Aunque el diseño original (la
cosmovisión que reconoce a un Creador) ha sido el modelo principal durante
muchos siglos, han surgido diversas teorías que intentan explicar el origen y
la naturaleza del universo a partir de un proceso evolutivo. A continuación,
consideremos más a fondo este punto…
El "evolucionismo" tiene
dos tipos de “creyentes”: existen evolucionistas teístas y existen
evolucionistas ateos; sin embargo, la premisa básica detrás de la visión del
mundo evolucionista es atea. Los evolucionistas teístas buscan alguna relación
entre dos visiones del mundo bien diferenciadas: Creacionismo y Evolucionismo.
El evolucionismo, es en su forma más
simple, la idea de que el universo es el resultado de accidentes cósmicos.
Según esta concepción, la vida surgió espontáneamente a través de procesos
químicos al azar, y todas las formas vivientes están relacionadas y comparten
un ancestro común. Uno de los mayores precursores de esta concepción fue
Darwin.
a. Charles Darwin
Darwin (1809-1882) nació en Shrewsbury, Inglaterra. Fue el quinto de los seis hijos nacidos a Robert Darwin (1766-1848) y Susannah Wedgwood-Darwin (1765-1817). Susannah murió cuando Charles tenía solo ocho años. Charles era el nieto de dos hombres muy prominentes en ese tiempo, Erasmus Darwin (1731-1802) y Josiah Wedgwood (1730-1795). Erasmus, quien murió varios años antes de que Charles naciera, fue un dedicado evolucionista. Los escritos evolucionistas pre-Charles Darwin de Erasmus incluyen Zoonomia, o, las Leyes de la Vida Orgánica (1794-1796, un trabajo de dos volúmenes). Considere este extracto de su poema póstumo Templo de la Naturaleza (1802): "La vida orgánica bajo las olas lejos de las costas, nació y creció en las cavernas perladas del océano; las primeras formas diminutas, no vistas por lentes esféricos, se movían en el lodo, o atravesaban la masa de agua; a medida que florecen las generaciones sucesivas, adquieren nuevas fuerzas y extremidades más largas, donde grupos incontables de vegetación surgen, y mundos que respiran, de aletas, patas y alas…"
Charles Darwin ingresó a la Escuela
Shrewsbury como un estudiante interno en 1822. Egresó tres años después, a la
edad de 16 años, llamado por su padre para que estudiara medicina con su
hermano mayor, Erasmus, en la Universidad de Edimburgo. Repelido por el horror
de la cirugía primitiva del siglo XIX, Darwin dejó la universidad de Edimburgo
en 1827 y se matriculó en el Christ College, de la Universidad de Cambridge,
para convertirse en clero de la Iglesia de Inglaterra. Charles obtuvo su
licenciatura en Teología en 1831. Durante su tiempo como estudiante en
Cambridge, Darwin hizo amistad con el botánico y minerólogo John Stevens
Henslow (1796-1861), uno de sus profesores. Fue Henslow quien recomendó a
Darwin al capitán Robert FitzRoy (1805-1865) del HMS Beagle, quien necesitaba
un naturalista. En agosto de 1831, Darwin recibió una invitación para servir
como naturalista a bordo del Beagle. Darwin aceptó y zarpó en un viaje de cinco
años (1831-1836).
Fue la investigación que Charles Darwin
hizo abordo del HMS Beagle lo que formó las bases de su trabajo clásico: el
Origen de las Especies, publicado en 1859. Su viaje lo llevó a las costas de
Suramérica, donde se piensa que contrajo el Mal de Chagas. Darwin sufrió de
enfermedades intestinales y fatiga crónica hasta su muerte en 1882. Antes de
que Darwin zarpara, Henslow recomendó que llevara los Principios de Geología
(1830-1833, un trabajo de tres volúmenes) de Sir Charles Lyell (1797-1875).
