Una
respuesta a esta pregunta fundamental es un pre-requisito para contestar las
otras grandes preguntas de la vida: ¿De dónde venimos? ¿Por qué estamos aquí?
¿Cumplimos un propósito? ¿Tenemos un valor intrínseco? ¿Qué sucede después de
morir?
Como seres
humanos, la pregunta “¿existe Dios?” ha estado en muchos de nosotros en alguna
etapa de nuestra vida y ahí es cuando los creyentes tenemos la responsabilidad
moral y espiritual de responder a todo aquel que demande razón de nuestra fe (1
Ped. 3:15).
Hay personas
ateas (que no creen en Dios) o agnósticas (que no creen que sea posible saber
si Dios existe) que piden a los creyentes que presenten pruebas científicas de
la existencia de Dios. Estas personas no quieren argumentos religiosos, morales
o filosóficos sino pruebas científicas; no obstante, ellos mismos no tienen la
capacidad de presentar pruebas de la no existencia de Dios.
Si existe un
Dios, o no existe un Dios, depende de nuestra habilidad de desmentir a Dios. El
peso de la prueba descansa sobre el ateísmo para validar esta posición. En la
actualidad, la alternativa común de la Creación Especial a través de un Creador
Personal es el Modelo de los Orígenes del Big Bang. Esta es la teoría aceptada
hoy en día pero resulta incoherente cómo fue aceptada esta teoría, ya que viola
la Ley de Causa y Efecto. Adicionalmente, ya que el movimiento retrógrado es
observado en todo el universo, hasta en nuestro propio sistema solar, el Big
Bang viola la Ley de la Conservación del Momento Angular (posteriormente se
ampliarán estos puntos). Más allá de estas violaciones de las leyes naturales,
el Big Bang no es capaz de explicar los "vacíos" y las
"agrupaciones" irregulares por todo el universo. Además, la pregunta
permanece: "¿De dónde vino el Big Bang?" Esta pregunta permanece sin
respuesta, hasta en las mentes de los ateos. Unos cuantos ateos plantean como
hipótesis que el universo es eterno, y que solo parece que hubiera tenido un
principio. Esto contradice unas cuantas evidencias empíricas y observaciones,
así como también viola las leyes naturales.
"¿Existe
un Dios?" no es una pregunta difícil. La pregunta que parece más
desconcertante es: "¿Por qué estamos determinados en desechar a
Dios?" Hay que dar crédito a quien se lo merece. Al parecer, si existiera
un Dios, entonces nosotros seríamos sus criaturas, y por lo tanto, tendríamos
que rendirle cuentas. Por supuesto, esto no es aceptable para muchos.
Lamentablemente,
muchos de los que tienen en poco la existencia de Dios y las evidencias
observables en la naturaleza, tienen incidencia en el sistema público escolar y
en los medios de comunicación masivos, por lo cual en estos espacios no se
exponen todas las alternativas para explicar los problemas de la evolución, el
naturalismo y el materialismo. Simplemente se enseña que el Big Bang es un
hecho. El resultado es que no somos educados sino adoctrinados según los
paradigmas que quieren vendernos como “ciencia”. Desafortunadamente, el
resultado final es que se desprecia a Dios y no se establece una moralidad absoluta
que rija la conducta humana sino que hay un relativismo moral desastroso que
cada día promueve todo tipo de antivalores.
En la
sociedad actual, todo, incluyendo los códigos morales y las leyes civiles, son
simplemente relativas. "¡La sobrevivencia del más apto!" es el grito
de guerra. Nadie se detiene a pensar por qué o cómo se desarrolló la moralidad.
La Evolución
es incapaz de explicar el desarrollo del código moral inherente en todos
nosotros. La individualidad y el propósito no tienen ya ningún significado; por
eso, muchos se comportan como animales irracionales que no tienen autocontrol
ni respeto por los demás y siempre buscan su propio bien por encima del bien
del otro.
Entonces,
volviendo a la pregunta ¿existe Dios?, antes de dar respuesta a la persona que
tenga interés en el tema, las preguntas que deberíamos hacerle son: “¿Has
pensado realmente en algunas de las evidencias a favor de la existencia de
Dios? ¿O estás presuponiendo un mundo puramente naturalista, y cerrando tus
ojos a alguna posible evidencia? Si propongo alguna evidencia observable,
¿estás al menos dispuesto a examinarla?”
Si la
respuesta es afirmativa, entonces tendrá sentido hablar sobre lo siguiente:
Es lógico
que cuando se hace la pregunta “¿existe Dios?”, hay realmente solo dos
conclusiones posibles: Dios existe o no existe. No hay punto medio.
En mi
experiencia espiritual/moral/filosófica, él ha sido comprobado; por eso, tengo
muchas razones para creer y podría enumerar miles de ellas, sacadas de las
páginas de mi propia vida, pero eso sería un punto de vista personal ya que son
mis vivencias; así pues, en este estudio me he tomado el tiempo y el trabajo
para presentar información que espero sea del interés de todos y todas.
Veamos a
continuación…
Evidencia observable
No podemos
recrear el nacimiento del universo o la formación de la vida primitiva en un
laboratorio. Por lo tanto, juntamos la evidencia observable en nuestro mundo y
aplicamos nuestras habilidades de investigación para analizar su significado
colectivo. Al final, todos necesitamos juntar y examinar la evidencia por
nosotros mismos. En última instancia, ya sea formulada como investigación
científica o fe puramente espiritual/moral/filosófica, no es un asunto para el
laboratorio. Es una decisión personal de investigación, para cada uno de
nosotros.
Ahora bien,
no se puede probar la existencia de Dios a través de una fórmula matemática o
de propiedades físicas, pero vivimos en una era en que la evidencia es
observable y razonable:
- El
increíble diseño que permea todas las cosas implica un Diseñador.
- Las leyes
naturales (de causa y efecto, termodinámica, gravedad, etc.) implican un Dador
de la Ley.
- Criaturas
personales implican a un Creador Personal.
- Debido a
que todo lo que observamos en el universo tiene un efecto, debe haber existido
una Primera Causa.
Solo mire a
través del telescopio Hubble y eche un vistazo al inmenso cosmos. Vea el
monitor de un microscopio electrónico de barrido y profundice en el intrincado
mundo de una célula microscópica. Trate de comprender la biblioteca masiva de
compleja información contenida en el ADN. Estudie los principios de mecánica
cuántica e investigue el mundo de lo extra-dimensional. Revise la naturaleza de
su conciencia, subconciencia y estándares de moralidad. Luego, trate de
reconciliar todas estas realidades con la teoría de aleatoriedad y caos que se
basa en el azar, la casualidad y la suerte (ésta es la Teoría de la Evolución)
pero pensar en esta probabilidad es absurdo y contrario a toda lógica.
Ahora tengamos
en cuenta más evidencias a favor de un Diseñador…
-
Descubrimientos en astronomía han demostrado más allá de la duda razonable que
el universo tuvo, de hecho, un principio.
- Avances en
la biología molecular han revelado enormes cantidades de información codificada
en todas y cada una de las células vivas, y los biólogos moleculares han
descubierto miles de miles de máquinas exquisitamente diseñadas a un nivel
molecular. La información requiere inteligencia y el diseño requiere un
diseñador.
- Los bioquímicos
y matemáticos han calculado las probabilidades en contra de que la vida haya
surgido naturalmente de la no-vida a través de procesos no inteligentes. Las
probabilidades son astronómicas. De hecho, los científicos no están ni siquiera
seguros de si la vida pudo evolucionar naturalmente a través de procesos no
inteligentes. Si la vida no surgió al azar, ¿cómo surgió?
- El
universo está gobernado por leyes naturales. ¿De dónde vinieron estas leyes
naturales? y ¿qué propósito cumplen?
- Un Dador
de Ley trascendente es la única explicación plausible para un estándar moral
objetivo. Entonces, pregúntese a sí mismo si usted cree en el bien y el mal, y
luego pregúntese por qué. ¿Quién le dio su conciencia? ¿Por qué existe ésta?
- Gente de
todas las razas, credos y culturas, tanto hombres como mujeres, jóvenes y
viejos, cultos e indoctos, afirman haber experimentado vivencias más allá de lo
físico o emocional (en el ámbito de lo metafísico, místico o espiritual-como se
quiera llamar). Entonces, ¿qué se supone que debemos hacer con los relatos
observables de sanación divina, respuestas a la oración, y otros fenómenos
milagrosos? La ignorancia, la sugestión y la imaginación pueden seguramente
haber jugado un papel, pero ¿habrá algo más allá de la mente humana?
- A menos
que podamos demostrar que el mundo es capaz de crearse a sí mismo, Dios es la
respuesta por defecto. A menos que seamos capaces de explicar
satisfactoriamente cómo cada una de las cosas que existen apareció (sin recurrir
a una fuerza sobrenatural) y encontrar una evidencia empírica que apoye nuestra
conclusión, un Creador es la respuesta por defecto.
Todo
espacio, tiempo, materia, energía, leyes naturales, propiedades químicas,
fórmulas matemáticas, información orgánica, consciencia, racionalidad, música,
etc., son el resultado del Consciente de Algo (la Mente del Creador) o
simplemente de sí mismos (un asunto fortuito).
Teísta o
ateo… ambos requieren fe. Yo decido poner mi fe y mi razón en el Dios Creador
de los cielos y la tierra y tengo miles de evidencias que me dan esta certeza.
Si usted no ve ninguna evidencia o no quiere verla, siga leyendo este material
y considere las señales que existen en la misma naturaleza para entender los
atributos de Dios en cada una de sus creaciones.
“Porque la ira de Dios se revela
desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen
con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto,
pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y
deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues
habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias,
sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios” (Rom. 1:18-20).
¿De dónde
vino Dios?
Algunos
dicen: si Dios creó todas las cosas, ¿quién diseñó al diseñador?... en otras
palabras, ¿quién hizo a Dios?
Cuando un
amigo le preguntó a un niño de cinco años: "¿Quién hizo a Dios?" éste
respondió “Dios se hizo a sí mismo”. Por supuesto, el niño no entiende que la
autocreación es imposible e ilógica porque se requiere existir antes de la
creación para poder realizarla. En contraste, la Biblia ha enseñado por siglos
que Dios es eterno y vive en un eterno presente (Sal. 90:1, 2).
Consideremos
este punto de vista lógicamente:
- Si alguna
vez hubo un tiempo en que no existió absolutamente nada, nada podría existir
ahora porque la nada no puede producir nada. Un ejemplo es el número 0, el cual
podría ser multiplicado por cualquier número (grande o pequeño) y siempre el
resultado es 0. La nada no puede producir nada.
- Algo
existe ahora. Por lo tanto, nunca hubo un tiempo en que absolutamente nada
existió, es decir: “siempre hubo un
tiempo cuando algo existió”.
- “¿Qué ha
existido siempre?” Tenemos solo dos opciones: el universo material compuesto de
espacio, tiempo, materia y energía, o un Dios eterno y espiritual, que existe
separadamente del universo material y que es autoexistente y autosuficiente
porque no depende de nada para existir.
- Algo tuvo
que ser eternamente omnipresente (no auto-causado), y el universo mismo no
califica; la única conclusión lógica que nos queda es que un Dios espiritual,
autosuficiente, existe y ha existido eternamente; él es el principio de todo
(por eso es eterno y no creado). Entonces, Dios no puede tener origen o
principio; de lo contrario, no sería Dios todopoderoso e infinito y no tendría
la capacidad para dar origen a nada.
¿Dónde está
Dios?
¿Alguna vez
te has hecho esa pregunta? La mayoría de nosotros hemos pensado en esto en un
determinado momento de la vida. La respuesta tiene que ver más con su presencia
en nuestras vidas, que con la creencia en su existencia. Queremos saber ¿dónde
está Dios cuando sufrimos?, ¿o dónde está Dios cuando pasa algo terriblemente
malo en mi vida? Nuestras conclusiones dependen de aquello en lo que confiamos
como punto de referencia de la verdad.
¿Cree usted
que la Biblia es verdad, y que es lo que afirma ser? Si es así, entonces usted
reconoce que es la Palabra de Dios y es el mejor lugar para comenzar a buscar su
presencia y su voluntad.
¿Dónde está
Dios? Si esta pregunta todavía necesita ser resuelta en su mente, considere la
evidencia a favor de Dios en su creación. Gn. 1:1 dice: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” ¿Lo cree? Mire
la evidencia a su alrededor. El Sal. 19:1, 2 nos dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios; y el firmamento anuncia la obra
de sus manos. Un día emite palabra a otro día; y una noche a otra noche declara
sabiduría”
Entonces,
Dios quiere que sepamos que él existe. ¿Dónde está Dios? Lo vemos en lo que él
ha creado.
¿Cree usted
que Dios quiere que usted lo conozca? La Biblia dice que sí. Él se revela a sí
mismo a nosotros. El Sal. 98:2 dice: “Jehová
ha hecho notoria su salvación; a vista de las naciones ha descubierto su
justicia”
En síntesis,
Dios se nos revela a través de su creación (Rom. 1:20) y mediante su
Palabra (2 Tim. 3:16), pero
especialmente, Dios desea tanto que lo conozcamos que tomó forma humana, en la
persona de Jesucristo. Considere estas palabras de Pablo en Fil. 2:6-8: “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó
el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz”
El apóstol
Juan nos ayuda a entender que Jesús es el mismo Dios que creó el universo,
cuando dice en Jn. 1:1 lo siguiente: “En
el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este
era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él
nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la
luz de los hombres... Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y
vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad”
Podemos ver
la naturaleza y los atributos de Dios en lo que él ha creado; podemos conocerlo
cuando leemos su Palabra; podemos verlo en la persona y carácter de Jesucristo
porque él vino a ayudarnos a entender a Dios, y para asegurarnos que Dios nos
entiende. Jesús declara su existencia y adicionalmente revela la verdad acerca
de Dios.
“A Dios nadie le vio jamás; el
unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Jn. 1:18).
La Biblia
dice que si nos acercamos a Dios, él se acercará a nosotros (Stg. 4:8).
Todo hombre
es pecador y está destituido de la gloria de Dios (Rom. 3:23) pero la Biblia
muestra que él anhela perdonarle y restaurarle. Desde Génesis hasta
Apocalipsis, observamos una imagen consistente con un Dios que continúa
ofreciendo perdón. La Biblia dice que él no desea que nadie se pierda, sino que
todos sean salvos (Jn. 3:16, 17). La razón de enviar a Jesús al mundo es para
que todos podamos ser salvos y libres del pecado y de la condenación. Las
filosofías de los hombres y las religiones nos enseñan que necesitamos ganarnos
el favor de Dios pero la Biblia nos dice que el favor de Dios es un regalo
(Rom. 6:23). Todo lo que él está esperando es que admitamos nuestra necesidad.
Una vez que confesamos nuestros pecados de corazón, tenemos su perdón (1 Jn.
1:9) y comienza en nosotros una nueva vida para seguir las pisadas del Maestro,
en obediencia a las leyes de Dios.
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