sábado, 5 de noviembre de 2016

¿Cuál es la Verdad? Parte XXI

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Sam Parnia
Es profesor asistente de medicina de cuidados críticos en la Universidad Estatal de Nueva York, donde dirige el proyecto de investigación "Resurrección" (Resuscitation Research) y es miembro de la unidad de medicina pulmonar y cuidados críticos de la Universidad de Cornell en Nueva York. Es conocido por ser un destacado experto en la investigación de las ECM. Fundó el Grupo de Investigación de la Conciencia (Consciousness Research Group), y es presidente de la Fundación para la Investigación Horizonte (Horizon Research Foundation). Se graduó en la Escuela de Medicina "Guys and St. Thomas" de la Universidad de Londres, donde pasó a obtener su doctorado en biología celular y molecular por la Universidad de Southampton en el Reino Unido.

Completó su formación de postgrado en medicina interna, crítica y pulmonar en la Universidad de Southampton, la Universidad de Londres, y el Centro Médico Weill Cornell en Nueva York. Es miembro del "Royal College of Physicians" y ha servido como miembro en el "Cornell and Columbia Medical Centers Cardiac Arrest Resuscitation Committee",  junto con el "Southampton University Trust Hospitals Cardiac Arrest Resuscitation Committee", donde puso en marcha el primer estudio de habilidades cognitivas y procesos mentales que ocurren durante un paro cardiaco en el Reino Unido. Además ha publicado numerosos artículos en revistas científicas sobre medicina pulmonar y mecanismos de los procesos cognitivos asociados a paro cardíaco. Además, colabora con "The New England Journal of Medicine", así como la revista "Resuscitation and critical care medicine". Su trabajo ha sido presentado en varias reuniones científicas nacionales e internacionales. Los resultados de sus estudios se publicaron en la revista médica "Resuscitation".

El Dr. Sam Parnia ha hecho numerosas apariciones en diversos medios de comunicación como CNN, NBC, New York Times, Newsweek, Time y BBC, donde es presentado como orador, columnista y conferenciante. Su investigación pionera sobre las ECM fue presentada en la BBC y Discovery documentary, con su documental "The Day I Died" (El día en que morí). Sam Parnia es autor del libro "¿Qué sucede cuando morimos?" el cual ha sido traducido a nueve idiomas diferentes y su segundo libro se llamó "El Efecto Lázaro", publicado en 2012. También ha colaborado como asesor para la creación de numerosos documentales de la BBC, Discovery Channel y el National Geographic, que incluyen "El día en que morí", y "En el momento de la muerte" (At the Moment of Death). Además, el Dr. Parnia es el líder del estudio AWARE el cual es promovido por Parnia y la ONU para estudiar la conciencia y las ECM.

El Dr. Parnia comenta en una entrevista realizada por Wired que “la muerte no es un momento en el tiempo, sino que es un proceso. Antes del descubrimiento del RCP (reanimación cardiopulmonar) se llamaba muerte (irreversible) a la detención del corazón, pero hoy sabemos que no es así”. De hecho, el Dr. Parnia indica que durante su carrera ha visto resucitar a personas que se han mantenido hasta 30 minutos en estado de muerte clínica. Es más, el Dr. Parnia indica que las células del cerebro pueden mantenerse utilizables hasta 8 horas después de que el bombeo de sangre se detiene. Sin sangre el cerebro deja de funcionar, pero aun así las personas que vuelven de ese estado recuerdan cosas que sucedieron entre su muerte clínica y su resurrección.

Parnia indica que es posible que la idea histórica de que los procesos electroquímicos en el cerebro crean la conciencia pueden no ser correctos, y que es posible que exista algo en el cerebro que aún no hemos descubierto, y que tal vez la conciencia esté totalmente separada de él.

Cuando las personas descubrieron el electromagnetismo (fuerzas que no se podían ver, tocar o medir), muchos científicos hicieron burla de ello; en este sentido, Parnia indica que no existen experimentos que avalen que la conciencia esté ligada al cerebro, por lo que debe existir otra correlación. El estudio AWARE busca responder y aportar a la comprensión de la conciencia.