Darwin se llevó este primer volumen en su viaje y mientras navegaba le enviaron
por correo el segundo. El libro de Lyell hizo dos cosas en la mente de Darwin:
primero, desacreditó el relato de Génesis de la Biblia (el trabajo de Lyell se
oponía diametralmente al relato bíblico); segundo, le dio a Darwin la escala de
tiempo necesaria para acomodar la idea de que toda la vida había evolucionado
gradualmente. Y de esta forma, Darwin, quien comenzó como ministro en la
Iglesia de Inglaterra, terminó como uno de sus oponentes más influyentes. Este
libro, con su escala de tiempo geológico, fue un factor decisivo en estos
sucesos.
En su viaje de cinco años a las
costas de Suramérica observó varias especies de animales. Un grupo de criaturas
en particular, los pinzones Galápagos, llamó la atención de Darwin. Estudió los
pájaros, coleccionó ejemplares, y observó que tenían picos de variadas formas y
tamaños. Estas observaciones inspiraron el desarrollo inicial de la
"Teoría de los Orígenes" de Darwin.
Charles Darwin regresó a Inglaterra
en 1836. En 1839, fue elegido Miembro de la Sociedad Real. En 1842, Darwin
comenzó a hacer el borrador de su Origen de las Especies. El trabajo de Darwin
fue grandemente influenciado por los Principios de Geología de Sir Charles
Lyell, y Un Ensayo sobre el Principio de la Población de Thomas Malthus (1798).
El Origen de las Especies fue finalmente publicado en 1859. Este es el título
abreviado más común del trabajo clásico de Darwin porque el original en español
es “Sobre el Origen de las Especies por Medio de la Selección Natural, o la
Preservación de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida”.
Aunque la teoría de la evolución de
Darwin es un paradigma relativamente joven, la visión del mundo evolucionista
en sí es más vieja. Antiguos filósofos griegos (tales como Anaximander, 610-547
a.C.) postularon el desarrollo de la vida a partir de la no-vida y el descenso
evolucionista del hombre a partir de animales. Darwin no inventó la visión del
mundo evolucionista. Él simplemente aportó algo nuevo a la vieja filosofía: un
mecanismo estimable llamado "selección natural". En su Origen de las
Especies, Darwin propuso la selección natural como el mecanismo por el cual
toda la vida pudo haber descendido de un ancestro común; en otras palabras, a
través de la selección natural un organismo original unicelular pudo haber
evolucionado gradualmente, dando lugar a todas las especies que observamos hoy,
tanto en plantas como en animales. Fue una hipótesis convincente para su
tiempo. Sin embargo, 100 años después, los científicos se dieron cuenta de que
la teoría básica de Darwin necesitaba trabajo. La Selección Natural es un
proceso conservador, no un medio para desarrollar complejidad a partir de
simplicidad. A medida que los científicos comenzaron a entender la naturaleza
de la genética, fueron forzados a actualizar la teoría original de Darwin.
Propusieron que la Selección Natural, en conjunto con la mutación genética,
permitía el desarrollo de todas las especies a partir de un ancestro común.
Aunque verdaderas mutaciones beneficiales no han sido nunca observadas (los
científicos solo observan mutaciones dañinas "descendentes"); ésta es
la conjetura general de hoy en día en lo referente al cambio en la evolución.
La teoría de la evolución de Darwin
es la idea ampliamente sostenida de que la vida está relacionada y que ha
descendido de un ancestro común. Los pájaros y las bananas, los peces y las
flores, todos están relacionados. La teoría general de Darwin supone el
desarrollo de la vida a partir de la no-vida y representa un "descenso con
modificación" puramente naturalista (no dirigido por una fuerza superior o
un Dios). Es decir, criaturas complejas evolucionaron de ancestros más simples
naturalmente, con el paso del tiempo. En resumen, a medida que ocurren
mutaciones genéticas al azar dentro del código genético de un organismo, las
mutaciones beneficiales son preservadas porque ellas ayudan a la sobrevivencia
un proceso conocido como "selección natural". Estas mutaciones
beneficiales son pasadas a la siguiente generación. Con el tiempo, las mutaciones
beneficiales se acumulan y el resultado es un organismo completamente diferente
(no solo una variación del original, sino una criatura completamente
diferente).
