c. La Religión del Evolucionismo
Darwin, Huxley, Spencer, y otros
primeros evolucionistas no comenzaron en esa dirección debido principalmente a
evidencias científicas, sino debido a prejuicios emocionales y espirituales en
contra de Dios, de la Biblia, y del cristianismo. Al mantener tal actitud, fue
fácil para ellos interpretar la evidencia física favoreciendo una explicación
materialista de las cosas. La evolución se convirtió en su sustituto de Dios
(Why Scientists Accept Evolution (Grand Rapids, Mich: Baker Book House, 1966),
por Robert T. Clark y James D. Bales).
El Dr. Davidheiser, quien recibió un
PhD en zoología en la Universidad John Hopkins, explicó en detalle por qué la
creencia en la evolución es una fe: "Se ha observado que muchos fenómenos
ocurren tan regularmente bajo ciertas condiciones que se han dado por sentado,
y no se entiende que la fe en la uniformidad de la naturaleza está siendo
ejercitada. Pero la situación es muy diferente en lo que respecta a la teoría
de la evolución, ya que muchos supuestos fenómenos en la evolución de la vida
son misteriosos, y el aceptarlos requiere de fe" (Evolution and Christian
Faith (Nutley, NJ.: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1969), por Bolton
Davidheiser).
Se ha dicho que la evolución demanda
de sus partidarios una mayor fe en lo desconocido que la que demanda la
creación (el diseño inteligente). La doctrina evolucionista está basada en una
larga serie de suposiciones, muchas de ellas infundadas y otras inciertas. Cada
una de esas suposiciones es tratada como si hubiera sido probada tan pronto el
escritor u orador avanza al próximo paso. El resultado es algo como construir
una casa sobre una estructura de paja, pero con el tiempo, cualquier visión del
mundo que no sea verdadera se desintegra, debido a la acumulación de la contra
evidencia, o a los descubrimientos, o contradicciones e inconsistencias dentro
de la misma visión del mundo. Esta desintegración continuará hasta que solo
quede el núcleo; una fe ciega que tiene algunas conexiones imaginarias con el
mundo real. Esto le está ocurriendo a la creencia en la evolución hoy en día.
El Dr. William Dembski dice:
"La idea de Darwin fue una buena idea mientras duró. Pero con los avances
en la tecnología, así como en la información y las ciencias vivas
(especialmente en la biología molecular), ahora, el acto de magia de Darwin se
acabó. Es hora de poner de lado los trucos -- las cortinas de humo, y la
agitación de manos, los cuentos de niños, y las evasivas, las bravuconerías y
los engaños -- y explicar científicamente lo que la gente ha sabido todo el
tiempo, esto es, el por qué no se puede tener diseño sin un diseñador"
(The Design Revolution (IVP, 2004), por Dr. William Dembski).
A la mayoría de los periódicos
científicos se les ha despojado completamente de cualquier alusión de que
alguien, en alguna parte, alguna vez creyó en la creación. Los autores no dudan
discutir teorías contrarias, sin importar lo ridículas, siempre que éstas no
involucren a un ser sobrenatural que deba ser considerado seriamente. La
ciencia moderna parece estar tan deseosa de ignorar el fundamento puesto por
los grandes científicos cristianos, tales como Kepler, Newton, Joule, Boyle, Kelvin,
Faraday y Van Leeuwenhoek, quienes no se avergonzaron de su fe, y basaron su
conocimiento de leyes científicas en su creencia de que realmente existe un
Creador y Hacedor de Leyes.
Los libros de texto de secundaria y
universitarios siguen la tendencia de los periódicos científicos. Francis
Crick, ganador del Premio Nobel de biología por su trabajo con la molécula de
ADN, una vez comentó acerca de las escuelas inglesas. Dijo:
"Personalmente, iré más allá, pienso que es lamentable también que exista tanta
enseñanza religiosa" (Of Molecules and Man (Seattle: University of
Washington Press, 1966) por Francis H.C. Crick); ésta es una opinión de la que
hacen eco muchos otros científicos de nuestro tiempo. El dilema es si la
alternativa sugerida por estos científicos es poco menos que otra religión (que
plantea un postulado de fe en la evolución). Otro ejemplo es Eugenie Scott,
director ejecutivo del Centro Nacional para la Educación de las Ciencias (NCSE,
National Center for Science Education), quien no está tratando de ocultar el
objetivo: "Me he convertido en un evangelista de la evolución" (More
Magazine, August 2005).
"Sostener la evolución es
incredulidad, fe solo en la negación" escribió T. Robert Ingram (Letter to
Editor in Creation Research Society Quarterly - Vol 8. 1971). Él dijo que
mientras que la evolución materialista es a menudo caracterizada como una
religión, al mirar más de cerca, se encuentra que es más acertadamente una
"no-fe". Y esta "no-fe" puede ser plantada tan firmemente,
que nada -- ni siquiera la evidencia más contundente imaginable -- podría
hacerles considerar otra cosa.
Geoffrey Simmons dice: "Existen
tantos eslabones perdidos, descubrimientos desconectados, complejidades
anatómicas y funcionales, y cambios genéticos inexplicados, y un número
demasiado abrumador de coincidencias inexplicables e improbables, para que la
evolución sea puesta entre las teorías científicas probadas. Un enorme tsunami
de eslabones perdidos, el cual crece rápidamente, se aproxima a la playa de Charles
Darwin, aunque algunos residentes de la costa no pueden escuchar el rugido.
Algunos pueden permanecer por siempre sordos" (Billions of Missing Links
(Harvest House, 2007), por Geoffrey Simmons, M.D.).
A menudo, los científicos no tienen
miedo de proclamar nuevas ideas, siempre y cuando éstas no cuestionen la
evolución. Una de esas ideas es, por ejemplo, el concepto hipotético de un
"multiverso" (o "universos paralelos"): la idea de que
existe un número infinito de universos (los cuales, de paso, contienen un
número infinito de copias idénticas de usted -- el lector). Aunque esta idea no
es comprobable, es inobservable e imposible de examinar -- y por lo tanto, no
es científica -- ha sido muy bien recibida por la comunidad científica. La
razón es que el multiverso para ellos es una posible explicación del
acoplamiento preciso de nuestro universo sin requerir de un Acoplador.
En este clima científico, la mayoría
de los investigadores parecen sentir que tienen que relacionar toda
investigación al esquema evolucionista de las cosas. Requiere coraje de parte
de individuos científicos el salirse de esta chaqueta de fuerza inhibidora y
restrictiva. Charles Darwin una vez acusó a algunos oponentes de ser "la
ceguera de la opinión preconcebida" (El Origen de las Especies, Mentor
Edition (New American Library, 1958), por Charles Darwin). De aquí surge la
pregunta: ¿encajan estas palabras en algunos de los científicos de hoy, quienes
sin darse cuenta han sido influenciados a aceptar la idea no científica de que
debe ser hallada una explicación evolucionista para todo lo que existe? Tal
creencia simplemente no es académica, pero conlleva ciertas connotaciones
prácticas al llegar al público.
Si todo puede ser explicado
materialistamente, eso significaría que Dios no existe. Si Dios no existe,
nosotros somos amos de todo y responsables ante nadie. Y esta idea solo sirve
para alimentar el orgullo y la arrogancia en las mentes de los que proponen
esta creencia. Sin embargo, la creciente evidencia en contra de la evolución
forzará eventualmente a los evolucionistas a enfrentar que la posición es
insostenible.
"Una ciencia saludable es una
ciencia que busca la verdad y deja que la evidencia hable por sí misma"
dice el Dr. Paul Nelson - Film "Unlocking the Mystery of Life"
(Illustria Media, 2001).
Aunque algunos científicos rehusarán
sin duda abandonar el becerro de oro de la evolución, y persistirán en
encontrar nuevas avenidas materialistas a cualquier costo, otros explorarán,
con la mente abierta, la idea de una creación especial. De hecho, algunos ya lo
han hecho.
Por muchas décadas, Antony Flew,
Profesor de Filosofía, fue el ateo más famoso del mundo. En todas esas décadas,
Flew ganó fama por argumentar que cada uno debería presuponer el ateísmo hasta
que surja la evidencia de un Dios. Él todavía defiende este enfoque
evidencialista, aunque ha sido persuadido, en años recientes, de que tal
evidencia existe.
El profesor Flew sí siguió la
evidencia a donde le llevó: al reconocimiento de la existencia de un Ser
omnisciente, omnipotente, inmaterial, inmutable, auto-existente, responsable de
las leyes de la naturaleza, de la vida, con su organización teológica, y de la
existencia del universo.
"Hubieron dos factores en
particular que fueron decisivos. Uno, fue mi creciente empatía con la
perspectiva de Einstein y otros científicos notables de que tenía que existir
una Inteligencia detrás de la complejidad integrada del Universo físico. La
segunda, fue mi propia perspectiva de que la complejidad integrada de la vida
misma - la cual es mucho más compleja que el universo físico - solo puede ser
explicada en términos de una Fuente Inteligente... Fue la evidencia misma la
que me llevó a esta conclusión" (Entrevista con el Dr. Benjamin Wiker el
10 de noviembre, 2007 – ver tothesource.org).
Aunque el profesor Flew todavía no ha
conocido a Dios como a un Dios personal, ha llegado al punto donde sabe que la
existencia de Dios es innegable. ¿Qué cree usted hoy? ¿Ha examinado la
evidencia alguna vez usted mismo? ¿Hasta dónde la seguirá cuando lo haga?
Jesús dijo: “Y conoceréis la verdad,y la verdad os hará libres” (Jn. 8:32)