martes, 13 de septiembre de 2016

¿Cuál es la Verdad? Parte VII

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Una respuesta a esta pregunta fundamental es un pre-requisito para contestar las otras grandes preguntas de la vida: ¿De dónde venimos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Cumplimos un propósito? ¿Tenemos un valor intrínseco? ¿Qué sucede después de morir?

Como seres humanos, la pregunta “¿existe Dios?” ha estado en muchos de nosotros en alguna etapa de nuestra vida y ahí es cuando los creyentes tenemos la responsabilidad moral y espiritual de responder a todo aquel que demande razón de nuestra fe (1 Ped. 3:15).

Hay personas ateas (que no creen en Dios) o agnósticas (que no creen que sea posible saber si Dios existe) que piden a los creyentes que presenten pruebas científicas de la existencia de Dios. Estas personas no quieren argumentos religiosos, morales o filosóficos sino pruebas científicas; no obstante, ellos mismos no tienen la capacidad de presentar pruebas de la no existencia de Dios.

Si existe un Dios, o no existe un Dios, depende de nuestra habilidad de desmentir a Dios. El peso de la prueba descansa sobre el ateísmo para validar esta posición. En la actualidad, la alternativa común de la Creación Especial a través de un Creador Personal es el Modelo de los Orígenes del Big Bang. Esta es la teoría aceptada hoy en día pero resulta incoherente cómo fue aceptada esta teoría, ya que viola la Ley de Causa y Efecto. Adicionalmente, ya que el movimiento retrógrado es observado en todo el universo, hasta en nuestro propio sistema solar, el Big Bang viola la Ley de la Conservación del Momento Angular (posteriormente se ampliarán estos puntos). Más allá de estas violaciones de las leyes naturales, el Big Bang no es capaz de explicar los "vacíos" y las "agrupaciones" irregulares por todo el universo. Además, la pregunta permanece: "¿De dónde vino el Big Bang?" Esta pregunta permanece sin respuesta, hasta en las mentes de los ateos. Unos cuantos ateos plantean como hipótesis que el universo es eterno, y que solo parece que hubiera tenido un principio. Esto contradice unas cuantas evidencias empíricas y observaciones, así como también viola las leyes naturales.

"¿Existe un Dios?" no es una pregunta difícil. La pregunta que parece más desconcertante es: "¿Por qué estamos determinados en desechar a Dios?" Hay que dar crédito a quien se lo merece. Al parecer, si existiera un Dios, entonces nosotros seríamos sus criaturas, y por lo tanto, tendríamos que rendirle cuentas. Por supuesto, esto no es aceptable para muchos.

Lamentablemente, muchos de los que tienen en poco la existencia de Dios y las evidencias observables en la naturaleza, tienen incidencia en el sistema público escolar y en los medios de comunicación masivos, por lo cual en estos espacios no se exponen todas las alternativas para explicar los problemas de la evolución, el naturalismo y el materialismo. Simplemente se enseña que el Big Bang es un hecho. El resultado es que no somos educados sino adoctrinados según los paradigmas que quieren vendernos como “ciencia”. Desafortunadamente, el resultado final es que se desprecia a Dios y no se establece una moralidad absoluta que rija la conducta humana sino que hay un relativismo moral desastroso que cada día promueve todo tipo de antivalores.

En la sociedad actual, todo, incluyendo los códigos morales y las leyes civiles, son simplemente relativas. "¡La sobrevivencia del más apto!" es el grito de guerra. Nadie se detiene a pensar por qué o cómo se desarrolló la moralidad.

La Evolución es incapaz de explicar el desarrollo del código moral inherente en todos nosotros. La individualidad y el propósito no tienen ya ningún significado; por eso, muchos se comportan como animales irracionales que no tienen autocontrol ni respeto por los demás y siempre buscan su propio bien por encima del bien del otro.

Entonces, volviendo a la pregunta ¿existe Dios?, antes de dar respuesta a la persona que tenga interés en el tema, las preguntas que deberíamos hacerle son: “¿Has pensado realmente en algunas de las evidencias a favor de la existencia de Dios? ¿O estás presuponiendo un mundo puramente naturalista, y cerrando tus ojos a alguna posible evidencia? Si propongo alguna evidencia observable, ¿estás al menos dispuesto a examinarla?”

Si la respuesta es afirmativa, entonces tendrá sentido hablar sobre lo siguiente:

Es lógico que cuando se hace la pregunta “¿existe Dios?”, hay realmente solo dos conclusiones posibles: Dios existe o no existe. No hay punto medio.

En mi experiencia espiritual/moral/filosófica, él ha sido comprobado; por eso, tengo muchas razones para creer y podría enumerar miles de ellas, sacadas de las páginas de mi propia vida, pero eso sería un punto de vista personal ya que son mis vivencias; así pues, en este estudio me he tomado el tiempo y el trabajo para presentar información que espero sea del interés de todos y todas.