Parnia menciona que los pasos que están siguiendo se dividen en dos partes: entre la conciencia y el cerebro:

- Para ver qué sucede en el cerebro, están haciendo mediciones con sensores especiales no invasivos y en tiempo real, para monitorear la actividad cerebral durante el periodo de muerte clínica.

- Por otra parte, está la comprensión de la conciencia, para lo cual se busca entender cómo se aloja en el cerebro. ¿Qué ayuda a una persona a estar consciente o inconsciente?, ¿Cómo podemos utilizar esta información para ayudar a personas que parece que están inconscientes? Son incógnitas que el estudio AWARE está abierto a responder.

“Actualmente estoy estudiando cómo la conciencia puede estar presente en personas que han ido más allá del umbral de la muerte (EMC)... todo lo que podemos decir por ahora es que los datos sugieren que la conciencia no se aniquila” dice Parnia.

 ¿Qué sucedería si en realidad la conciencia no fuese parte del cerebro?... si no se aniquila durante la muerte clínica, ¿dónde se aloja? No queda más que esperar mayores resultados del estudio AWARE que se inició en el año 2008 y que ha estado recopilando información.

En el año 2014, en un artículo que fue escrito por M.J. Stephey y publicado el 18 de Septiembre de 2008 al diario estadounidense Time, el Doctor Parnia y sus colegas anunciaron su primer descubrimiento, resultado de su Proyecto sobre la Consciencia Humana (Human Consciousness Project) que es un estudio intensivo de tres años (2005-2008) sobre las experiencias fuera del cuerpo; en este proyecto colaboraron 25 centros médicos de los Estados Unidos, Canadá y Europa y han estudiado 1.500 casos de supervivientes a ataques cardiacos.

Time habló con Parnia sobre los orígenes del proyecto, su escepticismo y la diferencia entre mente y cerebro. A continuación, algunos apartes de la entrevista:

- ¿Qué tipo de métodos utilizará este proyecto para verificar la veracidad de lo que la gente dice haber vivido como ECM? Parnia responde: Cuando tu corazón deja de latir, no hay sangre llegando a tu cerebro. Entonces, lo que sucede es que desde los primeros 10 segundos aproximadamente, la actividad cerebral se detiene. Paradójicamente, el 10% o 20% de la gente que han regresado a la vida después de ese periodo de tiempo, que pudo haber sido entre cinco minutos o más de una hora, aseguran haber estado conscientes. Entonces, el punto clave en estas situaciones, es determinar, si ese estado de consciencia es real o ilusorio. La única manera de determinarlo es tener fotos sacadas desde el techo de la habitación, porque la gente asegura que pueden verlo todo desde el techo de la misma. Por lo tanto, si nosotros obtenemos una serie de 200 ó 300 personas que estuvieron clínicamente muertas, y que pudieron volver de ese estado y contarnos qué es lo que nosotros estábamos haciendo en la habitación durante ese lapso de tiempo y comparamos sus relatos con las fotos sacadas desde el techo, podremos así confirmar si su estado de consciencia realmente continuó a pesar de que su cerebro no estaba funcionando.

- ¿Cómo se relaciona este proyecto con la percepción de la muerte que tiene la sociedad? Parnia responde: La gente muy comúnmente percibe la muerte como un momento. O estás vivo o estás muerto. Esto es solo una definición social de la muerte. Pero la definición clínica de la muerte es otra: es cuando tu corazón, y tus pulmones dejan de funcionar, y en consecuencia el cerebro mismo deja de trabajar. Cuando los doctores iluminan con una linterna las pupilas de un paciente es para determinar que no hay ningún reflejo presente en el mismo. El reflejo del ojo esta generado por el tronco encéfalo que se encuentra en la cavidad craneal y es el área del cuerpo que nos mantiene vivos; si deja de funcionar, es que el cerebro mismo ya no está funcionando. En ese momento llamo a una enfermera para poder certificar que el paciente ha fallecido. Hace 50 años nadie sobrevivía después de algo así.

