miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Cuál es la Verdad? Parte XI

Resultado de imagen para el diseño del universo

c. Diseño
Dios provee la mejor explicación sobre la complejidad absoluta inherente a sistemas cosmológicos, estelares, planetarios, químicos y biológicos.

* La teoría alternativa es que probabilidades al azar fabricaron el “diseño aparente” (éste es el término usado por los promotores de la teoría de la evolución).

Ahora bien, existe suficiente evidencia científica para respaldar la creencia y la realidad de un diseñador. Así pues, creo en Dios porque creo y reconozco que toda vida, en su magnificencia, belleza, esplendor, maravilla, y orden de fina precisión, existe porque fue diseñada por una Mente Maestra; donde hay un sistema ordenado y estructurado con información (como es el universo), ¿no es razonable asumir que existe un diseñador inteligente? Yo creo que lo hay, y creo que el diseñador es Dios… el dueño y Señor de todo el universo y de todo lo que hay en él (incluidos nosotros los seres humanos, creyentes o ateos).

Como ya se ha planteado, solo hay dos opciones: 1) Todo el universo fue delineado y preparado por un Diseñador; o 2) comenzó a existir por sí mismo. Creer lo primero nos da una explicación suficiente. Verdaderamente, ¿qué tiene más sentido?, ¿creer en un Diseñador reflejado en su obra maravillosa?, ¿o en Tierra + Agua + Tiempo = Todas las Criaturas Vivas? Definitivamente, se necesita más fe (así las evidencias no respalden esta teoría absurda) para creer en esta fórmula que creer en Dios como Creador.

“Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; solo tú eres Dios” (Sal. 86:10).

Las evidencias muestran lo siguiente: biólogos moleculares han descubierto miles de máquinas exquisitamente diseñadas a nivel molecular; cada una con una(s) tarea(s) específica(s) a realizar. La información requiere inteligencia y el diseño requiere de un diseñador.

Si usted da un paseo por el bosque y encuentra un reloj en el camino, usted no concluye que el reloj se ensambló solo, a pesar del hecho de que podemos desarmar el reloj, mirar todos sus componentes, y entender cómo funciona. Por eso, miramos el reloj en el camino y reconocemos por lógica que fue diseñado por alguna inteligencia más elevada que el mismo reloj y no que es el producto del azar o la suerte ni mucho menos que es autoexistente.

I. El Diseño Inteligente
¿Necesita un diseño un diseñador? ¿Es el diseño inherente en los sistemas biológicos simplemente un producto accidental de la selección natural?

La teoría de la evolución declara que todo tiene una simple apariencia de diseño. Richard Dawkins, autor de The Blind Watchmaker y profesor de la Universidad de Oxford (Gran Bretaña), es probablemente el defensor principal de la teoría de la evolución desde la muerte de Stephen Jay Gould. Dawkins escribe: “La Biología es el estudio de cosas complicadas que dan la apariencia de haber sido diseñadas con un propósito” (Richard Dawkins, The Blind Watchmaker, ch. 1). No obstante, Dawkins es un ateo que sostiente que el diseño que vemos es simplemente una ilusión y que estos asombrosos sistemas complejos son un producto accidental de la selección natural.

Es extraño y sospechoso pensar que en todos los otros campos del esfuerzo humano se reconoce racionalmente que "todo diseño requiere un diseñador". De esta manera, la metodología de detección del diseño es un requisito previo en muchas disciplinas, incluyendo la arqueología, la antropología, la ciencia forense y criminal, en la jurisprudencia, en leyes de derechos de autor, etc. En general, encontramos que la "complejidad específica" es un indicador confiable de la presencia de diseño inteligente. El azar puede explicar cierta complejidad pero no la especificación. Una secuencia aleatoria de letras es compleja, pero no es específica ya que carece de sentido. Un soneto de Mozart es complejo y específico a la vez (tiene significado) pero jamás podríamos tener, escuchar y explicar plenamente un soneto de Mozart sin reconocer el estilo personal de Mozart. 

