jueves, 10 de noviembre de 2016

¿Cuál es la Verdad? Parte XXIII

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Dr. Jeffrey Long
Long es Médico Oncólogo Radioterapeuta de Houma, en Lousiana y cree tener evidencia concreta respecto a las ECM; para él la respuesta a esta interrogante se torna cada vez más clara. El Dr. Long, con base en sus investigaciones y en las de muchos otros, se ha convencido de que el fenómeno de las Experiencias Cercanas a la Muerte (NDE, Near Death Experiences en inglés) muestra la realidad de una Vida posterior a la Muerte.

Por más de 10 años el doctor Long ha estudiado prospectivamente más de 1300 ECM y creó la Fundación de Investigación de las Experiencias Cercanas a la Muerte (NDERF, por sus siglas en inglés), la que posee la base de datos más grande del mundo con este tipo de experiencias. El reciente libro del Dr. Long “Evidencias del más allá - Pruebas de la vida después de la muerte” (Evidence of the Afterlife), coescrito con Paul Perry, se convirtió rápidamente en best-seller del New York Times; el mismo libro ha sido llamado “el estudio más extenso jamás realizado que presenta pruebas de la vida después de la muerte”. En general, las ECM se definen como experiencias trascendentales vividas por individuos que están muriendo o que llegan a estar clínicamente muertos. Experiencias comunes relatadas al Dr. Long y a otros investigadores, corresponden a sentimientos de profunda paz, la sensación de abandonar el propio cuerpo, el ir a través de un túnel oscuro hacia una luz brillante, una rápida y profunda revisión de lo que fue la propia vida y el encuentro con otros seres o familiares. Algunos pueden relatar claramente el procedimiento de su resucitación, recordar con detalles las conversaciones de médicos y personal de la sala e incluso referir de perfecta manera qué conversaban o hacían personas en otros lugares que están lejos del rango de audición normal.

El Dr. Long dice que las ECM proveen evidencia científica poderosa que hace razonable el aceptar la existencia de una Vida después de la Vida. El cita específicamente 9 líneas de evidencia que ha obtenido con sus investigaciones y son las siguientes:
1. Conciencia clara. El nivel de conciencia y de alerta experimentado durante estos episodios es mucho mayor que en la vida diaria, incluso cuando estas experiencias ocurren si el individuo está físicamente inconsciente o clínicamente muerto. Todos los elementos de las ECM siguen generalmente un orden lógico y consistente en todas las culturas y grupos etarios.
2. Experiencias fuera del cuerpo realísticas. Este es uno de los elementos más comunes en este fenómeno, y casi siempre lo que se ve u oye es real. Incluso cuando lo observado u oído ocurre lejos del cuerpo, suele ser confirmado como algo completamente real.
3. Potenciación de los sentidos. Esto es reportado por la mayor parte de quienes experimentan este fenómeno, y se ha reportado visión normal o incluso más allá de lo normal en personas con problemas de visión o completamente ciegas de nacimiento.
4. Conciencia durante la anestesia. Muchas de estas experiencias ocurren durante el efecto de la anestesia, cuando la persona está inconsciente. Hay quienes postulan que esto sería efecto de usar poca anestesia, pero la realidad es que también ocurre en pacientes que reciben altas dosis de anestesia.
5. Playback perfecto. Durante las ECM ocurre una revisión de la propia vida, la cual es muy completa e incluye acontecimientos olvidados hace mucho o hechos que ocurrieron antes de que el individuo tuviera edad suficiente para recordarlos claramente.
6. Reuniones familiares. En estas experiencias las personas que se ven están muertas también y usualmente son familiares; a veces son familiares que el individuo no alcanzó a conocer ni a ver jamás porque fallecieron mucho antes.
7. Experiencias en niños. Los relatos de niños, muchos de los cuales aún no desarrollan conceptos religiosos o de muerte, son esencialmente idénticos a los de los adultos.
8. Consistencia mundial. Los relatos de ECM trascienden las fronteras, las culturas y las religiones aunque todos tienen grandes similitudes.
9. Efectos posteriores. Estas experiencias suelen cambiar la vida de quienes las viven; los cambios son profundos, poderosos, duraderos, mejoran la vida y tienen un patrón consistente.

