Al examinar las teorías de la
evolución a la luz del primer libro de la Biblia, haríamos bien en
preguntarnos: “¿Qué está tratando de decirme Dios aquí en el Génesis?” ¿Está
tratando de darme una explicación científica acerca de cómo y cuándo fue
formado el universo? ¿O está comunicando la verdad de que "todo lo que
hay" existe porque él lo ordenó (de la nada)?
La idea principal del Génesis es que
las magníficas obras de la creación no son producto de algún proceso
progresivo, glacial, de la naturaleza y de la necesidad, sino de una efusión de
intención y poder divinos; por tanto, existe un diseño inteligente y un patrón
reiterativo de propósito en cada una de sus obras (aunque la mayoría de veces
nos cuesta comprenderlo).
A través de todas las Escrituras,
las obras creadoras, sanadoras, y milagrosas de Dios suceden repentinamente y
completamente, no en cuotas parciales durante largos periodos de tiempo. Con
una orden, un toque, una palabra, es dado a luz el universo, es formado el
hombre, es abierto un mar, el ciego ve, el sordo oye, es curado el enfermo, y
es resucitado el Cordero de Dios.
Al mismo tiempo, la creación no es
una colección de formas de vida homogéneas e inflexibles. Cada especie es un
mosaico majestuoso de formas, colores, tamaños y características, con capacidad
de adaptarse a cambiantes desafíos ambientales dentro de las limitaciones
“según su especie”.
No somos algún producto casual y sin
sentido de la evolución. Cada uno de nosotros es el resultado de un pensamiento
de Dios. Cada uno de nosotros es deseado, cada uno de nosotros es amado, cada
uno de nosotros es necesario.
Hay mucha evidencia bíblica a favor
de la creación; un ejemplo está en las palabras de Juan: “En el principio era
el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Jn. 1:1). Él estaba
revelando algo elemental acerca del Creador y su creación: Dios es un
comunicador cuya obra “aparentemente” no contiene ningún sello del artista,
pero está llena de información hecha perceptible mediante palabras.
Consideremos lo siguiente… los seres
humanos pensamos en términos de palabras y procesamos nuestros sentimientos con
palabras. Las palabras son portadoras de información que, cuando están
gobernadas por reglas de vocabulario y gramática, forman el lenguaje, la estructura
organizadora de información. Las palabras y el lenguaje están incorporados en
la creación misma. Como escribe el salmista: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra
de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara
sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra
salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras” (Sal. 19:1-4).
La creación logocéntrica refleja a
su Creador logocéntrico que, con una palabra: “Hágase” (Gn. 1) llenó el vacío y
volvió el caos en cosmos, dándole forma y orden a lo que estaba sin forma,
haciéndolo inteligible. El no es una deidad que padece del Síndrome de Déficit
de Atención, que engendra y se olvida a medida que pasa a otras diversiones
divinas. En cambio, con la palabra "Hagamos" crea a una pareja de
seres inteligentes para cuidar su creación y disfrutar de comunión con él (Gn.
1 y 2).
Como el resto de la creación, la
pareja viene equipada de fábrica con un lenguaje. Apenas formados del polvo de
la tierra les son dadas instrucciones a Adán y a Eva, ¡y desde el mismo
principio las entienden! No solo comprenden las palabras de Dios sino que
comprenden cómo esas palabras se relacionan con su hogar terrenal y sus deberes
morales.
La historia del Génesis comienza con
el Creador estableciendo un mundo inteligible con seres inteligentes dotados
con la herramienta del LENGUAJE, permitiéndoles aprender, comunicar, y utilizar
información.
El lenguaje presupone
relaciones—correlaciones verdaderas y conocibles entre objetos y sujetos,
causas y efectos, informaciones sensoriales y percepciones humanas, el hombre y
su ambiente, la materia y la energía, las fuerzas y los objetos que afectan.
Los fascinantes éxitos de la ciencia y la utilidad práctica de las matemáticas
confirman que hay congruencia entre lo que es, y lo que puede ser conocido.
Relaciones reales y conocibles hacen comprensible a nuestro universo. Esto es
evidencia directa a favor de la Creación.
Considere esto que dijo el físico de
la Universidad de Princeton y ganador del Premio Nobel, Steven Weinberg:
"Mientras más comprensible parece el universo, más sin sentido
parece"
¿La comprensibilidad sugiere falta
de sentido? Al contrario; la comprensibilidad es evidencia de sentido…
propósito, objetivos, fines. Por ejemplo, los efectos gravitatorios señalan el
propósito de los objetos de seguir los contornos del espacio-tiempo, los
comportamientos cuánticos señalan el propósito de la estabilidad de la materia,
y las instrucciones de codificado del ADN señalan el propósito de la
fabricación y reparación de las células. La TELEOLOGÍA forma la urdimbre y
trama del universo. El Dr. Weinberg está desconcertado para poder explicar cómo
surgió toda esta teleología de un proceso no-inteligente; de manera que
"carece de sentido" según su corta y muy limitada percepción. Este es
un molesto credo que él tiene que aceptar si ha de mantener los dedos divinos
apartados de la máquina.