Extraordinariamente, el proyecto SETI (SEARCH FOR EXTRATERRESTRIAL INTELLIGENCE o Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), un esfuerzo multibillonario para explorar el cosmos en busca de alguna señal de inteligencia, está basado en una idea simple: “si encontramos ondas de radio que contengan algún tipo de secuencia de sonidos, entonces habremos descubierto inteligencia en alguna parte del universo” ¿Piensa en esto? Toda la premisa de estos científicos es que no podemos tener sonidos ordenados (tales como los ecos y números indefinidos en la transmisión del código Morse) sin una fuerza diseñadora detrás de ellos.

Charles B. Thaxton, PhD en Química e Investigador Post-doctoral de la Universidad de Harvard, concuerda: “una comunicación inteligible a través de una señal de radio proveniente de alguna galaxia distante sería ampliamente aclamada como una fuente de inteligencia” ¿Por qué, entonces, el mensaje en secuencia de la molécula de ADN no constituye también evidencia de una fuente de inteligencia? Después de todo, la información del ADN es un mensaje en secuencia infinitamente más complejo y asombroso que el código Morse (Charles B. Thaxton, The Mystery of Life's Origin: Reassessing Current Theories, Philosophical Library, 1984).

Entonces, ¿a dónde conduce esto? Si nos deshacemos de nuestras preconcepciones y examinamos lógicamente nuestro mundo orgánico (como hacemos con todo lo demás) comenzaremos a ver las cosas de forma diferente y reconoceremos un diseñador inteligente.

II. Imágenes de la Naturaleza
Podemos encontrar una multitud de imágenes milagrosas en toda la naturaleza. Por dondequiera que miremos, en cualquier parte del mundo… no vamos muy lejos, a nuestro alrededor, podemos ver la maravilla de los brillantes colores de las flores, la exótica vida vegetal, la variedad de plantas y animales, el comportamiento de cada especie, el delicado aleteo de mariposas y aves o la extraordinaria vida marina, con especies de todos los tamaños y estilos. Campos de recursos alimenticios, como los campos de grano de Kansas y sembradíos de arroz de China, pueden ser tan bellos como los mares del Mediterráneo o los golfos de Noruega. Desde montañas pintorescas o esculpidas dunas de arena, hasta la luz brillante del sol bailando sobre un lago cristalino, la naturaleza proporciona imágenes de belleza, asombro y exquisitez.

¿Cómo puede ser todo esto? La Biblia dice: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Gn. 1:1). Dios creó todas las cosas. En esta simple afirmación, podemos comenzar a entender uno de los temas más difíciles que el hombre trata de explicar. Aunque en el relato bíblico de la creación no se nos da una descripción tan detallada (desde un punto de vista científico o estadístico) de cómo y por qué llegó a existir todo esto, la conclusión es simple: todas las cosas fueron creadas simplemente por Dios mediante el poder de su palabra. En este sentido, su palabra escrita (la Biblia) nos muestra que Dios tiene la habilidad para crear hasta los más pequeños detalles en todas las cosas:

- Dios creó la hierba verde y el árbol de fruto con la capacidad de dar su semilla para multiplicarse sobre la tierra (Gn. 1:11).
- Dios creó todas las aves (Gn. 1:20)
- Dios creó los grandes mostruos marinos, y todo ser viviente que se mueve con la capacidad de multiplicarse (Gn. 1:21, 22).
- Dios creó las bestias, los ganados y todos los animales con la capacidad de multiplicarse (Gn. 1:23-25).
- Dios creó al hombre y a la mujer y les dio la capacidad de ejercer un dominio sobre toda la tierra y los animales (Gn. 1:26, 27). Asimismo, les dio la capacidad de multiplicarse y llenar la tierra (Gn. 1:28).
- Dios les dio a todos los seres vivos el mantenimiento de la tierra para su alimentación (Gn. 1:29)
- Cuando Dios hubo creado todas las cosas, manifestó su satisfacción y complacencia con su obra maravillosa (Gn. 1:31). Como un artista admira su obra de arte más preciada, a Dios le complace proveer, compartir y esparcir sus bellas y milagrosas imágenes en la naturaleza por todo el universo.