La uniformidad de los relatos de las ECM en los contextos más disímiles es una de las principales cartas que emplean quienes creen en la realidad tangible de estas experiencias. Las ECM son un fenómeno muy antiguo, pero su investigación es reciente: la expresión "experiencia cercana a la muerte" (Near Death Experience, en inglés) fue acuñada por el psiquiatra Raymond Moody, en su best-seller de 1975, “La vida después de la vida”. Contrariamente a lo que podría pensarse, sus defensores no se limitan a creyentes religiosos y acólitos de cultos modernos. El sitio de Internet que compila la mayor base de datos del mundo de ECM, nderf.org, es dirigido por el mismo Jeffrey Long, y compila casi 4.000 casos. Consultado sobre su postura sobre el fenómeno, Long afirma de manera tajante que "no hay una explicación posible de las ECM por parte de la neurología o la psiquiatría".

La historia más impactante que conoció Jeffrey Long es la de una mujer estadounidense, Vicki Umipeg, que nació ciega y tuvo una ECM con visión, durante la cual se vio a sí misma y al entorno hospitalario en que se encontraba, como consecuencia de un accidente de autos. "Esto es inexplicable desde la medicina -afirma Long-. Para mí, las ECM son prueba concluyente de que la conciencia puede existir fuera del cuerpo físico". Long dio a conocer el resultado de sus investigaciones en 2010 con su best-seller “Evidencias del Más Allá”.

Videos del Dr. Jeffrey Long:
https://www.youtube.com/watch?v=um9GjWkM5kw 
https://www.youtube.com/watch?v=Fxbkkj_JYlU 
https://www.youtube.com/watch?v=_3p3YN3WOEo 
https://www.youtube.com/watch?v=AZyx0BAU5uo 
https://www.youtube.com/watch?v=KgR2C9cT0A8 
https://www.youtube.com/watch?v=mURWaHmHDJE

Dr. Lloyd Rudy
Fue un médico y cirujano cardiovascular  nacido en Washington, Estados Unidos; falleció en el año 2012. Lloyd pudo verificar una experiencia cercana a la muerte, vivida por uno de sus pacientes, junto a su equipo y personal médico mientras realizaba una resección de la válvula cardíaca de emergencia. Después de fracasar en sus esfuerzos por conseguir que el paciente viviera, utilizando una máquina corazón-pulmón, la declararon muerta. Después de esto, los médicos se quitaron su indumentaria y procedieron a limpiarse, mientras un médico cerró el pecho del paciente, que aún tenía un par de cables monitores, que por lo apresurado de la situación no retiró, dejando el cadáver a la espera de su respectiva autopsia legal; también el monitor cardíaco continuó imprimiendo el papel y arrojándolo en el suelo, pues nadie se había tomado la molestia de apagarlo. El Dr. Lloyd dijo: “El cirujano asistente y yo fuimos a quitarnos nuestra indumentaria médica y las máscaras; ya estábamos con nuestros pantalones cortos y nos pusimos a discutir si había cualquier cosa que podríamos haber hecho, para haber logrado el éxito con la operación; estábamos de pie cerca del fallecido; habían pasado por lo menos veinte minutos desde que no se había registrado ningún latido del corazón, ni presión arterial y de repente, miramos hacia el monitor cardíaco; el médico acababa de terminar su informe, y empezamos a ver alguna actividad eléctrica en el corazón, y muy pronto la actividad eléctrica se convirtió en latidos. Al principio pensamos que eran solo latidos del corazón sin vida, pero luego hubo una lectura de la presión arterial y  empecé a gritar: traigan al anestesiólogo y que las enfermeras y los médicos vuelvan aquí El hombre estaba vivo. Su ritmo cardíaco y la presión arterial continuaron estabilizándose. Él se recuperó y no tenía ningún déficit neurológico. Luego de diez días, todos nos fuimos a visitarlo y hablamos con él sobre lo que experimentó. Lo que me asombró fue que él describió la sala de operaciones, dijo que flotaba alrededor y dijo: lo vi a usted y al doctor Catanio de pie en la puerta con los brazos cruzados y usted no sabía dónde estaba el anestesiólogo, pero lo vi venir corriendo y vi todos estos post-it pegados [utilizados para mensajes de las enfermeras]. Lo sorprendente es que los post-it fueron pegados mientras que el paciente era atendido por nosotros, ya que eran los registros de las llamadas que se realizaron durante la operación, por lo cual es imposible que los hubiese visto antes de que la misma ocurriera. En resumen, el paciente muerto describe lo que todos habíamos estado haciendo (incluyendo una discusión fuera de la habitación). No hay manera alguna en que el paciente haya podido explicar todo lo sucedido, incluso cosas que él no sabía. Él estaba clínicamente muerto… me refiero a que no se despertó en la sala de operaciones ni logró ver todo lo que ocurrió. Entonces, ¿qué nos dice todo esto?”