- ¿Cómo está la tecnología cambiando la percepción de que la muerte es un momento?
Parnia responde: Hoy en día la tecnología ha mejorado hasta el punto de que podemos resucitar a algunos pacientes. De hecho, se están desarrollando drogas, quién sabe si saldrán al mercado, que podrían reducir el proceso de daño celular del cerebro y por ende, de la muerte. Imagínese a Ud. mismo diez años más allá y que puede darle a su paciente (cuyo corazón acaba de pararse) una droga tan impactante que ralentiza todo tanto, que lo que sucedería en una hora se pospone dos días. A medida que la medicina avance en casos así, iremos teniendo cada vez más cuestiones éticas qué resolver. Pero ¿qué es lo que le sucede al individuo durante ese lapso de tiempo? Porque hay una falta de flujo sanguíneo, las células tratarán de mantenerse vivas; para eso comienzan, dentro de un lapso de cinco minutos, a dañarse o cambiar. Después de una hora más o menos, el daño es tan grande que aunque intentemos reactivar el latido del corazón, la persona no podrá recuperarse porque sus células cambiaron demasiado. Luego, las células continuarán el cambio hasta que en un par de días el cuerpo se descompone. Así que no es un momento, sino un proceso que comienza cuando el corazón deja de latir, y termina con la completa descomposición de las células del cuerpo. Sin embargo, lo interesante es ¿qué está sucediendo en la mente de la persona? ¿Qué le sucede a la mente humana y a la conciencia durante la muerte? ¿Se acaba inmediatamente, en cuanto el corazón se para? ¿Cesa la actividad a los dos segundos, a los dos minutos…? Porque nosotros sabemos que las células siguen cambiando durante ese tiempo. ¿Acaba a los 10 minutos, a la media hora, una hora después? Y es ese punto en el que no sabemos.

- ¿Cómo fue tu primera entrevista con alguien que aseguraba haber vivido una experiencia fuera del cuerpo? Parnia responde: Me hizo sentir muy humilde y me abrió mucho la mente, porque lo que ves es que, ante todo, son personas genuinamente honestas, que no están buscando fama ni atención. En muchos casos ni siquiera lo han compartido con nadie, porque temen lo que la gente pueda llegar a pensar sobre ellos. Tengo como 500 casos de personas que he entrevistado desde que empecé hace más de 10 años. Es la consistencia en la narración de las experiencias lo impresionante. También hablé con los médicos y enfermeras que estuvieron presentes cuando estas personas tuvieron la experiencia, y el relato de lo que los pacientes les han contado a ellos es igual al que me contaron durante la entrevista. Tengo estos casos documentados en mi libro “What Happens When we Die” porque quería que la gente tuviera ambos ángulos de la historia. No solo el lado de los pacientes, sino también el de los médicos, y ver cómo se siente el doctor que tiene un paciente que ha regresado y le cuenta lo que le ha ocurrido. Hablé con un cardiólogo que me dijo que nunca le había contado a nadie lo ocurrido porque no sabía explicar cómo su paciente podía ser capaz de describir con todo detalle cada cosa que él había dicho y había hecho. Realmente estaba tan asustado, que decidió no pensarlo más.