III. Argumento Teleológico
La impresión de que el universo fue diseñado para mantener la vida en la tierra es abrumadora. Los científicos han observado que para que sea posible la vida física en el universo, muchas características deben asumir valores específicos. En el medio científico, esta circunstancia de fino ajuste aparente en el universo no es disputada, y es llamada "El Principio Antrópico".         

La lista que apoya este principio parece estar creciendo más y más a medida que los científicos descubren más acerca del universo. Muchos piden "detalles sobre el llamado fino ajuste"; a continuación veamos algunos ejemplos:

- Constante de la fuerza nuclear fuerte.
 -Constante de la fuerza nuclear débil.
- Constante de la fuerza gravitacional.
- Constante de la fuerza electromagnética.
- Proporción de la constante de la fuerza electromagnética con la constante de la fuerza gravitacional.
- Proporción de la masa del protón con la masa del electrón.
- Proporción del número de protones con el número de electrones.
- Proporción de la carga del protón con la carga del electrón.
- Velocidad de expansión del universo.
- Densidad de la masa del universo.
- Densidad de bariones (protón y neutrón) del universo.
- Energía espacial o densidad de la energía oscura del universo.
- Proporción de la densidad de la energía espacial con la densidad de la masa.
- Nivel de entropía del universo.
- Velocidad de la luz.
- Uniformidad de la radiación.
- Homogeneidad del universo.
- Distancia promedio entre galaxias.
- Distancia promedio entre grupos de galaxias.
- Distancia promedio entre estrellas.
- Tamaño promedio y distribución de grupos de galaxias.
- Números, tamaños, y ubicaciones de vacíos cósmicos.
- Constante de fina estructura electromagnética.
- Constante de fina estructura gravitacional.
- Tasa de decaimiento de protones.
- Nivel energético inferior del helio-4.
- Proporción del nivel de energía nuclear del carbono-12 con el oxígeno-16.
- Tasa de decaimiento del berilio-8.
- Proporción de la masa del neutrón con la masa del protón.
- Exceso inicial de nucleones sobre antinucleones.
- Polaridad de la molécula del agua.
- Época de erupciones de hipernovas.
- Número y tipo de erupciones de hipernovas.
- Época de erupciones de supernovas.
- Número y tipo de erupciones de supernovas.
- Época de enanas blancas binarias.
- Densidad de enanas blancas binarias.
- Proporción de materia exótica con materia ordinaria.
- Número de dimensiones efectivas en el universo primitivo.
- Número de dimensiones efectivas en el universo presente.
- Valores de masa de neutrinos activos.
- Número de especies diferentes de neutrinos activos.
- Número de neutrinos activos en el universo.
- Valor de masa de neutrinos estériles.
- Número de neutrinos estériles en el universo.
- Tasas de decaimiento de partículas de masa exótica.
- Magnitud de las ondas de temperatura en la radiación cósmica de fondo.
- Tamaño del factor de dilatación relativista.
- Magnitud de la incertidumbre de Heisenberg.
- Cantidad de gas depositado en el medio intergaláctico profundo por las primeras supernovas.
- Naturaleza positiva de presiones cósmicas.
- Naturaleza positiva de densidades de energía cósmica.
- Densidad de cuásares.
- Decaimiento de partículas de materia oscura fría.
- Abundancias relativas de diferentes partículas de masa exótica.
- Grado en el que la materia exótica interactúa consigo misma.
- Época en que las primeras estrellas (estrellas de población III sin metales) comienzan a formarse.
- Época en que las primeras estrellas (estrellas de población III sin metales) dejan de formarse.
- Densidad numérica de estrellas de población III sin metales.
- Masa promedio de estrellas de población III sin metales.
- Época de la formación de las primeras galaxias.
- Época de la formación de las primeras cuásares.
- Cantidad, tasa, y época de decaimiento de defectos contenidos.
- Proporción de la densidad de materia exótica tibia y de la densidad de materia exótica fría.
- Proporción de la densidad de materia exótica caliente y de la densidad de materia exótica fría.
- Nivel de cuantización del tejido cósmico de espacio-tiempo.
- La planitud de la geometría del universo.
- Tasa promedio de aumento en tamaños de galaxias.
- Cambio de la tasa promedio de aumento en tamaños de galaxias a través de la historia cósmica.
- Constancia de factores de energía oscura.
- Época de máxima formación estelar.
- Ubicación de materia exótica relativa a materia ordinaria.
- Fuerza del campo magnético cósmico primordial.
- Nivel de turbulencia magnetohidrodinámica primordial.
- Nivel de violación de simetría CP.
- Número de galaxias en el universo observable.
- Nivel de polarización de la radiación cósmica de fondo.
- Fecha de terminación del segundo evento de re-ionización del universo.
- Fecha de disminución de la producción de estallidos de rayos gamma.
- Densidad relativa de estrellas de masa intermedia en la historia primitiva del universo.
- Temperatura de máxima densidad del agua.
- Calor de fusión del agua.
- Calor de vaporización del agua.
- Densidad numérica de "clumpuscules" (densas nubes de gas hidrógeno molecular frío) en el universo.
- Masa promedio de "clumpuscules" en el universo.
- Ubicación de "clumpuscules" en el universo.
- Tasa cinética de oxidación de moléculas orgánicas del dioxígeno.
- Nivel de conducta para-magnética en el dioxígeno.
- Densidad de galaxias ultra-enanas (o grupos globulares supermasivos) en el universo de la edad media.
- Grado de curvatura y torsión del espacio-tiempo por factores relativistas generales.
- Porcentaje de función de la masa inicial del universo constituida por estrellas de masa intermedia.
- Fuerza del campo magnético primordial cósmico.

La mayoría de las fuentes de información de "La Lista" se encuentran en The Creator and the Cosmos, tercera edición por Hugh Ross (Colorado Springs, Colorado: NavPress, 2001), págs. 145-157, 245-248.

El Argumento Teleológico refleja una de las tres posibilidades a favor de la existencia de este asombroso fino ajuste: la ley, el azar o el diseño. Los científicos han cavilado respecto a esto durante años y no han encontrado ninguna ley natural que pueda explicarlo. Las probabilidades en contra de que tal teoría sea descubierta alguna vez parecen ser insuperables. Hasta Stephen Hawking, quien creía originalmente en una "Teoría del Todo" que posiblemente pudiera explicar el fino ajuste como necesario por ley, después de considerar el Teorema de Gödel concluyó que ella no era obtenible. En este sentido, él afirma que "algunas personas se van a desilusionar mucho si no existe una teoría suprema que pueda ser formulada como un número finito de principios. Yo solía pertenecer a ese campo, pero he cambiado de opinión" (http://en.wikipedia.org/wiki/Theory_of_everything).

Ya que el umbral de la imposibilidad matemática es 1 en 10 a la 50 potencia, y las probabilidades de que este ajuste fino surja por azar van mucho más allá de eso, entonces podemos excluir el azar. Solo un Creador trascendente le puede dar sentido a este orden increíblemente complejo del universo.

Durante los últimos 35 años, poco más o menos, los científicos han descubierto que la existencia de la vida inteligente depende absolutamente de este tan delicado y complejo equilibrio de condiciones iniciales. Para los que creen en el Big Bang, parece que "las circunstancias estaban dadas" en las sustancias, constantes y cantidades del Big Bang mismo, para proporcionar un universo que permitiera la vida. A través de la ciencia moderna, ahora sabemos que los universos que no permiten la vida son infinitamente más probables que algún universo que la permita, como el nuestro. ¿Cuánto más probable?

Bien, la respuesta es que las probabilidades de que el universo permita la vida son tan infinitesimalmente pequeñas que resultan incomprensibles e incalculables. Por ejemplo, Stephen Hawking ha estimado que si la tasa de expansión del universo un segundo después del Big Bang hubiera sido más pequeña, siquiera una parte en cien mil billones, el universo habría re-colapsado en una bola de fuego hirviendo, debido a la atracción gravitacional (Stephen Hawking, A Brief History of Time/New York: Bantam Books, 1988, pág. 123).

