sábado, 24 de diciembre de 2016

La Creación de Dios Parte I

Resultado de imagen para paisajes bonitos

Al examinar las teorías de la evolución a la luz del primer libro de la Biblia, haríamos bien en preguntarnos: “¿Qué está tratando de decirme Dios aquí en el Génesis?” ¿Está tratando de darme una explicación científica acerca de cómo y cuándo fue formado el universo? ¿O está comunicando la verdad de que "todo lo que hay" existe porque él lo ordenó (de la nada)?

La idea principal del Génesis es que las magníficas obras de la creación no son producto de algún proceso progresivo, glacial, de la naturaleza y de la necesidad, sino de una efusión de intención y poder divinos; por tanto, existe un diseño inteligente y un patrón reiterativo de propósito en cada una de sus obras (aunque la mayoría de veces nos cuesta comprenderlo).

A través de todas las Escrituras, las obras creadoras, sanadoras, y milagrosas de Dios suceden repentinamente y completamente, no en cuotas parciales durante largos periodos de tiempo. Con una orden, un toque, una palabra, es dado a luz el universo, es formado el hombre, es abierto un mar, el ciego ve, el sordo oye, es curado el enfermo, y es resucitado el Cordero de Dios.

Al mismo tiempo, la creación no es una colección de formas de vida homogéneas e inflexibles. Cada especie es un mosaico majestuoso de formas, colores, tamaños y características, con capacidad de adaptarse a cambiantes desafíos ambientales dentro de las limitaciones “según su especie”.

No somos algún producto casual y sin sentido de la evolución. Cada uno de nosotros es el resultado de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es deseado, cada uno de nosotros es amado, cada uno de nosotros es necesario.

Hay mucha evidencia bíblica a favor de la creación; un ejemplo está en las palabras de Juan: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Jn. 1:1). Él estaba revelando algo elemental acerca del Creador y su creación: Dios es un comunicador cuya obra “aparentemente” no contiene ningún sello del artista, pero está llena de información hecha perceptible mediante palabras.

Consideremos lo siguiente… los seres humanos pensamos en términos de palabras y procesamos nuestros sentimientos con palabras. Las palabras son portadoras de información que, cuando están gobernadas por reglas de vocabulario y gramática, forman el lenguaje, la estructura organizadora de información. Las palabras y el lenguaje están incorporados en la creación misma. Como escribe el salmista: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras” (Sal. 19:1-4).

La creación logocéntrica refleja a su Creador logocéntrico que, con una palabra: “Hágase” (Gn. 1) llenó el vacío y volvió el caos en cosmos, dándole forma y orden a lo que estaba sin forma, haciéndolo inteligible. El no es una deidad que padece del Síndrome de Déficit de Atención, que engendra y se olvida a medida que pasa a otras diversiones divinas. En cambio, con la palabra "Hagamos" crea a una pareja de seres inteligentes para cuidar su creación y disfrutar de comunión con él (Gn. 1 y 2).

Como el resto de la creación, la pareja viene equipada de fábrica con un lenguaje. Apenas formados del polvo de la tierra les son dadas instrucciones a Adán y a Eva, ¡y desde el mismo principio las entienden! No solo comprenden las palabras de Dios sino que comprenden cómo esas palabras se relacionan con su hogar terrenal y sus deberes morales.

La historia del Génesis comienza con el Creador estableciendo un mundo inteligible con seres inteligentes dotados con la herramienta del LENGUAJE, permitiéndoles aprender, comunicar, y utilizar información.

El lenguaje presupone relaciones—correlaciones verdaderas y conocibles entre objetos y sujetos, causas y efectos, informaciones sensoriales y percepciones humanas, el hombre y su ambiente, la materia y la energía, las fuerzas y los objetos que afectan. Los fascinantes éxitos de la ciencia y la utilidad práctica de las matemáticas confirman que hay congruencia entre lo que es, y lo que puede ser conocido. Relaciones reales y conocibles hacen comprensible a nuestro universo. Esto es evidencia directa a favor de la Creación.

Considere esto que dijo el físico de la Universidad de Princeton y ganador del Premio Nobel, Steven Weinberg: "Mientras más comprensible parece el universo, más sin sentido parece"

¿La comprensibilidad sugiere falta de sentido? Al contrario; la comprensibilidad es evidencia de sentido… propósito, objetivos, fines. Por ejemplo, los efectos gravitatorios señalan el propósito de los objetos de seguir los contornos del espacio-tiempo, los comportamientos cuánticos señalan el propósito de la estabilidad de la materia, y las instrucciones de codificado del ADN señalan el propósito de la fabricación y reparación de las células. La TELEOLOGÍA forma la urdimbre y trama del universo. El Dr. Weinberg está desconcertado para poder explicar cómo surgió toda esta teleología de un proceso no-inteligente; de manera que "carece de sentido" según su corta y muy limitada percepción. Este es un molesto credo que él tiene que aceptar si ha de mantener los dedos divinos apartados de la máquina.