Veamos a continuación…

Evidencia observable

No podemos recrear el nacimiento del universo o la formación de la vida primitiva en un laboratorio. Por lo tanto, juntamos la evidencia observable en nuestro mundo y aplicamos nuestras habilidades de investigación para analizar su significado colectivo. Al final, todos necesitamos juntar y examinar la evidencia por nosotros mismos. En última instancia, ya sea formulada como investigación científica o fe puramente espiritual/moral/filosófica, no es un asunto para el laboratorio. Es una decisión personal de investigación, para cada uno de nosotros.

Ahora bien, no se puede probar la existencia de Dios a través de una fórmula matemática o de propiedades físicas, pero vivimos en una era en que la evidencia es observable y razonable:
- El increíble diseño que permea todas las cosas implica un Diseñador.
- Las leyes naturales (de causa y efecto, termodinámica, gravedad, etc.) implican un Dador de la Ley.
- Criaturas personales implican a un Creador Personal.
- Debido a que todo lo que observamos en el universo tiene un efecto, debe haber existido una Primera Causa.

Solo mire a través del telescopio Hubble y eche un vistazo al inmenso cosmos. Vea el monitor de un microscopio electrónico de barrido y profundice en el intrincado mundo de una célula microscópica. Trate de comprender la biblioteca masiva de compleja información contenida en el ADN. Estudie los principios de mecánica cuántica e investigue el mundo de lo extra-dimensional. Revise la naturaleza de su conciencia, subconciencia y estándares de moralidad. Luego, trate de reconciliar todas estas realidades con la teoría de aleatoriedad y caos que se basa en el azar, la casualidad y la suerte (ésta es la Teoría de la Evolución) pero pensar en esta probabilidad es absurdo y contrario a toda lógica.

Ahora tengamos en cuenta más evidencias a favor de un Diseñador…

- Descubrimientos en astronomía han demostrado más allá de la duda razonable que el universo tuvo, de hecho, un principio.
- Avances en la biología molecular han revelado enormes cantidades de información codificada en todas y cada una de las células vivas, y los biólogos moleculares han descubierto miles de miles de máquinas exquisitamente diseñadas a un nivel molecular. La información requiere inteligencia y el diseño requiere un diseñador.
- Los bioquímicos y matemáticos han calculado las probabilidades en contra de que la vida haya surgido naturalmente de la no-vida a través de procesos no inteligentes. Las probabilidades son astronómicas. De hecho, los científicos no están ni siquiera seguros de si la vida pudo evolucionar naturalmente a través de procesos no inteligentes. Si la vida no surgió al azar, ¿cómo surgió?
- El universo está gobernado por leyes naturales. ¿De dónde vinieron estas leyes naturales? y ¿qué propósito cumplen?
- Un Dador de Ley trascendente es la única explicación plausible para un estándar moral objetivo. Entonces, pregúntese a sí mismo si usted cree en el bien y el mal, y luego pregúntese por qué. ¿Quién le dio su conciencia? ¿Por qué existe ésta?
- Gente de todas las razas, credos y culturas, tanto hombres como mujeres, jóvenes y viejos, cultos e indoctos, afirman haber experimentado vivencias más allá de lo físico o emocional (en el ámbito de lo metafísico, místico o espiritual-como se quiera llamar). Entonces, ¿qué se supone que debemos hacer con los relatos observables de sanación divina, respuestas a la oración, y otros fenómenos milagrosos? La ignorancia, la sugestión y la imaginación pueden seguramente haber jugado un papel, pero ¿habrá algo más allá de la mente humana?
- A menos que podamos demostrar que el mundo es capaz de crearse a sí mismo, Dios es la respuesta por defecto. A menos que seamos capaces de explicar satisfactoriamente cómo cada una de las cosas que existen apareció (sin recurrir a una fuerza sobrenatural) y encontrar una evidencia empírica que apoye nuestra conclusión, un Creador es la respuesta por defecto.

Todo espacio, tiempo, materia, energía, leyes naturales, propiedades químicas, fórmulas matemáticas, información orgánica, consciencia, racionalidad, música, etc., son el resultado del Consciente de Algo (la Mente del Creador) o simplemente de sí mismos (un asunto fortuito).

Teísta o ateo… ambos requieren fe. Yo decido poner mi fe y mi razón en el Dios Creador de los cielos y la tierra y tengo miles de evidencias que me dan esta certeza. Si usted no ve ninguna evidencia o no quiere verla, siga leyendo este material y considere las señales que existen en la misma naturaleza para entender los atributos de Dios en cada una de sus creaciones.

“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios” (Rom. 1:18-20).

¿De dónde vino Dios?
Algunos dicen: si Dios creó todas las cosas, ¿quién diseñó al diseñador?... en otras palabras, ¿quién hizo a Dios?