El físico P. C. W. Davies ha calculado que las probabilidades en contra de que las condiciones iniciales fueran apropiadas para la formación de estrellas (sin las cuales los planetas no podrían existir) son de un 1 seguido, por lo menos, de mil trillones de ceros (P.C.W. Davies, Other Worlds (London: Dent, 1980), págs. 168, 169).

Davies también calcula que un cambio en la fuerza de la gravedad o de la fuerza débil de solamente una parte en 10 elevado a la 100 habría impedido la ocurrencia de un universo que permitiera la vida (P.C. W. Davies, “The Anthropic Principle”, en Particle and Nuclear Physics).

Como vimos en las listas anteriores, hay docenas y docenas de esas constantes y cantidades presentes en el supuesto Big Bang, las cuales tienen que estar ajustadas exquisitamente de esta manera para que el universo permita la vida. Además, no es solo las cantidades o constantes individuales las que deben estar finamente ajustadas; las proporciones entre sí también tienen que estar ajustadas exquisitamente. Por lo tanto, una enorme improbabilidad es multiplicada por una enorme improbabilidad, y de nuevo por una enorme improbabilidad repetidamente hasta que la mente simplemente nos empieza a dar vueltas con las probabilidades cada vez más pequeñas.

No existe ninguna razón física plausible del por qué estas constantes y cantidades deben tener los valores que tienen. Reflexionando sobre esto, el ex-agnóstico físico P C.W. Davies comenta: "A través de mi trabajo científico he llegado a creer cada vez más decididamente que el universo físico fue creado con una ingeniosidad tan asombrosa que no lo puedo aceptar simplemente como un hecho bruto" (Paul Davies, The Mind of God (New York: Simon & Shuster, 1992), pág. 169).

Igualmente, el astrofísico inglés, Sir Frederick Hoyle, observa: "Una interpretación lógica de los hechos sugiere que un super-intelecto ha interferido con la física" (Fred Hoyle, “The Universe: Past and Present Reflections,” Engineering and Science (noviembre de 1981), pág. 12).

Robert Jastrow, jefe del Instituto Goddard de la NASA para los Estudios del Espacio, se refiere a esto como "la evidencia más poderosa a favor de la existencia de Dios que alguna vez haya provenido de la ciencia" (Robert Jastrow, “The Astronomer and God”, en The Intellectuals Speak Out About God, ed. Roy Abraham Varghese/Chicago: Regenery Gateway, 1984, pág. 22).

En conclusión, el Argumento Teleológico tiene fuertes bases científicas, filosóficas y teológicas. La visión que los teístas cristianos han sostenido históricamente que existe un Diseñador inteligente del universo parece tener mucho más sentido que la alternativa atea, la cual se resumen en lo siguiente: el universo, cuando comenzó a existir, sin causa, de la nada, simplemente estaba, por casualidad, finamente ajustado para la vida inteligente, con una improbable y abrumadora precisión y delicadeza. Llamar "astronómicas" a las probabilidades en contra de la ocurrencia de este fino ajuste sería subestimarlas en extremo. 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿Cuál es la Verdad? Parte X

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b. Orden
Dios provee la mejor explicación sobre la sincronización y las funciones de cada elemento en la naturaleza que cuenta con un sistema de números, fórmulas matemáticas, procesos basados en la química, el complejo ADN, el funcionamiento extraordinario de la célula y las leyes naturales.

* La teoría alternativa es que los primeros elementos caóticos se auto-ordenaron en sistemas complejos de información pero, como hemos visto, esta idea es absurda y contraria a toda lógica.

I. El ingrediente fundamental
Cuando se trata de evidencia a favor de la creación, el universo es una obra maestra y compleja del Diseñador y, a medida que los científicos han sondeado sus profundidades e investigado su extensión, se han maravillado de su riqueza de información.

“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Rom. 11:33).