Otra evidencia a favor de la creación es la relación preeminente presupuesta por un lenguaje entre creación y Creador. Como escribe el teórico de diseño inteligente William Dembski: "El lenguaje humano es un regalo divino para ayudarnos a entender el mundo, y al entender el mundo, entender a Dios mismo".

El lenguaje le permite a los seres inteligentes decir cosas inteligentes acerca del mundo inteligible que habitan; apunta a una realidad inmaterial, y a una Fuente de inteligencia que desea ser conocida. El conocimiento humano no está confinado solo al mundo sensorial; los humanos también pueden conocer y decir cosas significativas acerca del mundo ultra-sensorial.

a. Creación y Evolución

¿Cómo llegamos aquí? ¿Fuimos creados o evolucionamos al azar? ¿Somos el producto de inteligencia intencional o somos meramente el resultado de incontables accidentes cósmicos? ¿Qué dice la evidencia?

Sin evidencia sólida, el debate de creación vs evolución no llegará a ser más que un combate de rencillas filosóficas. Cada quien tiene su propia opinión. La pregunta es: ¿Cuál es la base de esa opinión? La gente puede creer lo que quiera, pero eso no significa que tengan la razón. Es la evidencia sólida lo que separa el proverbial trigo de la paja. Tenga presente que "evidencia" no es lo mismo que "prueba". La evidencia ayuda en la formación de conclusiones, mientras que la prueba concluye el asunto de un todo. Si tuviésemos la prueba, la teoría de la evolución no sería llamada teoría. Entonces, ¿qué constituye una evidencia?

La Creación denota la existencia de una Diseñador divino, el cual ejerció sus habilidades creadoras, estableciendo este mundo y las formas de vida que vemos. La vida es el producto de una creación inteligente. De esta manera, el “diseño aparente” en biología constituiría evidencia a favor de un Diseñador. Es una verdad auto-evidente y universalmente reconocida: Concepto y diseño requieren de un diseñador inteligente. Entonces, mientras reconocemos que el diseño en biología no está basado en premisas religiosas (sino en observación empírica y lógica), ciertamente tiene implicaciones teológicas.

¿Encontramos “diseño aparente” en biología? Sí. De hecho, el diseño aparente domina el reino biológico (Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis, 1986; Michael Behe, Darwin's Black Box, 1996).

Cuando aplicamos los principios generales de detección de diseño a criaturas vivas, encontramos que es razonable inferir la existencia de un Creador.

La Evolución hace hincapié en la descendencia naturalista (al azar, sin dirección) de todas las criaturas vivas provenientes de un común ancestro, quien originalmente evolucionó de materia inorgánica. La vida es el producto de la casualidad. Lo que necesitamos aquí es un mecanismo plausible, viable, y una historia de funcionalidad. El naturalista británico Charles Darwin le dio crédito científico a la opinión mundial evolucionista al suplir el tan conocido concepto de "selección natural". Eso fue hace 150 años. Hoy, sabemos que ese mecanismo es deficiente porque tenemos avances extraordinarios en biología molecular, bioquímica y genética durante los pasados cincuenta años y hemos sido expuestos a toda una nueva dimensión de sistemas vivos previamente desconocida. Biólogos evolucionistas están ahora buscando un nuevo mecanismo, uno que supere las restricciones genéticas y otras barreras de orientación química que han sido identificadas en años recientes. Hasta que este mecanismo sea encontrado, la teoría de la evolución (una teoría que ha disfrutado prominencia en los círculos biológicos por más de 100 años) simplemente carece de viabilidad, y por lo tanto, de credibilidad.

Los medios de comunicación populares representan el debate de creación vs evolución como ciencia vs religión, donde la creación es religión y la evolución es ciencia. De una manera irónica, son los creacionistas quienes tienen una sólida base empírica a favor de su teoría, mientras que los evolucionistas han quedado aferrados a sus convicciones por fe.

¿Es razonable reconocer la existencia de un Creador? El Dr. Werner von Braun, cuando fue desafiado por escépticos a que probara científicamente la existencia de un Creador, el "Padre del Programa Americano de Cohetes y Espacio" respondió: "¿Tenemos realmente que encender una vela para ver el sol? El electrón es materialmente inconcebible, aún así es tan perfectamente conocido a través de sus efectos que lo usamos para iluminar nuestras ciudades, guiar nuestros aviones a través de los cielos en la noche y hacer las mediciones más exactas. ¿Qué razonamiento extraño hace que algunos físicos acepten el inconcebible electrón como real, mientras que rehúsan aceptar la realidad de un Diseñador, basándose en que no lo pueden concebir? No se debe permitir que la incapacidad de concebir algún asunto fundamental (el cual siempre estará fuera de los propósitos científicos) descarte ninguna teoría que explique la interrelación de la data observada, y que es útil para la predicción... Desechar simplemente el concepto de un Creador como no científico es "violar la objetividad misma de la propia ciencia" (Originalmente publicado en Edward F. Blick's Special Creation vs. Evolution, 1988, pp. 29-31).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario