p. Evolución y Registro Fósil
En los años después de Darwin, sus
defensores esperaban encontrar progresiones previsibles pero éstas no han sido
encontradas; a pesar de ello, el optimismo ha persistido, y algunas fantasías
se han introducido paulatinamente en los libros de texto (David M. Raup,
"Evolution and the Fossil Record," Science, vol. 213, July 1981, 289.
La realidad del "registro fósil humano" del siglo pasado).
Entonces, ¿qué diría Darwin hoy?
Ahora, después de más de 120 años de la más extensa y meticulosa exploración
geológica de cada continente y fondo de océano, el panorama es infinitamente
más vívido y completo de los que lo era en 1859 (cuando Darwin vivió). Han sido
descubiertas formaciones conteniendo cientos de billones de fósiles y nuestros
museos están llenos con más de 100 millones de fósiles de 250.000 especies
diferentes.
La disponibilidad de esta profusión
de sólida información científica debería permitir a investigadores objetivos el
determinar si Darwin estaba en lo cierto. ¿Cuál es el panorama que nos han dado
los fósiles?... Las brechas entre los mayores grupos de organismos han
continuado ampliándose más y más; esto es innegable. No pueden ser ya ignoradas
o racionalizadas con apelaciones a la imperfección del registro fósil (Luther
D. Sutherland, Darwin's Enigma: Fossils and Other Problems, 4th edition, Master
Books, 1988, 9).
La supuesta “evolución humana” tiene
sus actuales especímenes de moda que van desde pequeñas criaturas parecidas a
monos hasta el Homo sapiens.
Miremos algunos ejemplos:
- El Ramapitheco fue ampliamente
reconocido como un ancestro directo de los humanos. Ahora se ha establecido que
era simplemente un tipo extinto de orangután.
- El Eoanthropus Dawsoni (el hombre
de Piltdown) fue exageradamente promocionado en publicaciones como el eslabón
perdido entre el hombre y el mono, con una supuesta antigüedad de 500.000 años.
Los primeros fragmentos de Piltdown (Inglaterra) fueron descubiertos en 1912.
De allí en adelante, más de 500 ensayos científicos fueron escritos acerca del
hombre de Piltdown en un período de 40 años. El descubrimiento probó ser un
engaño en 1953 porque los científicos John Winer y Samuel Oakley examinaron los
restos de Piltdown y descubrieron el fraude.
El Hombre de Piltdown consistía de
dos cráneos humanos, una quijada de orangután, una muela de elefante, un diente
de hipopótamo, y un colmillo de chimpancé. Sir Kenneth Oakley ha determinado
que estos cráneos humanos tienen aproximadamente 620 años. Han podido haber
pertenecido a Indios Ona de la Patagonia, debido a que sus cráneos eran
usualmente densos. Cráneos densos es un rasgo común entre los Indios Ona. La
mandíbula de orangután tiene aproximadamente 500 años y tal vez proviene de
Sarawak. Se piensa que la muela de elefante proviene de Tunisia. En cuanto al
diente de hipopótamo, se cree que vino de Malta o de Sicilia. El colmillo
perteneció a un chimpancé del Pleistoceno.
Los cráneos habían sido tratados con
ácido. A todos los restos de fósiles se les aplicó una solución de sulfato de
hierro. El colmillo fue pintado de marrón y remendado con goma de mascar. Las
muelas fueron limadas. Rompieron cuidadosamente la parte de la mandíbula del
orangután que la conectaba al cráneo, para que no mostrara evidencia de que la
mandíbula no pertenecía a un cráneo humano. Por ende, tanto los dientes como
los huesos habían sido manipulados con sustancias químicas para falsear la
identidad y la antigüedad de los restos.
Los restos de Piltdown fueron
esparcidos a propósito alrededor de una cantera en Piltdown para que fueran
"descubiertos" más tarde como evidencia de la evolución y el
desarrollo del hombre desde el mono. Se piensa que el engaño del hombre de Piltdown
fue perpetrado por Charles Dawson, un arqueólogo, geólogo y coleccionista de
fósiles para el Museo Británico. Sin embargo, nadie sabe a ciencia cierta quién
estuvo involucrado. Existen otros sospechosos, incluyendo a Sir Arthur Smith
Woodward, encargado del departamento del Museo de Historia Natural de
Inglaterra. Dicho en otras palabras, los autores de ese supuesto descubrimiento
científico, habían cogido estos restos y habían maquillado el fraude para darle
sensación de antigüedad. Y de ahí pasó directamente al Museo Británico, sin
ningún problema.