Desde la misteriosa conducta de las partículas sub-atómicas, comunicándose instantáneamente a través de distancias galácticas, pasando por el software biológico de la maquinaria celular, hasta la cantidad de parámetros delicadamente equilibrados que gobiernan el cosmos, LA INFORMACIÓN, como los científicos están aprendiendo, ES EL INGREDIENTE FUNDAMENTAL DEL UNIVERSO. El físico John Archibald Wheeler una vez lo dijo de esta manera: "Cada cantidad física deriva su significado fundamental de los bits, indicaciones binarias positivas o negativas". En la jerga informática, eso es información.

Paradójicamente, el ingrediente fundamental del mundo físico no es material. Aunque su transmisión depende de medios materiales—ondas sonoras, señales electromagnéticas, tinta y papel, imágenes fotográficas, y cosas por el estilo—la información misma no consiste en materia ni es un producto de ella.

Considere las células de nuestro cuerpo. Durante el transcurso de una vida normal, cada célula del cuerpo es reemplazada muchas veces, incluyendo las del cerebro. Las moléculas que constituyen nuestros cuerpos experimentan un cambio constante, y aún así esos cambios no tienen ningún efecto acorde en las instrucciones que gobiernan la actividad celular, o nuestra biblioteca personal de conocimiento, recuerdos, creencias y aspiraciones.

La existencia de información es evidencia de que la realidad es más que materia moviéndose bajo la influencia de fuerzas físicas. En la raíz de la naturaleza hay orden, un orden que nosotros no inventamos ni impusimos. Entonces, ¿de dónde vino?

II. Creación de la vida
Hay gente que pretende discutir acerca de la generación espontánea y presentan experimentos realizados al respecto; por ejemplo, hay quienes hablan de los experimentos de "chispa y sopa" de los años 1950, donde hombres como Harold Urey y Stanley Miller pasaron mezclas de agua hirviendo, amoníaco, metano, e hidrógeno a través de elaborados "sistemas de chispas eléctricas" de vasos de precipitado y tubos de ensayo. En esos experimentos, fueron capaces de producir trazas de uno o dos aminoácidos (la "materia prima básica de la vida") y por lo tanto, los medios aclamaron esto como prueba a favor de la posibilidad de la generación espontánea en una Tierra pre-biótica (Harold C. Urey, The Planets, Their Origin and Development, Yale University Press, 1952; and Stanley Miller, Science, vol. 117, 1953, 528-529).

Existen muchos problemas no reportados con estos experimentos "diseñados". Dramáticamente, los mayores derivados de estas sopas fueron alquitrán (85%) y ácidos carboxílicos (13%), ambos tóxicos para los sistemas vivos. A pesar de todos los demás problemas, producir una traza de aminoácido en un experimento de laboratorio sería similar a producir un ladrillo de arcilla y decir que sabemos cómo diseñar y construir al azar un rascacielos de Nueva York.

Propongo una ilustración: "Toma una rana y ponla en una licuadora. Enciende la licuadora por siete minutos, o hasta que tenga una consistencia espumosa. Vierte la mezcla en un recipiente abierto y pon el recipiente al sol por unos cuantos millones de años. Después de este tiempo, trae el recipiente y examina el contenido. ¿Tienes una rana?... No, todavía tienes una sopa de rana. No puedes obtener nada sino una mezcla acuosa que contiene la materia prima de la vida de una rana porque sin código de información para enlazarlo todo, no tienes nada que se parezca a alguna especie de organismo vivo".

En esta ilustración simple (aunque gráfica), proporcioné cada potencial para crear una rana. Proporcioné cada químico, aminoácido, proteína, y molécula que conforman la estructura orgánica de una rana. Sin embargo, si colocara esta ilustración en el contexto de una "sopa pre-biótica" en una Tierra primitiva, tendríamos suerte de observar siquiera una traza de elemento o aminoácido desarrollarse en el mismo período de tiempo… ¡ni hablar de los componentes biológicos de toda la rana! (órganos, tejidos, células, procesos biológicos y demás aspectos de una complejidad que todavía estamos aprendiendo pero que nos falta mucho más para comprender en su plenitud).

