo, lo que significa que necesitamos de una fuerza metafísica, un potencial que no está compuesto de tiempo, espacio, ni de materia, que creó el tiempo, espacio, o la materia de nuestro universo. Dios puede ser tocado y conocido" ("The Hidden Face of God–How Science Reveals the Ultimate Truth" por Gerald L. Schroeder, Free Press, 2001 -autor de The Science of God; Genesis and the Big Bang).

Él nunca está lejos de ninguno de nosotros, porque en él vivimos y nos movemos y existimos (Hch. 17:22-27).

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