El hombre de Piltdown fue obviamente
un engaño deliberado. Después de una investigación crítica, el engaño fue
descubierto rápidamente. Sin embargo, el "resultado" no fue
investigado propiamente sino hasta 40 años después del
"descubrimiento" inicial. Esto fue debido primeramente a las
excelentes credenciales de los hombres que hicieron el
"descubrimiento". Muy pocos expertos sospecharon de un fraude. No fue
sino hasta 1949, cuando los fósiles fueron fechados usando la técnica de
absorción de flúor, que la autenticidad del "descubrimiento" fue
puesta en duda. Es verdad que la prueba de flúor no se desarrolló sino hasta
muchos años después del engaño. Sin embargo, las marcas de limado en los
dientes, y el hecho de que el "desgaste" era al revés, son factores
que se hubieran deducido inmediatamente durante cualquier inspección desde el
principio.
La historia del hombre de Piltdown
constituye una advertencia para todos nosotros. Debemos investigar más
profundamente y con cuidado toda la data. No solamente contendemos contra la
oscuridad del pasado, sino contra las intenciones ocultas de hombres ambiciosos
que hacen parte de círculos científicos o de comunidades interesadas en estos
temas con fines económicos y personales porque no quieren perder dinero,
prestigio y credibildidad en el ámbito
académico y a nivel mundial.
- El Hombre de Heidelberg. Hallado
en Alemania, fue datado con una antigüedad de 3 millones de años. Todo se
basaba en una quijada. De una mandíbula, reconstruyeron el dibujo de un
individuo completo, con cejas marcadas y nariz aplastada, pero al final el
maxilar resultó ser de un hombre normal.
- El hombre de Nebraska fue
“descubierto” en 1922 por Harold Crook en Nebraska. Gran cantidad de literatura
se publicó acerca de este presunto eslabón perdido pero fue un fraude basado en
un solo diente perteneciente a un tipo raro de cerdo. De un solo diente
encontrado, los evolucionistas trazaron el dibujo de un ser completo que
supuestamente había habitado hacía 1 millón de años, para lo cual
verdaderamente hay que tener una imaginación prodigiosa (éste es un típico caso
de ciencia-ficción). Al final fue un fraude ya que se descubrió que el molar
hallado en realidad pertenecía a una especie extinguida de cerdos. Algunas
fuentes científicas indican que esta especie de cerdos vive todavía en
Paraguay.
- El Hombre de Neandertal era
descrito tradicionalmente como un hombre-mono encorvado (y era dibujado con
reconstrucciones de los evolucionistas). Ahora se ha aceptado que la presunta
postura se debió a una enfermedad y que el Neandertal es solo una variación de
la especie humana. En otras palabras, se había observado el esqueleto de un
hombre que padecía alguna enfermedad. Por otro lado, en 1958, A. J. E. Cave
concluyó y demostró, tras un examen realizado al Hombre de Neandertal, que solo
era un anciano que sufría de artritis. Hoy el Hombre de Neandertal es
clasificado como Homo Sapiens (totalmente humano).
- El Australopitheco afarensis o
"Lucy" ha sido considerado un eslabón perdido por años. Sin embargo,
estudios del oído interno, cráneo y huesos han mostrado que ella era
simplemente un chimpancé pigmeo que caminó un poco más derecho que otros monos.
Definitivamente, ella no estaba en camino de convertirse en humana.
- El Homo-erectus ha sido encontrado
alrededor de todo el mundo. Es más pequeño que el humano promedio de hoy, con
una cabeza y cavidad cerebral proporcionalmente más pequeña. Sin embargo, el
tamaño del cerebro está dentro del rango de la gente de hoy, y los estudios del
oído medio han demostrado que era tan igual al Homo sapiens actual (totalmente
humano). Sus restos son encontrados por todo el mundo en la misma proximidad de
restos de humanos ordinarios (en los mismos escenarios y en los mismos estratos
geológicos), sugiriendo coexistencia.