- ¿Por qué cree que hay tanta resistencia a estudios como el suyo? Parnia responde: Porque estamos tratando temas que sobrepasan los límites de la ciencia y trabajamos contra ideas preconcebidas y percepciones que están fuertemente arraigadas. Muchas personas mantienen la idea de que cuando uno muere, se muere y eso es todo. La muerte es un momento, o se está muerto o se está vivo.Todas esas cosas no son científicamente válidas… son creencias sociales muy asentadas. Si volvemos la vista a los finales del siglo XIX, los físicos de aquella época estaban trabajando con las leyes de Newton y creían realmente tener todas las respuestas a todo lo que había en el universo. Cuando miramos el universo que nos rodea, las leyes de Newton son perfectamente suficientes. Explican la mayoría de las cosas con las que tenemos que bregar. Pero después se descubrió que hay niveles más diminutos, más allá de los átomos, en los que las leyes newtonianas no funcionan. Se necesitó una nueva Física, y así surgió la Física cuántica. Si hablamos de la mente, la consciencia y el cerebro, hoy en día se asume que la mente y el cerebro son lo mismo y trabajan exactamente al mismo tiempo. Pero luego surgen estos casos extremos, donde el cerebro se apaga, y la conciencia no, y podemos ver cómo lo asumido no es tan real. Así, una nueva forma de ciencia es necesaria, como lo fue la Física cuántica.

Fuente: http://www.inspiracionplanetaria.com/quieres-saber-que-sucede-cuando-morimos

Existe otro estudio británico relacionado con la conciencia en el momento de la muerte. La investigación fue liderada por el científico Sam Parnia, de la británica Universidad de Southampton. Durante cuatro años se estudiaron más de 2.000 casos de infarto cardíaco en 15 hospitales del Reino Unido, Estados Unidos y Austria. De los sobrevivientes, el 39 por ciento experimentó algún estado de conciencia. De ellos, casi la mitad dijo haber tenido recuerdos, mientras que un 9% declaró haber vivido lo que se conoce como una "experiencia cercana a la muerte" (ECM).

Lo más interesante es que se verificó un caso que podría revolucionar el enfoque en la investigación del fenómeno. Un paciente dijo haber visto, desde la esquina de la sala de operaciones, los intentos de los médicos por reanimarlo. El relato es consistente con lo que ocurrió en la realidad, pero eso no es lo más sorprendente… "estuvo consciente -cuenta Parnia- durante un período de tres minutos durante los cuales no había pulso. Esto es paradójico, ya que típicamente el cerebro deja de funcionar entre 10 y 20 segundos después de que se detiene el corazón, y no vuelve a retomar la actividad hasta que el corazón reinicia sus latidos". Se pudo determinar que el paciente tenía conciencia en este período crítico porque manifestó haber escuchado dos pitidos de una máquina que emite sonidos cada tres minutos (un aparato que el equipo de investigación utiliza para saber cuánto dura la experiencia de los pacientes).

Según la ciencia oficial, todo está en el cerebro. Desde la óptica de las neurociencias (conjunto de disciplinas que estudian el sistema nervioso) se da la siguiente explicación con respecto a las ECM: éstas se deben a la forma en que interactúan las funciones vitales del organismo. En situaciones cercanas a la muerte, debido a un trauma o a un mal funcionamiento generalizado, el cerebro empieza a fallar. En estas circunstancias, se produce una revolución en la actividad cerebral: numerosos experimentos han demostrado que se liberan diversas hormonas y neurotransmisores que convierten al sistema nervioso en un verdadero caos. En ese estado de confusión, la conciencia realiza esfuerzos colosales para dotar de sentido a ese desorden. La actividad anormal del cerebro se interpretaría, entonces, como un "viaje al más allá", pero en realidad se trataría, ni más ni menos, que de alucinaciones. Esa es la postura predominante en las neurociencias, y logra mantener así la idea establecida de que la conciencia no es más que el resultado de la actividad química y eléctrica del cerebro.

Con todo, aunque en su mayoría los científicos están de acuerdo en considerar a las ECM como trampas de la mente, juegos engañosos producidos por el sistema nervioso en una situación límite, existen posturas diferentes a favor del dualismo (como las mencionadas en este capítulo). Un ejemplo de ello es la posición de Arturo Famulari, especialista en neurología cognitiva y del comportamiento y Director de Investigaciones Clínicas de FACENE (Fundación Argentina Contra las Enfermedades Neurológicas del Envejecimiento). Sin rechazar la posición tradicional que adjudica a la conciencia un rol dependiente del cerebro, Famulari advierte: "A mi criterio, son más exitosas las afirmaciones de aquellos investigadores que se animan a modificar el paradigma científico tradicional que las de quienes continúan con los ‘envases metodológicos tradicionales'. La explicación ‘científica' para todas y cada de una de las ECM es prácticamente la misma: el estado pre-mortem conlleva a una franca disminución de la llegada de sangre al cerebro… ésta a una disminución de su metabolismo que puede alterar aún más la expresión de los genes y la cantidad y calidad de electricidad y química que el cerebro necesita producir. Así son las cosas, hoy. Si ésta es la última y definitiva explicación a estos fenómenos, nadie se encuentra en condiciones de asegurarlo".

