c. Del ateísmo a la fe
El famoso
ex-ateo y líder del ateísmo Antony Flew (1923-2010) escribió un libro de la
editorial HarperOne (año 2007) titulado “There Is a God: How the World’s Most
Notorious Atheist Changed His Mind (Hay un Dios: Cómo el ateo más notorio del
mundo cambió su mente); en este libro, él acepta la existencia de Dios y ha
sido motivo de controversia entre los ateos en las redes sociales y en
internet.
¿Cómo cambió
un ateo su férrea convicción sobre la existencia de Dios?
El filósofo
británico Anthony Flew es quizás el ateo más conocido de su generación y ha
sido catalogado como el filósofo ateo más influyente del mundo; aún más, su
nombre y sus postulados han sido citados en clases de filosofía y en
universidades para tratar de demostrar la falsedad de la existencia de Dios.
Cuando se
dio la noticia de su cambio de opinión muchos no lo podían creer. El 9 de
Diciembre de 2004 anunció que ahora cree en la existencia de Dios. Basado sobre
su propia investigación científica y académica, Flew expresó que la ciencia apunta
a un diseñador inteligente del universo.
Según Flew,
la evidencia de la investigación del ADN le convenció que la estructura
genética de la vida biológica es muy compleja para haber evolucionado
completamente por sí misma y que la teoría Darwiniana explica mucho pero que no
puede explicar cómo comenzó la vida.
Antony Flew
fue uno de los máximos exponentes del ateísmo en el mundo. Su famoso discurso
“Theology and Falsification” (Teología y falsificación) se convirtió en la
publicación filosófica más reimpresa en las últimas cinco décadas. Este
discurso fue presentado en una reunión en el Oxford Socratic Club (El Club
Socrático de la Universidad Oxford, en Inglaterra) que fue presidido por el
conocido escritor cristiano C. S. Lewis.
Un artículo
de Mark Oppenheimer titulado “The Turning of an Atheist (”El cambio de un
ateo”), publicado en noviembre 4 (año 2007) en el New York Times, ha generado
discusiones en los medios blog de todo el mundo y sin duda una respuesta
apasionada del editor.
Oppenheimer
caracteriza a Flew como un viejo hombre senil que es manipulado y explotado por
los cristianos evangélicos para sus propios propósitos. No obstante, en su
libro, Flew no se declara un cristiano, sino que ahora admite la creencia en
“una inteligencia que explica nuestra propia existencia y la del mundo”.
“Estuvimos
bastante trastornados y frustrados por este escrito”, dijo Mark Tauber, editor
de HarperOne (hablando de Oppenheimer). “Una cosa es reseñar, preguntar y
discutir las ideas de un libro, pero Oppenheimer no lo hizo, sino que atacó la
integridad nuestra y la de nuestro autor. Parece que él vio esto como
oportunidad para hacerse un nombre”
“Antony
Flew, de 84 años de edad, tiene una condición conocida como afasia nominal”
(que afecta la capacidad para recordar nombres), dijo Tauber. “Oppenheimer tomó
ese hecho y saltó de allí a senilidad y después implicó que Flew no escribió el
libro”. Tauber precisó que escribir bajo la firma de otro es una práctica
presente en publicaciones. También dijo que Flew había repasado a fondo el
manuscrito y había firmado como que este escrito representaba exactamente sus
opiniones.
HarperOne
lanzó una declaración de Antony Flew: “Mi nombre está en el libro y representa
exactamente mis opiniones. No permitiré que se publique un libro con mi nombre
con el cual no estoy cien por ciento de acuerdo. Necesité que alguien lo
escribiera porque tengo 84 años. Ese fue el papel de Roy Varghese. La idea que
alguien me manipuló porque soy viejo es exactamente incorrecta. Puedo ser viejo,
pero es difícil que alguien me manipule. Éste es mi libro y representa mi
pensamiento”.
En un
adelanto en Internet de una entrevista que se publicó en la revista Philosophia
Christi, el doctor en Filosofía Antony Flew dijo que “tuvo que rendirse ante la
evidencia de los hechos”. Según Flew, tales hechos incluyen recientes
descubrimientos científicos en los campos de la cosmología y de la física.