Entonces, según Darwin, la selección
natural actúa para preservar y acumular ventajosas mutaciones genéticas
menores. Suponga que un miembro de una especie desarrolló una ventaja funcional
(le crecieron alas y aprendió a volar). Su cría heredaría esa ventaja y la
pasaría a sus crías. Los miembros inferiores (desfavorecidos) de la misma especie
morirán gradualmente, dejando solo a los miembros superiores (favorecidos) de
las especies. La selección natural es la preservación de una ventaja funcional
que permite a la especie competir mejor en su hábitat. La selección natural es
el equivalente naturalista a la cría doméstica. A través de los siglos, los
criadores humanos han producido cambios dramáticos en poblaciones animales
domésticas al seleccionar individuos para la cría y han sido capaces de
acentuar características deseables (dado que la característica esté ya presente
en el código genético de la criatura) y hasta suprimir gradualmente
características indeseables con el tiempo. La diferencia entre la cría
doméstica y la selección natural es ésta: en lugar de que criadores humanos
hagan la selección, la naturaleza misma es el selector.
Darwin hizo una observación aguda,
pero sacó una mala conclusión. Él pensó: ya que la selección natural puede, y
produce pequeñas variaciones dentro de poblaciones animales, debería, por lo
tanto, ser capaz de explicar toda la variedad que observamos en la biología;
por tanto, toda la vida debe, de alguna manera, estar relacionada, habiendo
todo evolucionado finalmente de alguna suerte de ancestro común.
"Es un hecho verdaderamente
maravilloso - maravilla que somos dados a pasar por alto debido a la
familiaridad - que todos los animales y todas las plantas de todos los tiempos
y espacio estén emparentados entre sí" (Charles Darwin: On the Origin of
Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in
the Struggle for Life, 1859, pág. 109).
Los darwinistas han llegado hasta
sugerir que este ancestro común, de alguna manera evolucionó de la materia no
viva (la cual ellos suponen sería algún tipo de composición a manera de una
sopa). Bien, toda esta idea de los pájaros y las bananas, los peces y las
flores, estando todos emparentados, y de la vida evolucionando de la no vida,
puede haber parecido remotamente creíble allá en 1800. La biología moderna
todavía estaba en su infancia, y todavía se pensaba que la célula viva no era
más que una simple gota de protoplasma. Gregor Mendell (1822-1884) apenas había
empezado a explorar los principios de la herencia, y no fue sino hasta finales
de los años 1850, que Luis Pasteur (1822-1895) intentó refutar la falacia de la
abiogénesis (la cual plantea que la vida proviene de la no vida). Pero gracias
a los fundamentos puestos por estos grandes hombres de ciencia (los cuales se
opusieron a la evolución darwiniana) y a la luz de los tremendos avances que
hemos hecho en la biología molecular, la bioquímica, y la genética,
especialmente en los pasados 50 años, las fallas de la teoría de Darwin se
destacan claramente. Por ejemplo, hemos establecido que existen barreras
genéticas. ¡Los cerdos nunca volarán! Sí, existen grados de variaciones:
diferentes tonalidades de la piel, rasgos faciales, colores de ojos, tipos de
cabello, etc. Usted podría tener un perro grande, o un perro pequeño, un perro
con pelo largo, o uno con pelo corto, pero ninguna clase de perro producirá
jamás un no-perro. Los pájaros y las bananas no son primos lejanos. En lo
referente a la vida surgiendo de la no-vida (abiogénesis), los mecanismos son
bastante conocidos y el resultado final es éste: ciertas restricciones químicas
hacen de la abiogénesis un evento imposible y esto ya se ha explicado
detalladamente en capítulos anteriores.
La teoría de la evolución de Darwin
es un lento proceso gradual. Darwin escribió: "La selección natural solo
actúa tomando ventaja de pequeñas variaciones sucesivas; ella nunca da un salto
repentino, sino que debe avanzar con pasos cortos y seguros, aunque lentos
(Charles Darwin: "On the Origin of Species by Means of Natural Selection,
or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life, 1859, pág.
162).