Famulari se refirió también a la controvertida investigación de la Universidad de Southampton, relacionada con el Dr. Sam Parnia: "El estudio de Parnia es interesante porque sostiene que es posible que pueda no ser correcta la idea histórica de que los procesos electroquímicos en el cerebro crean la conciencia, y que es posible que exista algo allí que aún no hemos descubierto, y que tal vez la conciencia esté totalmente separada de él".

La psicología y la psiquiatría también han propuesto sus propios modelos explicativos sobre ECM. Bruce Greyson (citado en referencias anteriores en este capítulo), psiquiatra de la Universidad de Virginia y una de las principales autoridades mundiales en la materia, resume algunas de esas teorías en The Handbook of Near-Death Experiencies ("Manual de experiencias cercanas a la muerte", 2009). Según Greyson, hay diversas explicaciones posibles. Una hipótesis afirma que el instante de la muerte es capaz de desencadenar recuerdos reprimidos del momento del nacimiento. Así, la paz que se percibe es compatible con la vida del feto en el útero; la experiencia de atravesar el túnel con la luz al fondo podría ser una evocación del pasaje por el cuello uterino hasta el momento del parto, en que aparece la luz cegadora del mundo exterior.

En cuanto a las vivencias que experimentan muchas personas, se ha postulado que pueden deberse a una necesidad psicológica (reconciliación con parientes fallecidos, por ejemplo), lo cual podría explicar por qué se dan incluso en ateos declarados. Otra explicación las interpreta como un mecanismo de defensa ante un evento nocivo como la muerte: la mente reacciona con una negación, generando una situación de bienestar que aleja a la conciencia de lo que sucede en su organismo. Esto trataría de explicar los casos de despersonalización, como salirse del cuerpo.

Ricardo Rubinstein, médico psicoanalista de APA (Asociación Psicoanalítica Argentina), recuerda que, según Freud, existen dos pulsiones o instintos básicos: de vida y de muerte. Estos últimos tienden a buscar un estado de vacío, de nirvana o estado cero. Ese alivio de las tensiones se puede asociar con situaciones de placer; la reducción de las tensiones genera sensaciones placenteras, que es lo que mucha gente experimenta en las ECM. Por otra parte, Rubinstein enmarca la representación de la muerte dentro de la categoría psicoanalítica de "angustia de castración", un estado de corte, de finitud, de pérdida. Ante estas situaciones límite, la psique buscaría, nuevamente, una respuesta evasiva que la aleje de ese momento de angustia.

Estas interpretaciones no son necesariamente incompatibles con las explicaciones fisiológicas, y hasta podrían considerarse complementarias. Sin embargo, chocan de frente con quienes creen firmemente que lo que ocurre durante las ECM es real. Muchos de sus defensores, en sintonía con las experiencias beatíficas y hasta místicas que han vivido, se declaran creyentes religiosos (mayormente cristianos, aunque hay también de otros cultos).

Si bien hay diversas explicaciones científicas para este fenómeno, ninguna es capaz de explicar claramente todos los alcances de las ECM, las cuales no tienen una explicación médica definitiva. Han existido más de 20 explicaciones distintas para las ECM, y cubren cualquier posibilidad factible, ya sea fisiológica, psicológica, biológica o cultural, pero la verdad es que ni siquiera una de ellas tiene sentido, incluso para los escépticos; por eso es que hay tantas explicaciones.