Fuentes: 
http://www.spiritdaily.net/hospitalndes.htm 
http://aaoshconnect.org/issue/april-2012/article/in-memoriam-dr-lloyd-rudy-md

Video del Dr. Lloyd Rudy narrando al ECM (en inglés):
https://www.youtube.com/watch?v=JL1oDuvQR08

Dr. Jean-Jacques Charbonier
Charbonier nació en Francia, es médico anestesista reanimador, conocido por los testimonios que ha recogido y que avalan la hipótesis de la vida después de la muerte. Es autor de varias obras, entre ellas, 7 buenas razones para creer en el más allá (Les 7 bonnes raisons de croire à l‘au-delà [título original en francés]). Es miembro del Centro de Estudios de Experiencias de Muerte Inminente (C.E.E.M.I) y trabaja con esta asociación.

Cansado de los argumentos de los escépticos y de los materialistas (tan previsibles en la ingenuidad de su ignorancia, en contra de la creencia en la vida después de la muerte), el Dr. Jean-Jacques Charbonier, ha escrito este libro para refutar uno a uno todos los argumentos de los escépticos.

El Dr. Jean-Jacques Charbonier ha dedicado 25 años a su profesión y ha podido recopilar centenares de testimonios de ECM. Estas experiencias siguen habitualmente una secuencia similar y que básicamente son:
- Sensación de salida del cuerpo (se ve el propio cuerpo y lo que ocurre desde una perspectiva externa, normalmente situada a más altura).
- Imposibilidad de comunicar por vía oral con las otras personas.
- Ningún deseo de volver al cuerpo (que incluso llega a sentirse como algo ajeno, a pesar de reconocerlo).
- Visión de un túnel, con una luz al final identificada como una fuente de amor.
- Visión de la vida a toda velocidad, pero con todo lujo de detalle.
- Sentimiento del bien y del mal realizado a otras personas.
- Encuentro con un ser o seres de luz, de una bondad infinita.
- Recibimiento por parte de familiares y amigos ya fallecidos, que le dicen que debe volver a su cuerpo.
- Vuelta al cuerpo, tristeza por abandonar el estado anterior.
- Cambios importantes en la vida, una vez pasada esta experiencia.

Esta secuencia no es fija, ni todo el mundo experimenta todos los pasos, pero es una síntesis bastante completa del conjunto de estas experiencias. Hay que remarcar que es independiente de la cultura, filosofía y país o religión de quien la sufre. Igualmente, ni la edad, el sexo, el nivel social o las creencias han mostrado una menor o mayor predisposición a experimentarlas. Sin embargo, cada persona según su cultura contará la experiencia personalizada pero resulta claro que todos cuentan la misma historia. Hay un punto en que todos están totalmente de acuerdo: la vida sigue tras la muerte, y el más allá existe. Nada ni nadie puede hacerles cambiar de opinión. Sin embargo, un porcentaje menor de personas relatan una experiencia negativa, incluso aterradora (a veces se ven rodeados de personas que sufren y gritan). Pero incluso estas personas pierden el miedo a morir y han entendido la experiencia como un aviso de que deben cambiar su comportamiento terrenal y ofrecer su amor a los demás porque parecen haber recibido una valiosa lección.