III. Origen de la vida
Por milenios, se ha pensado que el origen de la vida es el resultado de una Abiogénesis (también conocida como "Generación Espontánea"). La doctrina de la Generación Espontánea sostiene que la vida orgánica pudo surgir de materia inorgánica. Hasta el siglo XVII, existían recetas para "crear" vida; por ejemplo, se dijo: “Tome trapos llenos de sudor, enróllelos alrededor de trigo, y póngalos en un pote abierto. En 21 días, usted creará ratones”. Para ratas, solo arroje basura en la calle; en unos pocos días, las ratas llenarán el lugar. En todo el mundo, en Europa, Asia, África y las Américas, la humanidad estaba formulando recetas para crear abejas, piojos, escorpiones, gusanos, parásitos, sapos, etc. En 1668, Francesco Redi públicamente se opuso a la idea de la Generación Espontánea. Aunque era colectivamente aceptado que la carne podrida generaba gusanos, Redi discrepó. Él mantuvo que los gusanos nacían de huevos puestos por las moscas. Para probar su hipótesis, Redi ejecutó uno de los primeros experimentos conocidos que utilizaron un "grupo control". Así comenzó la muerte de la Generación Espontánea y el nacimiento de la era moderna de desarrollo científico. Redi colocó carne en tres frascos: uno abierto, uno sellado, y uno cubierto con gaza. Gusanos aparecieron en el frasco abierto, ya que las moscas fueron capaces de llegar hasta la carne. Los gusanos no aparecieron en el frasco sellado, ni en el frasco cubierto con gaza. En ese tiempo, se pensó que este experimento no refutaba la Generación Espontánea (simplemente comprobó que los gusanos no provenían de la carne).

Hasta 1850, se pensó que la Generación Espontánea era el origen de la vida. No fue sino hasta el francés Luis Pasteur, que esta falacia fue finalmente refutada. En 1859, la Academia Francesa de las Ciencias patrocinó una Feria de Ciencias; la meta era comprobar o refutar la Generación Espontánea. El experimento ganador del joven Pasteur fue una inteligente variación de experimentos anteriores llevados a cabo por John Needham (1713-1781) y Lazzaro Spallanzani (1729-1799). Pasteur llenó un frasco de largo cuello con caldo de carne. Luego calentó el cuello de vidrio y lo dobló en forma de "S." El aire podía llegar al caldo, pero la gravedad actuaba para atrapar los microorganismos en el aire en la curva del cuello. Luego calentó el caldo. Después de un tiempo, ningún microorganismo se formó en el caldo. Cuando el frasco se inclinó para que el caldo llegara a los microorganismos atrapados en el cuello, el caldo rápidamente se enturbió con vida microscópica. De esta manera, Pasteur refutó la Generación Espontánea. Adicionalmente, Pasteur comprobó que algunos microorganismos son transportados por el aire.

La Generación Espontánea fue refutada como el Origen de la Vida en 1859. Irónicamente, fue en este mismo año que fue publicado por Charles Darwin el libro “Origen de las Especies”. De este trabajo, surgió el movimiento evolucionista moderno, el cual se piensa ahora que ocurrió en seis fases: (1) Evolución Cósmica (el origen del espacio, tiempo, materia y energía de la nada); (2) Evolución Química (el desarrollo de elementos superiores a partir del hidrógeno); (3) Evolución Estelar y Planetaria (el origen de las estrellas y planetas); (4) Evolución Orgánica (el origen de la vida a partir de una roca); (5) Macro Evolución (el origen de las especies principales); y (6) Micro Evolución (la variación entre las especies). Solo la sexta fase ha sido observada y documentada. Las primeras cinco son simplemente “supuestas”. En este caso, la cuarta suposición es la vieja doctrina de la Generación Espontánea - el desarrollo de la vida orgánica a partir de la materia inorgánica (una roca). El triste resultado cómico es que algunos libros de texto modernos dedican un capítulo al trabajo de Francesco Redi y Luis Pasteur, y su éxito al refutar la Generación Espontánea. Luego, unos cuantos capítulos más tarde, se les enseña a los alumnos que la Generación Espontánea es el Origen de la Vida.