De esta manera, Darwin reconoce que:
“Si se pudiera demostrar la existencia de cualquier órgano complejo, el cual no
pudo haber sido formado por numerosas y pequeñas modificaciones sucesivas, mi
teoría se desbarataría completamente” (Charles Darwin: "On the Origin of
Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in
the Struggle for Life, 1859, pág. 158). Tal órgano complejo sería conocido como
un "sistema irreduciblemente complejo". Un sistema de complejidad
irreducible es aquel que está compuesto de múltiples partes, todas las cuales
son necesarias para el funcionamiento del sistema. Si tan solo faltara una
parte, el sistema entero dejaría de funcionar. Cada parte es integral (Michael
Behe, "Darwin's Black Box", 1996). Por esto, tal sistema no pudo
haber evolucionado lentamente, parte por parte. Una trampa común de ratones es
un ejemplo no-biológico ordinario de complejidad irreducible. Está compuesta de
cinco partes básicas: un gancho (para sostener la carnada), un poderoso
resorte, una varilla delgada llamada "el martillo", una barra de
seguridad para mantener al martillo en su sitio, y una plataforma para armar la
trampa. Si faltara cualquiera de esas partes, el mecanismo no funcionará. Cada
parte es integral. La trampa de ratones es irreduciblemente compleja
("Unlocking the Mystery of Life," documental de Illustra Media,
2002).
Debemos reiterar que la Teoría de la
Evolución de Darwin es una teoría en crisis a la luz de los tremendos avances
que hemos hecho en biología molecular, bioquímica, y genética en los pasados
cincuenta años (los cuales no existían ni en el pensamiento de Darwin). Ahora
sabemos que existen de hecho decenas de miles de sistemas irreduciblemente
complejos a nivel celular. La complejidad especificada permea al mundo
biológico microscópico. El biólogo molecular Michael Denton, escribió: "Aunque
las más minúsculas células bacterianas son increíblemente pequeñas, pesando
menos de 10-12 gramos, cada una es de hecho, una auténtica fábrica
micro-miniaturizada, conteniendo miles de piezas exquisitamente diseñadas de
intrincada maquinaria molecular, constituida en su totalidad por cien mil
millones de átomos, mucho más complicada que ningún mecanismo construido por el
hombre y absolutamente sin paralelo en el mundo inanimado" (Michael
Denton, "Evolution: A Theory in Crisis," 1986. pág. 250).
Nosotros no necesitamos un
microscopio para observar la complejidad irreducible… el ojo, el oído y el
corazón son ejemplos de complejidad irreducible, aunque ellos no eran
reconocidos como tales en los días de Darwin. No obstante, Darwin confesó:
“Suponer que el ojo, con todas sus artimañas inimitables para ajustar el
enfoque para diferentes distancias, para permitir diferentes cantidades de luz,
y para la corrección de la aberración esférica y cromática, podría haberse
formado por selección natural, parece, confieso abiertamente, absurdo en el más
alto grado posible” (Charles Darwin: "On the Origin of Species by Means of
Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for
Life, 1859, pág. 155).
Día de Darwin
El 12 de febrero señala el Día de
Darwin, el día en que los humanistas alrededor del mundo celebran el
aniversario del nacimiento de Charles Darwin, el pionero de la forma moderna de
la teoría de la evolución por medio de la selección natural, en 1809, en
Shrewsbury.
Los antiguos griegos creían en una
forma de evolución, e incluso el abuelo de Darwin había formulado su propia
opinión de la evolución naturalista; ahora bien, aunque la evolución no fue su
idea original, Darwin es ampliamente considerado como el popularizador clave de
la evolución "de moléculas al hombre". El 22 de noviembre señala el
aniversario de la publicación de su libro El Origen de las Especies, en 1859.
Varios eventos son realizados en el
Día de Darwin alrededor del mundo. Han incluido cenas con recetas especiales de
la sopa primordial, protestas con pizarras de escuela, talleres, y distribución
de literatura por personas disfrazadas de monos. La ciudad natal de Darwin,
Shrewsbury, empezó un "Festival de Darwin" en el 2003 que ahora dura
todo el mes de febrero.