Otra evidencia a favor de la
creación es la relación preeminente presupuesta por un lenguaje entre creación
y Creador. Como escribe el teórico de diseño inteligente William Dembski:
"El lenguaje humano es un regalo divino para ayudarnos a entender el
mundo, y al entender el mundo, entender a Dios mismo".
El lenguaje le permite a los seres
inteligentes decir cosas inteligentes acerca del mundo inteligible que habitan;
apunta a una realidad inmaterial, y a una Fuente de inteligencia que desea ser
conocida. El conocimiento humano no está confinado solo al mundo sensorial; los
humanos también pueden conocer y decir cosas significativas acerca del mundo
ultra-sensorial.
a. Creación y Evolución
¿Cómo llegamos aquí? ¿Fuimos creados
o evolucionamos al azar? ¿Somos el producto de inteligencia intencional o somos
meramente el resultado de incontables accidentes cósmicos? ¿Qué dice la
evidencia?
Sin evidencia sólida, el debate de
creación vs evolución no llegará a ser más que un combate de rencillas
filosóficas. Cada quien tiene su propia opinión. La pregunta es: ¿Cuál es la
base de esa opinión? La gente puede creer lo que quiera, pero eso no significa
que tengan la razón. Es la evidencia sólida lo que separa el proverbial trigo
de la paja. Tenga presente que "evidencia" no es lo mismo que
"prueba". La evidencia ayuda en la formación de conclusiones,
mientras que la prueba concluye el asunto de un todo. Si tuviésemos la prueba,
la teoría de la evolución no sería llamada teoría. Entonces, ¿qué constituye
una evidencia?
La Creación denota la existencia de
una Diseñador divino, el cual ejerció sus habilidades creadoras, estableciendo
este mundo y las formas de vida que vemos. La vida es el producto de una
creación inteligente. De esta manera, el “diseño aparente” en biología
constituiría evidencia a favor de un Diseñador. Es una verdad auto-evidente y
universalmente reconocida: Concepto y diseño requieren de un diseñador
inteligente. Entonces, mientras reconocemos que el diseño en biología no está basado
en premisas religiosas (sino en observación empírica y lógica), ciertamente
tiene implicaciones teológicas.
¿Encontramos “diseño aparente” en
biología? Sí. De hecho, el diseño aparente domina el reino biológico (Michael
Denton, Evolution: A Theory in Crisis, 1986; Michael Behe, Darwin's Black Box,
1996).
Cuando aplicamos los principios
generales de detección de diseño a criaturas vivas, encontramos que es
razonable inferir la existencia de un Creador.
La Evolución hace hincapié en la
descendencia naturalista (al azar, sin dirección) de todas las criaturas vivas
provenientes de un común ancestro, quien originalmente evolucionó de materia
inorgánica. La vida es el producto de la casualidad. Lo que necesitamos aquí es
un mecanismo plausible, viable, y una historia de funcionalidad. El naturalista
británico Charles Darwin le dio crédito científico a la opinión mundial
evolucionista al suplir el tan conocido concepto de "selección
natural". Eso fue hace 150 años. Hoy, sabemos que ese mecanismo es deficiente
porque tenemos avances extraordinarios en biología molecular, bioquímica y
genética durante los pasados cincuenta años y hemos sido expuestos a toda una
nueva dimensión de sistemas vivos previamente desconocida. Biólogos
evolucionistas están ahora buscando un nuevo mecanismo, uno que supere las
restricciones genéticas y otras barreras de orientación química que han sido
identificadas en años recientes. Hasta que este mecanismo sea encontrado, la
teoría de la evolución (una teoría que ha disfrutado prominencia en los
círculos biológicos por más de 100 años) simplemente carece de viabilidad, y
por lo tanto, de credibilidad.
Los medios de comunicación populares
representan el debate de creación vs evolución como ciencia vs religión, donde
la creación es religión y la evolución es ciencia. De una manera irónica, son
los creacionistas quienes tienen una sólida base empírica a favor de su teoría,
mientras que los evolucionistas han quedado aferrados a sus convicciones por
fe.
¿Es razonable reconocer la existencia
de un Creador? El Dr. Werner von Braun, cuando fue desafiado por escépticos a
que probara científicamente la existencia de un Creador, el "Padre del
Programa Americano de Cohetes y Espacio" respondió: "¿Tenemos
realmente que encender una vela para ver el sol? El electrón es materialmente
inconcebible, aún así es tan perfectamente conocido a través de sus efectos que
lo usamos para iluminar nuestras ciudades, guiar nuestros aviones a través de
los cielos en la noche y hacer las mediciones más exactas. ¿Qué razonamiento
extraño hace que algunos físicos acepten el inconcebible electrón como real,
mientras que rehúsan aceptar la realidad de un Diseñador, basándose en que no
lo pueden concebir? No se debe permitir que la incapacidad de concebir algún asunto
fundamental (el cual siempre estará fuera de los propósitos científicos)
descarte ninguna teoría que explique la interrelación de la data observada, y
que es útil para la predicción... Desechar simplemente el concepto de un
Creador como no científico es "violar la objetividad misma de la propia
ciencia" (Originalmente publicado en Edward F. Blick's Special Creation
vs. Evolution, 1988, pp. 29-31).
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