IV. Ajuste Fino Cósmico
El concepto de ajuste fino cósmico está relacionado con una propiedad única de nuestro universo por la cual las constantes físicas y leyes se observan balanceándose en un filo de navaja para permitir el surgimiento de vida compleja. El grado en que las constantes de la física deben igualar criterios precisos es tal, que varios científicos agnósticos han concluido que ciertamente existe algún tipo de propósito trascendente detrás de la arena cósmica.

Por ejemplo, la radiación de fondo (Cosmic Microwave Background o CMB), también conocida como radiación cósmica de microondas o radiación del fondo cósmico, es una forma de radiación electromagnética descubierta en 1965 y que sorprendentemente llena el universo en su inmensa totalidad. Esta radiación curiosamente la podemos observar en el ruido y las interferencias que produce cualquier televisor no sintonizado.

La radiación de fondo es el ruido que hace el universo y se dice que es el eco que proviene del inicio del universo (para los creacionistas, es una prueba de que Dios dio inicio al universo y para los que creen en el Big Bang, es una prueba de que todo comenzó con una explosión cósmica). El punto es que el factor de radiación cósmica es absolutamente preciso; si este factor fuera siquiera ligeramente más pequeño, el cosmos existiría exclusivamente como una colección de gases (no existirían las estrellas, los planetas y las galaxias). A la inversa, si este factor fuese aumentado ligeramente, el universo solo consistiría en grandes agujeros negros. De cualquier manera, el universo sería inhabitable.

Otro valor finamente ajustado es la poderosa fuerza nuclear que mantiene los átomos (y por lo tanto, la materia) juntos. El sol deriva su "combustible" de fusionar átomos de hidrógeno. Cuando dos átomos de hidrógeno se fusionan, 0,7% de la masa de los átomos de hidrógeno es convertida en energía. Si la cantidad de materia convertida fuera ligeramente más pequeña (digamos un 0,6% en vez de 0,7%), un protón no sería capaz de unirse a un neutrón y el universo consistiría solo en hidrógeno. Sin la presencia de elementos pesados, los planetas no se formarían, y por consiguiente, ninguna vida sería posible. A la inversa, si la cantidad de materia convertida fuera aumentada a 0,8% en vez de 0,7%, la fusión ocurriría tan rápidamente que no quedaría ningún hidrógeno. De nuevo, el resultado sería que no existiría ningún planeta, ningún sistema solar, y por consiguiente, ninguna forma de vida (ni plantas, ni animales ni seres humanos).

La proporción de electrones a protones debe ser equilibrada con precisión, a un grado de una parte en 1037. Si esta constante fundamental fuera algo mayor o menor que esto, el electromagnetismo dominaría la gravedad, impidiendo la formación de galaxias, estrellas y planetas. De nuevo, la vida no sería posible.

La proporción de la fuerza electromagnética con la gravedad debe estar equilibrada con precisión, a un grado de una parte en 1040. Si este valor se aumentara ligeramente, todas las estrellas serían por lo menos 40% más grandes que nuestro sol. Esto significaría que la combustión estelar sería demasiado breve y demasiado desigual para soportar la vida compleja. Si este valor fuera disminuido ligeramente, todas las estrellas serían por lo menos 20% más pequeñas que el sol. Esto las incapacitaría para producir elementos pesados.

La tasa en que el universo se expande debe estar finamente ajustada a una parte en 1055. Si el universo se expandiera demasiado rápido, la materia se expandiría demasiado rápido para permitir la formación de estrellas, planetas y galaxias. Si el universo se expandiera demasiado lento, el universo colapsaría rápidamente (antes de la formación de estrellas).

La densidad de la masa del universo está equilibrada con precisión para permitir la vida a un grado de una parte en 1059. Si el universo fue un poco más grande, una superabundancia de deuterio causaría que las estrellas se quemaran demasiado rápido para la formación de la vida compleja. Si el universo fuera un poco más pequeño, una insuficiencia de helio tendría como resultado una escasez de los elementos pesados (de nuevo, resultando en la ausencia de vida).

Creer que los hechos y datos aquí detallados representan solamente una feliz coincidencia (por suerte, por azar) constituye sin duda un acto mayor de fe que el del creyente que afirma el diseño teísta del universo.