- Pitecánthropus (el hombre mono de
Java-Sumatra, Indonesia). Fue “descubierto” en 1891 por el evolucionista Eugene
Dubois y catalogado con una antigüedad de medio millón de años. Estaba basado
en una evidencia incompleta de un fémur, la parte superior de un cráneo y tres
dientes encontrados alrededor de una extensa área en el transcurso de más de un
año. Resultó que los huesos fueron encontrados en un área de restos humanos, y
ahora el fémur es considerado humano y la parte superior del cráneo proviene de
un mono grande. Por otro lado, Dubois no dijo que los restos no se habían
encontrado todos juntos, sino que estaban separados por más de 21 metros, en el
lecho de un río, en donde había también restos de otros animales. Muchos años
más tarde, el mismo Dubois reconoció el fraude; aquellos restos hallados no
eran de ningún hombre-mono; se habían encontrado restos de hombres modernos en
el mismo lugar. En resumen, los huesos del hombre de Java eran humanos y la
pieza craneal era de procedencia animal (de un mono).
- En 1926 se descubrieron los restos
de otro supuesto hombre-mono en Java. De nuevo se armó mucho revuelo en la
Arqueología oficial. Sin embargo, la pieza descubierta al final resultó ser la
rótula de un elefante extinto.
-El Zinjanthropus. En 1959, Louis B.
Leakey anunció el hallazgo de los restos de un hombre primitivo en África,
datado en 1 millón de años. Antes de su muerte en 1972, Leakey reconoció el
fraude y afirmó que el cráneo encontrado era de un mono.
- El Australopiteco africano y el
Hombre de Pekín fueron presentados como eslabones perdidos de hombres-mono por
años, pero los dos son considerados ahora Homo-erectus.
En cuanto al Hombre de Pekín (el
Sinanthropus Pekinensis) fue descubierto en la década de 1920, en una cueva,
cerca de Pekín, en China. Se encontraron restos de varios individuos, cráneos
de monos, y restos de fuegos domésticos. Se sabe que para muchas tribus y
poblaciones antiguas, los sesos de mono, cocinados al fuego, eran un manjar
exquisito. Y ese es todo el misterio, que hubo tribus nativas que comían sesos
de monos, y se han encontrado restos de esos monos, restos de los nativos, y
restos de los fuegos empleados.
Durante la 2ª guerra mundial,
aprovechando el caos de la contienda, se hicieron desaparecer los restos. En
1959 se rehizo una cara del hombre de Pekín para documentales científicos, y es
lo único que hay; de manera que actualmente no existe ninguna prueba válida
sobre esa supuesta especie. Además, se llevaron las piezas de Pekin antes de
que alguien descubriera que era un fraude.
- El Homo Habilis se considera
generalmente hoy que está compuesto de piezas de otros supuestos tipos de
humanos (tales como el Australopiteco y el Homo erectus), y no es visto generalmente
como una clasificación válida. En cualquier caso, todos los restos hallados de
Habilis eran de monos.
- En julio del 2002, los
antropólogos anunciaron el descubrimiento de un cráneo en Chad con "una
mezcla inusual de características primitivas y humanas". El hallazgo fue
apodado "Toumai" (el nombre dado a los niños en Chad nacidos cerca de
la estación seca) y fue inmediatamente aclamado como "el más primitivo
miembro de la familia humana hasta ahora". Para octubre del 2002, un
número de científicos hicieron oficial su crítica a la afirmación prematura,
declarando que el descubrimiento es meramente el fósil de un mono.
REFLEXIÓN
La evolución humana no está
respaldada por la evidencia fósil. Mucha de la alegada evidencia que llenó los
libros de texto a lo largo de los últimos 50 años ha sido ahora reclasificada o
rechazada de un todo. Los eslabones perdidos continúan perdidos.
La evolución humana tiene muchos
problemas, incluyendo las realidades de la genética, la bioquímica, la teoría
de diseño inteligente, la complejidad irreducible, la estructura del ADN y los
sistemas de información (explicados anteriormente en otros capítulos).
La evolución humana es una teoría
que se niega a aceptar lo obvio y debe ser clasificada como filosofía, no como ciencia.
Con toda esta evidencia de fósiles (o falta de ellos) se hace cada vez más
claro para un serio investigador que la evolución humana NO OCURRIÓ JAMÁS.
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