Un examen del sitio web del
"Día de Darwin" revela que las personas detrás de la celebración
internacional están mucho más interesadas en promover una cosmovisión
naturalista que en que sea un modelo científicamente posible de orígenes.
Aunque los humanistas afirman que
"la celebración misma… no promueve la religión ni la no-religión, y
especialmente no la anti-religión", el día es utilizado para destacar la
contribución de Darwin a la ciencia y para promover la ciencia en general, pero
evaluemos un par de puntos que son algo reveladores:
- No existe un día de Einstein, ni
un día de Newton, ni un Día de Copérnico, ni un Día de Galileo. Todos estos
hombres fueron científicos brillantes, cuya contribución a nuestra comprensión
de la realidad es inapreciable, pero, si el Día de Darwin tiene que ver con
promover la ciencia, a diferencia de un dogma o ideología materialista, ¿por
qué es el único científico para el que se tiene una conmemoración anual?
- Además, los patrocinadores del
movimiento incluyen organizaciones humanísticas seculares tales como la
Sociedad Escéptica y la Fundación para la Independencia de la Religión.
La predicción importante que hace la
teoría de Darwin es que los organismos se harán más complejos mediante una
modificación incrementada. Esto debería ser discernible en el registro fósil,
pero Darwin admitió en el momento que no mostraba los intermedios que requería
su teoría. Además, muchos de sus contemporáneos indicaron que el patrón general
y consistente del registro fósil es que nuevos grupos de animales aparecen
bruscamente. Esto ha sido confirmado por los numerosos fósiles desenterrados
desde entonces.
Darwin también reconoció que su
teoría implicaba, no solo el desarrollo gradual de organismos, sino también de
sus órganos. Como ya se mencionó, en el capítulo 6 de su libro El Origen de las
Especies, él proporcionó esta prueba de su teoría, como una base sobre la cual
podría ser refutada: “Si se pudiera demostrar la existencia de cualquier órgano
complejo, el cual no pudo haber sido formado por numerosas y pequeñas
modificaciones sucesivas, mi teoría se desbarataría completamente”.
En vista del conocimiento del siglo
XXI de biología celular y molecular, resulta que cada órgano falla la prueba de
Darwin, porque cada órgano depende de estructuras biológicas complejas para
funcionar. Hasta las macromoléculas biológicas son, en sí mismas, de una
complejidad que no puede surgir progresivamentemente. Por ende, el fracaso
central del darwinismo es que no puede explicar la complejidad irreducible de
la biología molecular. Esto se muestra, no solo en el nivel molecular, sino
también en el origen de la vida, de células eucariotas, del sexo, y la
aparición brusca de nuevas formas en el registro fósil (todo lo cual va en
contra del paradigma general darwiniano).
Entonces, ¿por qué la teoría de
Darwin es sostenida ampliamente hoy en la comunidad científica? En gran parte,
tiene que ver con el hecho de que la teoría sí explica ciertos datos; y
ciertamente, algunos hechos, en particular aquellos relativos a la operación de
la selección natural a nivel morfológico (muy probablemente es la explicación
correcta). Sin embargo, los científicos aferrados a un paradigma están
inclinados a otorgarle demasiado peso a lo que una teoría explica, viendo
erróneamente esto como una vindicación, mientras que no le otorgan suficiente
peso a los hechos que van en contra de la tesis general. Pero la prueba de una
teoría científica no son aquellas observaciones que la apoyan, sino la
importancia que debe ser adjudicada a aquellas que la contradicen. Después de
todo, una queja común de los defensores de la evolución es que el DISEÑO
INTELIGENTE no es científico, porque no es refutable, mientras que la teoría de
la evolución lo es. La ironía es que los mismos partidarios del darwinismo a
menudo no están dispuestos a someter la teoría de la evolución a pruebas
científicas apropiadas y arriesgar la refutación de la teoría. Sabemos hoy que
hay múltiples hechos críticos que golpean duramente la cosmovisión darwiniana.
Estos no son simples problemas triviales o anomalías que probablemente serán
resueltas, sino asuntos fundamentales que parecen carecer de posibilidades de
solución.
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