Los argumentos que la mayoría de los científicos usan para explicar estas experiencias intentan demostrar que los fenómenos no son más que alucinaciones; miremos algunos ejemplos y cómo Charbonier responde.

1. La falta de oxígeno y el exceso de dióxido de carbono producen alucinaciones y puntos luminosos que pueden parecer el final de un túnel. Charbonier responde: la falta de oxígeno (hipoxia) y el exceso de dióxido de carbono (hipercapnia) producen lentitud de pensamiento, irritabilidad, dificultades de concentración y problemas de memoria. Nada que se parezca a las percepciones y la claridad mental de los que viven una ECM, que incluso afirman que lo que vivieron era más real que lo que sienten al volver.

Nota: Pim Van Lommel, cardiólogo cuya obra también ha sido estudiada en esta recopilación, documenta un caso en que los niveles de oxígeno y de dióxido de carbono fueron medidos durante una ECM, y los niveles eran completamente normales. Respecto al punto luminoso, al interrogar a los pacientes que lo han visto ellos relatan que ven una luz que aparece al final del túnel, de una intensidad y fuerza crecientes y no como un flash luminoso que se extingue poco a poco, que es lo que produce un lóbulo occipital con falta de riego sanguíneo (y por lo tanto de oxígeno).

2. Los problemas metabólicos generados por una hipoxia neuronal prolongada podrían provocar sensaciones de un placer intenso al activar los receptores de morfina. Charbonier responde: La estimulación de los receptores de morfina en el cerebro puede generar, efectivamente, sensación de bienestar y placer. Sin embargo, que se sepa, una inyección de morfina jamás ha causado modificaciones radicales en la vida de nadie, como las que les ocurren a las personas que han experimentado una ECM: cambios en el estilo de vida, cambios de profesión, de amigos, de intereses, de prioridades y búsqueda de espiritualidad.

3. La sensación de abandono del cuerpo podría estar inducida por la estimulación de una zona determinada del cerebro: la circunvolución angular derecha. Charbonier responde: La estimulación de esa zona del cerebro provoca una sensación de desconcierto respecto al propio cuerpo, una visión autoscópica externa que podría ocasionar la ilusión de ver el propio cuerpo como si se estuviera a cierta distancia del mismo, pero esto no explica cómo esas personas pueden describir detalles precisos imposibles de visualizar si no ha existido un distanciamiento físico real. Es imposible por ejemplo ver objetos situados bajo la mesa de operaciones, y gran cantidad de otros elementos, los cuales se han demostrado ciertos en el libro “7 buenas razones para creer en el más allá”.

4. Un cerebro que está recuperándose podría generar un relato coherente, aunque fantasioso, que integre las sensaciones percibidas durante la experiencia, utilizando múltiples recuerdos de su vida. Charbonier responde: Esta explicación olvida que muchas personas describen situaciones o hechos ocurridos a gran distancia de su cuerpo (en otra sala de operaciones, en la sala de espera, en el aparcamiento del hospital e incluso a varios kilómetros) y que se han comprobado como ciertos tras minuciosas verificaciones. ¿Cómo un cerebro puede construir o alucinar una historia de la que no tiene la mayoría de los elementos?

Otras evidencias que eliminan la posibilidad de justificar la experiencia como una alucinación son las siguientes:
- A menudo las personas que tienen una ECM dicen haber estado con parientes o amigos difuntos. Lo que demuestra que no es una alucinación es que en algunos casos esa persona no sabía que alguno de sus parientes o amigos había muerto.
- Personas ciegas describen información visual relativa a su reanimación. Hay varios casos muy conocidos para los que los investigadores no han podido encontrar ninguna explicación.

Video del Dr. Jean-Jacques Charbonier:
https://www.youtube.com/watch?v=7vIyFSqblMQ

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