Además, explicó: “Los hallazgos realizados durante más de cincuenta años de
investigación del ADN sirven de base para nuevos y poderosísimos argumentos a
favor del diseño”. Declaró también que incluso el “relato bíblico podría ser
exacto desde el punto de vista científico”.
d. Politeísmo
El
politeísmo es la creencia y adoración de muchos dioses. Típicamente, estos
dioses se distinguen por funciones particulares, y a menudo toman
características humanas. Como se explicó anteriormente, esto era
particularmente cierto en la antigua Grecia y en Roma. En otras culturas
politeístas, tales como el antiguo Egipto, los dioses tomaban formas y
características de objetos encontrados en la naturaleza, incluyendo árboles,
hierbas sagradas, ganado, animales e híbridos de animales y humanos.
La creencia
en dioses múltiples es probablemente el resultado de una creencia anterior en
espíritus vagamente definidos, demonios, y otras fuerzas sobrenaturales. Estos
sistemas de creencias son similares al animismo, la adoración de ancestros, y
el totemismo. Sin embargo, en el politeísmo, estas fuerzas sobrenaturales son
personificadas y organizadas en una familia cósmica. Esta "familia"
se convierte en el núcleo del sistema de creencias de una cultura particular.
La familia de dioses era utilizada para explicar fenómenos naturales y para
establecer el rol de la cultura en el universo. Típicamente, el número de
dioses se expandía a medida que el sistema de creencias de la cultura se
desarrollaba, resultando eventualmente en un sistema jerárquico de deidades.
Con el tiempo, los dioses menores disminuían en estatus o se desvanecían de un todo.
El
politeísmo se extendió por todo el mundo antiguo. Los egipcios tenían un
sistema de creencias altamente desarrollado que estaba basado en múltiples
dioses. Estos dioses eran la piedra angular de la cultura egipcia y todavía los
miramos con curiosidad hoy. Los antiguos griegos también tenían un intrincado
sistema de mitos basados en múltiples deidades.
Los dioses
griegos a menudo tomaban formas humanas y personalidades, y en muchos casos,
interferían directamente con las actividades humanas. Cuando el Imperio Romano
conquistó a los griegos, los romanos asimilaron mucho de la cultura politeísta
griega. Con el tiempo, a medida que la influencia de Roma se extendió, absorbió
a otros dioses de otras culturas que habían conquistado. Además de Egipto,
Grecia y Roma, el politeísmo se extendió ampliamente en las culturas antiguas
de Asia, África, Europa y de los indios de América.
El
politeísmo todavía representa parte del mundo hoy. Con excepción de las
religiones monoteístas (que creen en un solo Dios) del Cristianismo, el
Judaísmo, y el Islam, la mayoría de las religiones del mundo son
abrumadoramente politeístas. El politeísmo caracteriza las creencias del
Hinduismo, Budismo Mahayana, Confucionismo, Taoísmo, y Sintoísmo del Este, y
también de religiones tribales contemporáneas de África y las Américas. Estas
religiones son ampliamente practicadas en todo el mundo y siguen siendo muy
populares en sus áreas ancestrales.
Algunas
creencias politeístas son populares también en la civilización occidental de
hoy. Esto parece ser el resultado del aumento de la inmigración de culturas
orientales y de la popularidad predominante del pluralismo de la Nueva Era. A
diferencia de las doctrinas cristianas, judías e islámicas, raramente existe
una verdad absoluta asociada con el pensamiento politeísta. Las ideas de
moralidad (ideas del bien y del mal) son relativas al individuo o cultura y
cada creyente es libre de adorar el dios de su elección de la manera que le
guste. Como resultado, cada persona es libre de comportarse como lo desee.
Aunque los sistemas politeístas proporcionan flexibilidad y una carencia
relativista de responsabilidad, a menudo dejan a sus seguidores sin ningún
sentido de propósito final y sin ningún prospecto de esperanza eterna. Por otro
lado, la fe monoteísta del Cristianismo enseña que la verdad absoluta es una
realidad, la humanidad tiene un propósito en la tierra, y la salvación eterna
es posible para aquellos que busquen una relación de reconciliación con el
único Dios verdadero y todo esto está claramente fundamentado en la Biblia.
Miremos un
ejemplo de lo que sucedió en tiempos del apóstol Pablo, quien fuera predicador
del evangelio y mensajero de la verdad divina: “Entonces Pablo, puesto en pie
en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy
religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un
altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros
adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo
y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no
habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres,
como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas
las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que
habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los
tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna
manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno
de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de
vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo,
pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o
plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios,
habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos
los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día
en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó,
dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hch 17:22-31).
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