Cuando un amigo le preguntó a un niño de cinco años: "¿Quién hizo a Dios?" éste respondió “Dios se hizo a sí mismo”. Por supuesto, el niño no entiende que la autocreación es imposible e ilógica porque se requiere existir antes de la creación para poder realizarla. En contraste, la Biblia ha enseñado por siglos que Dios es eterno y vive en un eterno presente (Sal. 90:1, 2).

Consideremos este punto de vista lógicamente:

- Si alguna vez hubo un tiempo en que no existió absolutamente nada, nada podría existir ahora porque la nada no puede producir nada. Un ejemplo es el número 0, el cual podría ser multiplicado por cualquier número (grande o pequeño) y siempre el resultado es 0. La nada no puede producir nada.
- Algo existe ahora. Por lo tanto, nunca hubo un tiempo en que absolutamente nada existió,  es decir: “siempre hubo un tiempo cuando algo existió”.
- “¿Qué ha existido siempre?” Tenemos solo dos opciones: el universo material compuesto de espacio, tiempo, materia y energía, o un Dios eterno y espiritual, que existe separadamente del universo material y que es autoexistente y autosuficiente porque no depende de nada para existir.
- Algo tuvo que ser eternamente omnipresente (no auto-causado), y el universo mismo no califica; la única conclusión lógica que nos queda es que un Dios espiritual, autosuficiente, existe y ha existido eternamente; él es el principio de todo (por eso es eterno y no creado). Entonces, Dios no puede tener origen o principio; de lo contrario, no sería Dios todopoderoso e infinito y no tendría la capacidad para dar origen a nada.

¿Dónde está Dios?
¿Alguna vez te has hecho esa pregunta? La mayoría de nosotros hemos pensado en esto en un determinado momento de la vida. La respuesta tiene que ver más con su presencia en nuestras vidas, que con la creencia en su existencia. Queremos saber ¿dónde está Dios cuando sufrimos?, ¿o dónde está Dios cuando pasa algo terriblemente malo en mi vida? Nuestras conclusiones dependen de aquello en lo que confiamos como punto de referencia de la verdad.

¿Cree usted que la Biblia es verdad, y que es lo que afirma ser? Si es así, entonces usted reconoce que es la Palabra de Dios y es el mejor lugar para comenzar a buscar su presencia y su voluntad.

¿Dónde está Dios? Si esta pregunta todavía necesita ser resuelta en su mente, considere la evidencia a favor de Dios en su creación. Gn. 1:1 dice: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” ¿Lo cree? Mire la evidencia a su alrededor. El Sal. 19:1, 2 nos dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios; y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día; y una noche a otra noche declara sabiduría”

Entonces, Dios quiere que sepamos que él existe. ¿Dónde está Dios? Lo vemos en lo que él ha creado.

¿Cree usted que Dios quiere que usted lo conozca? La Biblia dice que sí. Él se revela a sí mismo a nosotros. El Sal. 98:2 dice: “Jehová ha hecho notoria su salvación; a vista de las naciones ha descubierto su justicia”

En síntesis, Dios se nos revela a través de su creación (Rom. 1:20) y mediante su Palabra  (2 Tim. 3:16), pero especialmente, Dios desea tanto que lo conozcamos que tomó forma humana, en la persona de Jesucristo. Considere estas palabras de Pablo en Fil. 2:6-8: “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”

El apóstol Juan nos ayuda a entender que Jesús es el mismo Dios que creó el universo, cuando dice en Jn. 1:1 lo siguiente: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres... Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”

Podemos ver la naturaleza y los atributos de Dios en lo que él ha creado; podemos conocerlo cuando leemos su Palabra; podemos verlo en la persona y carácter de Jesucristo porque él vino a ayudarnos a entender a Dios, y para asegurarnos que Dios nos entiende. Jesús declara su existencia y adicionalmente revela la verdad acerca de Dios.

“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Jn. 1:18).

La Biblia dice que si nos acercamos a Dios, él se acercará a nosotros (Stg. 4:8).

Todo hombre es pecador y está destituido de la gloria de Dios (Rom. 3:23) pero la Biblia muestra que él anhela perdonarle y restaurarle. Desde Génesis hasta Apocalipsis, observamos una imagen consistente con un Dios que continúa ofreciendo perdón. La Biblia dice que él no desea que nadie se pierda, sino que todos sean salvos (Jn. 3:16, 17). La razón de enviar a Jesús al mundo es para que todos podamos ser salvos y libres del pecado y de la condenación. Las filosofías de los hombres y las religiones nos enseñan que necesitamos ganarnos el favor de Dios pero la Biblia nos dice que el favor de Dios es un regalo (Rom. 6:23). Todo lo que él está esperando es que admitamos nuestra necesidad. Una vez que confesamos nuestros pecados de corazón, tenemos su perdón (1 Jn. 1:9) y comienza en nosotros una nueva vida para seguir las pisadas del Maestro, en obediencia a las leyes de Dios.

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