A continuación, se relacionan algunas referencias para que el lector tenga mayores argumentos:

- BBC documentary (2003) The Day I Died. Versión española: Estuve muerto, "Documentos TV", TVE (2005).
- Bedford, James; Kensington, Walt (1976) El experimento Delpasse. Un descubrimiento en el reino entre la vida y la muerte. Barcelona: Martínez Roca.
- Beyond the Mind-Body Problem: New Paradigms in the Science of Consciousness. An International U. N. Symposium Featuring. New York: United Nations (2008), <http://www.mindbodysymposium.com/>
- Blackmore, Susan (1991) "Near-Death Experiences: in or out of the body?" Skeptical Inquirer, 16 (1991), pp. 34-35.
- Fenwick, Peter; Fenwick Elizabeth (1997) The truth in the light: an investigation of over 300 near-death experiences. New York: Berkley Books.
- Gherardi, Carlos, R. (2008) "A 40 años del "Informe Hardvard" sobre la muerte encefálica", Medicina (Buenos Aires), Vol. 68, 5 (2008), pp. 393-397.
- Gherardi, Carlos, R. (1997) "La muerte cerebral y la muerte", Medicina (Buenos Aires), Vol. 57, 1 (1997), pp. 114-118.
- Kübler-Ross, E. (1975) Death: the final stage of growth. Prentice Hall (New Jersey): Englewood Cliffs.
- Kübler-Ross, E. (1969) On death and dying. New York: Macmillan.
- Lommel, Pim Van, et al. (2001) "Near-death experience in survivors of cardiac arrest: a prospective study in the Netherlands", The Lancet 358 (2001), pp. 2039-2045.
- Moody, Raymond A. (1975) Life after Life. The investigation of a phenomenon - survival of bodily death. New York: Bantam Books.
- Parnia, Sam (2006) What happens when we die. A groundbreaking study into the nature of life and death. Carlsbad (USA): Hay Hause.
- Pérez Tamayo, Ruy (2005) "El médico y la muerte", en Rivero Serrano, O.; Tanimoto, Miguel (coords.) El ejercicio de la medicina en la segunda mitad del siglo XX (Parte III). México: Siglo XXI, pp. 277-290.
- Popper, Karl R.; Eccles, John C. (1980) El yo y su cerebro. Barcelona: Labor.
- Rogo, Scott D. (1991) La existencia después de la muerte. Argumentos en favor de la supervivencia después de la muerte corporal. Madrid: Apóstrofe.
- Sabom, Michael (1998) Light and death: one doctor´s fascinating account of near-death experiences. Michigan (USA): Zondervan Publishing House.
- Sartori P., Badham P., Fenwick P. (2006) "A prospectively studied near-death experience with corroborated out-of-body perceptions and unexplained healing", Journal of Near-Death Studies (London) 25, 2 (2006), pp. 69-84.
- Scaraffia, Lucetta (2008) "Los signos de la muerte. A cuarenta años del Informe Harvard", L’Osservatore Romano, 03/09/2008.
- Thomas, Louis-Vincent (1983) Antropología de la muerte. México: F.C.E.
- Trueba, J. L. (2007) "La muerte clínica: un diagnóstico y un testimonio", Anales del Sistema Sanitario de Navarra (Pamplona), Vol. 30, supl. 3 (2007), pp. 57-70.
-http://www.clarin.com/viva/vida_despues_de_la_muerte-sam_parnia-mas_alla_0_1329467183.html
- https://www.scribd.com/doc/203834647/Las-pruebas-cientificas-de-la-existencia-del-alma-23-cientificos-medicos-e-investigadores-presentan-la-evidencia

Videos del Dr. Parnia (en inglés)
https://www.youtube.com/watch?v=w1JarYYWDfQ 
https://www.youtube.com/watch?v=qviKvjNecCQ 
https://www.youtube.com/watch?v=WoCp5UOMonI

Publicacion en inglés: http://iands.org/news/news/front-page-news/930-aware-study-a-two-others-receive-templeton-grants.html 

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